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lunes, 9 de junio de 2025

Muñoz Molina y la masculinidad dañina (Cosa de hombres)

 Magnífico artículo de Muñoz Molina (31/5/2025) del que destaco algunos párrafos. El feminismo es también cosa de hombres.

Cosa de hombres

Los varones que hemos ido desprendiéndonos de una masculinidad dañina debemos militar contra la marea negra de los machotes redivivos, los hijos innumerables de los machos alfa del despotismo planetario.

Había en cada pandilla líderes y practicantes precoces. Había una brutalidad física que se manifestaba en los juegos del recreo y en los vestuarios y los patios de la llamada educación física, guiada por un grosero darwinismo de la supremacía de los fuertes, que profesores desalmados, casi todos ellos burócratas falangistas, disfrutaban alentando. Había que aprender a hacerse hombres, decían. El que no cumpliera las exigencias, el torpe, el cobardón, el que no saltara el potro o no escalara la cuerda, recibía el desprecio del profesor y las carcajadas saludables de los compañeros, tempranos aprendices de la crueldad masculina hacia el débil, el raro, el posible mariquita. La obsesión por la hombría se acompañaba de una vigilancia de cualquier síntoma o indicio de afeminamiento: “Hombros anchos, estrecho de culo: maricón seguro”. Había que llevar el reloj con la izquierda, y no olvidarse nunca, cuando se empezaba a fumar, de coger el cigarro también con la izquierda: fumar con la derecha era de mujeres y de maricas. Había que jugar al fútbol lanzándose en tromba y repartiendo patadas. Incluso no jugar al fútbol o no gritar roncamente en las gradas podía ser una prueba de falta de entereza masculina. 

 La patria y los testículos siguen manteniendo su alianza sagrada. El gerifalte del partido fascista que ya está inoculando las instituciones y la vida españolas anda por ahí con la camisa desabotonada para exhibir mejor el desafío irrisorio de su cuello macizo y su torso fornido. A los varones que gracias al influjo educativo y a la camaradería de las mujeres hemos ido desprendiéndonos a lo largo de los años de una gran parte de las adherencias de aquella masculinidad dañina y además embustera nos corresponde vindicar todo lo que hemos aprendido, y nuestra voluntad de seguir aprendiendo, y militar en la medida de lo posible contra la marea negra de los machotes redivivos, los machotes arqueológicos con sus chirriantes armaduras, los hijos innumerables de los machos alfa del despotismo planetario, Trump y Musk y Orbán y Milei y Maduro y Putin y Bolsonaro y Netanyahu.

En la compañía igualitaria de las mujeres hemos ido aprendiendo a manifestar sentimientos, a cultivar la ternura, a vigilar la propensión masculina a alzar la voz más de la cuenta, a estar atentos a los privilegios mayores o menores que ya no nos es lícito aceptar. Cuando el infortunio golpea con toda su crudeza, o cuando se insinúa la tentación del resentimiento, nadie, ni hombre ni mujer, está a salvo, pero ahora sabemos que pocas cosas debilitan y asfixian tanto por dentro a los varones como la coraza ya tan oxidada de la hombría.

lunes, 7 de abril de 2025

Algunas consideraciones y elucubraciones sobre el adoctrinamiento (y 7)

En las entradas anteriores sobre algunos de los manuales escolares más representativos de la escuela española de hace siglo y medio, he intentado reflejar la información que he leído por casualidad y que desconocía porque no he estudiado pedagogía. 
En el censo de los manuales y sus años de edición ocurre lo mismo que con los recortables, hay pocas fuentes disponibles, los títulos tuvieron muchas ediciones y es muy difícil saber cuál fue la primera. Como sabemos los manuales escolares se van deteriorando con el uso y acaban destruyendo, además no se valoran y la mayoría terminan en la basura. Aunque en este caso la autoría está demostrada. 

Debo confesar que jamás leí un libro de urbanidad, aunque en mi colegio de monjas se leían normas de buenas maneras en el comedor y teníamos una cartilla escolar donde nos valoraban el comportamiento a base de quitarnos puntos cuando este no era correcto, la puntuación final aparecía en las notas escolares. La buena educación y las normas eran fundamentales tanto en la casa como en el colegio, también los castigos, aunque, afortunadamente en mi caso, sin violencia física. Todavía recuerdo la vergüenza que pasábamos las niñas cuando nos pillaban comiendo chicle y teníamos que llevarlo pegado en la punta de la nariz todo el día. Una supuesta falta de respeto se pagaba con el ridículo público. Eran otros tiempos y otras costumbres.

