El texto De la urbanidad en las maneras de los niños (De civilitate morum puerilium) deErasmo de Rotterdam, publicado en 1530 en los Países Bajos y dedicado al Príncipe Enrique de Borgoña, constituye el primer intento de tratamiento sistemático de las buenas maneras aplicadas a la educación de los niños. Enseguida alcanzó un gran éxito, en vida del autor ya había sido traducido al inglés, al francés, al alemán y al checo. Sin embargo, la traducción al castellano no se produjo hasta 1985, con la edición bilingüe latín-español de Agustín García Calvo que incluye un comentario de la socióloga Julia Varela.
La obra de Erasmo está concebida también como una cartilla de buen latín, con los recursos gramaticales y
léxicos y los tropos con los que un niño de once años debía estar
familiarizado. Dividida en veinte epígrafes, los once primeros se refieren a
los usos sociales del cuerpo, es decir, a las necesidades naturales del cuerpo
que la civilización obliga a codificar como comer, escupir, estornudar, defecar
etc. Sus usos son objeto de una regulación precisa y definida. Se detiene en
los ojos, las cejas, la frente, las narices, las mejillas, la boca, los dientes
para luego llegar al cabello y más tarde al porte, al andar, al sentarse o estar
quedo.
Leyendo el ameno libro que debería leerse en las clases de tutoría, observamos que las
costumbres, algunas indecorosas y poco saludables, que nos hacen inciviles no han cambiado a lo largo de estos casi cinco siglos. Hay criterios
ideales que marcan la distinción entre bárbaros y civilizados, entre lo que
está bien y está mal. Como aparece en la solapa del libro: "Frente a los que sostienen que la educación ha tenido
como finalidad primordial el cultivo del espíritu, la saga de obras de
urbanidad iniciada por Erasmo muestra más bien que el cuerpo fue y sigue siendo
su soporte real, material y simbólico"*.
A quienes les tocó en suerte ser de buena cuna, deshonroso les es no responder a su linaje con sus maneras; aquellos
que Fortuna quiso que fuesen plebeyos, de condición humilde y aun campesina, con más empeño aún les toca afanarse
en que aquello que la suerte les rehusó lo compensen con la
elegancia de sus maneras. Nadie puede para sí elegir padres
o patria; pero puede cada cual hacerse su carácter y modales.
Séame dado añadir a guisa de colofón un preceptillo que a mí me parece casi casi que digno del lugar primero: parte principal es de la urbanidad que, en tanto que tú no cometes falta alguna, fácilmente disculpes las faltas de los otros, y no tengas en menos estima a un compañero por el hecho de que tenga algunas maneras un tanto desaguisadas; pues hay quienes la rudeza de sus maneras la compensan con otras dotes; ni se dan aquí estos preceptos en la idea de que sin ellos nadie pueda ser bueno. Pero si por ignorancia peca tu compañero en algo en todo caso que parezca de cierta importancia, advertírselo a solas y amablemente es de urbanidad.
En las
entradas anteriores sobre algunos de los manuales escolares más representativos de la escuela española de hace siglo y medio, he intentado reflejar la información que he leído por casualidad y que desconocía porque no he estudiado pedagogía.
En el censo de los manuales y sus años de edición ocurre lo mismo que con los recortables, hay pocas fuentes disponibles, los títulos tuvieron muchas ediciones y es muy difícil saber cuál fue la primera. Como sabemos los manuales escolares se van deteriorando con el uso y acaban destruyendo, además no se valoran y la mayoría terminan en la basura. Aunque en este caso la autoría está demostrada.
Debo confesar que jamás leí un libro de urbanidad, aunque en mi colegio de monjas se
leían normas de buenas maneras en el comedor y teníamos una cartilla escolar
donde nos valoraban el comportamiento a base de quitarnos puntos cuando este no era
correcto, la puntuación final aparecía en las notas escolares. La buena
educación y las normas eran fundamentales tanto en la casa como en el colegio, también los castigos, aunque, afortunadamente en mi caso, sin
violencia física. Todavía recuerdo la vergüenza que pasábamos las niñas cuando
nos pillaban comiendo chicle y teníamos que llevarlo pegado en la punta de la
nariz todo el día. Una supuesta falta de respeto se pagaba con el ridículo público. Eran
otros tiempos y otras costumbres.
