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domingo, 25 de mayo de 2025
Del todo va a ir bien a todo va "regulinchi"
lunes, 14 de abril de 2025
Lecturas republicanas: El niño republicano y Lecturas Ciudadanas (1)
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Edición Madrid,1932 |
Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar
sábado, 28 de septiembre de 2024
Un sainete, una revista y un tango sobre el cinematógrafo (6)
Utilizar el cine como asunto o como parte del espectáculo teatral no tenía más finalidad que la de atraer espectadores, o aliarse con el competidor que a la larga provocará una nueva crisis teatral.
Sainete de Ramón López-Montenegro
Buscando en internet me he encontrado con un polifacético escritor: Ramón López-Montenegro y de Frías-Salazar (Zaragoza, 1877-Alfaro,1936) cuya existencia desconocía. Fue también periodista, actor, cantante lírico, dibujante y político. Publicó en los mejores periódicos de El País Vasco y Aragón, en Madrid colaboró con Blanco y Negro, ABC. Leyendo su biografía descubrimos que era una persona extraordinaria y un trabajador incansable
Merece la pena leer ¡¡Al cine!!, Caricatura madrileña, escrita por Ramón López-Montenegro, que también compuso su música. Fue estrenada por la compañía de Loreto Prado y Enrique Chicote, la noche del 22 de marzo de 1907, en el Gran Teatro de Madrid. El sainete, una parodia cómica del desarrollo de una función, nos sirve como referencia para saber cómo era el público y el espacio de las barracas y los explicadores. Así anima al público el castizo charlatán:
"¡Al cine! ¡Al cine! ¡Aquí está la más grande, la más potente, la más asombrosa creación de los modernos espectáculos! ¡Sí, señoras y caballeros, sí! A pesar de que hay lenguas vespertinas que nos están poniendo a chupar de un burro, nada puede la envidia contra el cine. El teatro ha tenido que pasar por las horcas claudinas y rendirse ante la película. No se puede comparar el cinematógrafo con el teatro. Al cine viene el doble, el trípode, el cuadrúpedo número de espectadores. Y no así como quiera, sino que vienen damas de alto cuplet y caballeros con más orgullo que don Rodrigo en el arca. Los empresarios de zarzuela, todavía no han vuelto de su apocalipsis al ver el excremento que está tomando el cine; y, aunque todos ellos se empeñan en tomar el rábano por las orejas, y sacamos defectos, y decir que el día menos pensao la vamos a diñar, ya vendrá el tío Paco con la baraja y ellos serán los que se mueran sin decir este ni oeste. ¡Animo, señores! ¡Aquí no hay chistes verdes como en La vida es sueño, Loyengrín, y otras obras sicalípticas de Sorolla o Mariano Benlliure! ¡Aquí no se cantan cuplés indecentes, como en el Juan José o en Sansón y la lila! ¡Aquí no pican las pulgas como en los teatros! ¡Ande la película! ¡Al cine! ¡Al cine!".
La revista el Cinematógrafo Nacional
Cinematógrafo Nacional, con texto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios y música de Jerónimo Giménez, es una revista cómico-lírica en la que se abordan satíricamente cuestiones políticas del momento. A modo de ejemplo, en el cuadro segundo el decorado nos muestra el congreso de los diputados convertido en un gran cinematógrafo; delante de las columnas se ha instalado un gran órgano y al lado de los leones dos despachos de billetes.
Existen otras zarzuelas y revistas que tienen al cine como protagonista: El cine de Embajadores, de 1909 o La última película (1913) de Luis Larra y Ossorio, el tercer hijo de Mariano de Larra y Cristina Ossorio.