A pesar de mi desconocimiento teórico sobre el tema, las variadas lecturas me han permitido llegar a algunas conclusiones:
1) Ha sido un duro camino crear ciudadanos con derechos y deberes en libertad en lugar de súbditos domesticados a base de lecciones morales, utilizando el castigo y el miedo como armas. Pero, a veces, se ha olvidado que unas normas de comportamiento basadas en el respeto a los demás facilitan la convivencia y nos hacen más humanos. Los viejos códigos sociales de comportamiento ciudadano adaptados a la sociedad del siglo XXI, sin distinción de género, deberían ponerse de moda otra vez en los centros de enseñanza de primaria y secundaria porque damos por sentado que nuestros alumnos ya vienen educados de casa y no es así. Vivir en sociedad es una tarea, en ocasiones, complicada porque se están perdiendo muchas muestras de cortesía como dejar salir antes de entrar, caminar por la derecha, saludar, ceder el sitio a los mayores, hablar bajo, no hablar con la boca llena, no tirar basura, cuidar el mobiliario urbano, no pintar lugares públicos y privados, respetar espacios reservados para personas con discapacidad, etc.
2) Los manuales escolares nos sirven en la actualidad para comprender las peculiaridades de determinados periodos históricos, porque permiten examinar las ideologías, los conceptos y valores de los grupos sociales que ostentaban el poder, casi siempre una mezcla de innovaciones modernizadoras y persistencias arcaizantes*.
 3) Durante muchos años la enseñanza
tradicional religiosa cambió muy poco
Modernización en s. XIX de las portadas de La buena Juanita
sus libros moralizantes, como mucho modernizó sus portadas. La renovación pedagógica empezó en la primera República (1873) y siguió en la Institución Libre de Enseñanza (1876) con la intención de impartir una enseñanza no confesional, basada en las nuevas corrientes de la pedagogía, en la libertad de ciencia, la tolerancia y el contacto con Europa. La segunda República continuó con las reformas progresistas encaminadas al fomento de la alfabetización y permitió que la mujer fuera una ciudadana de pleno derecho y no solo ama de casa, pero el franquismo la devolvió al hogar. Los libros de texto fueron un instrumento para moldear y encauzar a los niños y niñas en los ideales del momento: el nacionalcatolicismo. Las Enciclopedias Álvarez se impusieron como texto escolar de referencia en nuestra infancia. De modo que el sistema educativo que había sentado sus bases en 1857 llegó hasta 1970 con escasas modificaciones:
1. Educación religiosa en todos los centros y marcado contenido moral de todo el saber. El amor a la Patria debía impregnar cualquier hecho educativo.
 2. Prohibición de la coeducación. El sacrificio y la disciplina se considerarán el motor del éxito.
 3. Valor fundamental de la familia como eje vertebrador de la vida española. La mujer, garante del bienestar familiar al servicio del marido y los hijos.

Edición de 1942
He intentado en las entradas Juanito y La buena Juanita evitar los comentarios irónicos que me surgían mientras intentaba informar objetivamente del contenido y del contexto de los libros reseñados. No recomiendo su lectura completa porque el lenguaje decimonónico a veces se hace insufrible, pero sí hojearlos para valorar lo que hemos cambiado en la actualidad gracias al feminismo. He acabado harta de tanta bondad y sumisión, empachada de tópicos, de moralejas y de diminutivos, de virtudes varoniles y de metáforas frutales aplicadas a las mujeres. Menos mal que llegó Diana y nos hizo vislumbrar la mujer del futuro.

Lo que si tengo claro claro es que estos manuales de lectura auspiciados por la iglesia católica no enseñan, adoctrinan, justo lo que ahora los centros concertados religiosos critican a las nuevas políticas educativas de la sociedad democrática. La caridad no puede remediar las injusticias sociales. Segregar no es lo mismo que convivir. Discriminar es lo contrario que integrar. Las buenas costumbres no tienen nada que ver con la mojigatería y el puritanismo. Respetar el orden social no significa que tengamos que ser sumisos. La visión idílica de la infancia es tan contraproducente como una visión tremendista. La libertad no tiene nada que ver con la mala educación. Y la felicidad no va unida, desgraciadamente, a la bondad. 

Alejandro Tiana Ferrer, El libro escolar, reflejo de intenciones políticas e influencias pedagógicas

Algunas elucubraciones malvadas sobre las lecturas

La boda cortés de Juanito con Juanita. 

En consecuencia con lo que he leído, me atrevo a hacer un resumen final: el buen niño Juanito se casó con la horma de su zapato, la buena Juanita, y formaron un matrimonio burgués de provincias, aburrido, sano y santo como lo manda la Santa Madre Iglesia. Comieron perdices en el florido pensil de su hogar y perpetuaron a través de sus hijos el sistema social dominante. Finalmente, sus nietos asfixiados por tanta represión buscaron la libertad como caballos desbocados.

