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viernes, 28 de julio de 2023

Tentenublo, Malasaña en los 80 y 90


Tentenublo es una vuelta a la noche madrileña de los años 80 y 90. Su autor, Víctor Claudín, junto a Pedro Sahuquillo, fue dueño de la famosa sala Elígeme.

"El título de una novela que inquieta desde la primera línea.Tentenublo. De dónde viene. No tenía ni idea. Voy a internet. Wikipedia. Tocan las campanas para que pase de largo la tormenta de granizo. Así pues, Tentenublo: toque de campanas. La explosión en el cielo para que la piedra se asuste antes de caer al suelo y destrozar las cosechas. Todavía se hace eso, pero con cohetes o tiros de escopeta en vez de con campanas. El estallido de luces para romper las nubes y lo que lleven dentro. Un aviso para navegantes por los abismos de una noche infinita. Ayúdame a atravesar la noche y que no me quede atrapado en su inacabable oscuridad. Más o menos lo que cantaba Joan Baez unos años antes de que Rubén y Marcos se perdieran como zombies por las madrugadas de Malasaña, el madrileño barrio de moda en los años ochenta del pasado siglo". Seguir leyendo: Alfons Cervera, My favorite things.

domingo, 23 de julio de 2023

Que te vete Chapete ( Bertolozzi y El landó de seis caballos)


Si no tenía ningún sentido el eslogan ofensivo acuñado por el Pp Que te vote Txapote, que incluso ofende a las víctimas del asesino, menos lo tiene el que ha presentado Borja Sémper para este verano: “Verano Azul”. Inmediatamente surgieron las críticas, en este caso bienhumoradas, Que te vote Chanquete, justamente el efecto contrario al deseado por el partido. 
Yo propongo que se incluya una nueva frase más literaria y apropiada que rima con la anterior: Que te vote Chapete. O, mejor aún: Que te vete Chapete.

El extraño nombre Chapete viene del  escritor e ilustrador Bartolozzi que publicó en los años veinte del siglo pasado un semanario infantil llamado Pinocho que obtuvo gran éxito. Para el creó el personaje de Chapete, su feroz  antagonista, un terrible muñeco de trapo que pretende eclipsar la gloria del famosísimo muñeco de madera. El aspecto físico de Chapete puede relacionarse con Humpy-Dumpy
 

Chapete es también el nombre del criado en una famosa obra de Víctor Ruiz Iriarte, El landó de seis caballos, estrenada en 1950. Ambientada en el comienzo en el Madrid de mediados del siglo XX, cuatro personajes variopintos (Rosita, Margarita, Florencio e Isabel) reciben invitaciones para acudir a una fiesta. Movidos por la curiosidad se acercan al caserío para encontrar una escena surrealista: cuatro ancianos ataviados a la moda de 1900 acomodados en un sofá y comportándose como si circularan en un coche de caballos por el Madrid de principios de siglo. El origen de todo está en la caída de Chapete, el chófer de la casa, que le dejó la mente anclada en aquel momento y lugar. Desde entonces, el resto de habitantes se fue acomodando a esa realidad paralela marginándose de lo que realmente sucedía fuera de los muros de la casa. 

Víctor Ruiz Iriarte divierte con esta farsa poética articulada con muchos juegos teatrales. Aparentemente nos presenta un divertimento para presentarnos una sociedad anclada en el pasado, decadente, sin relacionarse con lo que pasa fuera. Han pasado cincuenta años (y una guerra civil) y todo parece igual. Pero, al mismo tiempo, una joven pareja sueña con la posibilidad de vivir una existencia mejor en un mundo que aparentemente no deja espacio para ello, un almendro en flor en el escenario lo simboliza. En los difíciles años de la posguerra, su autor derrochaba ingenio con sus comedias amables para agradar sin herir a nadie. Gozó del favor del público y muchas de ellas se adaptaron a la televisión. En la vida personal, su enfermedad, acondroplasia, hizo que su carácter se fuera tiñendo de melancolía y soledad. 


lunes, 17 de julio de 2023

Muñoz Molina: La era de la vileza


 Las redes sociales han universalizado la antigua grosería de la barra de bar y el muro del retrete. La rima cruel, la gracia, la consigna, ahora la repiten en público personas que ocupan cargos públicos y que están seguras de poseer una educación exquisita

"Que los gases de la vileza ya han invadido sin remedio el aire de la vida pública española lo hemos sentido de golpe al escuchar por todas partes ese eslogan siniestro, “que te vote Txapote”, que provoca una reacción no ya moral sino física, como esa arcada que desata un olor a podrido. Es el tipo de gracia que se hace en un grupo de amigotes unidos por una recia carcajada española, cuando alguien advierte de que no va a ser “políticamente correcto” y cuenta a continuación un chiste de violaciones o de negros. La diferencia es que en la nueva era el chiste y la risotada desbordan el grupito confidencial y se hacen públicos sin pudor ni vergüenza, con chulería desafiante, con un clamor de chusma beoda en el calor tórrido de una plaza de toros. Las redes sociales han universalizado la antigua grosería de la barra de bar y el muro del retrete. La rima cruel, la gracia, la consigna, ahora la repiten en público personas que ocupan cargos públicos y que están seguras de poseer una educación exquisita, y se ve estampada en los laterales de un autobús electoral de un partido político ya agitado de antemano por una inminencia de victoria.