A pesar de mi desconocimiento teórico sobre el tema, las variadas lecturas me han permitido llegar a algunas conclusiones:
1) Ha sido un duro camino crear ciudadanos con derechos y deberes en libertad en lugar de súbditos domesticados a base de lecciones morales, utilizando el castigo y el miedo como armas. Pero, a veces, se ha olvidado que unas normas de comportamiento basadas en el respeto a los demás facilitan la convivencia y nos hacen más humanos. Los viejos códigos sociales de comportamiento ciudadano adaptados a la sociedad del siglo XXI, sin distinción de género, deberían ponerse de moda otra vez en los centros de enseñanza de primaria y secundaria porque damos por sentado que nuestros alumnos ya vienen educados de casa y no es así.Vivir en sociedad es una tarea, en ocasiones, complicada porque se están perdiendo muchas muestras de cortesía como dejar salir antes de entrar, caminar por la derecha, saludar, ceder el sitio a los mayores, hablar bajo, no hablar con la boca llena, no tirar basura, cuidar el mobiliario urbano, no pintar lugares públicos y privados, respetar espacios reservados para personas con discapacidad, etc.
2) Los manuales escolares nos sirven en la actualidad para comprender las peculiaridades de
determinados periodos históricos, porque permiten examinar las ideologías, los
conceptos y valores de los grupos sociales que ostentaban el poder, casi siempre una mezcla de innovaciones modernizadoras y persistencias arcaizantes*.
3) Durante muchos años la enseñanza
tradicional religiosa cambió muy poco
Modernización en s. XIX de las portadas de La buena Juanita
sus libros moralizantes, como mucho
modernizó sus portadas. La renovación pedagógica empezó en la primera República (1873) y siguió en la
Institución Libre de Enseñanza (1876) con la intención de impartir una
enseñanza no confesional, basada en las nuevas corrientes de la pedagogía, en
la libertad de ciencia, la tolerancia y el contacto con Europa. La segunda República
continuó con las reformas progresistas encaminadas al fomento de la alfabetización y permitió que la mujer fuera una ciudadana de pleno derecho y no solo ama de casa, pero el franquismo la devolvió al hogar. Los libros de texto fueron un instrumento para moldear y
encauzar a los niños y niñas en los ideales del momento: el nacionalcatolicismo. Las Enciclopedias Álvarez se impusieron como texto escolar de
referencia en nuestra infancia. De modo que el sistema educativo que había sentado sus bases en 1857 llegó hasta 1970 con escasas modificaciones:
1. Educación religiosa en todos los centros y marcado contenido moral de todo el saber. El amor a la Patria debía impregnar cualquier hecho educativo.
2. Prohibición de la coeducación. El sacrificio y la disciplina se considerarán el motor del éxito.
3. Valor fundamental de la familia como eje vertebrador de la vida española. La mujer, garante del bienestar familiar al servicio del marido y los hijos.
Edición de 1942
He intentado en las entradas Juanito y Labuena Juanitaevitar los comentarios irónicos que me surgían mientras intentaba informar objetivamente del contenido y del contexto de los libros reseñados. No recomiendo su lectura completa porque el lenguaje decimonónico a veces se hace insufrible, pero sí hojearlos para valorar lo que hemos cambiado en la actualidad gracias al feminismo. He acabado harta de tanta bondad ysumisión, empachada de tópicos, de moralejas y de diminutivos, de virtudes varoniles y de metáforas frutales aplicadas a las mujeres. Menos mal que llegó Diana y nos hizo vislumbrar la mujer del futuro.
Lo que si tengo claro claro es que estos manualesde lecturaauspiciados por la iglesia católica no enseñan, adoctrinan, justo lo que ahora los centros concertados religiosos critican a las nuevas políticas educativas de la sociedad democrática. La caridad no puede remediar las injusticias sociales. Segregar no es lo mismo que convivir. Discriminar es lo contrario que integrar. Las buenas costumbres no tienen nada que ver con la mojigatería y el puritanismo. Respetar el orden social no significa que tengamos que ser sumisos. La visión idílica de la infancia es tan contraproducente como una visión tremendista. La libertad no tiene nada que ver con la mala educación. Y la felicidad no va unida, desgraciadamente, a la bondad.
Algunas elucubraciones malvadas sobre las lecturas
La boda cortés de Juanito con Juanita.
En consecuencia con lo que he leído, me atrevo a hacer un
resumen final: el buen niño Juanito se casó con la horma de su zapato, la buena
Juanita, y formaron un matrimonio burgués de provincias, aburrido, sano y santo
como lo manda la Santa Madre Iglesia. Comieron perdices en el florido pensil de
su hogar y perpetuaron a través de sus hijos el sistema social dominante.