Jaimito frente a Juanito

En algunos pasajes de Juanito me acordé por paronomasia del temible y travieso Jaimito de los chistes de mi infancia, caracterizado por su descaro y malicia que fastidiaba con sus preguntas a su profesora y perturbaba el orden con sus travesuras. Jaimito es el contrario, el antagonista de Juanito. Estoy convencida que su creador lo escribió en venganza por haberse visto obligado a leerse el libro de pequeño, por eso la mayoría de sus chistes son verdes y zafios, pero graciosos y comprensibles para un público amplio. El nombre Jaimito proviene o coincide con el del cómico del cine mudo norteamericano 
Larry  Semon, que se llamó en España primero Tomasín y en las reposiciones a partir de 1941 Jaimito. Su popularidad entre nosotros fue tan grande que protagonizó todos los chistes de una época. “¿Sabes ése de Jaimito que va y…?”, era una de las frases seguras que surgían en cualquier reunión.
El nombre de Jaimito coincide también con el de una revista de historietas infantiles publicada entre entre 1945 y 1985 por una editorial de Valencia. Antes, en España, los tres sobrinos traviesos del pato Donald en las historietas producidas por Disney se llamaron Juanito, Jaimito y Jorgito.

Las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes

 
Las chicas buenas, la sumisas y modosas Juanitas del siglo XIX, no cuestionaban lo que les enseñaban los viejos manuales, solo tenían deberes, las habían controlado y separado. La Diana del libro de los años treinta fue el modelo que anticipó el futuro, una chica que aprendió a comprometerse con la realidad y a buscar su propio camino. Las primeras chicas malas buscaban cambiar las normas, no se sometieron, se hicieron autónomas a través de la educación, no se quedaron en casa y ejercieron sus derechos como ciudadanas. Fueron el germen de la famosa frase "las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes", siendo abanderadas de la libertad sexual, la igualdad laboral y política. A la frase se le atribuyen diversas paternidades: la actriz Mae West, un eslogan de mayo del 68, el dibujante Quino, o a la psicóloga alemana Ute Ehrhardt. Todos contribuyeron en el siglo XX a que el ángel del hogar moviese sus alas y abandonase su jaula para reconquistar su libertad. También me vino a la mente la frase complementaria : "Cuando soy buena, soy buenísima. Cuando soy mala, soy mucho mejor".

domingo, 23 de marzo de 2025

Leonor Serrano, Diana o la educación de una niña en tiempos de cambio (5)

 
Entre los libros de lectura publicados en la época de la República cabe destacar la obra Diana o la educación de una niña
: Libro de lectura escolar dividido en tres grados de la autora Leonor Serrano (1933) que presenta grandes avances en comparación con los publicados anteriormente. La autora, maestra, abogada e inspectora de educación, ejemplifica en sus textos las teorías expuestas en su obra La educación de la mujer de mañana donde hace exaltación de los nuevos principios entre los que destaca la coeducación, la autonomía y la igualdad de la mujer. Defiende la obligación del Estado de dar respuesta a las nuevas necesidades surgidas a raíz de la incorporación de la mujer al trabajo. Sostiene que el matrimonio no es una profesión sino un contrato entre iguales, de ahí que defienda el derecho de la mujer a tener un trabajo remunerado. Aboga por el derecho al voto de la mujer y su acceso a todos los cargos sin restricciones, y también por una ley de divorcio y la supresión de la pena de muerte.

La imagen de la portada de los libros de Diana nos remite a la mitología romana y griega en la que Diana era la diosa de la caza, protectora de la naturaleza, vinculada a la luna y defensora de la maternidad y de la infancia y caracteriza por su belleza, fuerza y libertad. Las diferentes partes constituyen una narrativa biográfica del desarrollo de su protagonista a través de distintas formas narrativas, el cuento, el diario y el libro de viajes. Una niña para la que es tan importante el dominio de la máquina de coser como el de la de escribir,

El primer libro, correspondiente al Grado I, se estructura en trece capítulos; las narraciones nos muestran la vida de Diana y sus entornos formativos familiares, las lecturas y modelos de referencia, que transitan entre la reproducción del modelo de género femenino y las aventuras que le abren otras formas de pensar y proyectarse

El segundo libro, correspondiente al Grado II, narra la vida escolar de Diana, una escuela que, aunque muestra el modelo segregado de la época, en su interior se vive una educación abierta a la realidad, rompedora de jerarquías autoritarias, fomentadora del trabajo en equipo. Doce capítulos que nos muestran las relaciones entre la maestra y los alumnos y los valores de la amistad y el compañerismo. Defiende la coeducación como parte fundamental en la educación de la infancia, niños y niñas deben aprender juntos en la familia y también en la escuela, porque no solo les ayuda en su construcción como individuos, sino que les enseña el valor de la cooperación, superando la antigua idea individualista.

