martes, 3 de octubre de 2023

Irene Vallejo: Anhelar el viejo mito del idioma único nos empequeñece (Lenguas de fuego)

"Frente a la antigua maldición, investigaciones recientes afirman que hablar varias lenguas entrena el músculo de nuestra mente: nos protege del deterioro cognitivo y expande el horizonte de nuestro pensamiento. Tal vez la mayor “barbaridad” sea marginar o despreciar algunas de ellas. Anhelar el viejo mito del idioma único nos empequeñece. Somos criaturas de la diáspora que, en la algarabía de Babel, abandonamos las cuevas de las diminutas tribus para compartir ideas, explorar lejanías y convertirnos en una especie mestiza: de trogloditas a políglotas". 

Irene Vallejo

 Pensar que las lenguas son más importantes por el número de hablantes es como valorar a las personas por el dinero que tienen. No vean en la variedad de lenguas, dialectos y hablas una maldición bíblica sino como una de las mayores riquezas creadas por el ser humano. Si intentamos salvar de la extinción al lince ibérico o a la posidonia, ¿cómo no vamos a hacer lo mismo con las últimas palabras que se pronuncian en un idioma?

Javier Figueiredo


sábado, 30 de septiembre de 2023

Las lenguas vinculadas al judaísmo, el humor judío y Netflix

La dispersión del pueblo judío por el mundo los convirtió en una minoría religiosa y cultural en numerosos países, lo cual dio lugar a siglos de convivencia pacífica y desarrollo, pero también provocó choques que trajeron persecuciones, matanzas y expulsiones colectivas. El idioma hebreo fue siempre un constante factor de cohesión del pueblo de Israel a través de las Escrituras sagradas preservadas por todas las comunidades judías tanto en Israel como en la diáspora. El surgimiento del Estado de Israel en 1948, así como la llegada de numerosas olas de judíos provenientes de comunidades israelitas de todo el mundo, particularmente de países islámicos y orientales (mizrajíes), condujo a su declaración como idioma nacional junto al árabe e inglés. La mayoría de los israelíes dominan entre dos y tres lenguas: hebreo, inglés, más su lengua materna o la de sus padres. En la actualidad, el yiddish sobrevive entre los grupos judíos ortodoxos, quienes aún lo emplean para preservar la “santidad” de la lengua hebrea, a la que solo recurren en sus oraciones y liturgia. 

El hebreo, una lengua restituida  

El hebreo es una lengua semítica, relacionada con el árabe, el arameo y el extinto fenicio, con más de treinta siglos de historia escrita, aunque no se hablara.  La tradición hebraica remonta sus raíces a la Torá y la época de Moisés. Hacia finales del siglo III el hebreo fue desplazado por el arameo que probablemente es la lengua de Cristo. Sin embargo, siguió siendo usado por los judíos como una lengua religiosa, erudita y literaria. A fines del siglo XIX fue resucitada como vernácula, y desde 1948 es la lengua viva del Estado de Israel. El llamado hebreo moderno es una construcción muy reciente impulsada por el movimiento sionista, el principal responsable del renacimiento y la reimplantación de la lengua fue Eliezer Ben-Yehuda (1858-1922). El nuevo idioma mantiene su propia escritura de derecha a izquierda y su alfabeto,  pero es una fusión de múltiples lenguas, con amplia tradición de idiomas representativos como el arameo, el árabe, el yiddish (judeoalemán) y el sefardí (español antiguo). Actualmente es el idioma oficial de Israel, más de 9 millones de personas lo hablan.  

El yiddish, idioma de la diáspora 

El idish, o yiddish, surgió hace aproximadamente mil años, a orillas del río Rin, en las comunidades judías askenazíes en el territorio entre Francia y Alemania. Su léxico y sintaxis provienen del alemán, aunque tiene también tiene influencias del hebreo, del que toma los caracteres, y de algunas lenguas eslavas. “La palabra "idish" significa "judío", lengua de judíos“. El yiddish hoy está hablado por el elemento ultra ortodoxo que conserva el lenguaje de sus rabinos de la segunda mitad del Siglo XVIII y comienzos del Siglo XIX. Actualmente se estima que 1,5 millones personas en todo el mundo hablan este idioma. Está considerado por la UNESCO como una lengua en serio peligro de extinción.