La gracia consiste en asociar al presidente del Gobierno y candidato socialista a un asesino etarra. Y para acompañarla, aunque sin decirla, con cazurrería y descaro, Alberto Núñez Feijóo invocó el aniversario de alguien que merecería al menos el respeto sagrado que se debe a los inocentes y a las víctimas. Un rasgo de la edad de la vileza es la repetición metódica del abuso, la injuria y la mentira. Al volverse habituales no pierden su veneno, pero cada vez provocan menos escándalo. Es posible que los primeros sedimentos de esta nueva época fueran sembrados por este personaje público, siempre más o menos en la sombra, Miguel Ángel Rodríguez, que según dicen asesoró a Feijóo antes del debate, y que hace 15 años usó por primera vez en público, en programas de televisión, a sabiendas de que lo hacía, la calumnia contra una persona del todo honorable. Los residuos de vilezas pasadas los olvida todo el mundo, salvo los que las sufrieron. En 2008, en plena campaña derechista para desacreditar la sanidad pública en Madrid, Miguel Ángel Rodríguez llamó reiteradamente nazi en varias tertulias de la televisión al doctor Luis Montes, antiguo coordinador de Urgencias del hospital de Leganés, acusándolo de haber abusado de las sedaciones de enfermos graves para acelerarles la muerte. El embustero sabe que a partir de un cierto grado la mentira tiene un efecto paralizador, como lo tiene siempre un acto de violencia súbita, un grito, una bofetada. Las mentiras de Miguel Ángel Rodríguez trastornaron la vida y la carrera de un hombre íntegro, que ya había sido objeto de una sostenida persecución política. Los tribunales confirmaron la inocencia del doctor Montes, y condenaron por un delito de injurias a Rodríguez. Ya no importaba nada. El daño estaba hecho. Había enfermos que se negaban a ser atendidos por el médico injuriado. Y el mentiroso y condenado por la justicia convirtió su indecencia en un mérito para su currículum, que ha vuelto a situarlo en lo más alto de la influencia política en España".  Artículo completo 


Magnífico artículo de Muñoz Molina (15/7/23), lectura imprescindible en estos días, que destila valor cívico. Llevamos demasiado tiempo viviendo en la era de la vileza respirando esta inmundicia.


sábado, 1 de julio de 2023

Dos lecturas para el Día del Orgullo LGTBIQA+

"Lona del odio" c. Alcalá (Madrid)

En Madrid, estamos de fiestas celebrando el Día del Orgullo LGTBIQA+, desde el 28 de junio hasta el primer sábado de julio que tendrá lugar la manifestación. El significado de LGTBIQA+ todavía puede resultar algo confuso para muchas personas, debido a cómo evolucionan estos conceptos y cómo se van integrando nuevas iniciales al colectivo. Las siglas LGTBIQA+ se refieren a Lesbiana, Gay, Trans, Bisexual, Intersexual, Queer, Asexual y +

Esta reivindicación tiene más sentido que nunca desde que VOX se ha instalado en los Ayuntamientos y ha decidido tirar a la papelera la lucha de muchos años.  

Recomiendo para todos leer dos libros que nos aportan testimonios de este colectivo que lucha para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.

Inés Martín Rodrigo, premio Nadal 2022, con su libro Una homosexualidad propia nos aporta un testimonio valiente y decidido del descubrimiento de su orientación sexual propia.

«Este es el texto que hubiera querido leer antes de juzgarme sin conocerme.» 

Lectura del primer capítulo Marimacho 

Vídeo  RTVE


Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre de Alana S. Portero recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.

Lectura del primer capítulo El ángel caído

Vídeo en RTVE



sábado, 24 de junio de 2023

La Tesis de Nancy: "¿Qué está hablando esta gente?"


