lunes, 22 de diciembre de 2025
Reencuentro Covadonga por el 60 Aniversario FUHEM
martes, 25 de noviembre de 2025
Rafa Pérez Alegre, Poemas-microlitos
domingo, 1 de diciembre de 2024
Los lugares favoritos del comité de empresa en los 80
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Otras veces, aunque estaba un poco más retirada, íbamos a otra taberna con una decoración muy parecida a la anterior, que todavía se mantiene en el 35 de Augusto Figueroa, la Tienda de Vinos y comidas que todo el mundo conoce por "El Comunista". Afortunadamente sigue conservando su decoración desde 1890. Cuatro generaciones han estado al frente del negocio. Primero fue solo de venta de vinos y luego se convirtió en casa de comidas. No se sabe si el sobrenombre de El comunista viene de la asiduidad con que lo visitaban los militantes del PSOE, procedentes de la Casa del pueblo de la calle Piamonte (clausurada en 1939 y demolida en 1953) o de los militantes que se sentaban a los mesas en los años 70.
sábado, 8 de junio de 2024
El oasis de libertad en el instituto Santamarca de Madrid (1975-1985)
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| Fotograma del documental Sexo, drogas, rock 'n' roll, y política. Instituto Santamarca, 1975–1985. |
El cineasta Pablo Llorca ha plasmado en el documental Sexo, drogas, rock 'n' roll y política. Instituto Santamarca, 1975–1985 sus recuerdos del Instituto Santamarca en el barrio de La Prosperidad de Madrid, corazón obrero del distrito de Chamartín. Allí coincidieron un profesorado valiente y joven y un alumnado brillante y privilegiado en un periodo de esperanza de lucha política después de la muerte de Franco que transformó los hábitos y las costumbres sociales. El Santamarca fue vanguardista en las luchas estudiantiles y antifascistas, albergó una actividad cultural intensa y generó unas relaciones entre los profesores y el alumnado insólitas para los tiempos actuales.
"Raro era el profesor que pasaba lista. El alumnado participaba en las juntas de evaluación y debatía las calificaciones con el personal docente. Los viajes improvisados entre estudiantes y profesores estaban a la orden del día, en muchos de los cuales acaban compartiendo hachís. La efervescencia creativa estaba a la altura de la sexual. El ideal de libertad, en definitiva, tenía poco que ver con las cañas o las poses y mucho con derribar unas fronteras inexpugnables durante la dictadura franquista".
viernes, 28 de julio de 2023
Tentenublo, Malasaña en los 80 y 90
Tentenublo es una vuelta a la noche madrileña de los años 80 y 90. Su autor, Víctor Claudín, junto a Pedro Sahuquillo, fue dueño de la famosa sala Elígeme.
"El título de una novela que inquieta desde la primera línea.Tentenublo. De dónde viene. No tenía ni idea. Voy a internet. Wikipedia. Tocan las campanas para que pase de largo la tormenta de granizo. Así pues, Tentenublo: toque de campanas. La explosión en el cielo para que la piedra se asuste antes de caer al suelo y destrozar las cosechas. Todavía se hace eso, pero con cohetes o tiros de escopeta en vez de con campanas. El estallido de luces para romper las nubes y lo que lleven dentro. Un aviso para navegantes por los abismos de una noche infinita. Ayúdame a atravesar la noche y que no me quede atrapado en su inacabable oscuridad. Más o menos lo que cantaba Joan Baez unos años antes de que Rubén y Marcos se perdieran como zombies por las madrugadas de Malasaña, el madrileño barrio de moda en los años ochenta del pasado siglo". Seguir leyendo: Alfons Cervera, My favorite things.
viernes, 28 de octubre de 2022
Tres noticias sobre Villena en el diario Información
martes, 31 de mayo de 2022
Eduardo Lago, Todos somos Leopold Bloom. Razones para (no) leer el Ulises
Con motivo del centenario de la publicación del Ulises, Eduardo Lago ha presentado en la Residencia de Estudiantes una guía de lectura: Todos somos Leopold Bloom. Razones para (no) leer el ‘Ulises’ (Galaxia Gutenberg). Recomiendo leer la entrevista de Iker Seisdedos en El País (pinchad en el enlace para leerla entera).
"El ensayo es la consecuencia natural de una serie de artículos, conferencias y hasta un amago de traducción de la novela. También influyó que al término de una charla hace tiempo en la Biblioteca Nacional de Madrid se le acercara “un chico bastante alto de unos 18 años”, y le dijera: “Señor Lago, le quiero dar las gracias por esta conferencia, porque ahora sí que tengo claro que no voy a leer el libro”. Aquello le “pareció genial”. Y de ahí el no entre paréntesis del título".
"Lago, que se
encerró tres meses para escribir su ensayo (“fue, sobre todo, un trabajo de
síntesis”, aclara), también desgrana las relaciones de cada capítulo con la
Odisea y ofrece un franco veredicto sobre la facilidad o la dificultad de cada
parte. “Ulises no es un libro sencillo, pero tiene porciones que son
bellísimas, remansos de tranquilidad".
“La literatura de verdad no tiene como fin primordial entretener a la gente”
miércoles, 20 de mayo de 2020
Cadarso 18: Colegio Covadonga/Demolición/Apartamentos de lujo Be Mate
domingo, 9 de febrero de 2020
"In hoc signo vinces", exposición de Rafa Pérez Alegre

