Abrefácil
Tengo pocas habilidades manuales, lo reconozco. Cuando leo que algún producto tiene abrefácil, que se supone que es un sistema que facilita la apertura de envases herméticos, ya me pongo de los nervios. Todo empezó con ese invento del diablo llamado tetrabrik y la línea de puntos, no había manera de abrirlo ni con las manos ni con las tijeras sin que se derramara la leche. Siguieron los paquetes de jamón con una esquina que era imposible despegar. Destapar una lata tirando de la arandela me resulta tan difícil como utilizar un abrelatas sofisticado que no sea marca El Explorador. Hasta tengo problemas para cerrar un tupperware de los buenos: es imposible encajar una parte con otra. Cuando nadie me ve, asesino los plásticos con un cuchillo rompiendo toda esta cadena de inventos que nos imposibilita la vida cotidiana.
Esto lo escribí hace años en Garcilazomolamazo. Ahora he tenido que luchar con el nuevo diseño de los briks que impide que se separe el tapón del envase para un mejor reciclaje y que será una norma obligada en julio de 2024.
Si un tapón viene con instrucciones, malo
He tardado meses en hacerme con el nuevo envase de leche Asturiana, he destrozado tapones y he tirado de ellos hasta crear un agujero que derramaba la leche en todas direcciones, algunas veces he tenido que colocar el tapón desprendido al revés para guardarla en la nevera. He leído con calma las instrucciones una y otra vez, he aplicado el oído como si fuera una caja fuerte para oír el clic salvador. He llegado a confundir la derecha con la izquierda y a olvidar incluso cómo giran las agujas del reloj. He estado a punto de pasarme a la competencia (a pesar de que el diseño me permite obtener más espacio en la nevera para otras botellas) que todavía mantiene los tapones antiguos que abro sin pensar, sólo con el poder de mi mente. Lo que antes era fácil, ahora se ha convertido en imposible. Al final, con mucha ayuda de personas cercanas y paciencia, parece que me estoy haciendo con el nuevo invento.
4 comentarios:
Aquí, mis amigos y yo nos estamos muriendo de risa. ¡¡!No cambies nunca MªAngeles!!!
Sobrevivo gracias a mi amigo Guille que es un manitas. Gracias, Guille.
No soy tan modesta como tú y me considero una persona bastante hábil con las manos, o al menos me consideraba así hasta que llegaron estos tapones llenos de promesas de sostenibilidad y complejas instrucciones. Solo diré que hasta la fecha me han hecho protagonizar unos cuantos episodios lamentables a la hora en que estoy más vulnerable, que es recién levantada. Gracias por esta entrada, que me ha divertido mucho y me ha hecho sentir comprendida.
Gracias por tu comentario. Anima mucho.
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