Finalmente, sus nietos asfixiados por tanta represión buscaron la libertad como
caballos desbocados.
Jaimito frente a Juanito
En algunos pasajes de Juanito me acordé por paronomasia del
temible y travieso Jaimito de los chistes de mi infancia, caracterizado por su
descaro y malicia que fastidiaba con sus preguntas a su
profesora y perturbaba el orden con sus travesuras. Jaimito es el contrario, el
antagonista de Juanito. Estoy convencida que su creador lo escribió en venganza por
haberse visto obligado a leerse el libro de pequeño, por eso la mayoría de sus chistes
son verdes y zafios, pero graciosos y comprensibles para un público amplio. El nombre Jaimito proviene o coincide con el del cómico del cine mudo norteamericano
Larry Semon, que se llamó en España primero
Tomasín y en las reposiciones a partir de 1941 Jaimito. Su popularidad entre nosotros fue tan grande que protagonizó todos los chistes de una
época. “¿Sabes ése de Jaimito
que va y…?”, era una de las frases seguras que surgían en cualquier reunión.
El
nombre de Jaimito coincide también con el de una revista de historietas
infantiles publicada entre entre 1945 y 1985 por una editorial de Valencia. Antes, en España, los tres sobrinos traviesos del
pato Donald en las historietas producidas por Disney se llamaron Juanito, Jaimito y Jorgito.
Las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes
Las chicas buenas, la sumisas y modosas Juanitas del siglo XIX, no cuestionaban lo que les enseñaban los viejos manuales, solo tenían deberes, las habían controlado y separado. La Diana del libro de los años treinta fue el modelo que anticipó el futuro, una chica que aprendió a comprometerse con la realidad y a buscar su propio camino. Las primeras chicas malas buscaban cambiar las normas, no se sometieron, se hicieron autónomas a través de la educación, no se quedaron en casa y ejercieron sus derechos como ciudadanas. Fueron el germen de la famosa frase "las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes", siendo abanderadas de la libertad sexual, la igualdad laboral y política. A la frase se le atribuyen diversas paternidades: la actriz Mae West, un eslogan de mayo del 68, el dibujante Quino, o a la psicóloga alemana Ute Ehrhardt. Todos contribuyeron en el siglo XX a que el ángel del hogar moviese sus alas y abandonase su jaula para reconquistar su libertad. También me vino a la mente la frase complementaria : "Cuando soy buena, soy buenísima. Cuando soy mala, soy mucho mejor".
Mariquita (marica, maricón), sustantivo y adjetivo de carácter peyorativo y despectivo, se utiliza para designar a un varón afeminado u homosexual, tanto como un insulto grosero o como mero rasgo identificativo. Hasta que la comunidad LGBT+ decidió darle un nuevo significado a la palabra maricón dotándola de una nueva denotación positiva y de orgullo. Su utilización depende de la edad del hablante y del contexto y no a todos les gusta que les llamen de esa manera.
Su origen deriva del nombre de mujer María, en este caso utilizado para señalar a mujeres libidinosas y prostitutas. Con el tiempo. se utilizó para designar a los hombres homosexuales que presentaban comportamientos femeninos. Con esta comparación se añadía el machismo al uso del insulto homófobo .
Torres Naharro, La Propaladia (1517)
El primer registro escrito de la palabra maricón lo encontramos en 1517, en la Comedia Serafina, de Bartolomé Torres Naharro para criticar al varón que no se comporta exactamente como se espera de su género, se le consideraba afeminado, equivalente a una mujer, a una María cualquiera. La primera documentación clara de la palabra marica en el sentido despectivo de afeminado apareció en la novela El Guzmán de Alfarache (1599) de Mateo Alemán.
Maricones aparece
como un insulto en la famosa escena de Fuenteovejuna de Lope de Vega en la que
Laurencia recrimina a su padre y a todos los hombres su cobardía por no hacer
frente a los abusos del comendador Fernán Gómez.
Gallinas,
¡vuestras mujeres
sufrís que otros hombres gocen!
Poneos ruecas en la cinta.
¿Para qué os ceñís estoques?
Vive Dios, que he de trazar
que solas mujeres cobren
la honra de estos tiranos,
la sangre de estos traidores,
y que os han de tirar piedras,
hilanderas, maricones,
amujerados y cobardes,
poco hombres y traidores.