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| En el centro, Rafa Pérez Alegre |
domingo, 27 de octubre de 2019
Más que un café con leche
Con ellos podría tomar todos los días un café con leche.
viernes, 20 de septiembre de 2019
Cat Stevens: O Caritas, una canción en latín contra el cambio climático
Veo todas las cosas ardiendo, me escucho gritando.
Ahora es la luz del mundo y las estrellas las que se apagan.
Ahora la culpa de todo este desastre recae sobre los hombres.
El sufrimiento es intenso con lágrimas y tristeza.
Grandioso es el ruido de la tierra y los océanos.
Oh amor!, oh amor!,
quédate por siempre con nosotros.
Los que falleceremos saludamos a la muerte.
La vida sigue su rumbo sola!
(bis)
Ah, este mundo se está quemando rápidamente.
Oh, el mundo nunca durará.
No quiero perderlo.
No quiero perderlo.
No quiero perderlo aquí,
en mi época.
Dame tiempo para siempre.
Dame tiempo para siempre.
Dame tiempo para siempre aquí,
en mi época.
Tu serás mi amor
Tu serás el cielo sobre mí
Quién será mi luz
Tu serás mi luz
Tu serás mi día y noche
Tu serás esta noche mía
Roupi Glukeia.
(Rubí dulce regresa)
Ela xana konta mou
(Regresa a mi lado)
Ela prwi, Me thn augh
(Entra en la mañana con el alba)
Esu soun san hliou actida
(Tu eras como un rayo de sol)
Rouph mou mikrh
(mi pequeño Rubí)
jueves, 27 de junio de 2019
Pic-nic, obra de Arrabal y sala de teatro
Hace unos meses leí en El País que en la calle
Minas de Madrid hay una sala de teatro llamada Pic-Nic y que ha ayudado a
reinventar la comedia en España. Enseguida me acordé de la obra de teatro de
Fernando Arrabal del mismo nombre, todo un descubrimiento para mí a finales de los 80 que me
salvó de más de un apuro. La obra es corta, dura aproximadamente 45 minutos,
mezcla el humor y la sátira en la línea del humorista Gila, y entre risas y
bromas expone lo absurdo de las guerras, sobre todo si son civiles. *No recuerdo la fecha exacta, pero nos encerramos toda la noche en el bar del centro protestando por la guerra de Irak- Irán que tantas similitudes tenía con la obra. El 22 de septiembre de 1880, tropas iraquíes invadieron Irán, provocando una guerra de desgaste que ha sido comparado en sus tácticas con la Primera Guerra Mundial, por el uso de trinchera, cargas de bayoneta, alambres de púas, armas químicas y una gran cantidad de bajas en ambos lados. Termina el 20 de agosto de 1988, con un millón de muertos.
viernes, 2 de marzo de 2018
Javier Esperanza Casado, profesor
domingo, 22 de octubre de 2017
Los hermanos escritores Eduardo y José Antonio Lago

