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viernes, 15 de septiembre de 2017

Aparición de los negros en las letras españolas, Santiago Auserón

Todos conocemos a Santiago Auserón, cantante y músico (Radio Futura, Juan Perro), pero pocos saben que es licenciado en Filosofia por la UCM y que a los 61 años se sacó el título de doctor. En este artículo de El País, publicado este año, estudia la aparición de los africanos en la literatura española hasta el siglo XVII. Lo recomiendo para las clases de literatura de ESO y Bachiller.

Aparición de los negros en las letras españolas

"Durante los siglos XVI y XVII, coincidiendo con el incremento de la trata atlántica, la presencia de esclavos africanos se volvió costumbre en la literatura española. El tipo jocoso del negro músico y lenguaraz surgió en las coplas, se instaló en el escaparate de la vida social que fue el teatro ligero e hizo su aparición en la incipiente novela. Los poetas jugaron a imitar las alteraciones que el «habla de guineo» hacía sufrir al castellano y a reproducir con pies métricos su ritmo musical, contagiados por la viveza de las jergas de germanías en ambientes donde la rítmica sincopada de los africanos despertaba un viejo poso de sonoridades mestizas. En sus obras dejaron constancia de un sorprendente estado de proliferación de la lengua muy distinto del marmóreo ejercicio de erudición aprendido en los colegios jesuitas, relacionado con la movilidad social y con el hechizo expansivo de las modas musicales de la época. Coplas con estribillos marcadamente rítmicos, bailes con nombres propios que retumban con afán de mito efímero, revelan una erótica de la fonación complementaria de la expresión danzante de la libido denunciada por los censores. A lo largo de los dos siglos siguientes a la invención de la imprenta, una marea musical y poética llevó en España la tradición oral hasta su extremo desarrollo. Esa actividad febril amplió el radio de acción de las canciones tanto como era posible antes del advenimiento de la era electrónica. Este es un aspecto de la literatura del Siglo de Oro poco tenido en cuenta hasta la fecha." (Pincha aquí para seguir leyendo)


domingo, 30 de julio de 2017

Prólogos y prologuistas

La mayor parte de nuestros alumnos se salta los prólogos y van directamente al contenido perdiéndose así la explicación racional o emocional de la obra. Por eso conviene darles importancia en las clases de Literatura para que les sirvan de provecho e incluso utilizarlos como modelo de creación para elaborar un trabajo.
El prólogo (del griego πρόλογος prólogos, de pro: ‘antes y hacia’ (en favor de), y lógos: ‘palabra, discurso’) es una de las partes preliminares de la estructura de un libro, aunque su escritura siempre es posterior. No es necesario y no debe ser extenso. Es la explicación racional de la obra, una introducción que permite ubicar al lector en lo que va a encontrar a continuación, donde se justifica su composición, se explica la estructura y los criterios que se tomaron en cuenta para el desarrollo del escrito. La mayoría de los libros tienen un solo prólogo, aunque en cada reimpresión o reedición se le puede agregar uno nuevo.  Puede estar escrito por el propio autor o por un experto, un estudioso, un conocedor o un entusiasta del tema y sus funciones pueden ser variadas:
•             Realizar una crítica literaria sobre el autor.
•             Presentar al público la obra de un autor desconocido.
•             Orientar al lector acerca de las modificaciones que ha sufrido una obra, como ampliaciones, supresiones, actualizaciones, el marco teórico utilizado.
•             Como agradecimiento para recordar a todos aquellos que participaron e hicieron posible la obra y explicar el mérito que ostenta.
El prólogo desde la Edad Media era una modalidad literaria establecida llena de códigos y tópicos repetidos que persiguen captar la benevolencia del lector (captatio benevolentiae) mediante la humilitas, el recurso a la novedad, el aval de autores de renombre. Solo hasta hace muy poco ha empezado a ser estudiado como género literario, casi como un texto de ficción que puede permitirse un lenguaje distendido. Ricardo Cuéllar Valencia, en su artículo “El prólogo como género literario y consideraciones en torno a los prólogos de Miguel de Cervantes”, diferencia cuatro tipos: presentativos, preceptivos, doctrinales y afectivos.
Se ha escrito mucho sobre el prólogo y, como en todo, los hay buenos y malos; unos nos servirán para decidirnos a leer el libro y otros no deberían haberse escrito nunca. En cualquier caso, los prólogos son los preliminares necesarios para entrar en faena, el envoltorio que le da más prestancia al libro, aunque a algunos nos guste leerlos al final o saltárnoslos para que no nos condicionen su lectura, porque, sobre todo en las colecciones de los autores clásicos para estudiantes, son tan exhaustivos que nos cuentan hasta el argumento.