En la zarzuela La gente seria, aparece el divertido Tango del cinematógrafo del maestro Serrano (1907): (Llévame al cine,… mamá,… matógrafo)
Coro Llévame al Cine, mamá. Saturnino Mamá. Coro Mamá. Saturnino Mamá. Coro Matógrafo. Que eso de la oscuridá. Saturnino ¡Aaa! Coro Me gusta una atrocidá. Saturnino ¡Aaa! Coro Y hay unas peli-culi... Saturnino Culi. Coro Culi. Saturnino Culi. Coro Culitas tan dislocantes y espeluznantes que es una barbarídá. Saturnino Diablillo solista. Niño Llévame al Cine, mamá. Coro Mamá. Niño Mamá. Coro Mamá. Niño Matógrafo, etc., etc. Saturnino Por Dios, mamá, llévame al Cine que alguno habrá que se me arrime. Si vamos hoy ya tú verás. Todos Qué peli-culi, qué peli-culi, qué peli-culi-culás. Saturnino Solé... Solé... Soledá, si vas al Cine, sola... sola... dímelo por un Contine, mira que yendo juntos, nena, no hay ná mejor. Anda, Solé, vente al Cine, que allí te espero yo. Todos Solé... Solé... Soledá, si vas al Cine, etc., etc. Llévame al Cine, mamá, etc., etc. Llévame al Cine. Llévame al Cine. Llévame al Cine y verás que peli-culi que peli-culi que peli-culi culás. Culas. Culás. Culás. Llévame al Cine, mamá. |
domingo, 4 de agosto de 2024
Salva Soler: De cine, un poema con títulos de películas
domingo, 26 de mayo de 2024
Los monos en la literatura (el cine y el arte)
...o me gustan mucho los monos y, sin embargo, cometo un error, porque los considero una imitación perfecta de la naturaleza humana. Cuando veo a uno […], tengo la impresión de verme en un espejo de aumento: los mismos sentimientos, los mismos apetitos brutales, un poco menos de orgullo y nada más.» (Gustave Flaubert)
Los monos se han utilizado en la mayoría de las culturas como mascotas por su exotismo, inteligencia, sus aptitudes para la imitación y su facilidad para ser domesticados. Los nobles los utilizaban como un adorno y un símbolo de riqueza, y los titiriteros y gentes del circo los incluían en sus espectáculos para asombrar con sus piruetas al pueblo llano (El Quijote: Maese Pedro y el mono adivino). Los filósofos y los científicos han especulado sobre su naturaleza comparándola con el hombre. Por lo general, su representación en numerosas expresiones artísticas y literarias ha servido más como motivo de burla, al identificar la figura del mono con los instintos más bajos y primarios del hombre. Pero, desde que a mediados del siglo XIX las teorías de Darwin fundamentaron científicamente nuestro parentesco, adquirieron una dimensión inesperada, dramática, objeto de todo tipo de fabulaciones, ironías y pesadillas.
Los monos en el arte
Desde el siglo XVII se puso de moda entre los pintores hacer cuadros con escenas de la vida cotidiana (jugar a las cartas, acudir al dentista, ir a la escuela, leer un libro…) protagonizados por monos en vez de humanos. Este subgénero pictórico perduró los siglos siguientes y hasta tiene su propio nombre singerie: la palabra francesa que significa «monería».
Los monos en la literatura
El mono gracioso y burlón es el modelo que aprovechan los fabulistas para descubrir moralejas en la imitación simplificada de las prácticas humanas. Así lo plantean Esopo (La zorra y el mono discuten por su nobleza), Tomás de Iriarte (El mono y el titiritero), La Fontaine (El lobo pone pleito al zorro ante el mono) y Samaniego (El lobo, la zorra y el mono juez).
Zaccaria Seriman,
Viages de Enrique Wanton a las
tierras incógnitas australes, y al país de las monas Viages de Enrique Wanton a las tierras incógnitas australes, y al país de las monas (1749). Sátira contra
la sociedad y sus costumbres a través del viaje y naufragio de sus
protagonistas en una isla habitada por simios.