El tercer libro, correspondiente al Grado III, narra el camino formativo de Diana en su entorno social. Este libro se presenta dividido en dos partes. La primera, dedicada a la función de la escuela que debe permitir la participación económica de la mujer en la sociedad a partir de conocimientos técnicos. En la segunda, un libro de viajes por todas las regiones de España, Diana entra en contacto con los conflictos sociales de la época que le muestran la necesidad de introducir cambios que la llevarán a hacerse maestra. Explícitas son, en este sentido, las últimas palabras del libro:

"-Sí, señora,- continuó Don Luis. -Otros hacen edificios materiales. Yo quiero poner la primera piedra del edificio espiritual de la cultura patria. Que Diana enseñe lo que ha aprendido."

Para saber más: 

Leonor Serrano, educadora i feminista en temps de canvis (1890-1942).https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5639840.pdf

https://volveremosamacondo.blogspot.com/2014/07/la-lengua-de-las-mariposas.html


 



 


miércoles, 19 de marzo de 2025

Urbanidad en viñetas: Cartilla Moderna de Urbanidad (4)

La presencia de imágenes como instrumento pedagógico cobra una especial relevancia a
partir del s. XX, un ejemplo de ello son las 
viñetas ejemplificadoras que aparecen en las Cartillas Modernas de Urbanidad para niños y para niñas, editadas por los Hermanos Maristas en su editorial F.T.D. en 1927. Dos libritos muy cuidados en los que domina la imagen sobre el texto. El mensaje se transmite visualmente a través de una secuencia de viñetas en las que se emplean dos colores, que reflejan el comportamiento considerado socialmente adecuado valiéndose de un modelo y de un contramodelo. Cada viñeta viene acompaña un escueto pie de texto que explica y refuerza el mensaje visual. 

No cabe duda de que estas ilustraciones ejercen una función motivadora y complementaria en la enseñanza. "Estas viñetas, que recuerdan las estampas de aleluyas o aucas, donde bajo cada una de ellas aparece un dístico o pareado, muy conocidas dentro del ámbito popular catalán-valenciano, contraponen modelos de conducta mediante dibujos que refuerzan el modelo a seguir frente a su contrario en aspectos como lo considerado correcto de los gestos, acciones a seguir, valores o higiene. Todo ello sustentado bajo una ideología de clara diferenciación social entre un mundo urbanita y de posición acomodada frente a otro rural y de escasos medios. La censura social e ideológica, no solo respecto a las mujeres (cuyo papel se reducía a ser esposa y madre) sino también respecto a los criados o servidores domésticos"*.

*En enero de 1932, la Editorial FTD se constituyó como sociedad anónima pasando a denominarse Editorial Luis Vives S.A. (Edelvives).

*https://adarve5.blogspot.com/2021/06/codigos-sociales-de-urbanidad-y-de_14.html







viernes, 14 de marzo de 2025

El padre Codina: Urbanidad en verso (3)

 
La Urbanidad no solo 
es una disciplina que enseña a vivir en sociedad, sino también un modo de adoctrinamiento para salvaguardar el orden y la paz social que definía el modelo de hombre y mujer urbano de la época. Los autores de urbanidades escolares del XIX insisten en aclarar que se trata de un código social que “emana de la religión y la sana moral”La inclusión de la Urbanidad en las escuelas inculca valores, actitudes y conductas en los alumnos para que puedan transferirse al contexto familiar y social de los mismos. 

Los preceptos de cortesía y decoro llegan a los escolares en forma de manuales, tratados o cartillas, o como complemento de los libros de lectura como hemos visto en entradas anteriores. Los libros presentan los contenidos de la disciplina bien por el sistema de pregunta-respuesta como en el catecismo. utilizado en Breve tratado de urbanidad para las niñas ( Paluzie,1884) de Pilar Pascual, bien a modo de máximas o preceptos, a veces en forma versificada y, otras veces, con viñetas ilustrativas que favorecen el aprendizaje. 

El presbítero y profesor de instrucción pública, D. José Codina redactó en la primera mitad del siglo XIX varios textos breves de urbanidad adoptando la forma versificada –un procedimiento didáctico muy adecuado para la memorización del texto– que gozaron de una gran aceptación a lo largo de muchas décadas con innumerables reediciones. El Tratado completo de urbanidad en verso para uso de los jóvenes, ilustrado con notas sobre el modo de producirse cortésmente (Barcelona, 1838), y el Tratado completo de urbanidad en verso para uso de las niñas (1838). Los dos tratados de unas 60 páginas sin grabados son obras breves escritas en octavas. Al final se incluyen unas 100 preguntas relativas al texto que precede. A pesar de que se dice que el texto está escrito en octavas, más parecen octavillas, la octavilla es una estrofa de ocho versos de arte menor formada por dos redondillas en la que una de las rimas se repite en la segunda de ellas (rima consonante -aab-ccb).

