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domingo, 10 de noviembre de 2024

Evitar los "anglicanismos"

Recuerdo perfectamente el día en que en clase tuve un lapsus linguae y utilice la palabra anglicanismo (conjunto de las doctrinas de la religión predominante en Inglaterra) cuando quería decir anglicismo (utilización de palabras inglesas). Un alumno, al que entonces odié pero que ahora aplaudiría, me corrigió. En ese momento hubiese deseado que la tierra me tragase. Menos mal que las equivocaciones orales se las lleva el viento, las escritas permanecen en el tiempo para nuestra vergüenza. A partir de ese momento dejé de ser tan rígida a la hora de calificar, un error lo tiene cualquiera. Y es que las palabras las carga el diablo, hasta los grandes escritores han cometido faltas. Yo me equivoco mucho y por eso pido disculpas por los errores y erratas que se deslizan por mis escritos. Hay que reivindicar la digna profesión de corrector de estilo con la que de paso se crearían muchos puestos de trabajo. 
 
La utilización del corrector en el ordenador no nos salva de estos desmanes, a veces los aumenta. Los periodistas que trabajan bajo la presión de la inmediatez son especialistas en ello. Un ejemplo de ello es el artículo Rescata el castellano: utiliza estas hermosas palabras en español en lugar de anglicismos como "flashback", "feedback" o "copyright" publicado en La Razón. El título es correcto, pero en el cuerpo del texto confunde anglicanismos con anglicismos, además de estar trufado de errores gramaticales, repeticiones y erratas que te animo a descubrir. Curiosa manera de "seguir apostando por nuestro idioma".


miércoles, 22 de mayo de 2024

Cuento de Los vidrieros y de las mil monas/ Un cero en medio

Fabio. Viene en cifra…
Federico. ¡Qué tormento! 
Fabio. ¿Como la que uno escribió en guarismo*? 
Federico. ¿Qué sé yo? 
Fabio. Si no lo sabes, va el cuento:

De una dama era galán 
un vidriero que vivía 
en Tremecén, y tenía 
un grande amigo en Tetuán. 
Pidiole un día la dama
que a su amigo le escribiera 
que una mona remitiera;
y como siempre quien ama
se desvela en conseguir
lo que su dama le ordena, 
por escoger una buena, 
tres o cuatro envió a pedir.

*Signos o cifras arábigas que expresan una cantidad 

El tres o cuatro escribió
en guarismo el majadero;
y como es allí la o cero,
el de Tetuán leyó:
«Amigo, para personas 
a quien tengo voluntad,
luego al punto me enviad 
trescientas y cuatro monas». 
Hallose afligido el tal;
pero mucho más se halló 
el vidriero cuando vio 
contra su frágil caudal,
dentro de muy pocos días 
apearse con estruendo 
trescientas monas haciendo
trescientas mil monerías. 

El secreto a voces, Calderón (1642)

Un claro ejemplo de la relación entre literatura culta y popular es el cuento titulado Un cero en medio o El cuento de los vidrieros y de las mil monas. El texto escrito en redondillas aparece en la comedia de enredo El secreto a voces (1642) de Calderón de la Barca, las pronuncia Fabio, el criado gracioso. El éxito del cuento tal vez radicase en que era ya conocido por el público. Posteriormente fue reproducido en antologías de chistes, anécdotas, cuentos y chascarrillos a lo largo de los siglos siguientes. Juan Eugenio de Hartzenbusch retomó el tema con ligeras variantes en 1848, en sus Fábulas puestas en verso castellano.


Rafael Boira,
El libro de los cuentos (1862)

La comicidad del cuento proviene de la confusión de dos sistemas lingüísticos diferentes: el sistema de las letras y el de las cifras o números y la exageración de las proporciones típica del Barroco. El vidriero de Tremecén, para agasajar a su amada, escribió la cantidad de monas que quería  en números: 3 o 4; pero el vidriero de Tetuán la convirtió en un solo número (304) porque la conjunción o sin tilde la interpretó como un cero, dando lugar al malentendido. Además, nos advierte de la importancia del cero, en este caso un cero en medio, ni a la izquierda ni a la derecha. Un cero que trajo la desgracia al comerciante porque las trescientas monas con sus monerías acabarían con su frágil negocio. Se hace eco del dicho popular Chicas causas, grandes efectos que destaca la facilidad con la que se corrompe una información cuando se transmite o se entiende mal. Nosotros lo aprendimos de niños en el juego El teléfono escacharrado.  