Cervantes:  crítica a los prólogos  
El autor de El Quijote se dirige a un “Desocupado lector”, el nuevo epíteto escoge un lector libre de prejuicios preceptistas y de los cánones dominantes.
Cervantes, que al parecer no consiguió que ningún escritor de prestigio le favoreciera con poesías en elogio del Quijote, con gran alborozo de Lope de Vega, satiriza cómicamente tal costumbre, insertando a continuación una serie de poesías burlescas firmadas por fabulosos personajes de los mismos libros de caballerías que se propone desacreditar. Con ellas, el lector de principios del XVII advertía inmediatamente que tenía entre manos una obra de declarada intención satírica y paródica.

Novelistas del siglo XIX: La cuestión palpitante
Los novelistas del siglo XIX fueron muy amigos de los prólogos nacidos al calor de los debates y las polémicas. Emilia Pardo Bazán llegó a escribir entre prólogos propios ajenos más de 100 en los que expone sus opiniones sobre aspectos de la vida  literaria, social y cultural de la época.

El no prólogo de Baroja a La colmena de Cela
Julio Caro, el sobrino de Pío Baroja, cuenta que Cela le pidió a su tío que prologase La colmena en 1941,  pero este le dijo que no al prólogo porque "no quería terminar en la cárcel a su edad". Cela lo aceptó de buen grado y hasta terminaron bebiendo un oporto.

Borges: Prólogo de prólogos
El libro Prólogo de prólogos con un prólogo reúne aquellos que Borges escribió durante más de 50 años sobre una diversa selección de autores y obras: de la poesía gauchesca de Ascasubi a la novela norteamericana, de Carlyle a Cervantes y Kafka, de Martín Fierro a Macbeth.

El prologuista nato: Vázquez Montalbán
La actividad de prologuista de Vázquez Montalbán es legendaria. De hecho Juan Marsé se propuso una vez escribir un cuento en el que un señor entra en una librería y pide un libro no prologado por Vázquez Montalbán. A esta declaración de guerra Vázquez Montalbán contestó que escribiría otro cuento en el que un señor entra en una librería y pide un libro prologado por Juan Marsé, que es un no-prologuista nato. Aquí se recogen algunos de estos prólogos, en el orden alfabético de los autores de los libros.

Tres prólogos de Vargas Llosa (La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la catedral).


viernes, 30 de junio de 2017

Calendario literario (Julio de 2017) de Juan Bautista

Ya tenemos el calendario del mes de julio. El nombre de Gloria Fuertes está en rojo porque se cumple su centenario. 
Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y, después, debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:
El documento de slideshare es solo para consultar o fotocopiar.

martes, 30 de mayo de 2017

Calendario literario de Juan Bautista (Junio 2017)

Ya tenemos el calendario del mes de junio. El calendario responde a un concepto claro de literatura universal, su autor lo explica muy bien: “Estoy muy en contra de un canon tan eurocentrista como el que nos hace conocer solo a franceses, ingleses, españoles claro, y quizás estadounidenses. Por eso busco a Bazov, patriarca de las letras búlgaras, o a Issa, o a Seth, o...”.

Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y después debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:

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domingo, 30 de abril de 2017

Calendario literario de Juan Bautista (Mayo 2017)

Ya tenemos el calendario del mes de mayo. 
Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y después debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:
https://onedrive.live.com/view.aspx?resid=CAA5316E09C544CC!233&ithint=file%2cdocx&app=Word&authkey=!AI_4wdFWBht2CNk

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domingo, 2 de abril de 2017

Poeliterari, blog innovador para profesores y alumnos

Poeliterari es un interesante y atractivo blog concebido como una herramienta complementaria a las clases de Lengua. Contiene materiales diversos y motivadores destinados a todos los cursos de secundaria y bachillerato. Un lugar de de encuentro donde todos los profesores que quieren cambiar la manera tradicional de impartir clases pueden compartir recursos didácticos.


viernes, 31 de marzo de 2017

Calendario literario de Juan Bautista (Abril 2017)

Ya tenemos el calendario del mes de abril. Yo lo espero con ansiedad porque siempre me hace conocer un autor desconocido o recordar a uno olvidado. Oír a los propios autores recitando sus poemas me pone la piel de gallina. 
Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y después debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:
El documento de slideshare es solo para consultar o fotocopiar. 


martes, 29 de septiembre de 2015

Trabajo sobre grandes parejas de la literatura universal (1º Bachiller)


Interesante trabajo realizado por los alumnos del IES Avempace de Zaragoza
http://www.avempace.com/articulo/LU-literatura-universal-optativa-2-bachillerato.
"En este trabajo encontrará el lector amoríos y desamores, pasiones, venganzas, adulterios, raptos, engaños, traiciones, sacrificios, finales trágicos y afortunados… En fin, todos los sentimientos vinculados al dardo de Cupido: enamoramiento, odio, dolor, felicidad, temor… Nada menos que un completo catálogo de la sentimentalidad humana. Los autores de este trabajo colectivo son los alumnos de 1º B de Bachillerato, del curso 2012 - 2013, que efectuaron una pequeña tarea de investigación para llevar a término las tareas que les fueron encomendadas.He aquí  el resultado de sus pesquisas."

Para 4º de la ESO :http://www.tareasdeeducacion.es/combas/materiales/lengua/htas_amor.pdf

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cantos de parida sefardíes, memoria de licenciatura, 1977


A veces hacemos cosas absurdas que nos llevan mucho trabajo y no sabemos si servirán para algo. Lo que viene a continuación es un ejemplo de ello. Me he empeñado en editar a mi manera en mi blog (espacio libre donde todo cabe porque yo hago todos los trabajos:  redactora, directora y editora) la memoria de licenciatura que presenté en la UCM en 1977 con el título de Cantos de parida sefardíes, conjunto de canciones  para velar a la madre y al niño en los ocho días que transcurren desde el nacimiento hasta la circuncisión. " ¡Menuda antigualla!, eso no le interesa a nadie", dirán los pocos lectores que tengo. Tenéis razón, lo es tanto por el tema como por el estilo de la redacción y la precaria edición. Pido disculpas, no supe hacerlo mejor. Además, las fotocopias que conservo no tienen suficiente calidad, presentan unas manchas sospechosas y algunas líneas son ilegibles. Pero el trabajo se quedó a medias y, tal vez, si algún interesado en estos temas lo encuentra, le sirva para ponerlo al día y completarlo. No pude hacerlo entonces porque me quedé esperando una beca de investigación que nunca llegó. 

Mi trabajo duró un año repleto de sinsabores. Recuerdo que en la exposición de la tesina fui felicitada por el tribunal que confesó habérselo pasado muy bien leyendo las costumbres sefardíes porque las desconocía. Les sorprendió el título Cantos de parida, porque lo asimilaron a despropósito o simpleza y se olvidaron de que se refería a una hembra que hacía poco tiempo que había parido. A ellos les hubiese gustado otro título que evitase las confusiones. Han pasado muchos años y ya no sorprende a nadie. Muchas de estas canciones han sido recogidas por grupos musicales y cantautores que las han dado a conocer a un público general, siempre minoritario, porque de la literatura sefardí no se habla en ningún libro de texto y no creo que los profesores de literatura española inviertan ni un minuto en explicarlas en clase.

