jueves, 31 de agosto de 2023

De ágil a frágil, a propósito de El licenciado Vidriera


Delirio de cristal, enfermedad mental o realidad

De vez en cuando aparecen artículos en la prensa sobre la enfermedad mental de la nobleza llamada " delirio de cristal", registrada en Europa occidental principalmente en los siglos XV al XVII. El vidrio entonces se consideraba mágico, porque no era fácil comprender cómo la arena podía manipularse para convertirla en vidrio. Quienes lo sufrían pensaban que su cuerpo o parte de él eran de cristal y por tanto podían quebrarse en añicos. El caso más famoso fue el del rey Carlos VI de Francia.

La medicina actual contempla enfermedades genéticas (la osteogénesis imperfecta) y raras (síndrome de McCune-Albright) que hacen que los huesos se fracturen sin motivo aparente y obliga a los enfermos a estar postrados en una cama. La más común es la osteoporosis que disminuye la densidad de masa ósea y hace que los huesos se vuelvan más porosos; afecta sobre todo a las mujeres después de la menopausia, es culpable de la mayoría de las roturas. 

Reflejo en la literatura 


Una de las máximas del mimógrafo y aforista romano Publilio Siro (s. I a.C.) dice:

                Fortuna vitrea est: tum cum splendet frangitur.
           (La fortuna es de vidrio: cuando más brilla se rompe)

La frase, algo tranformada, llegó a ser uno de los emblemas del Renacimiento y el
Barroco, con la concisión propia del género:
                  
                        SPLENDET  DVM  FRANGITVR
                           (brilla mientras se rompe)  
  
Se refiere al proceso de fabricación del vidrio, cuando la ampolla incandescente está en el mayor riesgo de romperse, y suele aparecer en las colecciones emblemáticas con el grabado correspondiente, siempre con el sentido moral del escritor romano.


Cervantes dedicó una de sus Novelas Ejemplares a esta creencia, El licenciado vidriera, que publicó en 1613, años después de El Quijote. El  protagonista es envenenado por un membrillo, como si de la fruta prohibida se tratase, provocándole la "ilusión del vidrio". A mí, el licenciado Vidriera, siempre me pareció tan cuerdo como don Quijote, los dos personajes eran incapaces de desenvolverse en la vida cotidiana y se protegieron en su locura para criticar a la sociedad en la que vivieron. Don Quijote decidió vivir en el mundo de la caballería y el licenciado decidió aislarse para no quebrarse. Ambos se mueven entre la cordura y la locura, entre las armas y las letras, entre la realidad y el deseo, entre la literatura y la vida, pero en lo que atañe a lo demás son muy cuerdos.

Los huesos, como el vidrio, las burbujas, los relojes de arena y las flores marchitas, son un símbolo de lo efímero de la vida en la tierra. El Licenciado Vidriera es, por tanto, una alegoría de la fragilidad en el mundo barroco.

La forma splendet dum frangitur fue usada por Rafael Sánchez Ferlosio para encabezar la segunda parte de su colección de ensayos Las semanas del jardín (1974), título de evidente estirpe cervantina.


De ágil a frágil 

Carmen tenía un cuerpo muy ágil que con el tiempo se volvió extremadamente frágil, pesaba muy poco y siempre estaba dispuesta a subirse a un promontorio para conseguir cualquier objeto que no estuviese a su alcance. De pequeña se subía a los árboles a coger fruta o se encaramaba a un burro sin pensárselo dos veces, aunque terminase en el suelo. No tenía ningún temor a las caídas, ni había sido criada entre algodones. No se amilanó cuando un coche la atropelló con el semáforo en verde y la volteó por los aires, ni cuando poco después se cayó de la mesa camilla a la que se había subido para colocar unos visillos. Los males empezaron con la menopausia y la aparición silenciosa de la osteoporosis, se rompió la cadera en la calle porque, según ella, había tropezado con una raíz de un árbol que sobresalía. En ese momento, creyó oír el ruido de los huesos al romperse como cuando le das un golpe al vidrio y sintió que las ternillas que sujetan los músculos habían estallado como un espejo. A partir de ese momento, el miedo paralizante se instaló en su mente, miedo a caerse y a romperse porque ya le había ocurrido. Y empezó una escalada de roturas: una muñeca, luego el brazo y la otra cadera, para terminar con un cambio de prótesis en la primera cadera; en total, cuatro operaciones que la hicieron dependiente de los demás. Con su buen humor ácido, manifestaba que se había convertido en el licenciado Vidriera. Ya no salía de su casa, su belleza se mantenía protegida entre sus muros como las figuritas de cristal que asomaban tras la vitrina de su salón. Su cuerpo se convirtió en un mírame y no me toques, no quería romperse de nuevo. Antes era firme y ligera, de carne y hueso; ahora, inmóvil y lábil, de cristal. 