Diccionario panhispánico de dudas 

A todos nos puede pasar si no utilizamos correctamente las reglas de ortografía o nos confundimos al escribir en el ordenador poniendo un cero en lugar de la letra o. Esto es lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas: "Por razones de claridad, ha sido hasta ahora tradición ortográfica escribir la o con tilde cuando iba colocada entre números, para distinguirla del cero: 3 ó 4, 10 ó 12. La escritura mecanográfica hace cada vez menos necesaria esta norma, pues la letra o y el cero son tipográficamente muy diferentes. No obstante, se recomienda seguir tildando la o en estos casos para evitar toda posible confusión. La o no debe tildarse si va entre un número y una palabra y, naturalmente, tampoco cuando va entre dos palabras: * Había 2 ó más policías en la puerta (correcto: 2 o más); *¿Quieres té ó café? (correcto: té o café)". 

¿Por qué hay tantos monos en Gibraltar?

 Ramón J. Sender en la novela La tesis de Nancy (1962), basándose en la confusión entre cifras y letras de los textos anteriores, con gran sentido del humor, explica así la presencia de los monos en Gibraltar.

No entendía Mrs. Dawson o no quería entender (nunca se sabe con ella). Estábamos en el café. Y preguntaba de dónde habían salido los monos gibraltarenses. Curro explicó no sé si en broma o en serio:

—En el siglo pasado un comerciante de Gibraltar que tenía un hermano rico en el Brasil le escribió una carta pidiendo que le enviara por el primer barco tres o cuatro monos. Pero escribió la cantidad en números, así: 3 o 4. Y el brasileiro fletó un barco especial y le mandó 304 monos. El comerciante no sabía qué hacer. Los ingleses aman a los animales y obligaron al comerciante a alimentar a los monos o a dejarlos en libertad. El comerciante vendió algunos, pero fue soltando a la mayor parte y velay*, esa es la historia.

* Ciertamente  (De velo ahí)

José Luis Garrosa Gude: Errores afortunados y razones para la abundancia: cargamentos de bacalao y monos, de Unamuno a Calderón de la Barca 

Buscando en internet hallé esta trilogía de artículos de extraño título, escrita por un colega del IES José Hierro de Getafe que se dedica al estudio de las diferentes tradiciones orales. Recomiendo su lectura porque está llena de intriga: saltos temporales y espaciales, vasos comunicantes y relaciones entre personajes variopintos. Porque las confusiones en la lectura provocan envíos masivos caros y engorrosos, pero alguna vez también riqueza. Así el lector descubrirá el enigma que relaciona los bacalaos con los monos y al escritor Unamuno con el adinerado bilbaíno Simón Gurtubay. Y el papel que tiene un artículo escrito en La Gaceta de Marsella.

En definitiva esta es una historia de enredos que se ha contado mil y una veces que nos demuestra la relación entre la literatura y la realidad, la fantasía y la verdad, la leyenda y la anécdota. De esta manera, yo he descubierto que en Gibraltar los ingleses se hicieron cargo de las monas que le sobraban al vidriero y que el título mil monas recibe ecos de los cuentos de las mil y una noches cuando decir mil era decir muchos. Puestos a fabular y a exagerar, la expresión llegar a las mil y monas de la que hablaba en la entrada anterior tal vez tenga que ver con el retraso en la llegada del envío y los problemas que acarrea. 

sábado, 23 de abril de 2022

Biblioteca Manuel Alvar cerrada (23 de abril, Día del Libro)

“Por fabor, avrir lla la vivlioteka. Es urjente”, se lee en el mensaje pintado en la fachada de la biblioteca Manuel Alvar, ubicada en el barrio de Salamanca, exigiendo su pronta reapertura. El autor ha tirado de ironía para quejarse de todo el tiempo que el lleva cerrada importunando a los vecinos y estudiantes que desean asistir. El centro, de propiedad estatal pero gestionado por la Comunidad de Madrid desde 1988, se cerró en abril de 2019 con la justificación de que se iban a realizar obras de manera urgente. Sin embargo, la obra prácticamente no llegó ni a comenzar y ya antes del confinamiento se paró toda la actividad. Tres años más tarde, la biblioteca continúa cerrada sin ninguna señal de una inminente reapertura. 