Leo que una joven filipina explica su primer viaje a Andalucía en tiktok que se ha hecho viral: "¿Qué está hablando esta gente?" Lleva estudiando español cuatro años, pero nunca había visitado Málaga. Su primera impresión fue de lo más cómica al comprobar que, a pesar de su nivel, no entendía nada. 
Esta situación es la misma que se plantea en la novela de Ramón J. Sender, publicada en 1962, una de las más sugestivas y divertidas del autor que cité mucho cuando empecé a dar clase. En ella se cuentan las peripecias de una estudiante norteamericana que acude a Sevilla para obtener documentación para su tesis doctoral sobre el folclore español y choca con el desconocimiento de una lengua y unas costumbres que la confunden y la atraen por igual. 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Literatura y toros: Hemingway en Villena

Hemingway, Villena 7 septiembre 1959

La Feria del Libro coincide siempre con la Feria de San Isidro en Madrid y con la lluvia, esta vez de forma torrencial. Literatura y toros han hermanado siempre bien. A mí, la fiesta de los toros me parece un espectáculo cruento que nos retrotrae a otros siglos y que no casa nada bien con la actualidad. No niego que sea un arte, pero cruel. Como en muchas familias estamos divididos, mi madre y mi abuelo paterno no se perdían una corrida en la plaza de Villena, mientras los demás estábamos más preocupados por la vida del torero que la del toro. Casualmente he encontrado una foto del paso del escritor Ernest Hemingway por la plaza de Toros de Villena* en las fiestas de Moros y Cristianos de 1959 para acompañar a su íntimo amigo Antonio Ordoñez, en ella aparece con el músico de la Banda Municipal José Hernández Hernández. La misma foto aparece en otra entrada de Villena Cuéntame con un jugoso comentario muy de la época:

"Se dió el caso que en el cuarto toro se lanzó un espontáneo y cuando lo llevaban detenido, pasó junto al Nobel, le dió algún dinero para pagar la multa, acompañándolo ante la presidencia, siendo indultado. En el quinto toro, que saltó al callejón, Hemingway con gran agilidad saltó al ruedo para evitar el peligro, por lo que llevó una gran ovación. En el sexto toro el banderillero de PACORRO, Francisco Chávez "Sevillano", fue herido de pronóstico grave, motivo por lo que Pacorro no quiso salir a hombros. Esta noticia fue publicada por la prensa mundial. Lleno hasta la bandera. La avalancha de aficionados, atascó la carretera general desde Sax a Villena. Acompañaba a HEMINGWAY EL ILUSTRE MÉDICO Y ESCRITOR FERNADO CLARAMUNT*".

Plaza de toros, 1924

Plaza de toros en la actualidad
*La plaza de toros se inauguró en el año 1924, con aforo para 10 000 personas. Después de una remodelación en 2011, se convirtió en espacio multiusos (ver en Youtube https://youtu.be/kCi-N7gJEdk). En la actualidad está infrautilizada. 

* Fernando Claramunt, presidente del Colegio de Médicos de Alicante y cirujano jefe de la Plaza de Toros desde 1944 hasta 1972.


Del aventurero Hemingway sabemos casi todo, que fue camillero, corresponsal, cazador, pescador, que fascinado por la muerte se acercó a ella de múltiples maneras, que descubrió España y la fiesta de los toros en julio de 1923 cuando acudió por primera vez a una corrida en Las Ventas de Madrid como corresponsal del Toronto Star. Ante sus ojos, a pleno sol, se produjo un extraño ritual de vida y muerte que nada tenía que ver con su cultura anglosajona. A partir de entonces escribió numerosos libros sobre los toros y los encierros:

-Fiesta (1926). Su primera novela narra la historia del viaje a Pamplona de un grupo de americanos e ingleses exiliados en París en los años veinte, y el reencuentro entre Brett Ashley y Jake Barnes, quienes durante la guerra vivieron una intensa relación. Hemingway es el responsable de que las fiestas de Sanfermin y su encierro se hayan hecho populares internacionalmente, especialmente en Estados Unidos.

-Muerte en la tarde (1932). Un tratado sobre tauromaquia que fue duramente criticado por el crítico Gregorio Corrochano que llegó a decir que Hemingway escribía en inglés para una público desconocedor de la fiesta cuya ignorancia compartía.

-La capital del mundo (1936). Interesante relato ambientado en Madrid, donde dos jóvenes, que pasan  hambre y dificultades, fantasean con ser toreros para salir de la pobreza.

 -El verano peligroso (1960). Un reportaje para la revista Life, centrado en la competencia que a lo largo de la temporada de 1959 mantuvieron en los ruedos Dominguín y su cuñado Ordóñez, daría lugar al libro publicado de forma póstuma.

 “Cualquier hombre puede enfrentarse a la muerte, pero verse obligado a atraerla tan cerca como sea posible mientras se realizan ciertos movimientos clásicos, que han de repetirse una y otra vez, para luego provocársela con un simple estoque a un animal que pesa media tonelada y al que uno quiere, representa algo más que enfrentarse a la muerte. Es enfrentarse a la propia actuación como artista creador y a la necesidad de comportarse como un matador hábil.”

