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domingo, 6 de febrero de 2022

Blog El rincón del arte: El calendario de Apeles Mestres

 "Entre 1880 y 1920 vieron la luz una serie de cromos, regalados con los chocolates Amatller, con escenas típicas ambientadas en los acontecimientos, fiestas y actividades propias del transcurrir mensual del año. Su ilustrador fue Apeles Mestres, escritor, poeta, dramaturgo, dibujante y músico catalán. Por este calendario van pasando alusiones a los regalos de Reyes (mes de enero), al Carnaval y la Cuaresma (mes de febrero), al conocido refrán popular “Marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso” (meses de marzo, abril y mayo), las hogueras de San Juan (mes de junio), una costumbrista escena playera estival (mes de julio), las frutas características de los meses más calurosos (mes de agosto), el pisado de la uva tras la vendimia (mes de septiembre), la otoñal caída de la hoja (mes de octubre), las fiestas de Difuntos y Todos los Santos (mes de noviembre) y, por último, los rigores invernales, las celebraciones navideñas y el fin de año (mes de diciembre). Conforman todas ellas una galería que nos retrotrae a tiempos pasados, a costumbres quizá ya perdidas y a otras renovadas anualmente. El paso del tiempo se nos manifiesta a través de modas en el vestir que nos resultan tan pintorescas y anticuadas como la época a la que nos remiten. Sin embargo, nos recuerda que los tiempos pequeños, los cotidianos, transcurren y se modifican, devoran voraces los pequeños detalles de la existencia. Pero más allá de esta hoguera de vanidades el gran Tiempo nos hace presa de un eterno retorno".

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martes, 13 de abril de 2021

El paso y el peso del tiempo en la pintura de Amalia Avia

¿Cómo es posible que sea más fácil encontrar a un amigo de la facultad en un periódico que en la calle en la que los dos vivimos apenas separados por unos números? Hace más de veinticinco años que no tenía noticias de él, en concreto, cuando celebré mi aprobado en las oposiciones de enseñanza en su hermoso y luminoso piso de la calle San Bernardo presidido por un cuadro de su tía. En este tiempo de ausencia, sin móviles (Las amistades desaparecidas) pensé que estaría fuera de España porque siempre ha sido culturalmente muy inquieto. En tercero de carrera nos hizo las fotos de carné a todos, siempre se notó que venía de una familia de artistas. 

La noticia del periódico (En busca de la Malasaña desaparecida de la pintora Amalia Avia) informaba de que José Manuel Avia, el sobrino de la pintora Amalia Avia, está intentando, antes de que desaparezcan, encontrar las localizaciones de todos los cuadros que pintó sobre Madrid hace 30, 40 o 50 años, para crear un mapa del Madrid de Amalia, que ha empezado con abundante información gráfica sobre la zona de Malasaña. Así se cierra el círculo, Amalia fotografiaba con su familia en blanco y negro los lugares que le llamaban la atención para luego recrearlos en el estudio de su casa y ahora su sobrino Nel los fotografía para que sepamos cómo están en la actualidad. Los dos tratan de retratar el paso y el peso del tiempo.

San Vicente Ferrer, 15 tal y como lo pintó Amalia Avia y tal y como está en la actualidad

Amalia Avia (1930, Santa Cruz de la Zarza, Toledo-Madrid, 2011) empezó como pintora en la década de 1950 en el estudio de Eduardo Peña en Madrid. En esos años empieza a conocer a muchos de sus amigos y posteriores compañeros de generación: Esperanza Parada, Antonio López, Julio López Hernández y, sobre todo, Lucio Muñoz, con quien se casa en 1960. Amalia Avia, figura esencial en el arte contemporáneo en España, madre de cuatro hijos*, escribió en sus memorias (De puertas adentro) las puertas de una vida llena de contrastes, teñida de tonos oscuros pero también de luces brillantes.

