He leído de un tirón, en mi huerto debajo de una higuera en las tediosas tardes de verano, la última novela de Almudena Grandes, Inés y la alegría, pero no sé si me ha gustado. La obra está bien escrita (la autora cada vez escribe mejor) y es de lectura fácil (incluso algunos datos se repiten demasiado ) aunque le sobren bastantes páginas, sobre todo las del final que sintetizan de una forma muy rápida los últimos años de la clandestinidad. La historia, interesante, era para mí desconocida: no sabía que en 1944 un grupo de soldados republicanos quisiera invadir España a través de los Pirineos para derrocar a Franco. Tampoco sabía que Pasionaria hubiese tenido un amante. Pero la novela parece un episodio más de la serie televisiva Amar en tiempos revueltos, una unión perfecta, y a veces tediosa, de datos históricos con historias sentimentales en la línea de los agilísimos Episodios Nacionales de Galdós.
Y es que Inés, el personaje principal que, a través de su comida infunde valor y sensualidad a los soldados necesitados, se convierte al final de tantas peripecias y tanta lucha contra los prejuicios en un arquetipo de lo más convencional, el reposo del guerrero: madre amantísima, mujer de la limpieza, cocinera exquisita, amiga del alma, prostituta en la cama. Eso sí, feliz.
domingo, 28 de agosto de 2011
sábado, 27 de agosto de 2011
Cazadores de letras, Ana María Shua
Ana María Shua es una escritora argentina especializada en microcuentos, que publicó el año pasado una rcopilacion con el título Cazadores de letras. Como ella misma afirma, escribe para descubrir, para ser feliz, para viajar, para volar.
Los microcuentos se diferencian del cuento porque desarrollan en 25 líneas, como máximo, chispazos de ingenio. La autora usa los conocimientos del lector para seducirlo y para que sea él mismo quien complete el significado.
Recomiendo leer estas minificciones en pocas dosis, dos o tres al día aportan vitaminas al espíritu y a la imaginación.
Aquí dejo algunas de mis favoritas:
103
La vida es sueño , reflexiona el desengañado Segismundo. Como si no tuviera, precisamente él, pruebas de lo contrario.
154
Del salón en el ángulo oscuro , por su dueño tal vez olvidada , silenciosa y cubierta de polvo , releyendo las rimas de Bécquer, una tía lejana.
204
Lo malo del alcohol es que se me sube enseguida. Y continúa subiendo sin encontrar freno ni tope hasta que yo mismo comienzo a preguntarme dónde, pero dónde, estará mi cabeza.
235
Entre las formas del suicidio: retroceder en el tiempo hasta el momento de su propia concepción, impedirla.
242
Los hombres salen del salón y se enfrentan en la calle polvorienta, bajo el sol pesado. El más joven y apuesto defiende a los colonos agricultores y la ama. El mayor, que usa bigotes, ataca en nombre de los ganaderos y solamente la desea. Ella se llama solitaria, y es la yegua más hermosa del condado. También hay una mujer, pero no tiene importancia..
Sádicos
Para aquellos que se complacen en el sufrimiento o en la humillación del prójimo, se propone una dominación de estímulos placenteros de los que no se excluyen ciertos programas de televisión.
Cuatro paredes
Siempre encerrada entre estas cuatro paredes, inventándome mundos para no pensar en la rutina, en esta vida plana, unidimensional, limitada por el fatal rectángulo de la hoja.
Prejuicios
Las mujeres hermosas son tontas o brujas, aunque haya también tontas malas, brujas feas, estúpidas, horrendas, aunque todas ellas quepan en una sola frase que se podría borrar, haciéndolas desaparecer (pero solo a las hermosas) de la faz de la tierra.
Poesía eres tú
Tu presencia y tu voz lo invaden todo, constantemente, ya no te escucho pero aun así te oigo, ese sonido discordante convertido en la música de fondo de mi vida, esa masa compacta de ruidos de la que por momentos mi mente extrae algún sentido, en la que me muevo pesadamente, como un buzo agobiado por las muchas atmósferas que presionan su cuerpo contra el fondo del mar. Tal vez por eso, amor mío, me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Los microcuentos se diferencian del cuento porque desarrollan en 25 líneas, como máximo, chispazos de ingenio. La autora usa los conocimientos del lector para seducirlo y para que sea él mismo quien complete el significado.