sábado, 26 de agosto de 2023

¡Basta de orquicracia!

 

Hace poco un joven campeón español atribuyó sus éxitos a seguir la norma que le inculcó su abuelo: "Cabeza, corazón y cojones", declaró en los medios. No hace mucho el seleccionador nacional de un equipo masculino igualmente triunfador sermoneaba así a sus jugadores antes de un partido: "La clave está en llegar al último cuarto con una ventaja de al menos ocho puntos. A partir de ahí es cuestión de huevos."

 Ahora un sujeto que detenta (y nunca mejor dicho) la presidencia de la federación deportiva más generadora de dinero, públicamente, entre otras tropelías, se los agarra para "ponerlos por testigos" del éxito de "sus" jugadoras, diciendo claramente "aquí no hay más cojones que los míos", y hago con ellas lo que quiero "porque soy el puto amo".

   Estamos todos hartos de gente impresentable que sólo saben aferrarse a sus propios testículos para intentar elevarse sobre los demás, como el personaje del cuento que lo hacía tirando de los cordones de sus botas. ¡Basta de orquicracia! ("poder testicular") Ese viejo culto hispano a lo testicular, al toro, a la taleguilla torera marcando paquete, al caballo de Espartero, tiene que ir acabando de una vez, porque eso es lo que acarrea todos los abusos, violaciones, asesinatos y demás horrores que nos rodean a diario. Pongamos definitivamente los huevos en su sitio, y si hay que romperlos, se rompen, para que podamos decir algún día cosas inofensivas sobre ellos, como que "aquellos huevos trajeron estas tortillas".

Otro ejemplo de orquicracia en política: 

El debate de Almeida y Ortega Smith sobre los "huevos" y los votos.


miércoles, 2 de agosto de 2023

El peor julio de mi vida torturada por los ruidos






En este mes de julio, totalmente olvidable, pensé que me volvía loca al sufrir un tremendo zumbido en un oído por la noche. Sólo hoy, al ver la viñeta de Flavita Banana, ha vuelto la sonrisa a mis labios. Acosada por el calor, por los ruidos de la calle y de los bomberos, además he sufrido una tortura insoportable por las tres obras, todas ilegales, que comenzaron en mi comunidad de vecinos y todavía no han terminado. El ruido, los gritos, la suciedad y el polvo han afectado sobre todo a las zonas comunes y a los pisos bajos. Parece que ha nevado arena. Mi casa, mi lugar de refugio, de repente se ha convertido en una trinchera en primera línea de fuego de la que no puedo escapar. 



1) Reforma integral en el piso de arriba. Era una oficina y ha pasado a ser una vivienda. Taladros y golpes de 8 de la mañana a 6 de la tarde. Ventanas eliminadas en el patio para que el ruido sea más envolvente para los vecinos.

2)  Arreglo de la pared colindante con el edificio vecino que es el responsable de las obras. Primero picaron y después enfoscaron. No han avisado, no han mantenido horarios, algunos días no venían a trabajar y los recuperaban los sábados. La malla de protección, liviana como un velo de viuda,  no impedía que las piedras del cemento viejo cayeran como granizo en mi terraza y en los dos patios produciendo destrozos. Mis plantas están tan estresadas como yo. Todavía les toca pintar. Me han roto el toldo y los vierteaguas.

 3) Obras en el primer piso, una oficina ha pasado a contener dos viviendas. 