Es el idioma de la diáspora, sin tierra, sin límites, que no depende de ningún gobiernoEs la lengua que hablaban los judíos europeos en la casa, en el mercado, en la calle, mientras que el hebreo se consideraba la lengua sagrada y era dominada por unos pocos, por ello los textos religiosos se tradujeron al yiddish con fines totalmente prácticos. También hubo una ola de traducciones de literatura universal al yiddish con el fin de modernizar la vida en la sociedad judía (Kant, Marx, Balzac, Tolstói…). Estas comunidades compartían territorio con otras culturas hegemónicas donde se hablaban otras lenguas nacionales. Convivir como minoría hizo que estas comunidades fueran vulnerables, y de hecho muchas veces fueron perseguidas y masacradas. Sin embargo, lo que más las define es su reverencia hacia la vida, su sentido de la compasión y el humor. Una alegría de vivir, cuyas influencias aún podemos apreciar en la filmografía de Woody Allen.


Los hermanos Marx 


El humor judío: una historia seria
, u
n ensayo riguroso y divertido de Jeremy Daube que aborda con sentido del humor un asunto tan serio como la historia del pueblo judío y nos recuerda que, en ocasiones, la risa puede restaurar el equilibrio de la cordura. Asimismo, rastrea el apogeo y el declive de los principales arquetipos humorísticos judíos con la ayuda de maestros de la talla de Sholem Aleichem, Isaac Babel, Franz Kafka, los hermanos Marx, Woody Allen, Joan Rivers, Philip Roth, Mel Brooks, Sarah Silverman y Larry David entre muchos otros. 


El judeoespañol 

Los judíos expulsados de la península por los Reyes Católicos se fueron con las manos vacías no podían llevarse nada, sin embargo se llevaron su lengua, su cultura y sus costumbres. La leyenda nos cuenta que algunos con la esperanza de volver guardaron las llaves de su casa y aún las conservan. 

Este mapa completa la entrada anterior del blog (2010) judeoespañol:







Tres series de Netflix 

Si queremos darnos cuenta de la babel del estado de Israel podemos ver las series en versión original que nos ofrece la plataforma Netflix. La más conocida de todas, y la primera serie hablada principalmente en yiddish, es Unorthodox que nos cuenta la historia de una joven judía de la estricta comunidad Satmar de Nueva York que abandona un matrimonio concertado para comenzar una nueva vida en Berlín. Si ves la serie en español, te darás cuenta de que sólo ha sido doblada cuando los personajes hablan en inglés y en alemán

La interesante serie israelí Shtisel, protagonizada por una familia judía religiosa que vive en el barrio ultraortodoxo de Jerusalén. A partir de las diferentes historias de cada de sus miembros nos acercamos a un mundo poco conocido y accesible. Está rodada básicamente en hebreo y en yiddish 

Fauda, un thriller político israelí, filmado en árabe y en hebreo. La palabra «fauda» significa caos en árabe y es el término utilizado por las fuerzas encubiertas israelíes para avisar a las unidades de rescate que han sido descubiertos. 


Shtisel
Unorthodox


Para saber más:

https://huellasenisrael.com/10-cosas-que-no-sabias-sobre-el-idioma-hebreo/

https://www.nationalgeographic.es/historia/2023/05/hebreo-supervivencia-no-hablado-milenios

https://www.elnacional.cat/es/internacional/genios-judios-the-new-york-times_455643_102.html

https://ethic.es/2022/10/por-que-el-judaismo-crea-tantos-intelectuales/  "Mientras el cristianismo y el islam cuentan con una población global del 31,2% y 24,1% respectivamente, el judaísmo  tan solo  representa un 0,2% de la población mundial (o lo que es lo mismo, alrededor de 15 millones de personas). Su huella, sin embargo, es especialmente profunda más allá de la pura cuestión de la fe: alrededor de un 25% –y hasta un 29% en el caso de Medicina– de los Premios Nobel han sido otorgados a intelectuales y artistas judíos".


