Yo también quiero que me atienda el doctor Montes.
"Yo creo, que llegará el día; en que el enfermo de no se qué, se abandonará a las manos de los médicos sin preguntarles nada.
Estos médicos; le extraerán sangre, calcularán algunas variables, multiplicarán unas por otras y curarán a este enfermo con una sola píldora.
Sin embargo; si yo caigo enfermo, me dirigiré a un viejo médico de familia.
El me mirará en el ángulo del ojo, me tomará el pulso, me palpará el vientre, me auscultará.
Después toserá, prenderá su pipa, se frotará el mentón y me sonreirá para calmar el dolor.
Desde luego yo admiro la Ciencia; pero también admiro la Sabiduría."
Antoine de Saint-Exupery
Las relaciones entre la literatura y la medicina son innegables. La literatura, como la medicina, tiene a la condición humana como uno de sus objetivos. Los grandes temas que se suelen tratar en las novelas relacionadas con la medicina son:
1. Las repercusiones psicológicas de la enfermedad: Cómo la enfermedad afecta a la vida de aquellos que la sufren, especialmente cuando es irreversible o mortal (Thomas Mann: “La Montaña Mágica”).
2. La enfermedad contada en primera persona: cómo la viven los afectados, y su opinión sobre los médicos y el resto de los profesionales sanitarios (Tolstoi: “La muerte de Ivan Illich”).
3. Los aspectos sociológicos de la enfermedad: las repercusiones en la conducta de las sociedades en las que viven (Camus: “La peste";John Irving "Príncipes de Maine".
4. La medicina como profesión: la relación médico-enfermo. Las dificultades del ejercicio de la medicina, las diferencias entre la medicina hospitalaria y extrahospitalaria, así como los conflictos entre médicos y pacientes (Mika Waltari: “Sinué El Egipcio”; Van der Meersh: “Cuerpos y Almas”).
5. Los límites de la investigación médica: el conflicto entre el respeto a los enfermos y el progreso de la medicina (Mary Shelley: "Frankenstein"Stevenson: “Doctor Jekill y Mr. Hyde”; “El ladrón de cadáveres”).
Hipócrates comparó el ejercicio de la medicina con un drama en el que intervienen tres actores: el paciente, el médico, y la enfermedad. Quizás sea ésta la razón que explique que la literatura y la medicina han marchado de la mano a través de los siglos, interesadas ambas en la vida y tribulaciones del ser humano. Los escritores han abrumado a sus personajes con un sin fin de enfermedades, con objeto de incorporar crisis y conflictos a los argumentos de sus obras y los médicos han utilizado su experiencia clínica como fuente de inspiración de sus obras literarias. Hay escritores que abandonaron su profesión primitiva de médicos y tuvieron un éxito notorio como profesionales de la literatura, otros continuaron con sus dos profesiones. Cuando, en los comienzos de su carrera literaria Antón Chéjov (1860-1904) se vio obligado a renunciar a la medicina, hizo la famosa observación: “ la medicina es mi esposa y la literatura mi amante, esto puede resultar poco respetable pero desde luego no es aburrido”. A diferencia de Chéjov, el célebre Arthur Conan Doyle (1859-1930) no trató de mantener a dos mujeres a la vez: tras diez años infructuosos dedicados a la medicina, abandonó esta para dedicarse a la literatura. En España, Pío Baroja (1872-1956) dejó pronto la medicina y narró sus experiencias en El árbol de la ciencia (1911), a los 22 años de edad se graduó en Medicina y para su tesis doctoral eligió el tema
El dolor: Estudio Psicopatológico.
Otros escritores también médicos son: Diego de Torres Villarroel, Felipe Trigo, Luis Martín-Santos, Gregorio Marañon, Pedro Laín Entralgo, Andrés Bello, François Rabelais, W. Somerset Maugham, Mijail Bulgákov.
Para saber más:
http://www.fisterra.com/human/1libros/libros.asp donde aparece un listado muy completo de obras literarias relacionadas con la medicina en todos los géneros literarios.Sobre todo, las novelas permiten conocer hechos y situaciones que difícilmente se encuentran en los libros de texto tradicionales de Medicina.
http://www.fisterra.com/human/4miscelanea/varios/medicosEscritores.asp donde se repasa la vida de alguno de los médicos-escritores más famosos.
Algunas curiosidades sobre el léxico médico:
·El nombre de
Himen, hijo de Apolo y dios del matrimonio pasa a ser el término que designa la membrana mucosa que cubre la entrada de la vagina.
·Morfina derivación a partir de Morfeo, nombre del dios de los sueños.