Lo que daría por estar ahora en casa Zoilo oyendo al mirlo Pavarotti y, sobre todo, los arrullos y zurreos de las palomas y tórtolas. Para oír al gallo despertador tendría que estar en La Algueña, otro lugar paradisiaco. 

PD (15 de septiembre): A continuación muestro las fotos del bombardeo al que he estado sometida. Como un volcán intermitente han vertido sobre mí lapilli (piedras pequeñas de 1 cm. aprox.) y bombas (trozos grandes) que han roto macetas y vierteaguas y que he tenido que recoger. Los de la izquierda son los de la pared colateral y los de la derecha los del piso de arriba que tiene además un trozo del hierro de los tendederos que sanearon y que cayó a unos diez centímetros de mi cabeza cuando les estaba llamando la atención por haber aprovechado la dana del mes de septiembre para barrer y tirarme toda su porquería. ¿Denunciar o no denunciar?, esta es la cuestión. No creo que sirva de nada denunciarlo en la comunidad de vecinos y en el ayuntamiento. Prolongaría la agonía. Lo mejor es olvidar que el comportamiento incívico de las personas no tiene límite. 


Pared colateral  (piedras grises)
Piso superior (piedras y trozo de hierro)

lunes, 31 de julio de 2023

Pep Brocal, cómic sobre el Libro de las bestias de Ramón Llull


 "Es incalculable el perjuicio que se deriva de tener un gobierno podrido. De un lado, por el mal que hace. Del otro, por el bien que podría hacer y no hace". Esta reflexión, de rabiosa actualidad en estas semanas de post-elecciones y preelecciones, pero aplicable no solo a cualquier nivel de la política, sino a toda la sociedad, tiene siete siglos. La escribió Ramon Llull (1232-1316) en el Libro de las bestias, a finales del siglo XIII. Es una obra colosal, una fábula en la que los animales son la excusa para hablar de la condición humana. Una sátira sobre el comportamiento humano a la conquista del poder. No hemos evolucionado, lo vemos a diario: la gente hace todo lo posible para mantenerse en su silla", constata el dibujante e ilustrador Pep Brocal (Terrassa, 1967), que ha asumido el reto de llevar al cómic esta pieza del escritor, filósofo y teólogo nacido en Palma de Mallorca, "probablemente el autor más influyente de las letras catalanas". 

El Libro de las bestias es el séptimo de los diez capítulos que forman el Llibre de meravelles, la obra más popular de las 265 de Llull, que además de en catalán escribió en árabe, latín y occitano. "Y sobre multitud de temas: filosofía, teología, ciencia, retórica, derecho, novela, poesía, autobiografía... solo le faltaba el cómic" Para eso ya vengo yo a ayudar”, bromea el dibujante. El sabio mallorquín concibió el Llibre de les bèsties como obsequio para el entonces joven rey Felipe el Hermoso de Francia. Para que pudiera distinguir los buenos consejeros de los malos y detectara si tenía un zorro en su Corte. 

Seguir leyendo: La putrefacción del poder que satirizó Llull llega al cómic.

Un precedente, sin duda, de Rebelión en la granja de George Orwell.

viernes, 28 de julio de 2023

Tentenublo, Malasaña en los 80 y 90


Tentenublo es una vuelta a la noche madrileña de los años 80 y 90. Su autor, Víctor Claudín, junto a Pedro Sahuquillo, fue dueño de la famosa sala Elígeme.

"El título de una novela que inquieta desde la primera línea.Tentenublo. De dónde viene. No tenía ni idea. Voy a internet. Wikipedia. Tocan las campanas para que pase de largo la tormenta de granizo. Así pues, Tentenublo: toque de campanas. La explosión en el cielo para que la piedra se asuste antes de caer al suelo y destrozar las cosechas. Todavía se hace eso, pero con cohetes o tiros de escopeta en vez de con campanas. El estallido de luces para romper las nubes y lo que lleven dentro. Un aviso para navegantes por los abismos de una noche infinita. Ayúdame a atravesar la noche y que no me quede atrapado en su inacabable oscuridad. Más o menos lo que cantaba Joan Baez unos años antes de que Rubén y Marcos se perdieran como zombies por las madrugadas de Malasaña, el madrileño barrio de moda en los años ochenta del pasado siglo". Seguir leyendo: Alfons Cervera, My favorite things.

