Mariquita Legionaria, Ed.Hernando,1922* |
Escrita en un estilo escueto y carente de artificios, Imán es un brillante alegato antibelicista, pero también un análisis sin concesiones de una España que se debate entre la rebeldía y la resignación.
Mariquita Legionaria, Ed.Hernando,1922* |
Recortables del siglo XVII: https://www.tiktok.com/@tiempos_preteritos/video/7186527292158446853
El recortable de papel como lo conocemos ahora apareció en el siglo XIX en Inglaterra y Alemania, lugares en los que se utilizaba en las familias acomodadas como modelos de vestuario y conducta. Un entretenimiento que consistía en recortar con tijeras la figura de una persona, generalmente una niña o una mujer, a la que se colocan diferentes prendas doblando unas lengüetas sobre la misma. Se considera que fue la editorial inglesa Fuller la que en 1810 creó la primera muñeca de papel pensada para ser vestida, se llamó Little Fanny. Las muñecas iban acompañadas de historias y las niñas les iban cambiando el vestido según la escena que leían. Los relatos trataban de transmitir a las jóvenes lectoras unas reglas de conducta adecuadas a su posición social y unos determinados valores. Esta misma idea de las niñas y jóvenes dibujadas sobre una lámina también se utilizó para mostrar sobre ellas los modelos que la modista proponía a la clienta, como si fuera un figurín.En el siglo XX alcanzaron un auge significativo en la cultura popular, siendo un reflejo de los cambios que fue experimentando la sociedad a nivel estético e incluso social. Muchas revistas y periódicos comenzaron a incluir páginas con muñecas recortables como un regalo para sus lectores, lo que aumentó aún más su popularidad. Carmen Martín Gaite en El cuarto de atrás recuerda su infancia y juventud en la época franquista, coleccionaba los cromos de sus actores favoritos porque en una España en blanco y negro emitían un misterioso y lejano fulgor con el que soñar. En la década de 1950, estas muñecas fueron reemplazadas en gran medida por muñecas de plástico más tridimensionales, pero el encanto y la nostalgia de las tradicionales han llevado a que sigan siendo populares entre coleccionistas y entusiastas de la artesanía.
Desde principios del siglo XX hasta la década de los setenta las niñas españolas jugaban a vestir unas muñecas de papel que traían diversos vestidos y complementos en tamaño folio. Apareció en los años 20 de la mano de la Editorial Hernando con su primera muñeca, Mariquita, de ahí el nombre de los recortables en nuestro país “mariquitas” o “mariquitinas”. En México y otros países latinoamericanos, principalmente Cuba, las llamaron cuquitas. La muñeca Mariquita era una adaptación de la muñeca americana Dolly Dingle, creada por la ilustradora Grace Drayton en 1913. Con rizos rubios, su aspecto encantador enamoró al público infantil estadounidense, su aparición en las revistas de moda fue de gran éxito y se crearon en su honor muñecos de peluche, postales, tiras de dibujo y cuentos.Las mariquitas recortables
Con la llegada de la Guerra Civil, los dos bandos comenzaron a usar los recortables para agudizar una visión maniqueísta sobre el conflicto. "Dejaron de tener una función pedagógica y se transformaron en instrumentos propagandísticos. Dependiendo de la ubicación de las imprentas se editaban láminas de soldados de un bando u otro. En Barcelona, se difundían soldados del ejército popular y en Zaragoza o en Galicia, del bando nacional". Relacionaban un juego de niños con el conflicto bélico.
Recor(d)table Alaska |
Para saber más:
Esta entrada es una ampliación de la entrada anterior Mariquita, palabra polisémica.
Mariquita (marica, maricón), sustantivo y adjetivo de carácter peyorativo y despectivo, se utiliza para designar a un varón afeminado u homosexual, tanto como un insulto grosero o como mero rasgo identificativo. Hasta que la comunidad LGBT+ decidió darle un nuevo significado a la palabra maricón dotándola de una nueva denotación positiva y de orgullo. Su utilización depende de la edad del hablante y del contexto y no a todos les gusta que les llamen de esa manera.
Su origen deriva del nombre de mujer María, en este caso utilizado para señalar a mujeres libidinosas y prostitutas. Con el tiempo. se utilizó para designar a los hombres homosexuales que presentaban comportamientos femeninos. Con esta comparación se añadía el machismo al uso del insulto homófobo .
![]() |
Torres Naharro, La Propaladia (1517) |
Maricones aparece
como un insulto en la famosa escena de Fuenteovejuna de Lope de Vega en la que
Laurencia recrimina a su padre y a todos los hombres su cobardía por no hacer
frente a los abusos del comendador Fernán Gómez.
Gallinas,
¡vuestras mujeres
sufrís que otros hombres gocen!
Poneos ruecas en la cinta.
¿Para qué os ceñís estoques?
