El trabajo de los ojos, primer libro en prosa de apenas 100
páginas de la poeta Mercedes Halfon (Buenos Aires, 1980), es original y
sorprendente. Un tratado sobre los ojos y sobre la mirada, sobre las
dificultades de la visión y su efecto en las personas que las padecen, construido
a base de escenas breves y heterogéneas desde una óptica poética y divertida. Parte
de una autobiografía ocular, de su propia historia clínica, del estrabismo hereditario que padece y que conlleva
otras afecciones oculares: el
astigmatismo, la miopía, la blefaritis*. Las visitas a la consulta del oculista
se entremezclan con sus recuerdos infantiles, las historias familiares, la identificación con el personaje televisivo
de la Chilindrina, la niña “gafotas", el miedo que le plantea la idea de la
maternidad y el vínculo entre la visión y la experiencia del mundo.
El trabajo de los ojos también es una
genealogía de la escritura en un sentido más amplio, de los ojos dañados de
Borges, Sartre, Cortázar, Joyce, Homero… Y un paródico tratado de oftalmología
con las anécdotas de sus pioneros: la ceguera del científico experimental Plateau
al mirar al Sol fijamente; los aparatos de tortura de los primeros médicos de
ojos; la invención de una “lengua de ciegos”, el braille. Así la manera de ver y los problemas oftálmicos,
incluida la ceguera, se conectan con la literatura desde la iconografía que
distingue al intelectual por los anteojos hasta el valor terapéutico de la
escritura que sería una forma de orientación posible, un mapa para los ojos que “están extraviados, no saben hacia dónde
dirigirse”. “En última instancia, la subjetividad
y el punto de vista tienen un principio fisiológico antes que psíquico".
Todo comienza con la muerte de Balzaretti, el oftalmólogo de
la narradora, cuya palabra predictiva la salvó de la cirugía, casi un rito
dentro de una familia en la que los desvíos oculares han sido una herencia
ineludible. Según evaluaciones
posteriores, tal operación habría resultado muy perjudicial.
El Trabajo de los ojos
me ha emocionado profundamente, es el libro que me hubiese gustado escribir*.
*El tratamiento de la blefaritis, por ejemplo, consiste en
aplicarse un gel en los ojos que la deja “mirando a través de una nube densa.
Como si me hubiesen recetado un estado de melancolía”.
* A una damita bizca y hermosa.
2 comentarios:
Me parece tan sugerente tu reseña que ya he buscado la forma de hacerme con él. Gracias por descubrírmelo.
Gracias a ti por leerme. Espero que te guste.
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