Recomiendo leer estas minificciones en pocas dosis, dos o tres al día aportan vitaminas al espíritu y a la imaginación.
Aquí dejo algunas de mis favoritas:
103
La vida es sueño , reflexiona el desengañado Segismundo. Como si no tuviera, precisamente él, pruebas de lo contrario.
154
Del salón en el ángulo oscuro , por su dueño tal vez olvidada , silenciosa y cubierta de polvo , releyendo las rimas de Bécquer, una tía lejana.
204
Lo malo del alcohol es que se me sube enseguida. Y continúa subiendo sin encontrar freno ni tope hasta que yo mismo comienzo a preguntarme dónde, pero dónde, estará mi cabeza.
235
Entre las formas del suicidio: retroceder en el tiempo hasta el momento de su propia concepción, impedirla.
242
Los hombres salen del salón y se enfrentan en la calle polvorienta, bajo el sol pesado. El más joven y apuesto defiende a los colonos agricultores y la ama. El mayor, que usa bigotes, ataca en nombre de los ganaderos y solamente la desea. Ella se llama solitaria, y es la yegua más hermosa del condado. También hay una mujer, pero no tiene importancia..
Sádicos
Para aquellos que se complacen en el sufrimiento o en la humillación del prójimo, se propone una dominación de estímulos placenteros de los que no se excluyen ciertos programas de televisión.
Cuatro paredes
Siempre encerrada entre estas cuatro paredes, inventándome mundos para no pensar en la rutina, en esta vida plana, unidimensional, limitada por el fatal rectángulo de la hoja.
Prejuicios
Las mujeres hermosas son tontas o brujas, aunque haya también tontas malas, brujas feas, estúpidas, horrendas, aunque todas ellas quepan en una sola frase que se podría borrar, haciéndolas desaparecer (pero solo a las hermosas) de la faz de la tierra.
Poesía eres tú
Tu presencia y tu voz lo invaden todo, constantemente, ya no te escucho pero aun así te oigo, ese sonido discordante convertido en la música de fondo de mi vida, esa masa compacta de ruidos de la que por momentos mi mente extrae algún sentido, en la que me muevo pesadamente, como un buzo agobiado por las muchas atmósferas que presionan su cuerpo contra el fondo del mar. Tal vez por eso, amor mío, me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Un matrimonio de provincias, Antonietta Torriani
Un matrimonio de provincias es una deliciosa novela decimonónica, escrita por una de las pioneras del feminismo italiano Maria Antonietta Torriani (1840-1920), que nos presenta un certero estudio psicológico de los protagonistas y un expresivo cuadro ambiental de la época donde el único objetivo de las mujeres era casarse para que les sacase de la rutina de la familia y así evitar quedarse para vestir santos. La autora con una gran dosis de humor consigue dar una imagen burlesca del amor romántico. Su estilo no puede ser más rápido, enérgico y actual.
El comienzo es impactante:
“Es difícil imaginar una juventud más monótona, más sórdida y más carente de toda alegría que la mía. Al evocarla al cabo de tantos y tantos años, vuelvo a sentir el inmenso tedio de aquella tranquilidad muerta que se prolongaba, se prolongaba inalterable, durante el largo período de tiempo que discurría entre los poquísimos acontecimientos familiares.”
El final lo es más:
"El caso es que estoy engordando".
La obra la recomiendo para todos los lectores de cualquier edad y condición, les divertirá y les hará reflexionar.
El comienzo es impactante:
“Es difícil imaginar una juventud más monótona, más sórdida y más carente de toda alegría que la mía. Al evocarla al cabo de tantos y tantos años, vuelvo a sentir el inmenso tedio de aquella tranquilidad muerta que se prolongaba, se prolongaba inalterable, durante el largo período de tiempo que discurría entre los poquísimos acontecimientos familiares.”
El final lo es más:
"El caso es que estoy engordando".
La obra la recomiendo para todos los lectores de cualquier edad y condición, les divertirá y les hará reflexionar.
martes, 23 de agosto de 2011
BREVEÑAS III - Stéphane Hessel: ¡Comprometeos!