"No sólo se utilizaba contra hombres homosexuales, sino que también se usaba como insulto para aquellos hombres que no ejercían dominación y violencia contra las mujeres, y además contra cualquier hombre al que se quisiera insultar. A pesar de la virilidad del término, el maricón se hizo popular por convertirse en un arquetipo del teatro del Siglo de Oro español, siendo el personaje amanerado y con estética femenina del que burlarse, con el que divertirse a su costa y con el que, por tanto, se debía evitar comparación. Por esto en muchas ocasiones aparecía en expresiones como “que no te tengan por maricón” o “te van a tomar por maricón”.
"Lo que antes era el gran insulto es ahora un gran recordatorio de que la lucha marica es una lucha profundamente adscrita a la lucha feminista.Porque empoderarnos como maricas es empoderarnos en nuestra feminidad".
P.D. El comentario de Beatriz Olivenza me ha hecho recordar el hermoso texto de Luis Cernuda tituladoEl escándalo:
En las largas tardes del verano, ya regadas las puertas, ya
pasado el vendedor de jazmines, aparecían ellos, solos a veces, emparejados
casi siempre. Iban vestidos con blanca chaqueta almidonada, ceñido pantalón
negro de alpaca, zapatos rechinantes como el cantar de un grillo, y en la
cabeza una gorrilla ladeada, que dejaba escapar algún rizo negro o rubio. Se
contoneaban con gracia felina, ufanos de algo que sólo ellos conocían,
pareciendo guardarlo secreto, aunque el placer que en ese secreto hallaban
desbordaba a pesar de ellos sobre las gentes.
Un coro de gritos en falsete, el ladrar de algún perro,
anunciaba su paso, aun antes de que hubieran doblado la esquina. Al fin
surgían, risueños y casi envanecidos del cortejo que les seguía insultándoles
con motes indecorosos. Con dignidad de alto personaje en destierro, apenas si
se volvían al séquito blasfemo para lanzar tal pulla ingeniosa. Mas como si no
quisieran decepcionar a las gentes en lo que éstas esperaban de ellos, se
contoneaban más exageradamente, ciñendo aún más la chaqueta a su talle
cimbreante, con lo cual redoblaban las risotadas y la chacota del coro.
Alguna vez levantaban la mirada a un balcón, donde los
curiosos se asomaban al ruido, y había en sus descarados ojos juveniles esa
burla mayor, un desprecio más real que en quienes con morbosa curiosidad les
iban persiguiendo.
Al fin se perdían al
otro extremo de la calle. Eran unos seres misteriosos a quienes llamaban «los
maricas».
En Madrid, estamos de fiestas celebrando el Día del Orgullo LGTBIQA+, desde el 28 de junio hasta el primer sábado de julio que tendrá lugar la manifestación. El significado de LGTBIQA+ todavía puede resultar algo confuso para muchas personas, debido a cómo evolucionan estos conceptos y cómo se van integrando nuevas iniciales al colectivo. Las siglas LGTBIQA+ se refieren a Lesbiana, Gay, Trans, Bisexual, Intersexual, Queer, Asexual y +.
Esta reivindicación tiene más sentido que nunca desde que VOX se ha instalado en los Ayuntamientos y ha decidido tirar a la papelera la lucha de muchos años.
Recomiendo para todos leer dos libros que nos aportan testimonios de este colectivo que lucha para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.
Inés Martín Rodrigo, premio Nadal 2022, con su libroUna homosexualidad propia nos aporta un testimonio valiente y decidido del descubrimiento de su orientación sexual propia.
«Este es el texto que hubiera querido leer antes de juzgarme sin conocerme.»
Narrada desde
una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre de Alana S. Portero recorre
la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que
intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en
una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína
en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de
los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas
pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán
otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada
paso.
Bertrand Ndongo acosa a Cristina Fallarás en la manifestación del 20 de abril de 2023. Foto: Dani Gago
El día 21 Cristina Fallarás reflexionaba contra el acoso en el artículo Cuando un hombre acosa en la calle, te caes. Ella misma explicaba en Instagram el acoso sufrido el día anterior en una concentración contra la decisión del PSOE de modificar la ley del 'solo sí es sí, delante del ministerio de Justicia en la calle San Bernardo.
Aquel hombre se pegó a mi espalda y empezó a gritarme. Oía sus palabras contra mi oreja, contra mi cabello, contra mi cara, sus gritos, sus imprecaciones. Me agarró del brazo, tocaba mi espalda. Ha vuelto a abrir la puerta del hielo, del miedo y la ansiedad, esa que yo voy sellando con dificultades.