 


Tratado Completo de Urbanidad en Verso by Antonio Lorenzo

Paras saber más

Almanaque: Códigos sociales de urbanidad y de buenas maneras [I] (adarve5.blogspot.com) Un recorrido histórico por los libros de urbanidad.

sábado, 8 de marzo de 2025

La buena Juanita y Flora: adoctrinamiento para niñas (2)

La vida de los hombres y mujeres está condicionada por la procedencia social y familiar y por el contexto rural o urbano. Pero las mujeres nunca han tenido las mismas posibilidades de acceso a la educación que los hombres, lo que ha determinado su exclusión de la vida social y de las instituciones. La desigualdad manifiesta entre niños y niñas se perpetuaba en las escuelas segregadas por sexo amparadas por la iglesia católica. Hace aproximadamente siglo y medio se publicaban en nuestro país los primeros libros específicos para la enseñanza de la mujer.

En vista de la aceptación que tuvo el Juanito de Parravicini (1836), dos editores, Calleja y Faustino Paluzíe publicaron en el siglo XIX y la primera mitad del XX, libros de lectura con niñas de protagonistas cuando la ley Moyano de 1857 ordenó la creación de una escuela para niñas en toda población de más quinientas almas. Las niñas de las clases populares empezaron a asistir a las escuelas recibiendo una instrucción muy diferente a la de los niños: debían convertirse en buenas esposas y madres, además de ser excelentes hijas. Como afirma Pilar Ballarín la asignatura de «Ligeras nociones de higiene doméstica» junto con la reorientación que se dio a las «labores propias del sexo» hacia la utilidad familiar fueron los instrumentos clave para el alejamiento de las mujeres del mercado laboral y la devaluación de los trabajos que éstas desempeñan»

La buena Juanita

La buena Juanita, 1876
El educador italiano Pasquale Fornari en 1874 publicó El buen Juanito educado e instruido, y dos años más tarde La buena Juanita educada e instruida. Este último libro llamó la atención del editor Saturnino Calleja, que lo adaptó para las niñas españolas con el título de La buena Juanita, en su doble vertiente de libro escolar de lectura y de buenos modales. De 1890 a la de 1940 se hicieron numerosas ediciones, pero las lecciones de urbanidad permanecieron inmutables, se trataba de transmitir a las niñas los recios principios de la sociedad burguesa. Juanita era la “buena” niña, complemento del “buen” varón, adornada con grandes cualidades y virtudes. Recibe lecciones por partida doble, pues además de las que aprende de la maestra, en casa su madre comienza ya a instruirla sobre los quehaceres del hogar para que llegue a ser también una modélica ama de casa. Así se perpetuaba el patriarcado en la escuela como centro formador de madres de familia al cuidado del hogar, el marido y los hijos. La urbanidad femenina era por tanto mucho más estricta que la masculina, debido al papel ejemplarizante y formativo que se esperaba de unas esposas sin tacha que ya desde pequeñas debían comportarse como pequeñas damas angelicales que tienden a desvalorizar sus propias necesidades y deseos por los de las personas cercanas a las que cuidan. 

En el preámbulo se afirmaba que: “Juanita es una niña que aún no ha cumplido los ocho años. Es muy cariñosa con todo el mundo, y, por lo mismo, todos la quieren y le desean mucho bien. Y además de ser muy buena, es muy estudiosa. Su mamá va enseñándole poco a poco los quehaceres de la casa. También va a la escuela, y escucha con respeto y atención las explicaciones de la Maestra, se fija mucho en lo que ésta le dice, y lo conserva en la memoria para practicarlo. No cabe duda de que, siguiendo así, Juanita llegará a ser pronto una mujercita de su casa”.

 El librito formaba parte del método de lectura Lecciones de una madre que consta de cuatro partes: 
- Primera:  Ejercicios preliminares y fugas de palabras. 
- Segunda: La buena Juanita, nociones de urbanidad y cortesía en forma de 20 narraciones breves.                   
 En el capitulo VIII encontramos otro ejemplo del enseñar asustando como ya hemos visto en JuanitoNo os metáis los alfileres en la boca relata la historia de Casilda, una amiga de Juanita, muy hábil confeccionando ropa para sus muñecas que al coser se mete los alfileres en la boca para tener las manos libres. La imprudencia de esta niña se verifica cuando un día de improviso entra un perro y por el susto se traga dos agujas y un alfiler que le provocan la muerte entre atroces dolores. "Llorando, acompañó Juanita al féretro al cementerio, y se acordó siempre de tan triste ejemplo".
Este es el epílogo del libro:
Juanita conservó siempre en la memoria estos cuentecitos de su abuelita y las lecciones morales que de ellos se desprendían. De este modo, queriendo mucho a su mamá y a su papá, respetando a los ancianos, mirando a su  maestra como a su segunda madre, no deseando mal a nadie, haciendo todo el bien que podía, como manda nuestra santa Religión católica, apostólica, romana, y estudiando mucho, llegó a ser considerada como modelo de niñas y querida por todo el mundo. Niñas, imitad siempre a Juanita, y sed buenas y aplicadas si queréis ser felices.