sábado, 23 de septiembre de 2023

Spinoza en el Parque México de Enrique Krauze: homenaje a la heterodoxia

El historiador y escritor mexicano Enrique Krauze, testigo de las últimas décadas del México del siglo XX, ha publicado su autobiografía intelectual “Spinoza en el Parque México” (Tusquets, 2022), una colección de anécdotas y testimonios que explican la evolución de su pensamiento y su proceso de formación. La biografía es el resultado de la complicidad con un interlocutor español, el doctor en derecho y filosofía José María Lassalle que lo entrevistó durante siete años. "El libro reúne tres libros en uno: la autobiografía propiamente dicha (con tres hitos principales: la historia de sus abuelos socialistas, su participación en la revuelta estudiantil del 68 y su tarea como secretario de redacción de Vuelta); una breve historia de la heterodoxia judía, encabezada por Baruch Spinoza, la figura tutelar del libro, cuyo espíritu libertario admiró desde joven, y un ensayo sobre los profetas iluminados que presintieron el advenimiento del totalitarismo en la Alemania Nazi y la Unión Soviética (Heine, Dostoyevski, Weber, Kafka) complementado con semblanzas de los historiadores y filósofos que mejor han explicado la génesis de ambas pesadillas: Arendt, Scholem, Berlin, Kolakowsky, Bell, Howe"*.

El título parte de un joven Enrique Krauze, 
hijo de judíos polacos que llegaron a México en los años 30, que recuerda a su abuelo Saúl Krauze predicar las enseñanzas del filósofo de la comunidad judía de Ámsterdam Baruch Spinoza, el pensador del siglo XVII descendiente de judíos españoles, gran heterodoxo cuyas ideas sembraron la ilustración europea, el hereje que fue repudiado por su comunidad, el padre de los judíos no judíos. Ambos están sentados en los bancos del Parque México, cerca de la calle Ámsterdam donde se sitúa la biblioteca de su abuelo repleta de libros escritos en yiddish*. 

El heterodoxo Krauze explica su relación con el judaísmo: "El vínculo con mi pueblo milenario está en los libros. Es el humanismo judío lo que me interesa, su historia y su literatura, no tanto sus ritos, su ortodoxia, menos aún sus pasiones mesiánicas o nacionalistas. Guardo lealtad a mis antepasados, pero socialmente preferí habitar las orillas del mundo judío. Estando en la periferia puedes encontrar un margen mayor de libertad. Puedes mirar mejor el centro.Y sin embargo, a estas alturas de mi vida me he mudado aquí, a mi escenario de origen, a la calle de Ámsterdam. Acá tengo mi biblioteca de temas judíos". “La pertenencia no es a un lugar, no es a una sola identidad, no es a una sola la historia”, señala. “Es, como la de Spinoza, al género humano. Respeto el concepto de identidad, pero es muy peligroso”. 

El tema de la persecución a los judíos, su diáspora, su literatura y el mantenimiento de sus costumbres y su lengua me interesa profundamente desde los veinte años cuando al terminar Románicas entré en contacto con el Instituto Arias Montano y realicé mi tesina  Cantos de parida sefardíes. El libro de casi ochocientas páginas también nos aporta muchísima información sobre los escritores que conoció en México, algunos de ellos españoles exiliados. En el siguiente enlace se puede leer el índice y una parte del capítulo primero, Raíces.

El autor mejicano nos explica muy bien las diferencias entre los sefardíes y los polacos que se establecieron en México: "Ya no los expulsó solo la intolerancia religiosa, como en España en 1492, sino la persecución integral: histórica, racial, nacional y religiosa. Los expulsó el antisemitismo. Después de la Primera Guerra Mundial se recrudeció en Polonia ese antiguo prejuicio de origen medieval y (mis abuelos) decidieron emigrar".




