La mayoría
son cultismos que proceden del participio pasivo latino llamado "de
obligación", formado con la terminación -ndus -a -um: servandus 'el que ha
de ser salvado', amanda 'la que debe ser amada', dicendum (neutro) 'lo que ha
de ser dicho', que a menudo se pueden traducir en forma refleja 'lo que se ha
de decir' o directamente activa 'lo que hay que decir', 'el / al que hay que
salvar', etc.; a veces se usa el giro 'digno de': amandus 'digno de ser amado',
o incluso un adjetivo en -ble: 'amable', etc. Estos participios latinos entran en la llamada
"conjugación perifrástica pasiva", con el verbo sum: patria servanda
est 'la patria ha de ser salvada', 'hay que salvar a la patria'; “la virtud ha
de ser cultivada por mí” (en activa “tengo que cultivar la virtud”); otros
ejemplos famosos son la frase atribuida a Catón el Viejo "Delenda est
Carthago" ('C. ha de ser destruida'), y
el célebre artículo de Ortega en el periódico El Sol "Delenda est Monarchia", que ha
llevado a usos como "algo delendo".
Este
participio en -ndus ha derivado también a las formaciones latinas llamadas
gerundio y gerundivo, que servían para complementar las funciones del
infinitivo cuando no hacía de sujeto ni de objeto. El ablativo del gerundio latino ha dado origen al gerundio castellano
(amando 'amando', audiendo 'oyendo')
Las palabras
terminadas en -ando/-a y -endo /-a se pueden agrupar en
tres
grandes grupos:
1.
Adjetivos
verbales con "base verbal directa" en español: sumando (de sumar),
educando, graduando, examinando, tutorando, memorando,
ordenando, consagrando, execrando, venerando, laureando, alfabetizando;
y los que no la tienen en español sino en su original latino: tremendo (del
latín tremo -ere 'temblar, temer mucho'), nefando (que no se puede decir), reverendo,
vitando, estupendo, horrendo, pudendo…
2.
Adjetivos
sustantivados masculinos que indican términos matemáticos: sumandos, sustraendo, minuendo, multiplicando, dividendo.
Sustantivos femeninos que en origen eran plurales neutros latinos en –a, en los
que cuesta más ver el valor pasivo de obligación: molienda, prebenda, leyenda,
vivienda, hacienda (y el derivado faena)…
3.
Nombres
propios que no suelen evocar su sentido original ni siquiera para algunos de
los cultos que usan estas palabras: Amando -a, Servando, Miranda 'admirable'.
Como hemos
visto, por su origen, estas palabras no deben confundirse con los gerundios,
forma verbal no personal, aunque algunos gerundios españoles se han
sustantivado, por ejemplo en el lenguaje jurídico: el considerando, el
resultando (según los considerandos de la sentencia, el resultando cuarto del
fallo).
Algunas
expresiones de formación parecida como a sabiendas, en volandas, no tienen que
ver directamente con los adjetivos en -ando/-endo, sino que parecen
formaciones analógicas de las locuciones adverbiales del tipo a oscuras, a
solas, a hurtadillas...
En cualquier
caso estas palabras parecen "exterminandas" (que deben ser exterminadas) porque
en la escritura práctica y en el análisis morfológico resultan una jodienda.