En él influyó el escritor Pío Baroja. Después de recibir el Premio Nobel visitó al casi moribundo escritor vasco para decirle que merecía el premio más que él. José Luis Castillo-Puche ('Hemingway entre la vida y la muerte") describe el famoso encuentro entre el «jovial endemoniadamente amargado», que era Baroja, y aquel «amargado jovial», que era Hemingway.  

Para saber más:

https://riojadigital.es/los-toros-y-las-letras-hemingway-desde-dentro/#:~:text=Esta%20postura%20sorprende%20dado%20que,el%20mundo%20de%20la%2

https://www.zendalibros.com/ernest-hemingway-y-los-toros/

https://www.sanfermin.com/es/guia-de-la-fiesta/hemingway-en-sanfermin


domingo, 28 de mayo de 2023

Elecciones municipales en 1887 (Maximina, novela de Palacio Valdés)


 Casi 150 años después, casi todo sigue igual, los de la Casona contra los de la Casiña, la novela Maximina de Palacio Valdés sitúa las elecciones en el pueblo de Serín en Galicia y muestra las artimañas y amaños de sus líderes para conseguir sus objetivos.

Mañana los periódicos nos informarán del resultado de las elecciones del 28 de mayo.

"Pues aquel deleitable paraje que parecía un rinconcito del paraíso, lo era del infierno á lo que pudo averiguar inmediatamente Miguel. Sin que le faltase, como vamos á ver, no una, sino dos serpientes para atormentar á sus indígenas. Estos se hallaban, desde tiempo inmemorial, divididos en dos bandos, los de la Casona y los de la Casiña, llamados así porque los primeros se reunían en un edificio grande, oscuro, con dos torres almenadas, que había en lo alto del pueblo, y los otros en una casa de un solo piso, construída con lujo de adornos, hermoso portal con verja de hierro y dos grandes miradores, sita en el muelle. También se llamaban «los de D. Martín» y «los de D. Servando»; por el nombre de sus respectivos caudillos. La división de estos partidos no se fundaba en que los unos, los de la Casona, representasen el elemento tradicional y conservador, y los de la Casiña, el novador y liberal, supuesto que se había visto varias veces á los primeros defendiendo á los gobiernos liberales, y á los segundos sostener la causa del candidato moderado. La pelea estaba encendida solamente por el afán de dominar en el Ayuntamiento y ser dueños por ende del pueblo. Lo demás les tenía sin cuidado. Sin embargo, no es posible negar que en los de D. Martín había tendencias marcadas hacia el absolutismo. En los de D. Servando no se advertían en cambio hacia la libertad".

                                Maximina, Armando Palacio valdés (1887) Capítulos XXI y XXII

https://www.textos.info/armando-palacio-valdes/maximina/descargar-pdf

viernes, 26 de mayo de 2023

Luciano López Gutiérrez en la Feria del Libro (Poesía y universo de la copla)

 



FIRMAS.
 Valor añadido de un libro por el que has pagado un 10 % menos. // Últimamente, proliferan casi tanto como las fajas. // Fin de fiesta para un coloquio exprés. // Literatura de encargo. / Ceremonia en fila india. / Entrañable contacto entre autor (oficio tan solitario…) y lector. / Contabilidad en directo. / Momento en el que un cliente puede encargar unas líneas a su autor favorito. Javier Marías (al que Correos acaba de dedicarle un sello) escuchó esta petición: “Ponga ‘Para Manoli, que tiene el mejor cuerpo de Madrid'”.


jueves, 11 de mayo de 2023

Viaje por las bibliotecas: El gabinete mágico de Emilio Pascual

El profesor Aronnax con el capitán Nemo en la biblioteca del 'Nautilus'
 

 El gabinete mágico, el viaje de Emilio Pascual por bibliotecas imaginarias como la submarina del Nautilus del Capitán Nemo, la que arde en El nombre de rosa, la de don Quijote expurgada por el cura y el barbero (salvan La Galatea, del propio Cervantes: no les convence pero tienen esperanzas en la anunciada segunda parte, que nunca llegó), la que va quemando el Carvalho de Vázquez Montalbán, la que tiene un solo libro (como en La piedra lunar) o la que los tiene todos (la biblioteca de Babel de Borges).

 La reseña en Babelia corre a cargo de Alberto Manguel ‘El gabinete mágico’: cuando el Paraíso es una biblioteca, autor a su vez de libros como Una historia de la lectura y La biblioteca de noche.