La pintura de Amalia es la crónica apagada de lugares humildes de la ciudad. Percibe como nadie la erosión, la vejez del Madrid de la posguerra, con una paleta de colores donde predominan los tonos grises y ocres, con un tinte expresionista aunque falten los personajes humanos. Calles, muros, puertas, balcones, rótulos, desconchones, suciedad y relieves. También el mundo interior, de puertas adentro, su casa, su habitación, sus sillas, sus cuadros, sus fotos. Arte y vida, mundo irreal y mundo real, cuadros y fotos. Pintura de la ausencia. Huellas del hombre en el tiempo.  

*En el libro 'La casa de los pintores', Rodrigo Muñoz Avia cuenta la cotidianidad de la historia del arte: una familia de pintores dividida por el realismo y la abstracción. 


 

De puertas adentro, apuntes sobre Amalia Avia from Nicolas Muñoz on Vimeo.

martes, 16 de julio de 2019

José Luis Pérez Santiago, pintor y copista


A través de otros profesores del I.E.S. Luis Buñuel que le dieron clase, tuve la suerte de conocer hace poco a José Luis Pérez Santiago del que ya había oído elogios como pintor y copista. Este joven pintor de hablar pausado, simpático y sabio, transmite gusto por todo lo que hace. Pasamos un buen rato disfrutando de su compañía. Ojalá le hubiese conocido antes para contratarlo y así recuperar el retrato perdido de mi padre que debería figurar junto al resto de los directores de la fábrica militar El Fargue y del que solo nos queda una fotografía; pero ahora ando preocupada por problemas y enfermedades cotidianos y poco me puedo ocupar de vanidades del pasado.
Viendo en Instagram Un cuadro al día, me acordé de él porque hablaba de los copistas del Museo del Prado, que ya me llamaron la atención cuando fui por primera vez de la mano de mi padre. Entonces se decía que las copias se hacían para aprender y para venderlas a personas adineradas para que en formato adecuado adornasen sus paredes. Y es que El Prado nació para ser una escuela con el objetivo de concentrar una gran cantidad de obras y hacerlas accesibles a todo el mundo. Desde su apertura en 1819, existen copistas en sus salas. Algunos fueron pintores conocidos: Manet, Picasso, Sorolla, Sargent; y otros resultan sorprendentes: la Reina María Cristina, el poeta Alberti o el compositor Verdi. En la actualidad se cursan unas treinta solicitudes al año, menos que antes cuando las reproducciones gráficas solo se hacían en blanco y negro. No se pueden copiar ciertas obras porque son las más visitadas del museo y la instalación del copista en la sala supondría un estorbo para el público, como sucede con “Las meninas”, “El jardín de las delicias”, “La maja vestida” y “La maja desnuda”. Y como anécdota, señalaré que los cuadros copiados no pueden tener las mismas medidas que los originales para evitar que estos puedan ser robados y sustituidos por su copia. 


Vista de la rotonda de "Goya alta" del Museo del Prado
 En la página web de José Luis aparecen tanto cuadros originales como copias, aunque ya sabemos que ningún pintor copia como si hiciera una fotografía, lo adapta a su propio estilo. Él ha rizado el rizo, lo ha hecho más difícil todavía y ha ideado cuadros que reflejan las distintas salas del museo con su arquitectura y sus elementos correspondientes (cuadros, esculturas, maquetas). Me he quedado impresionada al verlos, me parecen magníficos, no puedo ni imaginarme el tiempo que les ha dedicado. También he encontrado las fotos de una exposición de recreaciones de paletas de madera hechas por él, cuyos modelos han sido extraídos de los autorretratos de célebres pintores de diversas épocas. Y compases que han sido utilizados históricamente para obtener fácilmente divisiones de superficies y medidas de acuerdo a las proporciones áureas. Merece la pena adentrarse en ella.

