domingo, 30 de septiembre de 2018
Para todas, en todas partes
Viernes, 28 de septiembre, alrededor de las 20 horas, un grupo de mujeres feministas se manifiesta por la calle San Bernardo con aire de fiesta. Son pocas y entusiastas. Las hay de todas las edades y condiciones. Invierten una tarde libre por luchar por sus derechos y los de todas en todas partes. Las admiro, su voces me emocionan. El mundo se beneficia de su lucha que apenas tiene eco en la prensa.
28 de septiembre: Grito global por la despenalización del aborto.
jueves, 27 de septiembre de 2018
El aforismo: sabiduría en cuentagotas
El aforismo es una sentencia breve y doctrinal que equivale
a un epigrama, una composición poética muy breve que expresa un
solo pensamiento ingenioso o satírico con gran precisión y agudeza. Son
una muestra del arte del ingenio siempre fuera de contexto. Mucho
sentido en pocas palabras. Frases cargadas de crítica, ironía, humor y
desparpajo en pequeñas dosis, como dardos, centellas, instantes, luces. Y,
sobre todo, con algo de moralina. Chupitos de elocuencia. Cuentagotas de
sabiduría. Relámpagos de lucidez. Para mí, son los fuegos artificiales de la literatura nutridos
de conceptos filosóficos, sabrosas perlas regaladas. En ellas la inteligencia se
revela entre la libertad del egoísmo y la disciplina del orgullo. Emilio García
Ruiz las llama musarañas: "Más que musas, son arañas las que habitan mi
magín y me lo pican sin fin". A mí, este género me sabe a poco y me deja algo confusa, sin palabras y con expresión de admiración.
Todo esto viene a cuento de que me han prestado Sentencias e impresiones, una compilación
de citas, cercanas a los aforismos, de Josep Pla realizada por Andrés Gómez-Flores. El
prólogo es de Valentí Puig. Poco sabía yo de la vida de Pla, al que recuerdo con
su boina calada y su eterno pitillo paseando por Palafrugell en las fotografías
de la revista Destino que compraba mi
padre. Me gustaba porque se parecía a mi abuelo, un hombre de derechas partidario
del orden y de la libertad. Los dos buscaban los placeres sencillos, sensuales
y gratificantes.
Con el libro, he descubierto al joven Pla, que nada tiene
que ver con el viejo, que recorrió toda Europa como corresponsal y hasta
ejerció de espía, y que no era un soltero recalcitrante porque en los años
veinte convivió con Adi Emberg, una mujer divorciada, sin estar casado. Fue un lector
exhaustivo de los clásicos, al corriente de las nuevas tendencias y descontento
con lo que contemplaba a su alrededor. Tendría que hacer una entrada con el
título de Escritores con boina para los que "todo lo que es sentimental es confuso", y que apostaron por una literatura inteligible para todo el mundo basada en la claridad y la sencillez, en el que incluiría también a Pío Baroja
y León Felipe.
Aquí dejo algunas sentencias que comparto:
193- Como todos los tímidos, soy capaz de momentos de
audacia. Estos momentos de audacia se producen, generalmente, cuando tengo la
pluma en la mano.
390- Pero yo no puedo evitarlo: a mí me gustan la niebla
y la lluvia. Creo que éstos son los de los pocos elementos de civilización natural
y espontánea que contiene el país.
399- El mundo es fascinante, pero es horrible.
422- La juventud es la época más desgraciada de la vida
porque es una época que pone el acento sobre el futuro.
429- Lo primero que es necesario para viajar es un buen
estómago. Tener un buen estómago es la base de todos los ideales del ser
humano.
452- El hombre es un animal melancólico y triste, dominado
constantemente por el tedio: de aquí que el hombre sea por afán de cambiar
-para matar el tiempo- un constante destructor de su propia obra y de su propia
vida.
461- Vivir la historia es más difícil que leerla o
escribirla.