-Tercera: Vocabulario caligráfico ilustrado
- Cuarta: Recuerdos históricos que tienen una finalidad pedagógica. 

Lo puedes leer o descargar aquí 

Flora o la educación de la niña

Paluzie encargó la redacción del libro Flora o la educación de una niña (1881) a la escritora Pilar Pascual de Sanjuán que definía el modelo de mujer convencional, basado en la diferenciación y en la exclusión, al que hay que imitar, pero intentando mejorar algo la autoestima y las condiciones de vida de las mujeres. 

Flora es una niña de clase media ilustrada, una familia de orden; el abuelo era militar retirado y el padre abogado; vivía con sus padres y sus abuelos paternos. La autora va describiendo la vida de Flora y refleja algunos tópicos acerca de las clases populares que reflejan el sentido paternalista propio de la épocaCon un estilo especialmente florido se la compara con un pequeño y delicado capullo que se convertirá en una fragante flor y con un fruto excelente cuya dulzura deleitará a todos los que alcanzan a probarlo. 

Las características principales de Flora eran la bondad, obediencia, prudencia, humildad e inocencia. A lo largo de la obra se ve cómo va desarrollando virtudes y conductas siguiendo las enseñanzas que su madre y su abuela le ofrecen en todas las ocasiones que se presentan. El padre también aparece como educador, pero se centra más en las cuestiones intelectuales que se consideraban imprescindibles para una niña de su época.
El libro se divide en tres partes, Flora párvula, Flora niña y Flora adolescente, que giran en torno a sus vivencias; contiene ilustraciones que representan escenas que se describen en el texto o que muestran lo que se está explicando, siendo la mayoría de Historia natural (elefante, abeja, cascada, volcán, barómetro, la Luna…). 

Este es el final del libro que termina con Flora felizmente casada: 

     Ya veis, queridas lectoras, el fruto de la esmerada educación que vuestra amiguita ha recibido. Os la he presentado en la cuna, hemos presenciado su desarrollo, la hemos visto iniciarse en los secretos de la naturaleza y adquirir los conocimientos útiles a la mujer, corregir los defectos que se insinuaban en su corazón de niña, robustecerse en la virtud con el apoyo de sus prudentes y sabios educadores y llegar a ser, después de una hija tierna, obediente y respetuosa, una esposa modelo y excelente madre". 

   Os he ofrecido un modelo, el imitarle no es difícil. ¡Dichosas vosotras si podéis superarlo!

Superarlo he dicho, porque con buena voluntad todo es posible, y así como en el corazón humano hay a veces insondables abismos de perversidad, que contrastan y aterran al que los profundiza, hay también tesoros de virtud, cuyo germen colocó en él la Providencia, y que convenientemente desarrollados convierten a los niños en ángeles de inocencia y de candor, al hombre y la mujer en seres, privilegiados que derraman la dicha en su familia y en su patria, y que honran y enaltecen la humanidad.


Lo puedes leer o descargar aquí

Otros libros didácticos para las niñas

A la buena Juanita Flora le siguieron otros libros didácticos destinados a la educación de las niñas, solían titularse con los nombres más utilizados de mujer: Carmencita, Flora, Juanita, Diana, Mari Sol. Eran modelos a imitar, un espejo en el que se miraban las pequeñas lectoras. A la niña de la época se la adornaba con metáforas botánicas (un “pensil” o “florilegio” de plantas delicadas, coloristas y perfumadas), como acompañamiento a su condición de “perla” o “ángel” del hogar. La higiene y la economía determinaban el gobierno de la casa, en el que la mujer también se aplicaría a las “labores” que aprendió en la escuela. En la calle, acomodará su conducta a las reglas de cortesía, recato y pudor. Mientras que al varón se le asignaba un carácter “viril”, procreador de la especie, y una “rosa de los vientos”, que le permitiría elegir el mejor camino hacia estudios o profesiones más en consonancia con su superior estatuto antropológico*. 

Las imágenes de anatomía que circularon en las escuelas en los siglos XIX y XX trataron de ocultar los órganos sexuales externos del hombre y de la mujer en la iconografía hasta hacerlos prácticamente invisibles. Cuando estas anatomías muestran el feto de la mujer embarazada lo hacen sacándolo fuera del cuerpo de la madre, a fin de ocultar la procedencia “natural” de los recién nacidos, y de salvaguardar de este modo la doctrina de la Iglesia en la materia. El pudor y el recato eran fundamentales: "Los modales de las niñas bien educadas deben ser como las tapias del jardín del cura: flores y no espinas. Es un jardín hermoso, niñas, el alma, y el cuerpo es el cercado que la resguarda. Guardad el cuerpo, y guardaréis las flores que tiene dentro" .