Vista del interior de San Antonio de los Alemanes
 











lunes, 27 de mayo de 2019

Escritores famosos que pintaron

Como hemos visto en entradas anteriores, la pintura y la literatura han estado unidas a lo largo de la historia. Ha habido escritores que pintaban y pintores que escribían. Se dice que Eurípides era aficionado al dibujo, y que este arte era uno de los entretenimientos de Petrarca en sus horas de ocio. En varias civilizaciones de la antigüedad, la habilidad para pintar o dibujar constituía una parte de la educación de un caballero, así como el arte de tocar algún instrumento musical, recordemos el cuadro Los poetas contemporáneos de Antonio Esquivel donde retrata a literatos, pintores y músicos de su tiempo que frecuentaban los mismos lugares. Las fronteras entre las diferentes artes son a menudo una imposición social y cultural. El arte una experiencia completa, y hay muchos artistas que quizás no destacan con la misma genialidad en varios campos artísticos, pero que sí los disfrutan y los cultivan como una necesidad de expresión personal. 


Pinturas y dibujos de escritores from Ángeles Cuéllar

Escritores españoles

General Torrijos
Galdós, Vapores en la bahía de Santander

En la historia de la literatura española hay bastantes ejemplos de escritores que amaban también la pintura. En el siglo XIX destacan el Duque de Rivas, Gustavo Adolfo Bécquer, Galdós y Santiago Rusiñol. Preparando esta entrada, he descubierto que al Duque de Rivas autor del drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), fue historiador, estadista y director de la RAE, y aún le quedó tiempo para pintar, a él le debemos el retrato del general José María Torrijos (1825). Tampoco sabía que a Galdós le gustaba pintar acuarelas de paisajes y marinas y que dibujó muchas caricaturas e ilustró partes de sus novelas.

G.A. Bécquer, Los muertos de risa
Rusiñol, Jardín de las Elegías 
La pasión por la pintura de Gustavo Adolfo Bécquer le viene de familia porque su padre y su hermano Valeriano eran notables pintores. A los dos hermanos se les atribuye la autoría de Los Borbones en pelota, láminas pintadas a la acuarela, muchas procaces, donde se caricaturiza a personajes públicos del reinado de Isabel II, sobre todo a la casa real.
Santiago Rusiñol y Prats fue un artista polifacético: pintor, escritor, coleccionista, periodista y dramaturgo, destacó sobre todo como pintor de jardines. 


JRJ, Bodegón con uvas
Juan Ramón Jiménez 

En el siglo XX, Juan Ramón Jiménez estudió el bachillerato de arte y dejó Huelva para ir a Sevilla para desarrollar su carrera como pintor que abandonó para estudiar Derecho como quería su padre.


Miguel Hernández retratado por Buero Vallejo 
Alberti, que también iba para pintor y se quedó en poeta, tuvo un papel importantísimo en el salvamento del Museo del Prado durante la guerra civil; Lorca, cuyos dibujos iluminan algunos de sus símbolos y metáforas, y Buero Vallejo que realizó en la cárcel el conocidísimo dibujo de Miguel Hernández para que se lo enviara al hijo que tanto extrañaba. El dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte, que obtuvo grandes éxitos en la posguerra antes de dedicarse a la escritura, decidió ser un gran pintor con el beneplácito de su familia,  dada su inclinación por la pintura y el dibujo. Lástima que no haya encontrado en internet ninguna de sus obras pictóricas.

 

Recientemente falleció el ilicitano Vicente Verdú, poeta, periodista y pintor.


Nómina de escritores

Acuarela de Günter Grass
En la literatura universal también encontramos numerosos escritores que descubrieron en el ámbito del dibujo y del color, una forma más de expresión complementaria al texto. Muchos de los dibujos de los escritores proceden de la facilidad con que una mano distraída se encamina hacia los márgenes de un papel para garabatear formas con la misma pluma con la que antes trazaba palabras.