Vive Dios, que he de trazar
que solas mujeres cobren
la honra de estos tiranos,
la sangre de estos traidores,
y que os han de tirar piedras,
hilanderas, maricones,
amujerados y cobardes,
poco hombres y traidores.
Un coro de gritos en falsete, el ladrar de algún perro, anunciaba su paso, aun antes de que hubieran doblado la esquina. Al fin surgían, risueños y casi envanecidos del cortejo que les seguía insultándoles con motes indecorosos. Con dignidad de alto personaje en destierro, apenas si se volvían al séquito blasfemo para lanzar tal pulla ingeniosa. Mas como si no quisieran decepcionar a las gentes en lo que éstas esperaban de ellos, se contoneaban más exageradamente, ciñendo aún más la chaqueta a su talle cimbreante, con lo cual redoblaban las risotadas y la chacota del coro.
Alguna vez levantaban la mirada a un balcón, donde los curiosos se asomaban al ruido, y había en sus descarados ojos juveniles esa burla mayor, un desprecio más real que en quienes con morbosa curiosidad les iban persiguiendo.
Al fin se perdían al otro extremo de la calle. Eran unos seres misteriosos a quienes llamaban «los maricas».
Mariquita es una palabra polisémica que designa tanto a un insecto coleóptero, a una mujer parlanchina, a un varón afeminado u homosexual, a un baile argentino, a un recortable para niñas y a una muñeca pepona. Todos los significados provienen del nombre de María. Según el diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de J. Corominas, Maria se toma como prototipo de nombre de mujer en general, en diminutivo Marica y, en una doble derivación, Mariquilla o Mariquita.
En la literatura encontramos todo tipo de composiciones burlescas en las que Marica figura como una pícara protagonista. La más conocida es el divertido romance Hermana Marica de Luis de Góngora con las cosillas que hacen los mozos en la calle.
Antonio Pérez Lasheras, «Hermana Marica»: un verso con fortuna
https://books.openedition.org/pumi/33498,
Ilustración de El Guzmán de Alfarache |
Peter Hassell, 2024 |
Anónimo
![]() |
Las paredes oyen
Las paredes oyen se usa como una advertencia para mantener en secreto lo que se está diciendo. El dicho viene del siglo XVI, cuando Catalina de Medici, reina de Francia, mandó construir en las paredes de sus palacios unos conductos acústicos que permitían oír lo que se hablaba en las diferentes habitaciones para así saber si se conspiraba en su contra. Cuando de pequeña oía la frase me imaginaba a una persona con la oreja pegada a la pared o con un vaso para amplificar los sonidos del otro lado del muro. También dio título a una obra de teatro de Juan Ruiz de Alarcón donde cuestiona la mentira patológica y la maledicencia compulsiva del personaje de Don Mendo, quien para conquistar a Ana pretende injuriarla.
Hay ropa tendida/Tener ropa tendida
La frase hay ropa tendida la oí por primera vez cuando vine a Madrid, se utiliza en sentido figurado para avisar al interlocutor de la presencia de personas que no deben enterarse de lo que se está hablando. Está claro que no tiene nada que ver con el hecho de estar pasando por debajo de una colada mal escurrida. Los expertos afirman que su origen es carcelario, proviene de un recurso entre presos que la intercalaban en la conversación cuando se acercaba algún funcionario de la prisión. La ropa tendida en un lugar público simboliza que estamos exponiendo aspectos de nosotros mismos que nos gustaría mantener ocultos. Leyendo el comentario de Raquel Peláez tras la presentación de la nueva novela de Óscar García Sierra, titulada Ropa tendida, que tiene por protagonistas a un aspirante a politicucho enganchado a la cocaína y a una empleada en un asilo, he descubierto la expresión tener ropa tendida que se usa para avisar al que acaba de ir a un baño a meterse un tiro de cocaína de que aún le quedan restos blancos de la droga en las fosas nasales.
Hay pájaros en el alambre
Hay pájaros en el alambre me parece la frase más brillante de todas y la menos conocida, tiene su origen en México cuando el estado policial recurrió a la práctica de intervenir teléfonos. Es un aviso que apela a la autocensura, se utiliza para advertir de que hay alguien espiando con todos los medios técnicos a su alcance, lo que puede comprometer la seguridad de la operación clandestina.
Me temo que todas estas expresiones se quedarán viejunas si es que ya no lo están. Ahora en una sociedad democrática nos creemos más seguros, hay más libertad de expresión, no hay tabús ni secretos entre padres e hijos, pero estamos más expuestos y vigilados tanto en nuestra casa como en el trabajo o en la calle. Vivimos rodeados de sofisticados artilugios que nos espían sin que nos demos cuenta: cámaras, teléfonos, ordenadores... Y, lo que es peor, dejamos voluntariamente información de nuestras opiniones y secretos más ocultos en cualquier red social. Ahora el enemigo puede ser incluso un amante despechado y nuestras vergüenzas pueden ser expuestas al público con total tranquilidad como la ropa tendida. ¡Cuidado! Nos conviene ser prudentes.