 Borges suscribe la opinión de B. Russell según la cual Spinoza es el más querible de todos los filósofos, y nos dice que "Spinoza tiene que ser sentido como un santo". El procedimiento por el que Borges convierte al maldito en santo es el mismo en virtud del cual hace del spinozismo una religión. Por último incluyo uno de los poemas que  Borges dedicó a Spinoza.

S P I N O Z A

Las traslúcidas manos del judío
labran en la penumbra los cristales
y la tarde que muere es miedo y frío.
(Las tardes a las tardes son iguales.)
Las manos y el espacio de jacinto
que palidece en el confín del Ghetto
casi no existen para el hombre quieto
que está soñando un claro laberinto.
No lo turba la fama, ese reflejo
de sueños en el sueño de otro espejo,
ni el temeroso amor de las doncellas.
Libre de la metáfora y del mito
labra un arduo cristal: el infinito
mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.

J. L. Borges, El otro, el mismo (1964)

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Elisa de Armas: Yo tampoco me llamo Ulises (100 microrrelatos)

Gracias a mi amigo Guillermo, he conocido a la escritora sevillana Elisa de Armas que se ha ganado la vida como profesora de Lengua y Literatura en la enseñanza secundaria. Buscando claves para enseñar a redactar a sus alumnos, se inscribió en un taller de narrativa y allí se inició su pasión por el microrrelato. 


En La cara explica su proceso creativo en el campo de la minificción. Para ella escribir es encontrar lo que no sabes que estás buscando:

Con el adiestramiento necesario, cazar microrrelatos se convierte en un hábito insoslayable. Suelen esconderse en los rostros de los transeúntes, en los de los pasajeros de los trenes, en las muchedumbres que se manifiestan, en las fotografías de prensa, en los cuadros de las exposiciones, en los libros de historia, en los de poemas. Cuando se logra capturar alguno hay que evitar disecarlo o perforar su cuerpo grácil con un alfiler que lo inmovilice; para que conserven su hálito, el escritor aficionado aprenderá de los maestros, los que fueron y son capaces de ofrecérnoslos frescos, palpitantes, capaces de destilar humor, emoción, revelaciones. La realidad, que hoy día desconfía de estructuras literarias complejas y artificiales, está presente en ellos tal como es, fragmentaria, polimórfica, dotada de perspectivas contradictorias y complementarias, enriquecida por infinitos puntos de vista; escribimos microrrelatos para no traicionarla. Y en pos de esta fidelidad decidirá el autor en cada caso si debe abrir puertas a lo íntimo o a lo desconocido; si utiliza la sorpresa para hacerse, y con él al lector, sensible al misterio o a la aventura de lo cotidiano; si prefiere golpear las conciencias o dar al receptor un toque en el hombro que lo vincule al instante gozoso de la lectura.


Los cien microrrelatos incluidos en Yo tampoco me llamo Ulises, su último libro, son un ejemplo de intertextualidad, parten de obras canónicas de la literatura como la Biblia, la mitología o el Quijote, o bien se inspiran en la historia, la pintura y el cine. Con la atención al ritmo y a la palabra precisa que estas pequeñas piezas exigen, los clásicos son así reinterpretados para acercarlos a la época actual a través de una mirada a veces cruel, a veces tierna, a veces irónica, pero siempre compasiva con la naturaleza humana.

Aquí os dejo dos muestras como aperitivo del libro. 