Stéphane Hessel: ¡Comprometeos! Barcelona, Destino, 2011. 95 págs. El casi centenario autor de ¡Indignaos! vuelve con una obrita algo más extensa y estructurada, en forma de conversaciones con el joven escritor Gilles Vanderpooten y publicada este mismo año en Francia. El subtítulo Ya no basta con indignarse expresa claramente la intención del autor: tras la inicial y necesaria indignación por las grandes injusticias del mundo actual, se impone el compromiso concreto, sobre todo para los jóvenes que van a heredar una situación insostenible. Para ello se dan varias pistas en que pueda plasmarse la acción: desarrollo sostenible, ecología y política; actuación frente a las instituciones internacionales; creación de alternativas; preocupación por el mañana de la sociedad y del planeta. En este sentido destaca una de las últimas frases con que S.H. cierra el librito: ¡cuidado con el futuro y vive el futuro! No subestimemos los peligros, dice Hessel, pero sabiendo, a la vez, que se pueden superar. No es lo menos interesante que las páginas finales están ocupadas por la Declaración universal de los Derechos Humanos, en la que él mismo intervino y que sigue teniendo validez, pese a estar algo desfasada en algún aspecto que el propio S.H. resalta y complementa.
Recomendado: para todos los públicos.
Apostillas En esta y en otras obras recientes sobre los mismos temas, así como en los debates y tertulias, se echan de menos algunos puntos que nos parecen pertinentes:
- La llamada crisis financiera, que lo es, y seria, es de risa, por ahora, si la comparamos con la situación de muchos países del 3er mundo (véase lo que pasa ahora mismo en el llamado Cuerno de África).
- Buena parte del problema general es un conflicto entre ricos y pobres, aunque con muchos grados.
- Los más ricos parecen ser los mercados, que disponen de dinero contante y arruinan a millones de personas pulsando una tecla. ¿De dónde viene ese dinero? ¿Quién lo gestiona? ¿Dónde tributa? El mercado es inevitable y necesario, pero debe ser regulado, como ha ocurrido desde los albores de la sociedad. La desregulación salvaje que empezó en los 80 con Reagan y Thatcher nos ha traído, en buena parte, a la actual situación.
- La coartada que subyace es el llamado darwinismo social, por el que de modo natural se producirá la supervivencia de los más aptos, pero es una teoría tan desmoralizadora que se procura encubrirla y maquillarla ante el conjunto de la población. Aquí hay un punto de cinismo en la derecha política, que actúa bajo esos principios pero a la vez se alía con la Iglesia, que se supone debe defender el amor evangélico como norma suprema. Parece que el calvinismo, con su teoría de la predestinación, se ha impuesto en el cristianismo, continuador en su momento de la filantropía helénica.
- La ausencia de los intelectuales, cuya misión debería ser el desvelamiento de las mentiras del poder y la desfascinación de las masas. Menos mal que quedan algunos como Hessel, Sampedro y otros (y no precisamente de los más jóvenes) que nos animan con su ejemplo y su vitalidad a sacudirnos el muermo que nos ha hecho caer en esta crisis.
Sobre todo ello hay algunos breves informes de interés: Las manos que mecen los mercados, de David Fernández (El País, 4-8-11); Las tretas de los especuladores, de Miguel Ángel García Vega (El País-Negocios, 14-8-11); y las intervenciones radiofónicas del economista Paco Álvarez, así como sus páginas web La bolsa y la vida y No le digas a mi madre que trabajo en bolsa.
Recomendado: para todos los públicos.
Apostillas En esta y en otras obras recientes sobre los mismos temas, así como en los debates y tertulias, se echan de menos algunos puntos que nos parecen pertinentes:
- La llamada crisis financiera, que lo es, y seria, es de risa, por ahora, si la comparamos con la situación de muchos países del 3er mundo (véase lo que pasa ahora mismo en el llamado Cuerno de África).
- Buena parte del problema general es un conflicto entre ricos y pobres, aunque con muchos grados.
- Los más ricos parecen ser los mercados, que disponen de dinero contante y arruinan a millones de personas pulsando una tecla. ¿De dónde viene ese dinero? ¿Quién lo gestiona? ¿Dónde tributa? El mercado es inevitable y necesario, pero debe ser regulado, como ha ocurrido desde los albores de la sociedad. La desregulación salvaje que empezó en los 80 con Reagan y Thatcher nos ha traído, en buena parte, a la actual situación.