Por favor, pinchad en el vídeo para que veáis lo que verdaderamente sucedió. Ese indeseable, haciéndose pasar por periodista, le arrimaba la cebolleta al mismo tiempo que el micrófono, sin disimular, solo para provocar y demostrar su superioridad.
"Los estereotipos, los prejuicios, la diferencia de géneros y
el machismo en las puertas de unos aseos. Lamentable".
Manuel Casal
Le doy la razón a Manuel Casal, siempre con un comentario certero. Es un estereotipo de libro. Los letreros, debo confesarlo, me hicieron gracia, se los enseñé a una amiga que, sin dudar, me dijo: no hay equívocos, se distingue perfectamente el aseo femenino del masculino, las mujeres vamos de dos en dos al servicio y aprovechamos para arreglarnos y hablar. No lo creo, si nos juntamos allí es porque tardamos más en miccionar, el tiempo se nos va en luchar contra el impedimento de la ropa. Lo que es costumbre nada tiene que ver con lo innato. ¿Realmente hablan más las mujeres que los hombres? De ninguna manera. Ni los hombres son de Marte, ni las mujeres de Venus. Ni los hombres están más dotados para las matemáticas, ni las mujeres para el lenguaje porque utilizan más palabras. Estas afirmaciones se basan sobre todo en la situación social y la educación, y exponen los prejuicios, opiniones y tópicos sobre las mujeres con los que se han forjado las bases en las que se sustenta el discurso misógino, en el caso del aseo que las mujeres son charlatanas y los hombres discretos por naturaleza.
Inmediatamente me acordé de las obras de la literatura española de todos los tiempos que han transmitido los estereotipos. Entre ellas, destaca la obra del Arcipreste de Talavera Corbacho o Reprobación del amor mundano (1438). Para Alfonso Martínez de Toledo, como para la mayoría de autores medievales, las mujeres encarnan el mal, son de naturaleza avariciosa, detractora, lujuriosa, codiciosa, envidiosa, inconstante, desobediente, mentirosa y vanidosa, “común regla es dello”, lo que procede de nuestra madre Eva. Especialmente condena su proclividad a la charlatanería en el capítulo XII (De cómo la mujer parlera siempre habla de hechos ajenos), es incapaz de guardar silencio, sus conversaciones son superfluas y sus discursos incoherentes:
«la muger ser murmurante e detractora, regla general es dello: que si con mill fabla, de mill fabla cómo van, cómo están, qué es su estado, qué es su vida, quál es su manera. El callar le es muerte/ muy aspera/: non podría una sola ora estar que non profanase de buenos e malo».
En la vida social tenemos que aguantar a muchos indeseables,
metepatas e irresponsables. Pero entre todos ellos destacan los que carecen de empatía,
que por hacer una gracia, casi siempre clasista, homófoba o machista, llegan incluso a
atacar a su propia familia. Se sienten
los más listos y más guapos porque nadie osa hacerles frente. Los demás, bien
por aburrimiento o por no aguar más la fiesta, nos callamos. Pero lo peor es que si hablásemos daría igual, porque ellos ni atenderían ni entenderían, solo levantarían el tono de voz, porque creen
tener razón. Pasan por la vida sin reflexionar, sin leer, ciegos y sordos.
Este verano fui calificada de "gordita" sin venir a cuento por la
dueña de la casa a la que había sido invitada a su piscina. Me callé, pero me sentó como un tiro, sobre todo
por el condescendiente diminutivo que no tenía nada de cariñoso. Además yo no tenía ninguna confianza con ella ni con su familia. Horas después, su marido se metió con su nieto preadolescente con una broma terrible delante de
un grupo de personas: "Nene, como sigas así, te voy a tener que comprar un
sujetador". El niño se quedó aturdido ante tamaña bofetada, luchó porno llorar y se marchó cabizbajo. Inmediatamente
fuia su encuentro y lo abracé diciéndole que era el niño más guapo y listo del
mundo, que ya crecería y la pesadilla
desaparecería, que el crecimiento hace que unas partes se desarrollen más que otras
sin concierto ninguno. Me miró y me reconfortó diciendo: pues a mí no me parece
que estés gorda. Acabamos riéndonos.
