A finales del siglo XIX se levantó la Colonia de Santa Eulalia, situada entre Sax y Villena, gracias a la Ley de Colonias Agrícolas de 1868, dentro del marco del socialismo utópico. Aunque diferentes, las colonias que se repartieron por el territorio nacional compartían un mismo esquema urbanístico: un espacio productivo, las fábricas, y otro doméstico, donde los trabajadores viven y cuentan con los servicios como escuela, café, teatro, economato, dispensario médico, etc. La finca tenía una superficie de 138 hectáreas, plantadas de vides, olivos, almendros y arroz (en los extensos marjales hoy completamente secos del paraje villenense del Carrizal). El cultivo de la viña para la elaboración y la exportación del vino (sobre todo a Francia, cuyos viñedos fueron destruidos por la filoxera a partir de la década de 1860) fueron las principales apuestas de la recién fundada Colonia Agrícola, pues era la principal fuente de riqueza de toda la comarca y origen de las grandes fortunas de los terratenientes locales.
La sociedad fundada por Antonio de Padua Saavedra,
conde de Alcudia y Gestalgar tenía como fin el cultivo, recolección y
posterior elaboración industrial de los productos agrícolas que, de este modo,
saldrían ya listos para su posterior comercialización, aprovechando su
inmejorable situación geográfica, cerca de las principales vías de comunicación
entre Madrid-Alicante, tanto por carretera como por ferrocarril, donde disponía
de estación propia. Por razones económicas en 1900 el conde de Gestalgar se
asoció con su primo el ingeniero agrónomo Mariano Bertodano Rocalí, vizconde de
Alzira, que estaba casado con María de la Concepción Avial Peña, hija de un
rico indiano de Cuba. En 1907, la Sociedad entró en crisis coincidiendo con el
adulterio que protagonizaron ella y el conde. Años más tarde María Avial se
convirtió en la propietaria única de la Colonia pues se había comprado con el
dinero de su dote.
Fábrica la Unión |
La época de esplendor de la colonia duró hasta 1925. Siempre mantuvo una fuerte y fiel convicción de sus ideas socialistas, muestra de ello es la denominación de «La Unión» a la fábrica de Alcohol, o «La Lucha» a la que producía harina. A partir de ese momento comenzó una lenta decadencia, que se vio acelerada por la guerra civil. A principios de 1937, y dentro de la reforma para eliminar referencias religiosas o monárquicas en los topónimos, se cambió el nombre de la Colonia de Santa Eulalia por Colonia de Lina Ódena, una miliciana que prefirió suicidarse antes de caer en manos de fascistas, y se iniciaron los proyectos para llevar la luz eléctrica. A partir de la posguerra comienzan los problemas y su decadencia: la propietaria tuvo que hipotecar sus pertenencias, murieron sus cuatro hijos y, sobre todo, se produjo el desarrollo industrial de comarcas cercanas como Alcoy y Elda, que motivó en los años sesenta la emigración de muchos de los vecinos y peleas entre los herederos.
Interior del teatro Cervantes |
Retrato de Chapí |
Para saber más:
-La lectura
del Blog Ababoles* y trigo es tan apasionante como una novela. Sus dos
entradas comienzan así:
Lo
que voy a contar sucedió hace más de cien años y a más de ciento cincuenta
kilómetros de Gestalgar. Es un relato protagonizado por Antonio de Padua de
Saavedra Rodríguez de Guerra Frígola y Díez de Riguero —XII conde de
Gestalgar y IX de La Alcudia— que se propuso materializar algunas de las ideas
del socialismo utópico —aunque intuyo que no era devoto ni de lo uno ni de lo otro—.