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miércoles, 22 de mayo de 2024

Cuento de Los vidrieros y de las mil monas/ Un cero en medio

Fabio. Viene en cifra…
Federico. ¡Qué tormento! 
Fabio. ¿Como la que uno escribió en guarismo*? 
Federico. ¿Qué sé yo? 
Fabio. Si no lo sabes, va el cuento:

De una dama era galán 
un vidriero que vivía 
en Tremecén, y tenía 
un grande amigo en Tetuán. 
Pidiole un día la dama
que a su amigo le escribiera 
que una mona remitiera;
y como siempre quien ama
se desvela en conseguir
lo que su dama le ordena, 
por escoger una buena, 
tres o cuatro envió a pedir.

*Signos o cifras arábigas que expresan una cantidad 

El tres o cuatro escribió
en guarismo el majadero;
y como es allí la o cero,
el de Tetuán leyó:
«Amigo, para personas 
a quien tengo voluntad,
luego al punto me enviad 
trescientas y cuatro monas». 
Hallose afligido el tal;
pero mucho más se halló 
el vidriero cuando vio 
contra su frágil caudal,
dentro de muy pocos días 
apearse con estruendo 
trescientas monas haciendo
trescientas mil monerías. 

El secreto a voces, Calderón (1642)

Un claro ejemplo de la relación entre literatura culta y popular es el cuento titulado Un cero en medio o El cuento de los vidrieros y de las mil monas. El texto escrito en redondillas aparece en la comedia de enredo El secreto a voces (1642) de Calderón de la Barca, las pronuncia Fabio, el criado gracioso. El éxito del cuento tal vez radicase en que era ya conocido por el público. Posteriormente fue reproducido en antologías de chistes, anécdotas, cuentos y chascarrillos a lo largo de los siglos siguientes. Juan Eugenio de Hartzenbusch retomó el tema con ligeras variantes en 1848, en sus Fábulas puestas en verso castellano.


Rafael Boira,
El libro de los cuentos (1862)

La comicidad del cuento proviene de la confusión de dos sistemas lingüísticos diferentes: el sistema de las letras y el de las cifras o números y la exageración de las proporciones típica del Barroco. El vidriero de Tremecén, para agasajar a su amada, escribió la cantidad de monas que quería  en números: 3 o 4; pero el vidriero de Tetuán la convirtió en un solo número (304) porque la conjunción o sin tilde la interpretó como un cero, dando lugar al malentendido. Además, nos advierte de la importancia del cero, en este caso un cero en medio, ni a la izquierda ni a la derecha. Un cero que trajo la desgracia al comerciante porque las trescientas monas con sus monerías acabarían con su frágil negocio. Se hace eco del dicho popular Chicas causas, grandes efectos que destaca la facilidad con la que se corrompe una información cuando se transmite o se entiende mal. Nosotros lo aprendimos de niños en el juego El teléfono escacharrado.  


Diccionario panhispánico de dudas 

A todos nos puede pasar si no utilizamos correctamente las reglas de ortografía o nos confundimos al escribir en el ordenador poniendo un cero en lugar de la letra o. Esto es lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas: "Por razones de claridad, ha sido hasta ahora tradición ortográfica escribir la o con tilde cuando iba colocada entre números, para distinguirla del cero: 3 ó 4, 10 ó 12. La escritura mecanográfica hace cada vez menos necesaria esta norma, pues la letra o y el cero son tipográficamente muy diferentes. No obstante, se recomienda seguir tildando la o en estos casos para evitar toda posible confusión. La o no debe tildarse si va entre un número y una palabra y, naturalmente, tampoco cuando va entre dos palabras: * Había 2 ó más policías en la puerta (correcto: 2 o más); *¿Quieres té ó café? (correcto: té o café)". 

¿Por qué hay tantos monos en Gibraltar?

 Ramón J. Sender en la novela La tesis de Nancy (1962), basándose en la confusión entre cifras y letras de los textos anteriores, con gran sentido del humor, explica así la presencia de los monos en Gibraltar.

No entendía Mrs. Dawson o no quería entender (nunca se sabe con ella). Estábamos en el café. Y preguntaba de dónde habían salido los monos gibraltarenses. Curro explicó no sé si en broma o en serio:

—En el siglo pasado un comerciante de Gibraltar que tenía un hermano rico en el Brasil le escribió una carta pidiendo que le enviara por el primer barco tres o cuatro monos. Pero escribió la cantidad en números, así: 3 o 4. Y el brasileiro fletó un barco especial y le mandó 304 monos. El comerciante no sabía qué hacer. Los ingleses aman a los animales y obligaron al comerciante a alimentar a los monos o a dejarlos en libertad. El comerciante vendió algunos, pero fue soltando a la mayor parte y velay*, esa es la historia.