El grafiti se ha convertido así en un llamativo y divertido grito desesperado de los vecinos afectados por el cierre. Las bibliotecas son muy necesarias. ¡Feliz día del libro!

lunes, 6 de diciembre de 2021

Defendiendo la educación privada con faltas de ortografía


Absurda manera de defender la educación privada con faltas de ortografía. 

El líder de Más País evidenció cómo la desigualdad lastra la educación de los menores de edad mostrando un gráfico acompañado del mensaje "si eres pobre, repites más, si eres rico, repites menos. Y lo llaman meritocracia". Al leer este tuit, el exdiputado de Cs optó por defender a los colegios privados frente a los públicos. Y coincidió que se le escapó una falta de ortografía: "aver" en lugar de "a ver", además de dejarse sin poner una coma justo antes de la palabra chavalote.

https://www.publico.es/tremending/2021/12/05/marcos-de-quinto-defiende-la-educacion-privada-frente-a-la-publica-con-una-errata-y-los-tuiteros-no-tienen-piedad-poniendose-de-ejemplo/

martes, 8 de septiembre de 2020

Ramón Alemán: Sonetos lingüísticos


Si no se te queda en prosa, se te quedará en verso. Esa es la intención con la que la obra Cincuenta sonetos lingüísticos (Pie de Página, 2020) que ha escrito Ramón Alemán, con prólogo del escritor y periodista Juan Cruz e ilustraciones de Ventura Alemán, ve la luz: que corrijamos esos fallos a la hora de escribir (y de hablar) que cometemos los hablantes.
Alemán es también corrector de textos*, este canario no se cansa de animarnos a usar correctamente nuestra lengua de una manera amena y sin abroncamientos, que ya estamos todos muy cansados del tono abrupto de muchos sabios que en el mundo han sido y son. «Yo tengo un blog, Lavadora de textos, en el que llevo diez años publicando artículos sobre el buen uso del español»


Soneto lingüístico al traductor (nº 60)
Gracias a Dios, y nunca mejor dicho,
existen traductores en el mundo,
pues fue ese Dios, celoso y tremebundo,
quien dio a Babel mil lenguas por capricho.

El traductor, juicioso masoquista,
convierte en comprensible un raro texto
vertiendo habilidad, duda y contexto
en su ancestral marmita de alquimista.

Por él cabalga don Quijote en Francia,
a Dickens en polaco ya han leído
y El principito tuve yo en mi infancia.

La traducción es puente que ha tendido
el hombre sobre ríos de ignorancia,
y allá el altivo Dios si se ha ofendido.



*Esta entrada del blog completa la anterior sobre el autor.


lunes, 7 de septiembre de 2020

El profesor don Pardino, ortografía con humor

El profesor don Pardino es un personaje de ficción que imparte lecciones de Lengua en Twitter, Facebook e Instagram. Lo hace a través de viñetas de humor que repasan algunos conceptos básicos de la ortografía y que, entre estas tres redes sociales, suma más de 70.000 alumnos. Desde este 24 de agosto, sus clases, además de en redes, pueden leerse en papel: la editorial Plan B ha publicado El profesor don Pardino contra los titis, un cómic de humor con el que recordar que “ti” no se acentúa, que las mayúsculas sí y que detrás del vocativo va una coma.
 Detrás del personaje está Ramón Alemán, periodista y corrector de textos de Tenerife (islas Canarias, España) con más de veinte años de experiencia.  Este libro es una recopilación de los artículos publicados hasta ahora por el autor en el blog Lavadora de textos (www.lavadoradetextos.com). Todos ellos abordan con rigor, pero también con sencillez y con un poco de humor, asuntos relativos a la lengua española, especialmente aquellos que tienen que ver con la escritura. Buena parte de los artículos pretenden resolver dudas de amigos, periodistas y lectores del blog, y otros son respuestas a preguntas que el propio autor se hizo en su día sobre algunos misterios de la ortografía, la ortotipografía y la gramática del español.


Así describió Ramón Alemán a don Pardino en su soneto lingüístico número 37:

Los que pasamos nuestra tierna infancia
con el gran Mortadelo a nuestro lado
tenemos nuevo mito dibujado,
trazado con finura y elegancia.