Pero otras veces, presas de turbias pasiones, los primates atacan al hombre y se dejan llevar por el salvajismo y la perversidad. En la antología De monos y hombres, Marta Salís ha reunido diecisiete cuentos que ilustran perfectamente esta evolución de mascota graciosa y presentable a símbolo muchas veces oscuro de nuestra animalidad. De E. T. A. Hoffmann a Roberto Arlt, pasando por Flaubert, Poe, Lugones, Kafka, Lovecraft, Vallejo o Dinesen, vemos cómo la literatura se ha servido de los primates para ridiculizarnos, extrañarnos, forzar incómodamente nuestra comprensión. A veces imagen de la degradación, a veces recordatorio de la fatuidad, también ha sido un excelente pretexto para hablar de la cautividad y de los desmanes de la experimentación científica.
La siguiente lista de narraciones ordenadas cronológicamente nos acerca a la relación entre monos y hombres en literatura. El asterisco indica que el título citado es un cuento, los enlaces nos llevan al texto en pdf.
Hoffmann, Noticia de un joven culto (1814). En este capítulo de la segunda parte de Kreisleriana, el narrador transcribe la carta de Milo, un joven que pasa de ser un salvaje a volverse todo un erudito…
Edgar Allan Poe, Los crímenes de la calle Morgue* (1841). Cuento policíaco protagonizado por un gran orangután salvaje de las islas de la India Oriental, capaz de realizar los peores asesinatos.
Flaubert, Quidquid volueris* (1837). Escrito en la adolescencia presenta a un ser hijo de una mujer y un mono al que la desesperación conduce al crimen.
Kafka, Informe para una Academia* (1917). La obra parte de un aparente absurdo, de una situación insólita: una simio que hace cinco años ha dejado de serlo, redacta un Informe sobre lo simiesco y nos deja una reflexión sobre la definición de libertad.
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domingo, 17 de marzo de 2024
Historia del teatro de títeres
IntroducciónPortada: Petrushka. títere tradicional ruso
1.- Los antiguos rituales mágico-religiosos.
3.- De lo religioso a lo profano.
4.- Otras diversiones relacionadas con los títeres.
5.- La persistente corriente popular.
6.- La explotación comercial del títere,
7.- El teatro de títeres culto en la primera mitad del siglo XX,
Un resumen de la historia del teatro de títeres
El teatro de títeres es un fenómeno histórico, social y cultural que durante siglos se consideró un espectáculo juglaresco destinado al público infantil o al público adulto escasamente exigente, pero a partir del siglo XX ha sido utilizado por las vanguardias para cuestiones más filosóficas. Hoy los títeres están presenten en los grandes teatros y festivales internacionales.
Desde la antigüedad, el hombre ha sentido la necesidad de insuflar vida a los elementos inanimados. De esta forma, el origen de los títeres se remonta casi al momento en el que comenzó a manipular los objetos. El nacimiento de las marionetas está ligado a ceremonias religiosas del Paleolítico y la Antigüedad. En la Edad Media, el cristianismo persiguió el teatro y los muñecos por su origen pagano, aunque posteriormente los utilizó en su beneficio. En el siglo XVI aparecen los personajes populares, figuras que por su arraigo y popularidad ponen de manifiesto la cultura universal. Cervantes se refiere a los retablos de los titiriteros en dos ocasiones, en El retablo de las maravillas, entremés de 1615 y en la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, publicada aquel mismo año. En el siglo XVIII, los títeres no sólo se movieron en teatrillos ambulantes, sino que acceden a círculos más selectos de la sociedad. En el XIX siguió interesando a intelectuales y artistas y su proliferación fue tanta que grandes autores escribieron para este teatro. Desde los inicios del siglo XX, el teatro de marionetas empezó a subir en conexión con los lenguajes escénicos; los muñecos se introducen en los medios de comunicación, el cine y la televisión.
Hay muestras por todo el mundo: títeres asiáticos, sombras hindúes, títeres acuáticos de Vietnam, etc. Y películas con títeres, como La guerra de las Galaxias o programas de TV como las célebres Noticias del Guiñol…. Y un personaje casi universal con diferentes nombres según el país: Punch, Polichinela o Don Cristóbal, que representa lo peor del ser humano desde el Medioevo, con argumentos crueles, para un público acostumbrado a los espectáculos duros. Otro ejemplo es la lucha de caballeros con títeres de Italia, Teatro dei Puppi.
