Por si a alguien le sirve. Una selección de textos poéticos que tienen el cine como telón de fondo. Al principio, un texto de las memorias de Sartre y un marco teórico, para acabar en una selección de textos y una canción.
En el cine, Jean
Paul Sartre

1. En la Generación del 27
Far West,
Salinas
¡Qué viento a ocho mil kilómetros!
¿No ves cómo vuela todo?
¿No ves los cabellos sueltos
de Mabel, la caballista
que entorna los ojos limpios
ella, viento, contra el viento?
¿No ves
la cortina estremecida,
ese papel revolado
y la soledad frustrada
entre ella y tú por el viento?
Sí, lo veo.
Y nada más que lo veo.
Ese viento
está al otro lado, está
en una tarde distante
de tierras que no pisé.
Agitando está unos ramos
sin dónde,
esta besando unos labios
sin quién.
No es ya viento, es el retrato
de un viento que se murió
sin que yo le conociera,
y está enterrado en el ancho
cementerio de los aires
viejos, de los aires muertos.
Sí le veo, sin sentirle.
Está allí, en el mundo suyo,
viento de cine, ese viento.
Cinematografo, P. Salinas
Carta abierta, Rafael Alberti
Yo nací -¡respetadme!- con el cine.
Bajo una red de cables y de aviones.
Cuando abolidas fueron las carrozas
de los reyes y al auto subió el Papa.
2. En
la posguerra
Palacio del cinematógrafo, P. Garcia Baena
Impares. Fila 13. Butaca 3. Te
espero como siempre.
Tú sabes que estoy aquí. Te espero.
Tú sabes que estoy aquí. Te espero.
¿Yvonne de Carlo? ¿Ivonne de Carlo?.., Vázquez Montalbán
Museo de Cera, José Mª Álvarez
Historia de amor en un cinema
Faltando al pudor más elemental
Debo por necesidad de publicidad
Divulgar con quién y qué posición
Me entrego al estupro y la
fornicación”.
George Brassens
En el viejo salón cinematógrafo
Las parejas se estremece
En la pantalla dos artistas
Bésanse bailan fuman
Y una cortina tenue los encierra
La maravillosa que está conmigo
Se abandona feliz
Sus labios buscan en la sombra
La boca sonrosada del actor
- Oh oh el cine
- Rebelión en el desierto
El cine de los sábados, Martinez Sarrión
maravillas del cine galerías
de luz parpadeante entre silbidos
niños con su mamá que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
ivonne de carlo baila en scherezade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de la memoria tan margos
luego la cena desabrida y fría
y los ojos ardiendo como faros
de luz parpadeante entre silbidos
niños con su mamá que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
ivonne de carlo baila en scherezade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de la memoria tan margos
luego la cena desabrida y fría
y los ojos ardiendo como faros
"Teatro de
operaciones"
Deseo de ser piel roja, L.M. Panero
MARILYN MONROE´S NEGATIVE, L.M Panero
Requisitoria general por la muerte de una rubia, A, Martínez
Sarrión
Y cuando cada tarde te acercabas
a cualquier sinfonola,
invariablemente
a escuchar nuestro amor
nunca existió
y ya lo ves nos falta fe,
diríase
que has comprendido al fin, que
pierde rienda
el corazón, y tregua el ejercicio
de soledad.
¡Qué
puta estás saliéndome,
cariño mío!
O cuánto miedo tienes,
no a la fragilidad de los
destinos
y al precio amargo de la
felicidad
(que nunca viste a Greta
sollozando
“I want to be alone”, ni a Vivien Leigh
en el Puente de Waterloo,
ni al negro que tenía el alma
blanca
tocando en love-back,
en la penumbra,
El tiempo pasará)
Sino tan sólo, simplemente,
miedo.
Degollada, Luis Alberto de Cuenca
«¿Ha habido algún problema? ¿Te
ha seguido
alguien?» «Todo ha salido bien.»
(El tiempo
ya no era un instrumento de
tortura.)
«Somos ricos.» (No había que
olvidarlo.)
«Voy a ducharme.» «Espera, voy
contigo.»
(La abracé. Recordé que la
quería.)
Treinta y cinco millones en
billetes
usados. Tu cadáver en el baño.
Déjame ser feliz, ahora que
puedo.
Cine, cine
(Luis Eduardo Aute)
Recuerdo bien
aquellos
«cuatrocientos golpes» de Truffaut
y el
travelling con el pequeño desertor,
Antoine
Doinel,
playa a
través,
buscando un
mar que parecía más un paredón.
Y el
happy-end
que la
censura travestida en voz en off
sobrepusiera
al pesimismo del autor,
nos hizo ver
que un mundo
cruel
se salva con
una homilía fuera del guion.
Cine, cine,
cine,
más cine por
favor,
que todo en
la vida es cine
y los sueños,
cine son.
Al fin llegó
el día tan
temido más allá del mar,
previsto por
los grises de Henri Decae;
cuánta razón
tuvo el
censor,
Antoine
Doinel murió en su «domicilio conyugal».
Recuerdo bien
aquellos
«cuatrocientos golpes» de Truffaut
y el
travelling con el pequeño desertor,
Antoine
Doinel,
playa a
través,
buscando un
mar que parecía más un paredón.
Y el
happy-end
que la
censura travestida en voz en off
sobrepusiera
al pesimismo del autor,
nos hizo ver
que un mundo
cruel
se salva con
una homilía fuera del guion.
Cine, cine,
cine,
más cine por
favor,
que todo en
la vida es cine
y los sueños,
cine son.
Al fin llegó
el día tan
temido más allá del mar,
previsto por
los grises de Henri Decae;
cuánta razón
tuvo el
censor,
Antoine
Doinel murió en su «domicilio conyugal».
las cuatro y diez, Aute