Barbudo personaje es don Pardino:
sus gruesas gafas son de Rompetechos;
su boli rojo deja muy maltrechos
a los que al escribir no tienen tino.

Con buen humor y muy a la española,
el profesor repara los errores
de aquellos que destrozan nuestra lengua.

Pardino es un dibujo; sus autores
son dueños de su fúlgida aureola
de sabio cuya antorcha nunca mengua.

Descargar:

martes, 9 de abril de 2019

Detectives de faltas de Ortografía



Un grupo de estudiantes de 14 y 15 años del Instituto Cuatro Villas de Berlanga (Badajoz), capitaneados por su profesor de Geografía e Historia, Alejandro Gala Martín, se dedica a rastrear y corregir -siempre con mucha educación- las faltas ortográficas que los famosos cometen en Twitter. Muy buena idea la de estos Detectives de la ESO, estoy por contratarlos porque a veces tengo dudas.

Ver vídeo motivador para los alumnos.

Adiós a la falta gramatical más famosa del pop español


En un homenaje a Mecano de reciente aparición, Love of Lesbian e Iván Ferreiro han vuelto a grabar el tema La fuerza del destino, canción escrita por Nacho Cano y grabada en 1989, quitando la ese final ("Te dije: Nena, dame un beso / tú *contestastes que no") que durante años había sido motivo de crítica lingüística.
La segunda persona del singular del pretérito perfecto simple o indefinido viene directamente del latín y nunca ha tenido ese, así "cantavisti" pasando por la forma reducida "cantasti", empleada sobre todo en la lengua hablada, dio lugar a tú cantaste. Ahora bien, todos los tiempos verbales del español, cuando se conjugan en la forma tú, tienen una ese al final: los presentes (contestas, contestes), el futuro (contestarás) y los pasados (contestabas, has contestado, contestases)... todos, salvo el imperativo que no se siente como equiparable al resto del sistema, y el pretérito indefinido. Por tanto, la falta gramatical se produce al alejarse de la etimología y se justifica por analogía. Es habitual en la lengua vulgar y hablada. Aparece también en las sevillanas Cántame, interpretadas por María del Monte: “Yo iba de peregrina y me *cogistes de la mano / me *preguntastes el nombre, me *subistes a caballo”.  En este caso, unida a la ultracorrección porque el habla andaluza tiende a comerse las eses finales. 

lunes, 25 de febrero de 2019

Pensad bien a quién votar

Me ha llegado por facebook este mensaje feminista que contiene dos incorrecciones gramaticales: se utiliza un infinitivo por un imperativo* (pensad/pensaos) y falta una tilde en el pronombre quién que aquí es interrogativo y que introduce una oración subordinada sustantiva de CD. Quiero suponer que el autor del texto ha preferido utilizar el registro coloquial para llegar a todos. 


*RAE: No se considera correcto, en el habla esmerada, el uso del infinitivo en lugar del imperativo para dirigir una orden a una segunda persona del plural, como se hace a menudo en el habla coloquial:
¡Venir aquí ahora mismo, granujas!
Poneros el pijama y dormiros cuanto antes.

martes, 19 de diciembre de 2017

La tabla periódica de la ortografía

De vez en cuando conviene pasearse por sinfaltas.com

lunes, 4 de diciembre de 2017

Historia de las letras


Parece que hay una errata en la letra w, falta el adverbio no: pero no se reconoció hasta 1969.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Historias ortográficas de desamor

Una canción en la que Serge Gainsbourg hace de profesor improvisado, corrigiendo con total frialdad las abundantes faltas de ortografía de la carta enviada por una apasionada y desesperada remitente: En relisant ta lettre (1966).



Resultado de imagen de se conocieron a la salida de un bar























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- ¿Podemos hablar?
- Claro.
- Te dejo.
- No, no, empieza tú.


- Sabes que te quiero.
- Yo también.
- Perdón. ¿Sabes qué té quiero?






























P.D. Que quede claro que, de todas las faltas que puede cometer un ser humano, las más leves son siempre las ortográficas, porque todos las podemos realizar y siempre tienen arreglo. El problema radica siempre en quién las hace, si las comete una persona que no tuvo acceso a la educación, a mí me enternecen; si es una persona que se las da de culta, que no les da importancia, que no se esfuerza por mejorar, ni lee, con ellas se retrata.