En otra entrada hacía referencia a los hermanos escritores y citaba a los Lago, porque he tenido la suerte de haberlos conocido hace muchos años. Parecían Zipi y Zape, aunque no son gemelos ni mellizos: tan iguales y tan complementarios. Hijos de militar, fueron adolescentes gamberros y anarquistas, como correspondía. El mayor, Eduardo (1954), introvertido, moreno, tranquilo y relajado, estudió Filosofía; el pequeño, José Antonio (1955), pelirrojo, extrovertido, nervioso y gesticulante, estudió Políticas. El menor, más simpático, llevaba la voz cantante y arropaba al mayor. Cuando coincidí con ellos, ambos trabajaban como profesores de inglés en el colegio Covadonga del Hogar del Empleado y hacían esporádicas traducciones. Muy involucrados en la movida madrileña, fundaron la revista literaria ilustrada de Lavapiés La Campana* (1980), donde publicaron sus primeros pinitos literarios: entrevistas, poemas y relatos. Dar clases en el nocturno tenía sus ventajas, las horas estaban más comprimidas y había tiempo para todo, y sobre todo, permitía trasnochar.
Primero conocí a Eduardo. Hacía
poco que había llegado de la India, tenía una hija pequeña, y de vez en cuando
nos regalaba, después de luchar contra la informática, sin darle importancia,
pequeños relatos que nos revelaban su verdadera personalidad, escondida tras su seriedad: un ser extremadamente sensible que, con rostro de George Harrison y mirada de Buster Keaton, observaba la realidad para luego contarla mejorada y
ampliada. Programó un ciclo de cine para los alumnos en la sala Cadarso, que funcionaba entonces
como salón de actos, y, en 1980 cuando asesinaron a John Lennon, le hizo un homenaje en sus clases. Poco después decidió cambiar de vida
y probar fortuna en Nueva York. Allí lo encontré en su primer año en la
ciudad. Ejerció como un cicerone impecable y me regaló un día inolvidable,
nunca le había visto tan hablador. Me llevó a los lugares que el turista
apresurado no puede disfrutar: Washington Square, un viaje en metro, un
paseo por Brooklyn y vuelta a pie por el puente con vistas al skyline de Manhattan, imantados por su luz de cristal. Acabamos en un tugurio oyendo música en directo. Cuando nos
despedimos, lo vi feliz, arropado por la noche
calurosa, casi como el niño que aparecería en la portada de su libro Llámame Brooklyn. Poco después ya estaba
totalmente integrado dando clases de literatura en la universidad y colaborando en distintos periódicos. Posteriormente llegó su nombramiento como director del Instituto Cervantes y ganó el premio Nadal.lunes, 2 de octubre de 2017
Los Cinco y yo, Antonio Orejudo (Colegio Montserrat)

Foto insólita de los años 60 de Juan Manuel Pando Barrero de Zona de "los Tejares" próxima al Tejar de Sixto, antes de que se construyese el centro Monserrat. Las de la izquierda son las casas de empleados de la FNMT; las del centro, donde estaban los locales comerciales que servían de aulas del Montserrat; y a la derecha del todo, la que hace esquina entre Dr. Esquerdo y Sainz de Baranda. La foto está tomada desde el terreno que ocupa el Montserrat “de abajo", desde lo que ahora es la calle Juan Esplandiú. Piscinas del Mundial 86.
domingo, 14 de febrero de 2016
El comité de empresa
Nos vemos poco, pero siempre recordamos el tiempo en que
fuimos compañeros en el comité de empresa del Hogar del Empleado y nos declaramos en asamblea permanente. Ahora estamos todos jubilados y podemos dedicarnos a lo que más
nos gusta. Ayer supe que José Retortillo
ha publicado su primera novela, Dime que
no es verdad. Espero que le vaya muy bien, sé que su ópera prima es realista y sentimental
y en ella plasma aspectos autobiográficos (como mi blog):"Una joven profesora de instituto descubre casi por casualidad que su padre ha llevado una doble vida. Ella, que ha tenido siempre una imagen perfecta de él, se lleva una gran sorpresa. Descubrirá algún secreto que le afectará profundamente. Al mismo tiempo sufre los avatares de la vida en el Madrid de la movida de los ochenta donde el terrorismo, la droga y la delincuencia te hacían vivir con miedo. No obstante, durante unas vacaciones en Santander, conocerá a un hombre con el que vivirá una historia de amor maravillosa, aunque no exenta de sinsabores."
martes, 20 de octubre de 2015
Demolición del edificio que albergó la sala Cadarso y el Colegio Covadonga

Observo estos escombros de recuerdos imborrables y rememoro todos
los poemas que han hablado de ruinas y las han comparado con la naturaleza
humana. El despedazado edificio evoca en mí voces dormidas, memorias funerales que el alma
siente, reliquias de la edad temprana. Derribados los sueños, antaño fuertes
ahora desmoronados, he mirado los escombros reconvertidos en metáfora del
tiempo y me ha invadido la desolación. Ya no volveré a escuchar las risas
jóvenes, ahora transformadas en silencio mudo, que poblaban la peligrosa escalera que
ascendía hasta las clases para envidia del mundo.Porque no haya más finales para los principios





















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