 Citaremos aquí algunos nombres, recordando que no están todos los que son. Antes del siglo XX: William Blake, Hoffmann, Dante Gabriel Rossetti, Víctor Hugo, Johann W. Goethe, Washington Irving, Nicolas Gogol, Tolstoi, Thackeray, Mark Twain, George Sand, Charlotte Brontë, Lewis Carroll. 
En el siglo XX: Rudyard Kipling, StrindbergMarcel Proust, Thomas Hardy, H.G. Wells, Kafka, Thomas Mann, Gottfried Keller, Jean Cocteau, Friedrich Dürrenmatt, Hermann Hesse, Günter Grass, Kurt Schwitters, Bruno Schulz, Henri Michaux, Valéry, Rilke, André Breton, Gertrude Stein, Éluard, Ezra Pound, William Carlos Williams, Tennessee Williams, E.E. Cummings, Rabindranath Tagore, Pierre Loti, Apollinaire, Valéry, Verlaine, Rimbaud, Max Jacob, Saint-Exupéry, Sylvia Plath, Flannery O´Connor, Anne Sexton, Henry Miller, Charles Bukowski, Jack Kerouac, Allen Gingsberg, Lawrence Durrell, Ernesto Sábato, Borges, Leonard Cohen... 


sábado, 25 de mayo de 2019

Pintura y poesía (ut pictura poesis)



La poesía y la pintura. Francesco Furini. 
  

-"Una pintura es un poema sin palabras".  Horacio (65 a.C.-8 a.C.), poeta.

-"La pintura es poesía muda, la poesía pintura ciega". Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor e inventor.

-"La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos". Lope de Vega (1562-1635), poeta y dramaturgo.

-"La pintura es poesía; siempre se escribe en verso con rimas plásticas". Pablo Picasso (1881-1973), pintor y escultor.


La entrada anterior se refería a la redacción de nuevas cartelas para los cuadros del Museo del Prado, aprovechando la simbiosis que siempre ha habido entre la poesía y la pintura, dos artes complementarias que pueden versar sobre un mismo tema. Una relación que, en el terreno literario, va de la reflexión a la descripción, de la glosa interpretativa a la generación de un relato. Una forma de dar voz a las imágenes contenidas en las pinturas. Un modo de emparejar la pluma con el pincel.
Los artistas no se conforman con un lenguaje único ni una sola manera de mirar. A lo largo de la historia, los escritores han buscado su fuente de inspiración en el arte y los pintores han ilustrado las obras de los grandes escritores. De tal manera que nos encontramos con pinturas escritas y con poemas ilustrados, pinturas de poetas y poesía de pintores. Aquí solo recojo, a modo de resumen, algunos ejemplos que me han sorprendido gratamente. Los que aparecían en los libros de texto que he utilizado los recoge el documento de slideshare:
La formulación de las analogías entre la poesía y la pintura se remonta a la afirmación de Simónides de Ceos en el siglo V a. C., recogida por Plutarco, según la cual "la pintura es poesía silenciosa, la poesía es pintura que habla", y reconocida por Horacio en su célebre verso "ut pictura poesis" (como la pintura así es la poesía) en la Epístola a los Pisones. Según Krieger, la poesía imita las imágenes de la naturaleza gracias a la figura retórica de la La écfrasis​ o ecfrasis. La écfrasis en un principio era entendida como una “descripción extendida, detallada, vívida, que pretende mostrar el objeto ante los ojos de una obra de arte tanto real como ficticia”.
El ejemplo más citado de écfrasis sobre una obra de arte ficticia es el verso 478, y siguientes, del canto XVIII de la Ilíada. En el cual se relata con sumo detalle el tipo de relieves que labró Hefesto en el escudo de Aquiles: 
Empezó por hacer un escudo grande y pesado; lo labró con arte por todas partes; alrededor le adosó un triple reborde brillante, y a partir de éste, un tahalí de plata. Cinco eran las capas del escudo, en el que hacía sus obras de arte con ingeniosa inventiva. Allí cinceló la tierra: allí, el cielo: allí, el mar: el sol infatigable, la luna llena; allí, las constelaciones todas, de que el cielo se corona: las Pléyades, las Híades y la fuerza de Orión; la Osa, a la que llaman Carro por otro nombre; ella gira sobre si misma y contempla a Orión: sólo ella no tiene parte en los baños del océano. Allí labró dos ciudades de hombres mortales, ciudades hermosas las dos. En la una se celebraban bodas y festejos. A las novias las llevaban por el pueblo desde sus aposentos, bajo antorchas encendidas y al son de muchos cantos nupciales. Los mozos daban vueltas bailando, mientras entre ellos las flautas y las liras hacían oír sus sones. Las mujeres del pueblo, cada una en el portal de su casa, los contemplaban admiradas. 