* Ciertamente  (De velo ahí)

José Luis Garrosa Gude: Errores afortunados y razones para la abundancia: cargamentos de bacalao y monos, de Unamuno a Calderón de la Barca 

Buscando en internet hallé esta trilogía de artículos de extraño título, escrita por un colega del IES José Hierro de Getafe que se dedica al estudio de las diferentes tradiciones orales. Recomiendo su lectura porque está llena de intriga: saltos temporales y espaciales, vasos comunicantes y relaciones entre personajes variopintos. Porque las confusiones en la lectura provocan envíos masivos caros y engorrosos, pero alguna vez también riqueza. Así el lector descubrirá el enigma que relaciona los bacalaos con los monos y al escritor Unamuno con el adinerado bilbaíno Simón Gurtubay. Y el papel que tiene un artículo escrito en La Gaceta de Marsella.

En definitiva esta es una historia de enredos que se ha contado mil y una veces que nos demuestra la relación entre la literatura y la realidad, la fantasía y la verdad, la leyenda y la anécdota. De esta manera, yo he descubierto que en Gibraltar los ingleses se hicieron cargo de las monas que le sobraban al vidriero y que el título mil monas recibe ecos de los cuentos de las mil y una noches cuando decir mil era decir muchos. Puestos a fabular y a exagerar, la expresión llegar a las mil y monas de la que hablaba en la entrada anterior tal vez tenga que ver con el retraso en la llegada del envío y los problemas que acarrea. 

lunes, 1 de enero de 2024

¡Feliz 2024!

 


Agur 2023



domingo, 16 de julio de 2023

Ha muerto Ibañez, el inconformista tímido


 

sábado, 24 de junio de 2023

La Tesis de Nancy: "¿Qué está hablando esta gente?"


Leo que una joven filipina explica su primer viaje a Andalucía en tiktok que se ha hecho viral: "¿Qué está hablando esta gente?" Lleva estudiando español cuatro años, pero nunca había visitado Málaga. Su primera impresión fue de lo más cómica al comprobar que, a pesar de su nivel, no entendía nada. 
Esta situación es la misma que se plantea en la novela de Ramón J. Sender, publicada en 1962, una de las más sugestivas y divertidas del autor que cité mucho cuando empecé a dar clase. En ella se cuentan las peripecias de una estudiante norteamericana que acude a Sevilla para obtener documentación para su tesis doctoral sobre el folclore español y choca con el desconocimiento de una lengua y unas costumbres que la confunden y la atraen por igual. 

lunes, 14 de febrero de 2022

Deseos de amor eterno en san Valentín

Calle La Palma, Madrid (14/2/2022)

Mario Benedetti no tenía razón, todavía los jóvenes sienten la necesidad de grabar en las paredes y los troncos de los árboles que su amor va a ser eterno. A falta de árboles, los anónimos jóvenes urbanitas buscan otros soportes, como estos cubos de granito que a modo de asientos han sustituido a los bolardos. Pero el amor siempre es efímero, durará lo que tarde el Ayuntamiento en limpiar el grafiti. Lo que era soporte se convertirá en tumba. La foto está tomada en la calle La Palma junto al IES Lope de Vega y la Escuela de Arte. Apuesto a que sus autores ya no son tan niños porque exigen una demostración.

Ya nadie graba
en las paredes
en los troncos
luis y maría
raquel y carlos
marta y alfonso
junto a dos corazones
enlazados
ahora las parejas
leen esas vetustas
incómodas ternuras
en las paredes
en los troncos
y comentan
qué ñoños
antes de separarse
para siempre.

                Mario Benedetti - Yesterday y mañana (1988)

domingo, 14 de noviembre de 2021

Equilicuá: italianismo y cortometraje premiado


Equilicuá es una expresión que etimológicamente viene del italiano "eccolo qua!" que podríamos traducir como "helo aquí" o "aquí está", que a su vez vendría del latín, a partir de ecce (he aquí) y del relativo qui, quae, quod.  Similar al  famoso “eureka” de Arquímedes en griego. También se usa para reafirmar lo dicho, en este sentido un sinónimo sería "exacto". Equilicuá no está catalogada en el DRAE.

Equilicuá da título a un cortometraje de Ignacio F. Rodó, finalista del VI Concurso de Cortos RNE (Edición 2014). El cineasta nos presenta a dos jóvenes intelectuales en su primera cita, que utilizan una copa de vino y unos pocos latinismos para romper el hielo. Una vez más se demuestra que la lengua muerta está muy viva.  