domingo, 23 de julio de 2023

Que te vete Chapete ( Bertolozzi y El landó de seis caballos)


Si no tenía ningún sentido el eslogan ofensivo acuñado por el Pp Que te vote Txapote, que incluso ofende a las víctimas del asesino, menos lo tiene el que ha presentado Borja Sémper para este verano: “Verano Azul”. Inmediatamente surgieron las críticas, en este caso bienhumoradas, Que te vote Chanquete, justamente el efecto contrario al deseado por el partido. 
Yo propongo que se incluya una nueva frase más literaria y apropiada que rima con la anterior: Que te vote Chapete. O, mejor aún: Que te vete Chapete.

El extraño nombre Chapete viene del  escritor e ilustrador Bartolozzi que publicó en los años veinte del siglo pasado un semanario infantil llamado Pinocho que obtuvo gran éxito. Para el creó el personaje de Chapete, su feroz  antagonista, un terrible muñeco de trapo que pretende eclipsar la gloria del famosísimo muñeco de madera. El aspecto físico de Chapete puede relacionarse con Humpy-Dumpy
 

Chapete es también el nombre del criado en una famosa obra de Víctor Ruiz Iriarte, El landó de seis caballos, estrenada en 1950. Ambientada en el comienzo en el Madrid de mediados del siglo XX, cuatro personajes variopintos (Rosita, Margarita, Florencio e Isabel) reciben invitaciones para acudir a una fiesta. Movidos por la curiosidad se acercan al caserío para encontrar una escena surrealista: cuatro ancianos ataviados a la moda de 1900 acomodados en un sofá y comportándose como si circularan en un coche de caballos por el Madrid de principios de siglo. El origen de todo está en la caída de Chapete, el chófer de la casa, que le dejó la mente anclada en aquel momento y lugar. Desde entonces, el resto de habitantes se fue acomodando a esa realidad paralela marginándose de lo que realmente sucedía fuera de los muros de la casa. 

Víctor Ruiz Iriarte divierte con esta farsa poética articulada con muchos juegos teatrales. Aparentemente nos presenta un divertimento para presentarnos una sociedad anclada en el pasado, decadente, sin relacionarse con lo que pasa fuera. Han pasado cincuenta años (y una guerra civil) y todo parece igual. Pero, al mismo tiempo, una joven pareja sueña con la posibilidad de vivir una existencia mejor en un mundo que aparentemente no deja espacio para ello, un almendro en flor en el escenario lo simboliza. En los difíciles años de la posguerra, su autor derrochaba ingenio con sus comedias amables para agradar sin herir a nadie. Gozó del favor del público y muchas de ellas se adaptaron a la televisión. En la vida personal, su enfermedad, acondroplasia, hizo que su carácter se fuera tiñendo de melancolía y soledad. 


miércoles, 19 de julio de 2023

Humpty Dumpty: la base de la postverdad

  


En la segunda parte de la Alicia de Carroll, A través del espejo, cap. 6, el personaje tradicional de Humpty Dumpty establece su criterio sobre la validez del lenguaje:

    “- Cuando yo uso una palabra –dijo Humpty Dumpty en un tono más bien desdeñoso – significa solo lo que yo decido que signifique - ni más ni menos.

    - La cuestión es –dijo Alicia- si usted puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

    - La cuestión es –dijo Humpty Dumpty- quién va a ser el amo – eso es todo.”

  

Es la base de la política de la postverdad. Ya dicen que dijo Goebbels que una mentira repetida acaba por convertirse en verdad. Cuando se tiene el dinero para manejar medios de comunicación, para pagar manadas de tertulianos y batallones de odiones (¿o asimilamos jéiters?) en las redes, o sea cuando se es el amo, las palabras significan lo que quiere el que paga. Por eso Trump se ha ido pareciendo cada vez más a Humpty Dumpty. Ahora, ante las nuevas elecciones, Feijoo en su campaña lanza mentiras, engaños, medias verdades y tergiversaciones sin inmutarse. Una estrategia para hacerse con el poder, para ser el "puto amo".