Al rechazo a los cuerpos grandes y gordos se le llama
gordofobia. Sin ir más lejos a mí me pasa con mi propio cuerpo, me odio por haberme convertido en una persona gorda y por eso me solidarizo con todas las "gorditas". Pero me rebelo cuando el blanco de las bromas es un menor que está en proceso de crecimiento, no entiende lo que le está pasando y carece de armas para defenderse. No hay derecho a meterse con el físico de nadie, ni a humillarle delante de los demás por ser diferente. Las madres y los padres tienen una misión titánica para que niños y niñas no padezcan los complejos instigados por la sociedad. La
gente que no sigue los cánones tradicionales tiene dieciocho veces más riesgo de padecer
trastornos de la conducta alimentaria. Hay que insistir y transmitir que el
valor de las personas no reside en el aspecto físico. Puede que en el cole o en
la calle las conductas gordofóbicas golpeen
a los niños o adolescentes, pero la familia tiene que ser un lugar seguro. Hay que reforzar que lo importante es lo que son,
no como los ven los demás. El aumento del volumen de las mamas en un niño debido al
desarrollo se denomina ginecomastia. En la mayoría de
ocasiones no se trata de la manifestación de una enfermedad, sino de situaciones
normales y transitorias, como en el caso de los bebés y preadolescentes.
El museo Thyssen, con motivo del Día internacional contra el cáncer de mama, expone réplicas de los retratos femeninos más icónicos del arte con pechos con mastectomías.
Fotomontaje de Jorge Saldo del cuadro 'Adán y Eva' de Hans Baldung Grien
Esta obra de Hans Baldung Grien muestra dos elegantes
desnudos de Adán y Eva. El autor retrata un perfecto conocimiento de la
anatomía masculina y femenina, los progenitores bíblicos de la humanidad llenan
de fuerza una imagen que Jorge Salgado matiza: a ambos personajes les falta un
pezón. Salgado da cuenta de una realidad minoritaria: el cáncer de mama en
hombres. De este modo, Adán acompaña a Eva en este camino.
La pintura de Baldung Grien representa el pecado original,
con Eva sujetando la manzana y la demoníaca serpiente acechando las figuras. El
fotomontaje cambia por completo el significado. La pareja es ya libre de la
enfermedad y, por tanto, del mal que les ha seguido tanto tiempo. La
complicidad de sus miradas refleja vitalidad y esperanza, a las puertas de un
mundo —el terrenal— que desean fervientemente descubrir y disfrutar.
Se me ha estropeado la tarjeta SIM y he estado unos días sin poder llamar ni recibir llamadas, aunque sí funcionaba el wifi. Me he dado cuenta de que es más fácil sobrevivir sin amor que sin móvil. Me he acordado del texto de Cortázar Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj. Sesenta años después sigue teniendo vigencia sólo hay que sustituir reloj por móvil.
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas (1962)
Me gustan tan poco los relojes, ahora llamados inteligentes, como los móviles. Los dos nos atan a una cadena invisible, nos obligan a estar pendientes de un artilugio que nos controla. Además, nos vigilan y nos aíslan. La vida real, lo que verdaderamente importa, es lo que pasa mientras miras el móvil. Lo inteligente es ir a tu ritmo.
En la época de la esclavitud en los Estados Unidos, a los
esclavos nuevos se les ataba una bola negra de hierro muy irregular y con
deformaciones (no era una bola perfecta, para que no pudiera arrastrarse
fácilmente) con una cadena y un grillete al pie, para que no escaparan. La llamaban "BlackBerry" (mora
negra) porque se asemejaba a dicha fruta. En los tiempos modernos, a los nuevos
empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en
cambio, se les da un "BlackBerry" y quedan inalámbricamente atados
con ese grillete. Después de la televisión, nunca habíamos estado pendientes de un objeto que nos controlara individualmente. Poco a poco los móviles más sofisticados se han instalado en nuestra vida
cotidiana alterando las relaciones personales. Hay que desconectarlos para
conectarnos al mundo que nos rodea.
¿Estás
perdido en el mundo como yo?
Lapelícula de animación Are You Lost In The World Like Me? que circula por las redes no se llama "L'altra part", ni es
egipcia, ni ha ganado el premio al mejor cortometraje en el Festival de Venecia:
Es un videoclip de 2016 del compositor estadounidense Moby y su autor es Steve
Cutts, un ilustrador y animador británico. La película describe cómo las
personas se aíslan en la tecnología y olvidan una de las mejores cosas de la
vida, la convivencia humana con el amor y la hermandad.