Para saber más

martes, 5 de septiembre de 2023

El ‘kintsugi’, el valor de lo imperfecto

El kintsugi (carpintería de oro) es la práctica japonesa de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Se remonta al siglo XV, plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Esta técnica ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida, evoca el desgaste del tiempo sobre las cosas físicas. Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices. Saber valorar nuestras imperfecciones nos aporta una serenidad objetiva. Asumamos nuestra fragilidad, apreciémonos como somos: rotos o nuevos, únicos, irreemplazables, en permanente cambio. 



lunes, 4 de septiembre de 2023

Plat esportillat, plat etern * (plato desportillado, plato eterno)


En mi casa y en todas las del entorno, era imposible poner una mesa en la que vasos, platos y cubiertos fueran iguales. El ajuar de las bodas siempre se componía de vajilla, cubertería y cristalería completas para unos doce comensales que se utilizaba solo en las fiestas para evitar su deterioro. La vajilla de diario se iba rompiendo o descascarillado por el uso y se sustituía tanto por piezas similares como dispares. Pasaba lo mismo que con los adornos del árbol de Navidad, al final todos eran desiguales de distintos colores. Sólo los ricos se permitían el lujo de reponer o cambiar piezas todos los años, como hacen las embajadas y consulados de España que dedican 240.000 euros para mejorar el ajuar (mejor no hacer cálculos de lo que supone el presupuesto total). Supongo que esa es la razón por la que nos molesta tanto que nos toque el plato imperfecto o la copa con una pequeña muesca, nos hace sentir más pobres y desgraciados de lo que ya somos. 

Vajilla Duralex de Cuéntame

A mediados del siglo pasado llegó el Duralex que convertía casi en eternos a platos y vasos, si antes no habían estallado en mil pedazos o pasado por el lavavajillas que hacía que se volviesen opacos por la cal. De la vajilla de muy buena porcelana de mi abuela Carmen solo heredamos los platos que estaban desportillados que, desterrados, se utilizaban sólo en la cocina. De ahí viene el dicho de mi madre en un valenciano macarrónico: "plat esportillat*, plat etern" (plato desportillado, plato eterno) que ahora utilizo para animar a los amigos de mi edad que hemos empezado a caernos y desportillarnos. La vajilla de Duralex de color ámbar de los años 70, llamada Cuéntame por mis sobrinos, sigue intacta en el pueblo. Por eso me encanta la nueva moda del reciclaje de los utensilios domésticos que nos permite reutilizar objetos preciados y desparejados para mezclar con otros, todo un ejemplo de mestizaje en nuestras mesas. Se acabó la homogeneidad, viva lo heterogéneo.

También recuerdo el disgusto que se llevaba mi madre cuando algún objeto de valor se rompía. Para que no sufriera intentábamos pegarlo y ponerlo de tal manera que no se notase; si no era posible, inmediatamente lo tirábamos a la basura; muerto el perro, se acabó la rabia. No lo hacíamos porque pensáramos que atrajese las desgracias. Desconocíamos el 'kintsugi', técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas, toda una filosofía que nos enseña a buscar la belleza en las cicatrices que nos deja la vida.

El bar y restaurante Josefita, sucursal de La Gloria ambos en Malasaña, hace un homenaje a Duralex con los platos que cuelgan de las paredes antes de que la empresa cerrara. Lo que a su abuela le parecía cutre, a ella le transporta a su casa y le transmite calidez. 


* RAE, Desportillar: deteriorar o maltratar algo, quitándole parte del canto o boca y haciendo portillo o abertura.


jueves, 31 de agosto de 2023

De ágil a frágil, a propósito de El licenciado Vidriera


Delirio de cristal, enfermedad mental o realidad

De vez en cuando aparecen artículos en la prensa sobre la enfermedad mental de la nobleza llamada " delirio de cristal", registrada en Europa occidental principalmente en los siglos XV al XVII. El vidrio entonces se consideraba mágico, porque no era fácil comprender cómo la arena podía manipularse para convertirla en vidrio. Quienes lo sufrían pensaban que su cuerpo o parte de él eran de cristal y por tanto podían quebrarse en añicos. El caso más famoso fue el del rey Carlos VI de Francia.

