Creo
que nos rodea un nuevo puritanismo en aras de lo políticamente correcto. Leo en
el periódico que el Reino Unido acaba de negar un homenaje a Enid Blyton, la autora
de la saga de Los cinco, por la incorrección de sus textos que presentan rasgos
de sexismo, racismo y homofobia. No lo dudo, pero me enseñaron desde la
juventud (Saussure tuvo la culpa) que cualquier fenómeno tenía que ser
analizado desde dos puntos de vista, sincronía (lo
que supuso en su momento) y diacronía (lo que ha ido cambiando con el paso
del tiempo). Por lo tanto, no se debe juzgar el pasado solo desde las perspectivas
de nuestro tiempo, pero se hace constantemente. No basta con saber que su obra sigue viva y apreciada por sus lectores, sino que además exigimos progresismo y modernidad a una mujer que nació en 1897 sin tener en cuenta el contexto histórico.
En las interminables vacaciones de verano de tres meses de mi infancia, mi interés por la lectura para matar el aburrimiento comenzó con sus libros. Me gustaban porque esos niños tenían libertad y se pegaban unas merendolas estupendas, no tenían que ir a misa y les importaba un bledo lo que pensaran los mayores. En un país donde el sexismo, el racismo y la homofobia eran habituales, no éramos conscientes de esos términos.
En las interminables vacaciones de verano de tres meses de mi infancia, mi interés por la lectura para matar el aburrimiento comenzó con sus libros. Me gustaban porque esos niños tenían libertad y se pegaban unas merendolas estupendas, no tenían que ir a misa y les importaba un bledo lo que pensaran los mayores. En un país donde el sexismo, el racismo y la homofobia eran habituales, no éramos conscientes de esos términos.
María
Jesús Alonso Menéndez: La libertad y el arte frente al cretinismo, Las críticas contra la autora británica Enid Blyton
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