El proceso de creación de un espectáculo de títeres específicamente dirigido a los niños fue larga y tiene sus principios con el despegue de la literatura infantil en el siglo XIX, dentro de la cual hay que citar el Pinocho (1883), de Carlo Collodi, que si bien es un cuento que narra la historia de una marioneta de madera, ha quedado incorporado al repertorio mundial del teatro de guiñol. Con las vanguardias también aparece un nuevo modelo de personaje teatral, que presenta una naturaleza ambigua de hombre y muñeco al mismo tiempo.
El títere como metáfora
El teatro de títeres se define por la presencia de un sujeto —el titiritero— que utiliza una serie de muñecos —de tres dimensiones o de dos— u otros objetos con el ánimo de expresar ideas o emociones al público. Los títeres funcionan como refuerzo de la actividad creadora y poética del manipulador, son solamente un instrumento aunque para el espectador aparezcan como el eje central del espectáculo. El títere, sin el movimiento o la voz que le presta el titiritero, es solamente un muñeco inerte, aunque lleno de potencialidad expresiva,. El titiritero se transforma así en un ser todopoderoso, un dios de la escena que maneja a los títeres a su antojo. Para los amantes del teatro es la aplicación de la metáfora que relaciona al títere con el actor o el bailarín al que se le exigen las cualidades de la marioneta.
Además de ideas estéticas y teatrales, el títere ilustra creencias religiosas y teorías filosóficas. A través de él pueden abordarse temas muy abstractos como la muerte, el tiempo o la vejez. El títere ha contribuido a la renovación y a la actualización del antiguo mito de Pigmalión, en el que la estatua cobra vida, y al de la caverna de Platón, en el que el mundo es descrito como un teatro de sombras proyectadas por títeres.
En el siguiente vídeo, de la mano del Catedrático de Antropología de la Universidad de Granada José Antonio González Alcantud y de las compañías El Espejo Negro y Títeres Etcétera, nos sumergimos en este fascinante universo, en el que arte y artesanía confluyen para sublimar el hecho escénico.
Los títeres tienen algo de mágico que atrae a todos los públicos. El teatrillo en el que viven son cajas de música y de luz llenas de historias y fábulas que nos divierten y nos hacen soñar con otros mundos. Los primeros títeres que vi fueron los muñecos de Herta Frankel en la televisión en blanco y negro, pero hasta que no asistí a un espectáculo del famoso titiritero Francisco Porras Serrano en El Retiro, no me dí cuenta de lo que significaba este arte que hace maravillas. Herta Frankel formaba parte, junto a Arthur Kaps, Gustavo Re y Franz Johan, de la compañía de espectáculos de variedades "Los Vieneses", que consiguieron gran popularidad con sus apariciones en la televisión en los años sesenta. Su muñeco más famoso fue la perrita Marilín, un caniche impertinente y respondón creado por Elvira de Loyzaga. Las pocas veces que he dado clase de teatro, he procurado que mis alumnos se interesaran por esta forma popular de teatro. No lo conseguí, la edad les hacía interesarse más por vivir lo inmediato, sin ningún esfuerzo, a través de las pantallas.
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Para saber más
Francisco J. Cornejo, El títere como metáfora
https://wepa.unima.org/es/mito-del-titere-perspectiva-occidental/
Teatro de títeres en La Abadía: El verdugo de El Espejo Negro.
Los títeres siguen estando de actualidad creando nuevas propuestas escénicas que buscan la dignidad del titiritero. Este mes de marzo del 13 al 24 de marzo, al teatro de La Abadía llega la compañía estable de títeres El Espejo Negro. El malagueño Ángel Calvente, responsable de la dirección y del diseño y construcción de las marionetas, ha conseguido con El verdugo una propuesta de marionetas para adultos basada en la película homónima de Berlanga y Azcona que respeta la imagen de la España que Berlanga retrató.