- La coartada que subyace es el llamado darwinismo social, por el que de modo natural se producirá la supervivencia de los más aptos, pero es una teoría tan desmoralizadora que se procura encubrirla y maquillarla ante el conjunto de la población. Aquí hay un punto de cinismo en la derecha política, que actúa bajo esos principios pero a la vez se alía con la Iglesia, que se supone debe defender el amor evangélico como norma suprema. Parece que el calvinismo, con su teoría de la predestinación, se ha impuesto en el cristianismo, continuador en su momento de la filantropía helénica.
- La ausencia de los intelectuales, cuya misión debería ser el desvelamiento de las mentiras del poder y la desfascinación de las masas. Menos mal que quedan algunos como Hessel, Sampedro y otros (y no precisamente de los más jóvenes) que nos animan con su ejemplo y su vitalidad a sacudirnos el muermo que nos ha hecho caer en esta crisis.
Sobre todo ello hay algunos breves informes de interés: Las manos que mecen los mercados, de David Fernández (El País, 4-8-11); Las tretas de los especuladores, de Miguel Ángel García Vega (El País-Negocios, 14-8-11); y las intervenciones radiofónicas del economista Paco Álvarez, así como sus páginas web La bolsa y la vida y No le digas a mi madre que trabajo en bolsa.
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Emilio García Ruiz,
Lecturas recomendadas
jueves, 4 de agosto de 2011
1er Concurso Internacional de Poesía Hispano-Francesa Antonio Machado
Días azules y sol de mi infancia de Isabel García Viñao de Jaca (Huesca) ha sido la ganadora del 1er Concurso Internacional de Poesía Hispano-Francesa Antonio Machado convocado por Roberto González de Cuenca. Una vez más un profesor de la enseñanza pública dedica su tiempo y su interés a la enseñanza de la literatura sin que le apoye ninguna institución. Ha sido un placer ejercer de jurado en el concurso.
martes, 2 de agosto de 2011
BREVEÑAS-II
Elvira Lindo, Lo que me queda por vivir (novela). Barcelona, Seix Barral, 2010. 267 págs. Un reaccionario de mediados del XX, Camón Aznar, escribió en sus Aforismos del solitario: “Contra Schopenhauer: veo en el mundo no una gran voluntad, sino una gran resignación”. Y 20 años antes D. José Ortega cerraba La rebelión de las masas declarando que el papel de las masas era la obediencia y, también, la resignación. (El pensamiento raccionario del XIX y del XX está en la base de buena parte del mundo actual) La novela de Lindo está “bien”: bien escrita, bien construída (o casi), bien llevada para enganchar (casi siempre)... y es bien triste. No una gran tristeza de esas trágicas que ahora no se llevan, una tristeza pequeña y un poco cutre, con personajes menos que mediocres, empezando por la protagonista (una veinteañera separada con un niño en los años ochenta). Y el regusto (casi mensaje) final es de resignación: parece que no hay manera de romper los moldes sociales y psicológicos. El periplo de los personajes acaba por no interesar gran cosa, todo suena un poco a déjà vu, déjà entendu. La época ambiental (incluídos los saltos atrás) es de las más narradas en la España actual y el trasfondo futuro que insinúa una especie de happy end sigue rezumando el mensaje que Lindo y otros compañeros de grupo mediático repiten a menudo: el amor es tóxico, y más vale un plácido acomodo. Todo está aplastado por la grisura conservadora reaganiana-thatcheriana de aquella época, o aguirre-merkeliana de ahora.
Recomendado: ni se sabe; quizá para jóvenes (raros) que quieran saber algo sobre la generación de sus padres.
José Carlos Llop, El informe Stein (novela). Madrid, Anaya&Mario Muchnik, l995. 128 págs. Una novela corta en formato bolsillo, cuyo autor se consagró antes como poeta y ensayista que como narrador. Situada en la Mallorca de los 60 (nada que ver con las grandes novelas mallorquinas de Llorenç Villalonga), narra la vida de unos adolescentes acomodados en un colegio de jesuítas, entreverada con una leve intriga casi policíaca, que luego se revela más bien política, con los antecedentes y consiguientes de la guerra civil. Algunos tipos bien caracterizados, y un estilo que retiene al lector, quizá por una concisión que recuerda un poco a Umbral en sus obras “de iniciación”, especialmente Memorias de un niño de derechas. Obra menor, pero estimable.