La tesina pretendía ser una aproximación al estudio de estos cantos y presenta tres fases: Un breve resumen del marco folclórico en el que se desarrollaban y la ceremonia religiosas en que se cantaban; la recopilación de los distintos textos dispersos en colecciones de Oriente y Occidente; y, por último, la agrupación y clasificación de  textos.
Solo encontré 15 canciones diferentes, compuestas por autores cultos y de tradición popular,  la mayoría de ellas de la tradición oriental, con muchas variantes, lo que indica la popularidad que obtuvieron. Salvo excepciones, ninguna de ellas presenta, salvo en la métrica irregular con predominio del octosílabo,  una relación directa con las canciones españolas del mismo tema, por lo tanto son de creación sefardí. Tampoco hay relación entre la tradición de oriente y occidente,  lo que permite deducir que fueron compuestas con posterioridad a la expulsión. Los textos más antiguos corresponden a finales del s. XVIII y XIX.

José Manuel Pedrosa explica muy bien que la tradición sefardí " es en realidad una tradición viva en que lo hispánico viejo y moderno se mezcla con lo puramente sefardí y con lo que procede de otras tradiciones. Y de una forma muy original y característica, porque, para ingresar en la órbita sefardí, toda muestra de folclor foráneo debe pasar, como acabamos de ver con nuestra canción, por un proceso (que se ha llamado «de sefardización») de variación y de adaptación al léxico, poética y mundo de recurrencias culturales sefardíes".  Aporta también datos, desconocidos por mí entonces y muy importantes, que indican que la composición de estas canciones empezó antes de la expulsión:
"La inquisición manchega procesaba, por su parte, a un grupo de mujeres criptojudías que confesaban, entre otras cosas, cantar canciones «de parida» después de los alumbramientos de niños en su círculo social. Y las de Madrid y Cuenca arrancaban también a criptojudíos del siglo XVII canciones que debían estar muy difundidas entre ellos, como las de ¿Si es venido, no es venido el Mesías prometido? Que no es venido.
O bien la de Alegrías, ¡Pues no ha venido el Mesías! Yo tengo gusto en decillo pues el Mesías no ha venido.
Todo este espigueo de antecedentes documentales señala a los judíos españoles, a los criptojudíos del interior y a los primeros descendientes exiliados de judíos españoles como cultivadores, desde antiguo, de una literatura oral muy rica y variada. La continuidad e incluso la renovación y la ampliación de este repertorio en las comunidades sefardíes de Oriente y del norte de África que se ha producido hasta este mismo siglo XX seguro que confirmará esta impresión".



Para saber más:

jueves, 15 de enero de 2015

El tema amoroso en la poesía española

 El tema amoroso en la poesía española a través de los siglos y en un relato:

- Jarchas, cantigas de amigo y otras canciones anteriores a 1450
-     Hita, Libro de Buen Amor ("Aquí fabla de la pelea que ovo el Arcipreste con don Amor y la respuesta que don Amor dió al Arçipreste")
    Poesía popular y cancioneros: " No me habléis, conde,/de amor en la calle"; "Vine de lejos";" ¡Quedito, no me toquéis"; "¿Qué me queréis, caballero?". "De niña me casaron"; "Soy casada y vivo en pena"; "Parióme mi madre".
 -   Garcilaso soneto V,XXIII, XXXI. "¡Oh, mas dura que el mármol a mis quejas".
 -   Juan del Enzina: " Ojos garzos".
 -   Quevedo: " Que un corazón lastimado"; "Amante agradecido a las lisonjas mentirosas de un sueño; soneto amoroso"; "Amor constante más allá de la muerte"; "Desea, para descansar, el morir"  .
   Lope de Vega: "Desmayarse, atreverse, estar furioso"; "Ya no quiero más bien que solo amaros".       "Serenata"(Delio a las rejas de Elisa).
 -   Góngora: " La dulce boca que a gustar convida".
 -    Bécquer Rimas XIV,XVII,XXIX, XXXI,XXXIX,XLIV
 -    A. Machado: "Hoy te escribo en mi celda de viajero"; "Todo amor es fantasía".
 -     Pedro Salinas: " No debía bastar"; "la forma de querer tú"; "No quiero que te vayas".
 -    Luis Cernuda: "Qué ruido mas triste"; "Sombra de mí". "El amor todavía". "Lo que el amor basta".
 -   Felix Grande “Ytú me lo preguntas!”; " No hay amores malditos"; "Elogio de lo irreparable". "Los    yertos moradores de la ausencia"; "Casida en la alta madrugada".
 -  Alfonsina Storni: "Ahora quiero amar algo lejano".
 -  Amado Nervo: " El dia que me quieras"; "Si tú me dices ven, lo dejo todo…"
 -     Lorca: "Sonetos del amor oscuro."
- Alberto González Ovies: "Tanto te quiero"; "A veces te quiero mucho".
- Ángel González: "Me basta así".
- Vicente Aleixandre: "Cuerpo feliz que fluye entre mis manos".
- Luis G. Montero: "Confesiones"; "El amor"; "Dedicatoria".
- Mario Benedetti: "Antes del fax y del móvil".
- Luis Alberto de Cuenca: "DNA".