1. Pinturas e ilustraciones inspiradas en obras literarias


La muerte de Ofelia, de Sir John Everett Millais inspirada en la tragedia Hamlet de William Shakespeare (1852).






2. Poemas ilustrados por el propio autor

William Blake, poeta, pintor y filósofo (1757- 1827) quiso reafirmar en su obra pictórica y poética su creencia sobre la fuerza creativa de la imaginación humana frente a la razón.


3. Poesía sobre pintura


Santiago Elso, en su blog Poesía-pintura por el que merece la pena perderse, realiza una antología de poesías inspiradas en obras pictóricas (écfrasis) donde confronta la pintura y el poema, de manera que el lector pueda degustar la relación que las palabras establecen con la imagen. 

Cuadro de Caspar D. Friedrich (Aurora Saura)

Apenas 
una figura humana 
anónima,
embebida
en la amenaza del mar 
o en los abismos 
de montañas sin límite.

Lo demás es la niebla, 
las voces de la luna,
el incierto color de la mañana 
y del ocaso, 
los árboles desnudos.

Lo demás es silencio, 
es el adiós, la pérdida.


4. Poemas de pintores

El diario de Frida Kahlo, Alas rotas, nos muestra una versión de la artista más íntima y personal. Vive lo que pinta. Y escribió pocos pero significativos poemas, como el siguiente que carece de título:

Frida Kahlo:


Si tan solo tuviera cerca
de mí su caricia
Como a la tierra el aire se la da
la realidad de su persona, me haría
más alegre, me alejaría
del sentido que me llena
de gris. Nada ya sería
en mi tan hondo, tan
final. Pero ¡cómo le explico
mi necesidad enorme de ternura! 
Mi soledad de años
Mi estructura inconforme
por inarmónica
por inadaptada
Yo creo que es mejor irme, irme y no escaparme.
Que todo pase en un instante
Ojalá.


5. Poesía visual (caligramas) 


Una de las técnicas vanguardistas más interesantes del siglo XX es el caligrama (del francés calligramne), un poema, frase, palabra o un conjunto de palabras cuyo propósito es formar una figura acerca de lo que trata el poema, en el que la tipografía, caligrafía o el texto manuscrito se arregla o configura de tal manera que crea una especie de imagen visual. 


6. Pintar la poesía con el pincel de la pintura 

El libro A la pintura (1948) de Rafael Alberti, es un mosaico de impresiones, figuraciones y semblanzas sobre pintura y pintores, donde busca la perfecta unión entre pintura y poesía, quiere que sus palabras creen la sensación de estar contemplando la obra de arte.  Un ejemplo de esta unión lo vemos en el poema "El Bosco", donde el poeta no solamente alude a la obra maestra, El Jardín de las Delicias, del pintor holandés, sino que además imita el diseño tríptico que utilizó El Bosco en su pintura. O el poema "Van Gogh", además de aludir a las diferentes obras del artista, utiliza unos versos cortos y entrecortados para reproducir las interrumpidas pinceladas del pintor.
En el enlace aparecen tres representaciones de las poesías de los colores azul, rojo y amarillo.



martes, 21 de mayo de 2019

Cartela abierta en el Museo del Prado


 Con motivo de su bicentenario, el Museo del Prado, a través del concurso Cartela abierta, invitó a participar en la elaboración de los textos explicativos de cinco obras fundamentales de su colección: Los fusilamientos, de Goya; Juana la Loca, de Pradilla; Retrato de la reina Ana de Austria, de Sofonisba Anguissola; El Descendimiento, de Van der Weyden y Autorretrato, de Durero.
Desde este 21 de mayo se pueden leer las cartelas ganadoras, con el nombre de su autor en el propio museo, al lado de la cartela oficial del cuadro. Y todas las cartelas presentadas a concurso, en la página web.