Está muy bien que busquemos nuestras zonas erróneas y
aprendamos a controlarnos, que mantengamos nuestro cuerpo sano, que nos
deshagamos de las cosas y las personas que nos lastran, que intentemos no
centrarnos en lo negativo y ser positivos. Pero las recetas no funcionan, solo
nos enseñan a aguantar más, sobre todo, cuando estas nos aíslan y nos hacen
interiorizar que el problema siempre es nuestro, que es nuestra culpa que no seamos
felices. Lo político ahora es personal, los problemas se han privatizado y las
protestas han sido demonizadas. Porque el problema no solo somos nosotros, el
problema está en el mundo que nos rodea. Es un mundo enfocado en el más y
mejor, donde nada nunca es suficiente y siempre hay que ser más productivo para
consumir más. Este es el mundo creado por el capitalismo neoliberal y no valen
las tiritas para las heridas, sino un cambio sustancial. Es un mundo en el que crecen la inseguridad
existencial y la desigualdad, y en el que desaparecen las redes de seguridad;
en el que la mayoría de las personas carecen crónicamente de tiempo y sentido
de vida. Y en vez de mirarnos el ombligo, debemospreguntarnoscómo cambiar un sistema que nos oprime. En vez de forjar rebeldes, se forman corderitos que asumen
que esto es así y no se puede cambiar. Ver el lado bueno de las cosas no hace que los problemas desaparezcan.
Recojo aquí fragmentos del artículo de El Confidencial Cómo acabar de una vez por todas con los libros de autoayuda que recoge en exclusiva las primeras páginas de 'Manifiesto en contra de la autoayuda' de Marian Donner; un análisis sobre el positivismo tóxico y la condena de la felicidad.
Porque, en otras palabras, lo que te ofrecen todos esos
libros de autoayuda, artículos, charlas TED, lecturas, cursos e instructores
son normas. Normas para que funciones mejor y te adaptes mejor al 'statu quo'.
Pertenecer. Participar. Ese es el objetivo. Sé positivo, camina recto, ordena
tu casa, haz la cama por las mañanas, abandona tu zona de confort, sigue una
rutina, fija prioridades, conoce tus puntos fuertes y trabaja los débiles,
escucha a los demás, ignora los malos consejos, trata los problemas como
oportunidades, la oposición como un reto, di que no, sé agradecido, ríete. Pero
ríete de verdad, con el tipo de risa en la que participan los ojos. Así la
gente se te resistirá menos y encima reduces el estrés.
Mantén un cuerpo y una mente sanos, come superalimentos y
aguacates, practica deporte, haz yoga y 'mindfulness', aprende a controlar tu
ira y tus miedos, elabora un plan y ajústate a él, busca tiempo para la
espontaneidad, haz algo que te asuste cada día, 'carpe diem', 'memento mori'.
¡Porque tú puedes, sí puedes, trágate ese sapo, sé feliz, que nada te importe
una mierda y piensa diferente! Tal y como dicen los anuncios: todo es
inspiración, motivación, empoderamiento. Tal y como dicen los anuncios, el
problema siempre es tuyo. 'Think Different', 'Dream Crazy', 'Impossible is
Nothing': lo único que te detiene eres tú mismo. Olvídate de los productos,
olvídate de cómo están hechos, olvídate del mundo a tu alrededor y de las
estructuras políticas y socioeconómicas que lo rigen. En vez de eso, trágate el
sueño neoliberal en el que todo recae sobre ti. Sí, solo sobre ti. Mantente
siempre en la cima, aunque te caigas. "Cree en algo, incluso si eso
significa sacrificarlo todo".
Y siempre es preferible hacerlo con una sonrisa. Y acabas pensando que tú eres el problema. Es
culpa tuya que no seas feliz, que no tengas éxito y que poco a poco estés más
cerca del desgaste profesional. Hemos aterrizado en una forma fácil de pensar.
Los niños también se culpan a sí mismos de todo, ya sea del divorcio de sus
padres o del acoso escolar. Al final, te has tragado el mensaje de la
"húmeda sumisión". Por eso te has hecho una cuenta en Headspace. Una
pulserita te cuenta los pasos, una aplicación te mide el sueño. En el
supermercado, ignoras las caras enfadadas. Si tu jefe te maltrata, te convences
a ti mismo de que él seguramente también lo esté pasando mal. Ah, y llevas un
diario de gratitud. No es autoayuda, no, lo llamas autocuidado. Lo haces por
amor propio. Lo haces porque sientes que las cosas podrían ser mejores, porque
debe de haber algo más que esto. Pero lo que la industria de la autoayuda
ofrece, a fin de cuentas, no es más que un montón de trucos, colchones y
‘consejitos del día’ que te enseñan a aguantar más. Todo para que participes
mejor en este juego y te olvides de lo incomprensible que es el mundo en
realidad. Para que aprendas a gestionar tu ira y tus miedos mientras aguantas
lo inaguantable.