Antología de poesia amorosa
http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_content&task=view&id=35&Itemid=60


No tires las cartas de amor

Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esa flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.Transcurrirán los años. Te cansarás de libros.
Descenderás aún más
y perderás, también, la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que hayas guardado
serán tu última literatura.

Traducción del catalán del propio autor.

(Joan Margarit. Aguafuertes. Renacimiento.1998)

Jaime Sabines  Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú saber cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre
las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te
quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

miércoles, 14 de enero de 2015

Imagen en el verso: visita virtual

miércoles, 14 de marzo de 2012

Con Larra en el café, Moncho Alpuente



Tertulia en el Café Gijón 
Hoy los cafés son oasis en los que sigue abrevando una fauna amiga de la cháchara y el debate

Los primeros cafés de Madrid que abrieron terraza lo hicieron en el Pasaje de Matheu, a dos pasos de la Puerta del Sol, eran cafés afrancesados, fundados y frecuentados por la colonia francesa de Madrid a mediados del siglo XIX. En el Café de París se reunían conservadores y monárquicos y en el de Francia, fundado por Monsieur Doublé, superviviente y héroe de La Comuna, republicanos y revolucionarios. La revolución de las terrazas triunfó en la capital de España, hasta el abuso, como denunciaba en la segunda década del siglo XX el escritor y cronista madrileño Pedro de Répide. La moda de las terrazas, escribía: “…ha llegado a constituir en Madrid un intolerable abuso durante los meses del verano, hallándose el viandante imposible de pasar por las aceras de las calles y jardines de las plazas ocupadas por los veladores y asientos multiplicados hasta el absurdo”. Los clientes de las terrazas se libraban del aire cargado, enrarecido y espeso del interior. En un incisivo artículo, titulado El Café, Mariano José de Larra describía los padecimientos del fumador pasivo, abrumado y ahumado por “cuatro chimeneas ambulantes que no podrían vivir si hubieran nacido antes del descubrimiento del tabaco: tan enlazada está su existencia con la nicociana”.
Hoy los cafés son oasis en los que sigue abrevando una fauna amiga de la cháchara y el debate sobre la que planea todavía la sombra de las viejas, turbulentas y discutidoras tertulias como las de los cafés de la Puerta del Sol sobre las que Valle Inclán, que perdió un brazo a causa de una de ellas escribiría: “El Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y el arte contemporáneo que dos o tres universidades o academias”. Otro adicto a los cafés madrileños, Enrique Jardiel Poncela pondría más tarde en boca de un hipotético corresponsal británico una receta para terminar con los endémicos males de España: “Abrir todas las cabezas y cerrar todos los cafés”. Entre los cafés supervivientes de Madrid, el Nuevo Café Barbieri de la calle del Ave María en Lavapiés, fundado en 1912, es el que mejor conserva la atmósfera, incluso el mobiliario y la pátina de la edad dorada.
El Gran Café de Gijón del Paseo de Recoletos y el Comercial de la Glorieta de Bilbao, fundados a finales del siglo XIX y reformados a mediados del siglo XX, mantienen el genio y la figura, la estampa y la estructura de aquellos cafés a los que acudía Fígaro, impertinente y curioso: “…más de cuatro veces al día a meterme en rincones excusados por escuchar caprichos ajenos que luego me proporcionan materia de diversión…”. Mucho, y casi siempre para bien, se ha escrito sobre las tertulias del Gijón que en los años del franquismo fue un insólito reducto, casi una tierra de nadie, en un territorio ocupado y devastado intelectualmente. Hoy, a la entrada del salón donde estuvo el puesto de Alfonso, cerillero y factótum, vendedor de tabaco y lotería, prestamista sin intereses, consejero y contertulio imprescindible desde su garita, se exhiben algunos de los libros escritos sobre el establecimiento, crónicas y homenajes, bajo el retrato del cerillero ilustre e ilustrado.
Las tertulias no han muerto.
En el ágora del Comercial, tienen sus puestos asignados, filósofos contemplativos y poetas solitarios, profesores peripatéticos y estudiantes eternos. El recado de escribir que antes ofrecían los camareros ha sido sustituido por el wi-fi pero Larra podría seguir riendo “de ver cómo arreglaba la suerte del mundo una copa más o menos de ron” y compartiendo la despedida habitual del orador de café: “¡Pobre España!...Buenas noches señores”.