Recomendado: para jóvenes que necesiten aprender a valorar lo que tienen; pero también para todos aquellos lectores que gusten de un respiro, un agradable intermezzo entre cosas mayores, pero más fatigosas; los poetas pasados a narradores suelen, al menos, escribir decentemente.
José Luís Sampedro – Olga Lucas, Cuarteto para un solista. Barcelona, Plaza Janés, 2011. 206 págs.
El joven nonagenario Sampedro sigue produciendo todo tipo de obras, y esta vez con su esposa nos ofrece una “novela de ideas o ensayo novelado” (como lo presenta el editor) donde el personaje de un viejo profesor es ingresado en un psiquiátrico por asegurar que mantiene contactos con figuras imaginarias: los cuatro elementos de la naturaleza, Fuego, Tierra, Aire y Agua, que dialogan entre sí, con el profesor y con Vida, otro personaje alegórico al que es preciso salvar. El libro discurre entre la tensión del protagonista con su entorno familiar y psiquiátrico y la relación superreal que sostiene con sus interlocutores, siempre en torno a los grandes desastres que afligen al mundo actual y la necesidad de actuar de inmediato para evitar el desastre total. Estamos, pues, en la línea de combate que sigue manteniendo Sampedro desde hace mucho tiempo. Novelita fantástica, alegórica, filosófica, provocativa, revulsiva, incitadora... todo ello servido en una buena escritura, con algún ligero galicismo nada frecuente en el autor (pero Olga Lucas nació en Toulouse).
Recomendado: para jóvenes de 10 a 100 años que quieran volar unas horas en alas de la fantasía para aterrizar de vez en cuando en las más duras realidades de este mundo.
Recomendado: ni se sabe; quizá para jóvenes (raros) que quieran saber algo sobre la generación de sus padres.
José Carlos Llop, El informe Stein (novela). Madrid, Anaya&Mario Muchnik, l995. 128 págs. Una novela corta en formato bolsillo, cuyo autor se consagró antes como poeta y ensayista que como narrador. Situada en la Mallorca de los 60 (nada que ver con las grandes novelas mallorquinas de Llorenç Villalonga), narra la vida de unos adolescentes acomodados en un colegio de jesuítas, entreverada con una leve intriga casi policíaca, que luego se revela más bien política, con los antecedentes y consiguientes de la guerra civil. Algunos tipos bien caracterizados, y un estilo que retiene al lector, quizá por una concisión que recuerda un poco a Umbral en sus obras “de iniciación”, especialmente Memorias de un niño de derechas. Obra menor, pero estimable.
Recomendado: para jóvenes que necesiten aprender a valorar lo que tienen; pero también para todos aquellos lectores que gusten de un respiro, un agradable intermezzo entre cosas mayores, pero más fatigosas; los poetas pasados a narradores suelen, al menos, escribir decentemente.
José Luís Sampedro – Olga Lucas, Cuarteto para un solista. Barcelona, Plaza Janés, 2011. 206 págs.
El joven nonagenario Sampedro sigue produciendo todo tipo de obras, y esta vez con su esposa nos ofrece una “novela de ideas o ensayo novelado” (como lo presenta el editor) donde el personaje de un viejo profesor es ingresado en un psiquiátrico por asegurar que mantiene contactos con figuras imaginarias: los cuatro elementos de la naturaleza, Fuego, Tierra, Aire y Agua, que dialogan entre sí, con el profesor y con Vida, otro personaje alegórico al que es preciso salvar. El libro discurre entre la tensión del protagonista con su entorno familiar y psiquiátrico y la relación superreal que sostiene con sus interlocutores, siempre en torno a los grandes desastres que afligen al mundo actual y la necesidad de actuar de inmediato para evitar el desastre total. Estamos, pues, en la línea de combate que sigue manteniendo Sampedro desde hace mucho tiempo. Novelita fantástica, alegórica, filosófica, provocativa, revulsiva, incitadora... todo ello servido en una buena escritura, con algún ligero galicismo nada frecuente en el autor (pero Olga Lucas nació en Toulouse).
Recomendado: para jóvenes de 10 a 100 años que quieran volar unas horas en alas de la fantasía para aterrizar de vez en cuando en las más duras realidades de este mundo.
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