Pero No hay vida para tantos libros  como afirma Ana Gea, ni espacio en las casas. Internet ha revolucionado nuestras vidas porque tenemos la información y libros en pdf al alcance de nuestra mano.Ya no es necesario acumular. 
 Una avería en la casa del vecino con fatales consecuencias en la mía me ha obligado a hacer un expurgo de libros, voy a hacer mía la frase de Augusto Monterroso en Los buscadores de oro:
 “Era tan pobre que solo tenía libros buenos”.


lunes, 8 de mayo de 2023

Versiones literarias de malas madres

Si hay algo que nunca se le perdona a una mujer es que sea una mala madre

Laura Baena fundó el club Malas Madres, un espacio dedicado a desmitificar la maternidad con humor, en el que las madres se apoyan entre sí y comparten experiencias. El problema fundamental es la conciliación, una madre no debería tener que renunciar a su carrera, pero tampoco a ver crecer a sus hijos. El libro Soy mala madre es imprescindible para toda madre que se siente imperfecta y que lucha a diario por sobrevivir. Un libro de cabecera de una nueva generación de mujeres, que quieren decir adiós al sentimiento de culpa.


Ahondando en el tema, en el Día de la Madre, Marta Marne entrevista a cuatro escritoras de ficción criminal -Laura Lippman, Claudia Piñeiro, Bonnie Jo Campbell y Marie Ndiaye- que hablan sobre sus personajes femeninos y de cómo se enfrentan a decisiones argumentales relacionadas con la maternidad. El concepto tradicional de maternidad es un arma de doble filo: oprime a las mujeres, mientras las hace sentir miserables por sus defectos como madres.

El artículo completo El club de las malas madres...de la novela negra

jueves, 27 de abril de 2023

Dominga habla sola ¡y a veces hasta se da la razón!

Paseando por Preciados me eché a reír mientras veía en la FNAC la publicidad de un libro con viñetas y textos de una anciana tierna y gamberra: Dominga. "En estas páginas reflexiona sobre la soledad (la elegida y la obligada), el miedo (como obstáculo y como reto) y el paso del tiempo (que a veces vuela y otras se hace eterno), y a través de ello nos habla de otras muchas cosas, como las emociones, el feminismo, la salud mental o el edadismo. Siempre a través de la ironía deslenguada y la sabiduría que solo alguien que ha vivido mucho puede permitirse".

La ilustradora y diseñadora eldense Elisabeth Justicia es la creadora de este personaje, basado en su abuela con la que compartió casa en Valencia cuando estudiaba Bellas Artes, para dar visibilidad a las personas mayores y a sus problemáticas

A partir de ahora me apropiaré de la genial frase de la portada del libro: Mejor hablar sola que callar acompañada.



Pinchad aquí para ver más viñetas de la autora en Instagram. 


Pinchad aquí para ver en tik-tok el vídeo hecho en el escaparate de la Fnac de Callao.



martes, 25 de abril de 2023

Escribir como se habla, nueva tendencia literaria


Oralidad deliberada, anarquía ortográfica, gramática sui generis, bilingüismo sin complejos y permeabilidad respecto a las múltiples formas locales del castellano. Es el cóctel, casi siempre explosivo, que una nueva generación de autores está agitando con empeño. Tienen mucho en común: no usan comas, puntos o mayúsculas, adoptan la lengua oral como modelo insuperable y toman prestadas formas y expresiones de otras lenguas, ya sean cooficiales o extranjeras. Sus máximos representantes son debutantes en el ecuador entre la veintena y la treintena*, que han asaltado las librerías con pocos meses de distancia con una prosa frenética, caleidoscópica y (estudiadamente) espontánea, como escribe Noelia Ramírez en Escribir como se habla: así es la nueva tendencia en la literatura española.

*Andrea Abreu (Panza de burro); Greta García (Solo quería bailar); Aida González Rossi; Luis Díaz y Andrea Genovart.

Esta tendencia no es nueva, supone una vuelta de tuerca a la frase Escribo como hablo que fue utilizada por el humanista Juan de Valdés para huir de la afectación en la escritura de sus contemporáneos y quedó reflejada en el libro Diálogo de la lengua, que no fue editado hasta 1777:

"El estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y dígolo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien la afectación".

jueves, 9 de marzo de 2023

Las lavanderas en la literatura

Eusebio Pérez Valluerca. Lavadero del Manzanares,1887
 Las lavanderas tenían en el río un lugar de trabajo y un lugar de encuentro para socializar, mientras los hombres se relacionaban en la taberna, la plaza o el abrevadero. Frente al salón de té o la Iglesia, espacios de encuentro de las mujeres de clase alta, el lavadero se constituye en un entorno exclusivamente femenino para las clases populares. Como hemos visto en la entrada El trabajo de las mujeres: las lavanderas (8 de marzo), la imagen de las lavanderas ha sido muy utilizada en el arte, y también en las obras literarias de todos los tiempos, tanto en la literatura popular como en la culta. Por último, y dentro del arte musical debemos citar los libretos de zarzuela de los autores Ricardo de la Vega, Carlos Arniches o Miguel Ramos Carrión. en obras como Los baños inútiles (1765), El año pasado por agua (1889), El chaleco blanco (1890), El agua del Manzanares (1918), entre otros muchos ejemplos.

