Este mes de junio, una vez a la semana, subiré una serie de entradas, pequeñas pinceladas, sobre los alrededores de Villena, lugares que merece la pena visitar. Consta de cinco entregas, las tres primeras sobre la relación de Villena con el agua.
La escasez de agua ha sido siempre un problema en Alicante.
En la zona predomina un clima semiárido, con escasas precipitaciones y elevadas
temperaturas, en la que no existen redes fluviales, ni grandes reservas
superficiales o subterráneas de agua. Su río más importante es el Vinalopó, que con una extensión de más de de 80 kilómetros, atraviesa de norte a sur la provincia. De nombre latino y árabe, es un modesto río al que podríamos llamar torrente. Las limpias y abundantes aguas que transcurren por el municipio de Banyeres, desaparecen unos kilómetros más abajo para regadíos locales. Desde la altura aproximada de Campo de Mirra hasta Villena, discurre totalmente seco. Solo con las lluvias torrenciales, especialmente en octubre y noviembre, recupera su caudal.
En la actualidad es un río profundamente contaminado por la sobreexplotación de sus aguas para el riego, su elevada salinidad y las descargas de aguas residuales e industriales a lo largo de su curso. Viéndolo ahora cuesta creerse la leyenda que afirma que el cartaginés Amílcar Barca murió ahogado cerca de la localidad de Elda en una crecida.
Cascadas Banyeres (Sierra de Mariola)
27 marzo 2022. El agua vuelve a su cauce después de las lluvias
El Vinalopó a su paso por Villena
El libro La aventura del Vinalopó (2017) es un viaje sorprendente siguiendo la
pista de las aguas del río. Un viaje lleno de colores, de
vida y de historia. Cuatro senderistas han recorrido este río camaleónico para conocer ciudades, barrancos y pantanos y desvelar sus secretos. Un recorrido por paisajes que muchos ni se imaginan poder encontrar en la provincia de Alicante.
De los autores del citado libro recojo el vídeo 5Camino hacia Villena. Recorriendo un río seco (que continúa en el 6Camino hacia Sax. Recorriendo la acequia del Rey no incluidos para no cansar al lector) que forma parte de un conjunto de 13. Los aventureros hacen un recorrido por el cauce del río a
pie en verano, bajo un sol de justicia, lo que tiene su mérito. Yo hice una parte del recorrido al atardecer y doy fe de ello.
Por último incluyo un precioso cuadro del pintor paisajista de origen belga Carlos de Haes (Bruselas, 1826 - Madrid, 1898). Entre los años sesenta y setenta, viajó por numerosos puntos de la península, incluyendo el interior de la provincia de Alicante. La plástica de Haes supuso una importante renovación del género del paisaje en España, puesto que se apoyaba en un contacto mucho más directo con la naturaleza, por sus frecuentes excursiones al aire libre para tomar apuntes y realizar bocetos de paisajes que le proporcionaron una perspectiva mucho más realista de como la concebían sus antecesores. Sorprende observar que el paisaje a orillas del Vinalopó no ha cambiado nada a pesar de las sequías y del tiempo transcurrido.
La descripción del cuadro hecha por el Museo del Prado nos dice: "A la derecha, un montículo terroso en cuya cima se observa escasa vegetación. Entre los cerros horadados por el cauce del río, va marcándose el discurrir zigzagueante del agua en cuyas orillas se intuye la presencia de tres lavanderas con sus cestos de ropa. Cielos luminosos sobre la base de un azul ultramar".
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