513- Soy un individualista irreductible y un solitario
total.
563- No sabemos nada de nada y, aun así, somos pedantes.
665- Hay que tratar de conservar los amigos, porque son
una especie muy rara, esporádica y positiva.
885- El hombre aspira a dejar el dinero a sus hijos
porque cree que si éstos viven cómodamente se acordarán de él.
901- La guerra fue una pesadilla, llena de esperanzas. En
la posguerra la pesadilla es considerable, y esperanza no queda ninguna.
914- La Historia es un inmenso esfuerzo por no dar
solución a nada.
936- El olvido es la pasión humana más duradera.
968- Prefiero hacer favores que recibir de los demás. Recibir favores le obliga a uno a ser agradecido, lo que siempre resulta difícil. Me afecta menos la ingratitud de los demás respecto a mí que mi ingratitud respecto a los demás. Ello suponiendo, claro está, que pueda hacer algún favor.
990- El capitalismo es irreductible porque está basado en
la avaricia.
995- El amor físico es la única defensa humana contra el
aburrimiento vital.
1007- Nunca me ha gustado ir a la moda ni pasado de moda.
Pasar inadvertido: éste ha sido mi ideal.
1017- Las fotografías -como la conversación- solo sirven
para demostrar lo que uno no es.
martes, 25 de septiembre de 2018
lunes, 24 de septiembre de 2018
Guía para el reconocimiento de árboles y arbustos de Madrid
Ahora que casi me he hecho una especialista en jardinería en macetas, tengo que dar el salto y adentrarme en el mundo de los árboles. La Guía para el reconocimiento de árboles y arbustos de Madrid, que se puede descargar gratuitamente, me va ayudar mucho.
El grupo que ha creado Javier Esperanza Casado, Conociendo los árboles de Madrid, ya me ayuda con una entrada diaria. La del pasado 7 de septiembre se refería precisamente al GINKGO BILOBA, que se encuentra en el Jardín Botánico, "esta reliquia del pasado mantiene dos pies de planta, masculino y femenino. El de la foto es un ejemplar femenino". Tendré que visitarlo más adelante, cuando empiece a perder sus doradas hojas .
Pinchando aquí puedes encontrar otros ejemplares distribuidos por todo Madrid.
El grupo que ha creado Javier Esperanza Casado, Conociendo los árboles de Madrid, ya me ayuda con una entrada diaria. La del pasado 7 de septiembre se refería precisamente al GINKGO BILOBA, que se encuentra en el Jardín Botánico, "esta reliquia del pasado mantiene dos pies de planta, masculino y femenino. El de la foto es un ejemplar femenino". Tendré que visitarlo más adelante, cuando empiece a perder sus doradas hojas .
domingo, 23 de septiembre de 2018
Otoño dorado
Qué mejor imagen para el otoño que empieza hoy que la del árbol ginkgo -el árbol de la longevidad- que forma con sus hojas caídas una espectacular alfombra que se asemeja a un mar amarillo.
En el templo budista Gu Guanyin, ubicado en las montañas Zhongnan, en China, un árbol Ginkgo de 1400 años deja caer sus hojas en el suelo a mediados de noviembre.
martes, 4 de septiembre de 2018
Lo que esconde el blog, blog de Beatriz Olivenza
En su perfil explica muy bien lo que ha supuesto su
blog: “En él he encontrado lugar no solo para los libros que leo y los
escritores a los que admiro, sino también para la pintura que ilumina mi vida,
la danza, la poesía, el cine, la fotografía, la música, los gatos y todas esas
pequeñas cosas con las que me encuentro a diario y que prenden mi atención. Y
es que una de las ventajas de crear un blog es que uno descubre lo que
realmente le interesa en la vida”.