Canciones tradicionales referidas al trabajo de las lavanderas

En el mundo tradicional existe una presencia considerable del folklore asociado a las lavanderas que, desde la sombra y acompañadas de canciones y de bailes, mantuvieron uno de los pilares más importantes de nuestras vidas como es la higiene. Las canciones de lavanderas o del lavadero eran canciones de carácter popular referidas al su trabajo. Transmitidas oralmente, se cantaban mientras las mujeres trabajaban. Han quedado recogidas en distintos cancioneros, destacando los de la zona de Andalucía, Galicia y Cataluña (el Cançoner popular de Catalunya). Algunas frases hechas y refranes incorporados al acerbo lingüístico catalán perpetúan todavía el recuerdo esta actividad: "fer bugada", "fer sagareig"  que han sido señalados por diversos autores como sinónimo de bullicio, chismorreo, fisgoneo, pero también de limpieza. A ellos habría que añadir la frase "molta roba i poc sabó" como expresión de escasos medios para realizar una gran tarea, que incluso sirvió de título de un libro de relatos de la escritora barcelonesa Montserrat Roig publicada en 1971 (Mucha ropa y poco jabón... y tan limpia que la quieren).

Incluso muchos folcloristas piensan que las nanas y las canciones infantiles serían también “cantos de trabajo”. Todos conocemos la famosa canción San Serenín, un juego de "oficios" en el que se mencionan ocupaciones tratando de imitarlas con gestos:


San Serenín de la buena, buena vida.
Hacen así,
Así las lavanderas, así, así, así.
Así me gusta a mí.

 
Siglo de Oro

Como personajes bien definidos por su oficio y condición humana, las lavanderas aparecen en pleno Siglo de Oro de la mano de autores reconocidos como las escritas por Lope de Vega en las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, la protagonista es una lavandera del río Manzanares, de nombre Juana –como la esposa de Lope, muerta en 1613–. También las describe Lope en su comedia La moza de cántaro (1618) con estas octavas reales:

Tomé el jabón con tanto desvarío

para lavar de un bárbaro despojos,

que hasta los paños me llevaba el río,

mayor con la creciente de mis ojos.

Cantaban otras con alegre brío,

y yo, Leonor, lloraba mis enojos;

lavaba con los mesmo que lloraba

y al aire de suspiros lo enjuagaba.

Los costumbristas

Bretón de los Herreros cultivó el artículo costumbrista en la línea de Ramón Mesonero Romanos, colaborando en el Semanario Pintoresco Español y en Los españoles pintados por sí mismos con la descripción de tipos humildes como las castañeras, las lavanderas y las nodrizas. Leed aquí, La lavandera, artículo que pretende ser gracioso y no lo es. 

Federico García Lorca

Aparte de las canciones de trabajo cantadas por las propias lavanderas, existía otra tipología de canciones, la que los muchachos cantaban para las lavanderas. Federico García Lorca en su Poema del cante Jondo: Lola, ya introduce una canción sobre una lavandera que lava bajo un naranjo en flor, con una estructura muy similar a la que desarrolla, años más tarde, en Yerma. Lorca sitúa en la tragedia de Yerma un coro de lavanderas cantando en el arroyo mientras lavan su ropa (Primera escena del acto segundo). Comentan la frustración erótica de la protagonista, a través, primero de un diálogo y después de una larga canción llena de simbolismo.

El mito de las lavanderas nocturnas

En el cuento Las lavanderas nocturnas, George Sand se hace eco del gusto romántico por las leyendas tradicionales y, en especial, por las de tinte esotérico. Aunque recoge otras historias, se centra principalmente en una muy trágica: la que narra cómo las mujeres que han matado a sus hijos se reúnen de noche, en torno a las fuentes para aterrar a los viajeros que pasan cerca.
Las leyendas de la lavandera del folclore moderno incluyen muchas consideraciones morales inspiradas en la religión cristiana: recordatorio de prohibiciones religiosas, expiación de los pecados por un alma inquieta, lavandera asimilada a criatura del diablo ... Según las leyendas bretonas, las lavanderas son fantasmas  solitarios, con rostro aterrador y generalmente dotados de gran fuerza o agilidad. Según las leyendas, guardan silencio o se dirigen al transeúnte, pidiéndole a veces ayuda para escurrir la ropa.

"A lavandeira de noite" es una canción popular gallega que Carlos Núñez versionó e incluyó en su disco Os amores libres, del año 1999, en el que participó la cantante Noa poniéndole voz.