Para saber más

* Pág. 71  Agustín Escolano Benito, Flora o la educación de una niña  un estudio sobre la formación de la mujer en la sociedad tradicional, basada en la diferenciación y en la exclusión, categorías y valores que dominaron la educación de la “preciosa mitad del género humano”- https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/13326/1/Feminismos_13_05.pdfhttps://www.museoandaluzdelaeducacion.es/la-buena-juanita/

sábado, 8 de febrero de 2025

Sueños recortables de posguerra para niñas (y 5)

La novia y su equipo completo, ed. TBO (1940)
Mención aparte merece el recortable  La novia y su equipo completo que la revista TBO en 1940 editó en forma de álbum, dibujado por Tinez. Consta de cuatro páginas llenas de vestidos con dos muñecas para recortar y un total de 20 trajes (trajes de casa, traje de novia, traje y abrigo de viaje, trajes de entretiempo, trajes de verano y playa, trajes de invierno, trajes de deporte, traje de noche, traje de disfraz etc.) y cinco tocados. El dibujante ya había publicado otras mariquitas parecidas entre 1930 y 1940 con la imagen de las estrellas del momento como Deanna Durbin o Shirley Temple. 

Toda esta profusión de vestidos tiene algo de obsceno porque se publicó en 1940, al inicio de la posguerra, en un momento en el que todos los que habían sobrevivido debían seguir luchando por la vida en una sociedad sumida en la más profunda pobrezaLa época franquista supuso un paso atrás sobre todo para las mujeres, se prohibieron y olvidaron todos los logros conseguidos en los años anteriores. Como afirma Carmen Martín Gaite*: “La posición de la mujer española está hoy como en la Edad Media. Franco le arrebató los derechos civiles y la mujer no puede poseer propiedades ni incluso, cuando muere el marido, heredarle…No puede frecuentar los sitios públicos en compañía de un hombre si no es su marido…Tampoco puede tener empleos públicos…”. Los únicos destinos posibles y deseables de la mujer eran, primeramente el matrimonio, al que había que aguardar con castidad y esperanza; y segundo, el convento. La función social se define perfectamente con las palabras servicio, sacrificio y sumisión.

Misterioso y lejano fulgor con el que soñar

La novia, versión reducida, Ediciones TBO (1943)

Los recortables dedicados a las niñas, como otras revistas de la época, ofrecen una imagen de mujer adulta alejada de los problemas cotidianos. Abren una puerta para soñar con una vida mejor llena de lujos como el de las actrices de Hollywood. Un juego para entretenerse y olvidar que educaban a las jóvenes para ser guardianas del hogar. En las nubes, vivían de ilusiones: de las letras de las canciones de amor, de las películas americanas y de las novelas rosa. Se sienten princesas, no quieren saber que la novia blanca y radiante se inmolará ante el altar, que no será dueña de su destino. Soñaban con un príncipe azul que en la mayoría de las veces pronto se convertiría en sapo. Tan solo será reina por un día. Con los votos matrimoniales aceptaba ser una mujer abnegada, fiel y obediente a su amo como pregonaba la Sección Femenina. 

Las novias de luto 

Para casarse, primero había que conseguir un novio rápidamente por el temor a la soltería, lo que era difícil por la cantidad de hombres muertos y encarcelados, y además rico, tarea casi imposible. Mientras, le daban la vuelta al único abrigo que tenían, se pintaban una raya en la pantorrilla para simular que tenían medias y se hacían un jersey con restos de lanas. Las novias del momento no podían comprarse un traje de novia blanco para el día del enlace, la economía no permitía tener un vestido para una sola ocasión, no salía rentable, así que la opción era ir vestidas de negro, el color del luto. Los sueños forjados en tecnicolor se fundían en negro. 
Esta dicotomía entre la realidad y la fantasía nos parece ahora un sarcasmo, una burla cruel, pero demuestra la necesidad que tenían las mujeres de evadirse en unos tiempos de calamidades. De ilusión también se vive, los juegos funcionan como un bálsamo contra el autoritarismo, un refugio para soportar la vida cotidiana. Otro antídoto eran las revistas humorísticas que reflejan las genas de reír de un pueblo contra el escaso sentido del humor de la dictadura. 

Con esta entrada acabo la serie Recortables que completa la de Teatros de papel. Las producciones editoriales destinadas a la diversión y recreo de niños y adolescentes, durante tres cuartas partes del siglo XX sobre papel impreso en colores, alimentaron los sueños, fantasías e ilusiones de varias generaciones, al mismo tiempo que transmitían los valores sociales y educativos del momento. Su conocimiento nos aporta un testimonio, a veces terrorífico, de la ideología que los ideó, pero nos sirven para saber de dónde venimos y nos reconfortan con el presente que, sin duda, es mucho mejor. 