Me gusta sobre
todo el acercamiento a la pintura que realiza en el cuadro de la semana o del mes. Incluyo
aquí el de septiembre a modo de ejemplo:
“Llega septiembre y esta sección
acoge, como es costumbre desde hace seis años, un cuadro relacionado con el comienzo
de curso. En esta ocasión, la obra elegida excluye la figura del enseñante y se
centra en el papel del que aprende. Se trata de “Niña que escribe”, del pintor
italiano Telemaco Signorini (1835-1901), miembro de los Macchiaioli, grupo de
artistas que adoptaron una denominación en principio despectiva (no es el único
caso en la historia del arte) para hacer bandera de su deseo de apartarse del
academicismo. Alejados del encorsetamiento de la pintura oficial a través de
una mirada realista sobre el mundo y de una mayor libertad técnica, consistente
en construir la realidad por medio del contraste entre colores, como si
“manchasen” el lienzo, estos pintores abren camino a la modernidad. La soltura
de la pincelada de esta “Niña que escribe” y la elección de un tema cotidiano
son un buen ejemplo de los postulados de este movimiento. Esta pequeña de
encantador gesto de concentración se dibuja sobre un fondo abocetado en el que
se eliminan los detalles. No hay un espacio concreto para esta aprendiza de la escritura:
acompañada tan sólo por su pupitre, su pluma y su tintero, parece estar nadando
en un ámbito indefinido que es el de su época y a la vez el de todas. Un
hermoso homenaje a la paciente, hermosa y eterna tarea de aprender”.
domingo, 2 de septiembre de 2018
Larga vida a las servilletas de bar
El descubrimiento
de unas servilletas con unos divertidos mensajes de autoayuda en un bar de Castellón,
me ha hecho darme cuenta de lo poco que nos fijamos en el poder de este papel liviano
y casi transparente que nos ha acompañado desde la infancia y que por ahora es gratis. Su utilidad es manifiesta:
sirven para limpiarnos de cualquier resto de suciedad originada por bebidas y
alimentos. Parecen de usar y tirar y sin embargo pueden llegar a perdurar en el
tiempo; en su modestia guardan castillos
de arena y manchas de carmín, sueños y quejas, amores y amistad, garabatos y poesía. Ahora, me temo, parte de su dimensión mágica ha sido arrinconada por el uso del teléfono móvil.
En ellas hemos
apuntado teléfonos, dividido la cuenta o pergeñado la lista de invitados a un
cumpleaños; de niños hemos formado pelotas convertidas en proyectiles y jugado a la caída de la moneda para hacer preguntas indiscretas
en la adolescencia; hemos esbozado un dibujo o un plano de una casa, incluso
nos han acompañado al servicio cuando no había papel higiénico; otras veces, en momentos de nerviosismo, las
hemos arrugado y después, olvidadas en un bolsillo del pantalón, han
impregnado con su celulosa todas las prendas de la lavadora. Algunas se
empaparon de lágrimas, otras salieron volando en forma de grullas o aviones. La mayoría acabó alfombrando el suelo.
En las mesas de los bares, el escritor, a veces también pintor,
se sentaba al lado de los servilleteros repletos de papel blanco, doblado,
liso, y sobre él depositaba la suave tinta que traspasaba la hoja creando
borradores de historias. Hay muchos poetas de servilleta anónimos y conocidos.
Incluso un libro, Poemas de la servilleta, donde Kepa Murua expresa su forma de
entender el arte de la escritura que comenzó con la redacción de sus primeros
versos en los bares a los que acudía con sus amigos: “Era un joven estudiante
que escribía en las servilletas, con un bolígrafo azul, mientras los demás
bebían y reían sin parar. No es que me disgustara la risa o que rechazara la
alegría, pero me llenaba mucho más escribir de mis sentimientos en un papel en
blanco”.
Frágiles, soportan todo tipo de publicidad y de reivindicaciones; inspiran a escritores, pintores y editores, y llenan nuestro cajón de recuerdos casi indelebles. ¡Larga vida a
las servilletas de bar!
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