La medicina actual contempla enfermedades genéticas (la osteogénesis imperfecta) y raras (síndrome de McCune-Albright) que hacen que los huesos se fracturen sin motivo aparente y obliga a los enfermos a estar postrados en una cama. La más común es la osteoporosis que disminuye la densidad de masa ósea y hace que los huesos se vuelvan más porosos; afecta sobre todo a las mujeres después de la menopausia, es culpable de la mayoría de las roturas. 

Reflejo en la literatura 


Una de las máximas del mimógrafo y aforista romano Publilio Siro (s. I a.C.) dice:

                Fortuna vitrea est: tum cum splendet frangitur.
           (La fortuna es de vidrio: cuando más brilla se rompe)

La frase, algo tranformada, llegó a ser uno de los emblemas del Renacimiento y el
Barroco, con la concisión propia del género:
                  
                        SPLENDET  DVM  FRANGITVR
                           (brilla mientras se rompe)  
  
Se refiere al proceso de fabricación del vidrio, cuando la ampolla incandescente está en el mayor riesgo de romperse, y suele aparecer en las colecciones emblemáticas con el grabado correspondiente, siempre con el sentido moral del escritor romano.


Cervantes dedicó una de sus Novelas Ejemplares a esta creencia, El licenciado vidriera, que publicó en 1613, años después de El Quijote. El  protagonista es envenenado por un membrillo, como si de la fruta prohibida se tratase, provocándole la "ilusión del vidrio". A mí, el licenciado Vidriera, siempre me pareció tan cuerdo como don Quijote, los dos personajes eran incapaces de desenvolverse en la vida cotidiana y se protegieron en su locura para criticar a la sociedad en la que vivieron. Don Quijote decidió vivir en el mundo de la caballería y el licenciado decidió aislarse para no quebrarse. Ambos se mueven entre la cordura y la locura, entre las armas y las letras, entre la realidad y el deseo, entre la literatura y la vida, pero en lo que atañe a lo demás son muy cuerdos.

Los huesos, como el vidrio, las burbujas, los relojes de arena y las flores marchitas, son un símbolo de lo efímero de la vida en la tierra. El Licenciado Vidriera es, por tanto, una alegoría de la fragilidad en el mundo barroco.

La forma splendet dum frangitur fue usada por Rafael Sánchez Ferlosio para encabezar la segunda parte de su colección de ensayos Las semanas del jardín (1974), título de evidente estirpe cervantina.


De ágil a frágil 

Carmen tenía un cuerpo muy ágil que con el tiempo se volvió extremadamente frágil, pesaba muy poco y siempre estaba dispuesta a subirse a un promontorio para conseguir cualquier objeto que no estuviese a su alcance. De pequeña se subía a los árboles a coger fruta o se encaramaba a un burro sin pensárselo dos veces, aunque terminase en el suelo. No tenía ningún temor a las caídas, ni había sido criada entre algodones. No se amilanó cuando un coche la atropelló con el semáforo en verde y la volteó por los aires, ni cuando poco después se cayó de la mesa camilla a la que se había subido para colocar unos visillos. Los males empezaron con la menopausia y la aparición silenciosa de la osteoporosis, se rompió la cadera en la calle porque, según ella, había tropezado con una raíz de un árbol que sobresalía. En ese momento, creyó oír el ruido de los huesos al romperse como cuando le das un golpe al vidrio y sintió que las ternillas que sujetan los músculos habían estallado como un espejo. A partir de ese momento, el miedo paralizante se instaló en su mente, miedo a caerse y a romperse porque ya le había ocurrido. Y empezó una escalada de roturas: una muñeca, luego el brazo y la otra cadera, para terminar con un cambio de prótesis en la primera cadera; en total, cuatro operaciones que la hicieron dependiente de los demás. Con su buen humor ácido, manifestaba que se había convertido en el licenciado Vidriera. Ya no salía de su casa, su belleza se mantenía protegida entre sus muros como las figuritas de cristal que asomaban tras la vitrina de su salón. Su cuerpo se convirtió en un mírame y no me toques, no quería romperse de nuevo. Antes era firme y ligera, de carne y hueso; ahora, inmóvil y lábil, de cristal.