Gabriel Andrade, El posmodernismo ¡vaya
timo! Prólogo de Mario Bunge. Editorial Laetoli, Pamplona, 2013. 297
págs. 19€
Desde
hace unos años la editorial Laetoli viene publicando una serie de libros
dirigidos al gran público con la sana intención de desmontar las creencias
irracionales que dominan en buena parte nuestro mundo, con temas tan
interesantes y variados como la homeopatía, la inmortalidad, el tarot, la
parapsicología, los ovnis... Todos los títulos se completan con la expresión ¡vaya
timo!, que da nombre a la colección, dirigida por el conocido astrónomo
Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.
El
volumen que nos ocupa está redactado por el joven profesor venezolano Gabriel
Andrade, y en él se van repasando y rebatiendo (o intentándolo) los principales
temas del pensamiento llamado pos(t)moderno, que ha ocupado en gran medida la
primera línea intelectual desde mediados del siglo XX con la pretensión de
superar e incluso anular la razón ilustrada que se ha venido imponiendo desde
el XVIII, acusándola de ser la causa de casi todos los males de nuestra época.
Tras una Introducción (donde se centran los conceptos de modernismo, modernidad y posmodernismo),
hay 11 capítulos, de los que destacaríamos:
“Usos y abusos de la izquierda” (“el camino a la felicidad está en la continuidad
de la modernidad, y no en su ruptura”, en la línea de Habermas) , “El odio
a la Ilustración” (los errores y excesos de los ilustrados no autorizan a destruir su proyecto,
todavía irrealizado) , “¿Todo
es relativo? (el
relativismo cultural no debe llevarnos a negar la razón objetiva) ), “El
ataque a la ciencia” (la ciencia, bestia negra de algunos posmodernos, es el conocimiento racional)
, “El bien y el mal” (el relativismo moral no puede estar por encima de la razón y los derechos
humanos) , “La occidentofobia” (la civilización occidental, con todos sus errores y horrores,
es superior a las otras en casi todo) . "La obsesión con el poder” (los excesos del poder
político no invalida la búsqueda de una organización racional que proteja a la
sociedad de los abusos de los más fuertes) , “El feminismo mal entendido” (la lucha contra el
patriarcado no permite suponer, con algunos posmodernos y feministas, que los
sexos son construcciones puramente ideológicas). En ellos se analiza el
pensamiento, entre otros muchos, de Nietzsche, Foucault, Derrida, Lyotard,
Marija Gimbutas, etc., por sus exageraciones y por sus malas derivaciones. El
resultado es convincente y brillante, aunque se pueda discrepar en algunos
puntos. El autor peca en ocasiones, como otros practicantes de la crítica
racionalista, de exceso de simplismo y de una cierta suficiencia que le hace
caer a veces en un sarcasmo (y digo caer porque el que menosprecia o denigra se
degrada, ante todo, a sí mismo) a todas luces injustificado y, lo que es peor,
contraproducente. El componente irracional del ser humano ha de ser tenido en
cuenta, porque forma parte de la vida, aunque debamos combatirlo y procurar
prudentemente que su influjo disminuya en nuestra sociedad.
Gabriel Andrade ha publicado también, entre otras obras, dos títulos más
de la colección ¡vaya timo!, La inmortalidad y La teología;
es un nombre, sin duda, a tener en cuenta dentro del mejor pensamiento en
lengua española. Nos recuerda, entre otros, al ensayista argentino Juan José
Sebreli (n. 1930), cuya obra El olvido de la razón (2006), citada por
Andrade, da también un buen “repaso” a la filosofía contemporánea.
Por
su parte el director de la colección, Javier Armentia, mantiene un interesante
blog crítico, Por la boca muere el pez.