·A partir del nombre de
Venus, la diosa que representa la feminidad, el amor y la belleza en la mitología latina, tenemos epónimos médicos que se han formado tanto por adjetivación —enfermedad venérea—, como por una construcción de genitivo —monte de Venus o collar de Venus—. También Afrodita, la equivalente de Venus en la mitología griega, nos ha dejado en medicina diversos términos como afrodisíaco, anafrodisia o hermafrodita.
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Hipnosis, trance inducido artificialmente en el que parte de la estructura mental del sujeto se pone al alcance del hipnotizador. Este nombre, propuesto por el francés Cuvillers en 1821, tiene su origen en uno de los hijos de la Noche, Hypnos (sueño), hermano de Tánatos (la muerte),que tiene como misión permitir el paso de los sueños verdaderos —no falsos o halagüeños— a los mortales.
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Atropina, alcaloide de la belladona (atropa),rinde con su nombre homenaje a Atropos, una de las tres Parcas —que son las encargadas de ejecutar las órdenes del Destino—, cuya misión es cortar de improviso y cuando le place el hilo
de la vida de los mortales.
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Atlas, nuestra primera vértebra cervical, quesoporta el cráneo mediante su articulación con el hueso occipital, se llama así por Atlas, el titán de la mitología griega que, por tomar partido contra Júpiter en la Guerra de los Titanes, fue castigado a cargar eternamente sobre sus espaldas la bóveda
celeste.
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Síndrome de Arlequín: designa un problema benigno de la circulación en el recién nacido, en el que cada una de las mitades del cuerpo presentauna coloración diferente: una más pálida y otra más rosada, o incluso rojiza. Debe su nombre, supuestamente, a la vestimenta habitual de Arlequín, célebre personaje de la Commedia dell’arte. Decimos supuestamente porque, en realidad, el traje original de Arlequín no es el dividido en dos partes, una blanca y otra negra, sino elformado por varios cuadros o «parches» en forma de rombo, de diferentes y vivos colores.
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Sífilis: personaje del poema De Morbo Gallico, escrito en 1525 por el médico italiano Girolamo Fracastoro, donde se hace una descripción de esta enfermedad, conocida por otros nombres, como «mal francés», «mal de Nápoles», «mal de bubas», etc. El nombre Sífilis, atestiguado en las Metamorfosis de Ovidio y presente con distintas variantes gráficas en diversos manuscritos medievales y poemas renacentistas, parece tener su origen en Sipylus (segundo hijo de Níobe, hija de Tántalo, rey de Lidia), inspirado a su vez en el monte Sipilo de Lidia.
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Síndrome de Lasthénie de Ferjol, cuadro anémico debido a pequeñas sangrías que el paciente se practica voluntariamente. Le debe el nombre a Lasthénie de Ferjo, personaje de lanovela Une histoire sans nom, de Barbeyd’Aurevilly—, que murió por las pérdidas repetidasde sangre que ella misma se producía en secreto. Por su parte, el nombre de Lasthénie lo formó claramente el escritor a partir de «astenia», en lo que puede verse un ejemplo a la inversa de lo que aquí hablamos; es decir, de la influencia de la medicina sobre la literatura.
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Bovarismo: término que se refiere a la confusión o la imposibilidad para distinguir la fantasía de la realidad. Tiene su origen en la novela de Gustave Flaubert "Madame Bovary". En ella, Emma Bovary trata de escapar del aburrimiento que le producen la seriedad y sobriedad de su marido Charles mediante la evocación de imágenes de su juventud relacionadas con fantasías sexuales y deseos adúlteros, de los que ella va convirtiéndose en protagonista. Esto la irá llevando a sentir como si fueran reales a hombres imaginarios, confundiendo progresivamente la fantasía con la realidad.
Anecdotario médico:
Al igual que los profesores, los médicos y las enfermeras han escrito muchos libros sobre las distintas anécdotas que han vivido: como la de llamar al pediatra pederasta, la de confundir una biopsia con una autopsia, ir al dentista con «pedorrea» en vez de piorrea.
Estas anécdotas que ridiculizan al más débil nos hacen reír, pero en el fondo nos provocan indulgencia. Hay mucho sarcasmo y poca comprensión en ellas, la mayoría se producen porque el enfermo, como el alumno, no entiende las palabras de la jerga médica o no prestó suficiente atención a nuestras explicaciones. Si diéramos menos cosas por supuestas y comprobáramos más si el paciente o el alumno nos entendió, evitaríamos muchos de estos errores de comunicación que no son errores médicos.
Hace unos años los estudios y la cultura no estaban al alcance de cualquiera. La jerga médica, como la de los profesores y los juristas, no deja de ser una barrera que se coloca como una defensa para colocar a cada uno en su sitio.
-"Diga treinta y tres. Anecdotario médico" de J. Ignacio de Arana, Espasa Calpe.
-"Anécdotas de enfermeras" de Elisabeth G. Iborra