 Una buena iniciativa que puede generar nuevas vías de acercamiento al arte y servir a los profesores como modelo de redacción.

Cartela ganadora 

jueves, 21 de marzo de 2019

Otros retratos colectivos de Esquivel


En 1846, Esquivel pintó también Ventura de la Vega leyendo en el Teatro del Príncipe que dejó inacabado y que podemos admirar en el Museo del Romanticismo. En él realiza otro retrato de grupo, esta vez ambientado en el madrileño Teatro del Príncipe, una de las instituciones más emblemáticas de la época cuya trayectoria como corral de comedias se remontaba al siglo XVI, en el que quedan reflejados algunos de los actores más célebres del momento, como Julián Romea, Teodora Lamadrid o Carlos Latorre. La arquitectura interior aparece descrita con detalle, con la distribución de la platea y los espacios en torno al palco real, oculto tras la cortina y los dos palcos laterales reservados para las autoridades. La reunión tiene lugar en el propio escenario del teatro, en cuyos laterales vemos las tramoyas de los distintos decorados y las figuras que se distribuyen ordenadamente en tres filas alrededor de Ventura de la Vega, que lee unas cuartillas a todos los actores que, en la mayoría de los casos, aparecen distraídos o ajenos al acontecimiento trascendental que les reunía: la lectura del proyecto de creación de un Teatro Nacional con compañía propia. Aunque para otros autores, Ventura de la Vega estaría leyendo su célebre obra Un hombre de mundo, estrenada sobre esas mismas tablas el 2 de octubre de 1845.
Como retrato colectivo de los principales actores del Madrid isabelino, se pueden identificar a los siguientes personajes: Fernando Osorio Romero (1831-1862), Antonio Guzmán (1786-1857), Juan Lombía (1806-1851), Vicente Caltañazor (1814-1895), Joaquín Lledó, Teresa Baus, Javiera Espejo (doc. 1852-1868), José Valero Villavicencio (1808-1891), Carlos Latorre (1799-1851), Florencio Romea Yanguas (doc. 1840-1862), Josefa Valero (1820-1850), Manuel Osorio Romero (1827-1890), Jerónima Llorente (1815-1848), Joaquín Arjona (1817-1875), Cristina Osorio Romero (1835-1920), ¿Rosa Tenorio? (doc. 1872), Cándida Dardalla (1841-1903), Pepita Hijosa (doc. 1857-1899), Bárbara Lamadrid (1812-1893), Ántera Baus (1787-doc. hasta 1834), Teodora Lamadrid (1820-1896), Julián Romea Yanguas (1818-1868), Matilde Díez (1818-1883), Ventura de la Vega (1807-1865).

Para terminar mencionar el boceto que se encuentra también en el Museo del Romanticismo, titulado Reunión Literaria. Reparto de premios en el Liceo, que guarda similitudes estilísticas con los otros dos citados. Algunos investigadores han querido ver en este retrato colectivo a las figuras de la reina Isabel II y al célebre actor Julián Romea.
En los tres lienzos citados, presenta a los grupos en disposición circular o elíptica y los integra en la arquitectura, siendo esta parte importante de la composición. El pintor sevillano lleva a cabo una minuciosa descripción de cada uno de los personajes representados, encontrando entre las figuras multitud de posturas, actitudes e indumentarias: unos están de pie, otros están sentados, algunos entablan conversaciones animadas con las damas. 