Literatura realista

En la literatura realista podemos citar a Arturo Barea, Pío Baroja, Ignacio Aldecoa o a los numerosos costumbristas madrileños. Pío Baroja fue el primer intelectual en percatarse de la miseria de Madrid a comienzos de siglo XX. Pero observaba desde lejos, desde los puentes, el Manzanares al que describió como un “río feo, trágico, siniestro, maloliente; río negro que lleva detritos de alcantarillas, fetos y gatos muertos” y nos dio una visión pintoresca de las mujeres lavando entre ropa blanca tendida al sol: “En los lavaderos del Manzanares brillaban al sol ropas puestas a secar con vívida blancura". (La Busca, 1904).

Arturo Barea en su trilogía “La forja de un rebelde” (Buenos Aires, 1951) sí que nos contó las miserias de ese trabajo tan duro: “Yo sé lo que es ser el hijo de la lavandera. Sé lo que es que le recuerden a uno la caridad”. Representa el despliegue narrativo de la mirada de alguien que se indigna ante lo intolerable, que se rebela contra la pobreza que vivió en sus propias carnes. Madrid, verano de 1907, el escritor es un niño de nueve años que estudia en las Escuelas Pías de San Fernando, en el barrio de Lavapiés. Vive con su madre Leonor, viuda que trabaja como lavandera en el río Manzanares para sacar adelante a sus cuatro hijos, de los que Arturo es el benjamín. El libro empieza con una magistral descripción en un día de sol de las riberas del Manzanares. Para mí la trilogía fue todo un descubrimiento, el siguiente texto lo he utilizado muchas veces en clase. 

Capítulo I.

Los doscientos pantalones se llenan de viento y se inflan. Me parecen hombres gordos sin cabeza, que se balancean colgados de las cuerdas del tendedero. Los chicos corremos entre las hileras de pantalones blancos y repartimos azotazos sobre los traseros hinchados. La señora Encarna corre detrás de nosotros con la pala de madera con que golpea la ropa sucia para que escurra la pringue. Nos refugiamos en el laberinto de calles que forman las cuatrocientas sábanas húmedas. A veces consigue alcanzar a alguno; los demás comenzamos a tirar pellas de barro a los pantalones. Les quedan manchas, como si se hubieran ensuciado en ellos, y pensamos en los azotes que le van a dar por cochino al dueño. Por la tarde, cuando los pantalones están secos, ayudamos a contarlos en montones de diez hasta completar los doscientos. Los chicos de las lavanderas nos reunimos con la señora Encarna en el piso más alto de la casa del lavadero. Es una nave que tiene encima el tejado doblado en dos. La señora Encarna cabe en medio de pie y casi da con el moño en la viga central. Nosotros nos quedamos a los lados y damos con la cabeza en el techo. Al lado de la señora Encarna está el montón de pantalones, de sábanas, de calzoncillos y de camisas. Al final están las fundas de las almohadas. Cada prenda tiene un número, y la señora Encarna los va cantando y tirándolas al chico que tiene aquella docena a su cargo. Cada uno de nosotros tenemos a nuestro lado dos o tres montones, donde están los «veintes», los «treintas» o los «sesentas». Cada prenda la dejamos caer en su montón correspondiente. Después, en cada funda de almohada, como si fuera un saco, metemos un pantalón, dos sábanas, un par de calzoncillos y una camisa, que tienen todos el mismo número. Los jueves baja el carro grande, con cuatro caballos, que carga los doscientos talegos de ropa limpia y deja otros doscientos de ropa sucia.

Claudio Rodríguez,  A mi ropa tendida (Conjuros, 1958) 

 Claudio Rodríguez había escrito un poema sobre las lavanderas en el río, pero cuando se lo mostró a Vicente Aleixandre, este le dijo: “Este poema no trata de la ropa, trata del alma”. Daba así un simbolismo transcendental a la humildísima tarea de aquellas mujeres, muertas de frío, que nos permitían recuperar la blancura

(El alma)
Me la están refregando, alguien la aclara.
¡Yo que desde aquel día
la eché a lo sucio para siempre, para
ya no lavarla más, y me servía!
¡Si hasta me está más justa¡ No la he puesto
pero ahí la veis todos, ahí, tendida,
ropa tendida al sol. ¿Quién es? ¿Qué es esto?
¿Qué lejía inmortal, y que perdida
jabonadura vuelve, qué blancura?
Como al atardecer el cerro es nuestra ropa
desde la infancia, más y más oscura
y ved la mía ahora. ¡Ved mi ropa,
mi aposento de par en par! ¡Adentro
con todo el aire y todo el cielo encima!
¡Vista la tierra tierra! ¡Más adentro!
¡No tenedla en el patio: ahí en la cima,
ropa pisada por el sol y el gallo,
por el rey siempre!