Iñaki Domínguez
Cómo ser feliz a martillazos: Un manual de antiayuda
La autoayuda que nos bombardea por doquier hace de los pensamientos y las actitudes personales la fuente del cambio. El presente libro, sin embargo, aboga por la acción, su opuesto natural, y representa la antítesis de la autoayuda: busca la transformación del yo a través del no-pensamiento, impulsividad dirigida hacia el mundo, y en el mundo. Solo anulando el recalcitrante, narcisista y obsesivo pensamiento autorreferencial y apostando por transformar la realidad podremos, en el proceso, transformarnos a nosotros mismos.
Ha muerto Mario Camus y ayer volvieron a poner en televisión Los santos inocentes, una de sus mejores películas basada en el libro de Miguel Delibes. Un
ejemplo en la literatura del arquetipo del tonto del pueblo es el personaje de Azarías que finalmente mata al señorito Iván. Javier Pérez
Escohotado* en su prólogo a una edición del libro lo explica así: «Sin duda
el tirano está pagando por todos los abusos cometidos, pero la sutileza de
Delibes está en concentrarlos en la muerte banal y gratuita del pájaro y dejar
la venganza a la iniciativa del tonto Azarías. A esto es lo que yo llamo
justicia poética (¡nada más lejos del realismo!), porque en Delibes no se
vengan los pobres, sino los tontos y los ángeles».
Hace tiempo que encontré en internet una historia anónima que contaba mi padre sobre la división del mundo en tontos y listos y que él bordaba al recrearla con los diálogos en acento villenero ("Y ellos se creen que el tonto soy yo"). A mi se me caían las lágrimas de risa. La copio a continuación:
Se cuenta que en un localidad de interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas. Diariamente algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: Lo sé, no soy tan tonto, vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda".
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.
"El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente".
La realización del musical llevado al
cine quedó grabada en el documental Making of West Side Story (1984), donde se
puede observar un clásico y controvertido momento: el enojo del director Berstein con Carreras que falla varias
veces en su interpretación de ‘María’.
Me sentí identificada con el español, abochornado en público y obligado
a repetir una y otra vez hasta que sacó su mejor interpretación. Yo me hubiese
ido llorando a casa, él se marcha con dignidad a pesar del cabreo, rodeado del silencio y de la sorpresa de la orquesta. Me recordó a
esos profesores especialistas en mostrar la ignorancia de los alumnos que tanto he odiado. Yo no estoy de acuerdo con estas formas, aunque sé que otros lo justificarán porque al final se consigue el objetivo y todos están contentos. Si algunos piensan que para presumir hay que sufrir, más sentido tiene que una obra de arte esté de acuerdo con el sentido que le dio su autor, aunque para ello el discípulo tenga que tragarse el orgullo y las lágrimas ante la furia del maestro. Entre dos genios, manda la experiencia sobre la juventud.
La primera imagen se refiere al sacerdote pedófilo y la
complicidad del Vaticano.
La segunda imagen se refiere al turismo sexual en los países
asiáticos
La tercera imagen se refiere a las guerras.
La cuarta imagen se refiere al tráfico de órganos en el
mercado negro, donde las primeras victimas son los niños de los países más pobres.
La quinta imagen se refiere a las armas libres en los
Estados Unidos.
Y la sexta imagen se refiere a los enormes daños causados a
los niños por las grandes cadenas de comida rápida.
La obra se titula Los Intocables, realizada por Erik Ravelo, un fotógrafo artístico cubano al que le gusta impactar y provocar. Antes este artista tuvo una gran repercusión con otros trabajos como la campaña Unhate que realizó para Benetton, en el que varios líderes políticos aparecían besándose a pesar de las enormes diferencias entre ellos.
Los iguales son aquellas personas que piensan y actúan de un modo establecido (como pasa con el nazismo y el fascismo, y los radicales religiosos) y no admiten que otros sean y piensen de distinto modo. Los iguales son, por ejemplo, los machistas, los racistas, los homófobos y las personas autoritarias, que persiguen a quienes son distintos a ellos.
Si la naturaleza es variada y no hay monte o río que sea igual al de al lado, lo mismo pasa con con los seres vivos. Con los seres humanos: Todos somos distintos; y lo que nos diferencia a unos de otros es lo que enriquece las relaciones sociales. El poema, simboliza eso: el respeto, la tolerancia, la lucha por la libertad de pensamiento y de culturas. Que la cultura de paz sustituya a la cultura de guerra.