*-Martín Gaite, Carmen. Usos amorosos de la postguerra española, Ed. Anagrama, Barcelona, 1987

Para saber más:

lunes, 28 de octubre de 2024

Martín Caparrós y Marta Nebot: amor y lucha compartida


Salir del armario es la emotiva carta en la que la periodista Marta Nebot comparte su convivencia con el escritor tras dos años y medio guardando el diagnóstico en secreto. Todo un ejemplo de amor y lucha compartida. Y de descubrimientos: dormir es más importante que comer para una cuidadora.

"Estuvo bien ocultarlo, aunque aquel secreto me arrancó el sueño de cuajo durante meses hasta que se lo desvelé a un terapeuta amigo. De lo primero que descubrí, entre tantas otras cosas que ya he descubierto, está que dormir es más importante que comer, que te mueres antes de agotamiento que de hambre, que sin dormir aparecen ansiedades, ataques de pánico y depresión y todo deja de tener sentido.

Por eso, quizá, me atrevo a hablar en plural, porque su mal es de los que son más compartidos. No estoy enferma, pero soy sus brazos y sus piernas, hago lo suyo y lo mío, me propongo vivir a su lado lo que venga e intentar ser lo que necesite".  

Paco Cerdá, Martín Caparrós ante la vida y la muerte 


jueves, 10 de octubre de 2024

Las pioneras del cine mudo (9)

Entre 1912 y 1919, Universal Studios contaba con 11 directoras y  170 películas.

Las décadas del cine mudo dejaron no solo grandes actrices, sino también un buen número de cineastas y guionistas femeninas olvidadas que desarrollaron interesantísimas carreras. Una misma persona podía escribir el guion de una cinta, encargarse de las luces y salir de extra. Ese contexto informal dio la oportunidad a que muchas mujeres actrices o guionistas se pusieran a liderar rodajes o a crear pequeñas productoras. En cambio, desaparecen cuando el celuloide se convierte en un negocio con una financiación potente en el que es posible ganar mucho dinero. Es ahí cuando se impone una mayor división del trabajo que implica también una división por géneros. Capitalismo y patriarcado van de la mano y, en la gran pantalla, eso supuso la expulsión de las mujeres de puestos de poder.

Entre ellas destacan: Mabel Normand, Dorothy Davenport Reid, Cleo Madison, Marion E. Wong, Nell Shipman, Ruth Ann Baldwin, Lita Lawrence, Madeline Brandeis y Olga Preobrazhenskaia.

La primera directora de cine que realizó una película de ficción en 1895 fue la francesa Alice GuyEl hada de las coles. En 1905 filmó las dos primeras películas realizadas por una directora en España:  Voyage en Espagne o La malagueña y el torero, y La pasión o la vida de Cristo, la que podría considerarse como la primera superproducción de la historia, con una duración de treinta minutos y para la que se usaron veinticinco decorados y más de trescientos extras, algo excepcional para la época.

Las pioneras españolas

Elena Jordi, Musidora, Helena Cortesina y Rosario Pi

Elena Jordi, actriz y empresaria, es considerada la primera directora de cine española por su trabajo en la película muda ‘Thaïs’, estrenada en 1918, pero su película se perdió y no se conserva ninguna copia, solo tenemos conocimiento de la misma a través de las reseñas que aparecieron en la prensa, como ocurre por desgracia con gran parte del cine mudo. 

Julio Romero de Torres, Musidora

Jeanne Roquesconocida artísticamente como Musidora, fue una actriz, directora, escritora, productora y realizadora francesa, especialmente conocida por su papel de Irma Vep en la película Les Vampires (1915). La actriz estuvo cinco años en suelo español, tres de sus películas abordan su paso por España: Une aventure de Musidora en EspagneSoleil et ombre (1922) y La tierra de los toros (1924), de las que fue guionista, directora, productora e intérprete. Incluso fue retratada por Julio Romero de Torres.


Helena Cortesina 
En 1921, la valenciana Helena Cortesina produjo, dirigió y protagonizó Flor de España o la leyenda de un torero, una película de la que tan solo se conserva un fotograma. También fue la primera mujer que montó una productora de cine en el país, de acuerdo a la información que tenemos hasta la fecha.

Catorce años después Rosario Pi  fundó junto a dos compañeros la primera productora de sonoro en España, Star Films. Dirigió El gato montés (1935) y Molinos de viento (1937). Hubo que esperar casi 20 hasta que Ana Mariscal dirigiera su primer largometraje en 1953. 

Para saber más 

https://caspervek.com/index.php/es/films-4/9-films/98-mujeres-cine-mudo

Juan Antonio Bermúdez, Las que abrieron camino. Directoras pioneras del cine español 

https://valenciaplaza.com/si-tambien-hubo-mujeres-dirigiendo-cine-mudo-no-tampoco-las-conoces-hasta-ahora

La vida recuperada de Cortesina, la primera cineasta española