Gracias a Gloria
Fuertes sustituí la palabra poetisa por poeta. Las dos son admitidas por la
RAE que utilizaba y utiliza todavía valores negativos para las actividades femeninas.
El femenino poetisa ha estado contaminado por la idea de que se evocaba con él
la incapacidad y la ignorancia de muchas y, con frecuencia, su cursilería o
afectación.
Con motivo del centenario de su nacimiento (28 de julio de 1917), en
el teatro Fernán Gómez se ha realizado una exposición que supone una recorrido de su vida y de su
obra a través de fotografías, poemas, documentos y objetos personales de la
poeta.
POETA INDEPENDIENTE
Ni fui madre, ni esposa,
ni viuda, ni religiosa;
y sin embargo soy
madre, de todos los niños del mundo,
esposa, porque esposé con todos mis amores,
viuda, porque enviudé de penas y alegrías,
religiosa, porque fundé mil Casas con mis versos.
No fui nada y soy algo.
Soldado, porque luché y lucho por la paz,
obrera, porque laboro en mi mesa de papeles,
maestra, porque enseño a los niños a reírse,
modista, porque coso los rotos a la gente,
modesta, mi lujo es el silencio en zapatillas.
Trabajo por mi cuenta
poeta independiente,
para llevar a todos
trozos de paloluz.
Para saber más:
Fátima Uribarri,
Una desconocida Gloria Fuertes: “Solitaria, religiosa, lesbiana, enamoradiza, soltera, feminista, fumadora empedernida (murió de cáncer de pulmón), motera (iba en Vespa en los años cincuenta), pacifista, castiza, poeta (no ‘poetisa’, que no le gustaba esa palabra, cuenta Paloma Porpetta), todo eso era Gloria”.