miércoles, 20 de marzo de 2019

Reconociendo a Los poetas contemporáneos de Antonio Esquivel

El cuadro Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor aparecía en el manual de Literatura Española Contemporánea de Preuniversitario de Lázaro Carreter y Correa Calderón (1966) con el que yo estudié. La foto pequeña, borrosa y en blanco y negro, hacía imposible saber quién era quién en esa galería de escritores románticos. Casualmente, por Instagram, Un cuadro del Museo al día, he descubierto que el lienzo pintado en 1846 por el sevillano Antonio Esquivel se encuentra en el Museo del Prado desde 1971. La escena se enmarca en el estudio del pintor, un salón iluminado por un gran ventanal lateral, junto al que se sitúa en un pedestal el busto de la reina Isabel II, en el reúne de forma ficticia a los literatos, pintores, músicos e historiadores más relevantes de su tiempo, pertenecientes en su mayoría al Liceo Artístico y Literario de Madrid (1831-1851) que no contó con la presencia de ninguna mujer. Las paredes aparecen cubiertas con lienzos del propio autor y otras obras de su colección privada, entre ellas destaca una Venus púdica cuya zona púbica está cubierta por una tela transparente. La composición está centrada por las dos figuras centrales: el dramaturgo José Zorrilla que lee unas cuartillas y el propio pintor que se autorretrata ante el caballete. En total, cuarenta y un personajes retratados, más dos cuadros: el duque de Rivas a la izquierda que no se encontraba en Madrid en esos momentos, y el de Espronceda a la derecha, como homenaje póstumo. Sin que haya sabido la razón, faltan llamativamente dos literatos ilustres de la época: Antonio García Gutiérrez y Mariano José de Larra, en cuyo entierro se dio a conocer Zorrilla con una elegía (1837).



Los nueve personajes sentados son, de izquierda a derecha, Juan Nicasio Gallego, Antonio Gil y Zárate, Bretón de los Herreros, Antonio Ros de Olano, Francisco Javier de Burgos, Francisco Martínez de la Rosa, Ramón de Mesonero Romanos, el duque de Frías y Agustín Durán.
También de izquierda a derecha, parados en pie, posan: Ferrer del Río, Hartzenbusch, Rodríguez Rubí, Gil y Baus, Rosell, Flores,  González Elipe, Escosura, el conde de Toreno, Pacheco, Roca de Togores, Pezuela, Tejado, Amador de los Ríos, Carlos Doncel, el mencionado José Zorrilla leyendo, Güell y Renté, Fernández de la Vega, Ventura de la Vega, Luis de Olona, el propio pintor, el actor Julián Romea, Manuel José Quintana, José María Díaz, Campoamor, Manuel Cañete, Pedro de Madrazo y Kuntz, Fernández Guerra, Cándido Nocedal, Romero Larrañaga, Asquerino y Manuel Juan Diana.


El retrato colectivo, inusual en la época por su carácter gremial, nos permite apreciar un catálogo muy completo de la moda masculina de mediados del siglo XIX: trajes oscuros compuestos por frac, pantalones y chaleco generalmente de color claro. También, la importancia del cuidado del cabello y de la barba. Destacan lacias o rizadas melenas brillantes de pomada y  la mayoría porta barba, bigote y grandes patillas, pocos aparecen totalmente rasurados. Esa uniformidad en el vestir había servido para unificar a la burguesía y a la nobleza para distinguirla de las clases populares. Cuerpo de dandy y cabeza de artista, así podemos resumir los cánones de su indumentaria.

No me extraña que, en el vídeo que incluyo en esta entrada, se relacione estéticamente a estos hombres atildados con los modernos de ahora tan preocupados por su aspecto externo. Si los románticos compartían un espacio físico común (tertulias, sociedades, cafés) para relacionarse, los de ahora lo hacen a través de las redes sociales.


Para finalizar, una anécdota curiosa. Se dice que el retratista Antonio María Esquivel, aquejado de una profunda ceguera, intentó en noviembre de 1839 por dos veces seguidas poner fin a su vida románticamente, arrojándose al río Guadalquivir. Fue rescatado a tiempo y con posterioridad se recuperó gracias a una exitosa intervención quirúrgica en Francia que sufragaron sus compañeros del Liceo. No me imagino pesadilla mayor para un pintor que no poder ver.

Con motivo de la celebración de los doscientos años del nacimiento del poeta y dramaturgo José Zorrilla (2017), el Museo del Romanticismo sorprendió a sus visitantes con distintos dioramas formados por Clics de Playmobil, los famosos muñequitos de plástico. Uno de ellos era precisamente  Los poetas contemporáneos.