Y es que el latín durante muchos años fue la lengua de nuestro acervo cultural transmitido a través de las lenguas romances. El emperador políglota Carlos V declaró: «Hablo español a Dios, italiano a las mujeres, francés a hombres y alemán a mi caballo". Valle-Inclán en su obra de teatro Divinas palabras, ya ironizaba con el poder de fascinación de las palabras latinas que no eran entendidas por el pueblo.

El corto me ha recordado la película Un pez llamado Wanda, donde Jamie Lee Curtis se excita sexualmente al escuchar hablar otro idioma, lo entienda o no. Este fetiche se  conoce con el nombre de xenoglosofilia. Para mayor claridad copio los enlaces para ver los fragmentos de la película donde esto ocurre:

https://www.youtube.com/watch?v=6zquYbMbFNk&ab_channel=Movieclips

https://www.youtube.com/watch?v=x6ajz49Ncq4&ab_channel=JaneWilson

Para saber más: Frases de amor en latín para enamorar como lo haría un poeta filósofo.

jueves, 24 de junio de 2021

Trampantojo pícaro

La imagen del cuadro de Murillo "Mujeres en la ventana" (National Gallery, Washington), colocado en un urinario masculino, me hizo reír. Primero porque nos demuestra que Bartolomé Esteban no es solo el pintor de Inmaculadas, sino también el pintor de los bajos fondos sevillanos, incluidas las casas de prostitución. Estas dos mujeres miran con rostros sonrientes, la joven se apoya en el alféizar de la ventana, la mayor se tapa. Sonríen a los viandantes para inventarles a traspasar el umbral de la puerta que separa. (Moza que se asoma a la ventana cada rato, quiérese vender barato). En este trampantojo barroco, una vez más la ventana es la conexión entre el interior y el exterior, entre lo público y lo privado, entre el hombre y la mujer, entre el arte y la realidad. La pintura, pícaramente, contempla lo que está fuera del lienzo.
En segundo lugar, porque, situado el cuadro a los ojos del espectador sobre la cisterna, la mirada se dirige sin ningún pudor a la entrepierna del varón. Dos contra uno, dos especialistas observando mientras se ríen. No sé pero creo que, si fuese hombre, habría salido del retrete sin poder mear ni gota. No hay vejiga que aguante tamaña desvergüenza. Me recuerda a las visitas al ginecólogo/urólogo donde la perspectiva es aún más cercana y luchan el pudor y la indefensión contra la costumbre. El verdadero heroísmo está en las cosas pequeñas. 
Esta visión barata y castiza del retrete supera con creces a la fotografía con mujeres glamurosas y desvergonzadas mirando en los servicios del Hotel Las Vegas Hilton. 




miércoles, 19 de mayo de 2021

Franco Battiato: E ti vengo a cercare

E ti vengo a cercare anche solo per vederti o parlare perché ho bisogno della tua presenza.


Viva Franco (Battiato): los italianos descubren el "bellissimo" troleo antifascista a los grafitis franquistas de España:



miércoles, 3 de marzo de 2021

Ludoteces: parecidos razonables entre y con escritores

 Me hacen gracia los parecidos entre las personas que no tienen nada que ver entre ellas, desde hace tiempo guardo los que encuentro de escritores o filósofos en internet. La idea me la dio el blog La piedra de Sísifo, aunque desgraciadamente han desaparecido muchas de las fotos que el autor incluía. De otros he perdido algunos de los nombres. Así que necesito ayuda. Seguro que ya debe de haber un programa informático para ello. 

El tiempo se me va en ludoteces (ideoteces lúdicas).

Ángel Guinda                             Pablo Neruda     
           
Serrat y Luis Landero
Joan Manuel Serrat            Luis Landero                    


                     Agustín García Calvo                Schopenhauer                   
             
Álvaro Pombo                                Rafael Sánchez Ferlosio 

                   Javier Cercas                               Manuel Hidalgo       
                                 
             
Rafael Chirbes                                    Rafael Sánchez Ferlosio 

F. Fernán Gómez                               León Tolstói 

          
Víctor chamorro               Julio Anguita                       

Javier Sierra                          Juan Gómez- Jurado 



Emmanuel Carrère  y Philip K. Dick (1)


Michel Houellebecq  y H. P. Lovecraft 















Jean Cocteau y Eduard Punset 

Art Garfunkel y Eduard Punset


Enrique Vila-Matas y José Ángel Frutos (cantante)


José Mª Arguedas y  Luis Cernuda 

Fernando Arrabal y Antonio Arráiz 

Fernando Arrabal y ?

A. Shulman (diseñador joyas) y Shakespeare 

José M. de Prada y F. Marhuenda         

Eduardo Galeano e Iain Glen (actor)

Ayer, Día de la Mujer, me di cuenta de que en estos parecidos no aparece ninguna mujer. Y lo peor, no se me ocurre ninguno. Otro micromachismo.