He dicho así a media alba
porque de nuevo la hallo,
de nuevo el aire libre sana y salva.
Fue en el río, seguro, en aquel río
donde se lava todo, bajo el puente.
Huele a la misma agua, a cuerpo mío.
¡Y ya sin mancha! ¡Si hay algún valiente,
que se la ponga! Sé que le ahogaría.
Bien sé que al pie del corazón no es blanca
pero no importa: un día...
¡Qué un día, hoy, mañana que es la fiesta!
Mañana todo el pueblo por las calles
y la conocerán, y dirán: «Esta
es su camisa, aquella, la que era
sólo un remiendo y ya no le servía.
¿Qué es este amor? ¿Quién es su lavandera?»

Ignacio Aldecoa, cuentos 

Puente de Segovia

Josefina, la esposa de Ignacio Aldecoa en el prólogo de Cuentos Completos comenta que en la década de los cincuenta vivió cerca el sitio de las lavanderas con sus tendederos en el Manzanares que había sido ocupado por chabolas hasta que se canalizó para reutilizar los márgenes para la construcción residencial. Muchos escritos suyos de esa época nos acercan a las penurias del Madrid de la posguerra. Aun así, algunas mujeres seguían yendo a lavar como nos muestra la fotografía de José Pastor, fotoperiodista que trabajó en el diario Arriba, que se puede fechar en la década de 1960.



Elena Poniatowska: “Las lavanderas”

El relato “Laslavanderas”, pertenece a la colección de cuentos “De Noche Vienes” (1979) el propósito del texto, es dar voz a los sin voz, dar la palabra a las mujeres mejicanas excluidas del discurso social y así denunciar las condiciones de su trabajo


Carmen Gallardo, La reina de las lavanderas (2012)

Esta novela histórica nos relata la vida de María Victoria dal Pozzo que se casó con el príncipe Amadeo de Saboya. El destino hizo que los dos se sentaran en el trono de España, tras la expulsión de Isabel II, desde 1871 a 1873. Extranjera en una tierra que no supo valorarla, soportó los amoríos de su marido, las humillaciones de la aristocracia y el perpetuo temor a un atentado. Aun así, se entregó a la sociedad que la rechazaba y fundó la primera guardería, el asilo de las lavanderas. Pocos días después de dar a luz a su último hijo, perdió la corona. Murió a los veintinueve años en Italia consumida por la tuberculosis. María Victoria fue una reina efímera, desconocida, culta y virtuosa en un país convulso e inestable. Esta es su visión de las lavanderas:

«Iban ensimismadas en su charla mientras dejaban atrás el recinto palaciego…  cuando el ruido de un carruaje las hizo volver la cabeza. Vieron un mar de ropas tendidas moviéndose al ritmo del suave viento… repentinamente surgieron tres críos que venían exhaustos. No tendrían más de seis o siete años y tras ellos renqueaba uno aún más pequeño, todos parecían cubiertos de aguas negras y de barro…». «¿Cómo ser reina de un pueblo que pasa tanta miseria? ¿cómo no solventar la penuria de quienes parecen olvidados de la mano divina?… Esas criaturas necesitan cuidados y protección mientras sus madres buscan el sustento».


Begoña M.Rueda, Servicio de lavandería

También me gustaría referirme a Begoña M. Rueda, poeta y lavandera que ha ganado el premio Hiperión (Servicio de Lavandería, 2021), gracias a su poemario sobre su trabajo en el Hospital Punta de Europa de Algeciras. Ella conoce mejor que nadie este oficio, ahora rodeado de máquinas.


En la lavandería del hospital donde trabajo

la ropa de los enfermos, la ropa

de los que o regresan de la úlcera

o se dejan amarillear por la muerte,

se amontona en bolsas a las siete de la mañana.

Dos lavadoras industriales

bastan para blanquear la ropa de las heces

y de la sangre que podría ser mi sangre, mi miseria

podría ser, algún día, un camisón

cubierto de vómito

de los que una vez lavados lucen como nuevos,

bendita sea mi vida, bendita mi salud.

En los jardines de la Virgen del Puerto (Madrid Río) se han recreado los antiguos lavaderos que existían en este lugar, mediante la construcción de cuatro fuentes longitudinales de granito con forma de lavadero. Las fuentes son muy estilizadas y  minimalistas pero con su belleza no reflejan la dureza del Manzanares y falta el recuerdo de esas mujeres que se dejaron la salud para que otros viviesen mejor. No hay ningún rastro de esta historia de sabañones, bronquitis y trabajo compartido.


Por último, tengo que decir que esta entrada es sólo una aproximación a un estudio que me parece muy interesante, seguro que faltan muchos datos y nombres.
 Aquí lo dejo por si a alguien le interesa o le puede servir.