Nubarrones sobre El Gijón

domingo, 30 de enero de 2011

Coplas a la muerte de su colega, Luis García Montero

domingo, 2 de enero de 2011

Los poetas malditos: significación


El escritor, hasta el siglo XIX, era un ser respetable y normalmente sofisticado, de elevada posición social y alto nivel de cultura, que cultivaba el arte para mayor gloria de Dios y de los hombres (excepto honrosas excepciones como Francois Villon). Los mecenas, nobles, príncipes, aristócratas, financiaban a los artistas y sus obras. En el siglo XIX aparecen los primeros autores que escriben por un nuevo motivo, que es el de ganar dinero, que firman contratos a destajo, a tanto por palabra, que deben escribir día y noche para pagar sus deudas y que deben entregar sus cuartillas repletas en la fecha fijada. En el fondo, quieren ser aristócratas, príncipes absolutos, pisar mullidas alfombras y frecuentar la alta sociedad. La imagen maldita del artista es sin duda la expresión de su desamparo, forzado a llevar una vida de marginado, más cerca del lumpen que de la aristocracia.
En realidad, un poeta maldito es un snob que quiere llevar la vida de un dandi. Un esnob (anglicismo que proviene del latín sine nobilitate) es una persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos para aparentar ser igual que ellos. Un dandi (del inglés dandy) es un hombre que se considera elegante y refinado, y cuya actitud ante la vida se caracteriza por la falta de deseo, la desgana, el aburrimiento y el desprecio por los gustos del vulgo.
La expresión “poetas malditos” se acuñó en el año 1832 cuando Alfred de Vigny llamó en su drama Stello a los poetas “la raza que siempre será maldita por los poderosos de la Tierra y se consolidó en un libro de Paul Verlaine llamado “Les poetes maudits”, publicado en 1888 donde realiza un homenaje a su amigo poeta y amante Arthur Rimbaud y en él evoca y elogia a toda una serie de poetas contemporáneos como Tristan Corbiere o Stéphane Mallarmé.También se les conoce bajo el nombre de Decadentismo. Nacido como reacción al realismo imperante, el decadentismo explora las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente, arremetiendo contra la moral y las costumbres burguesas, defendiendo la evasión de la realidad cotidiana y la celebración de la individualidad heroica o desdichada.

Por tanto, cinco rasgos caracterizan fundamentalmente a estos escritores:
1) Marginalidad. Se glorifica lo raro, el artista se considera como ser marginal, no común y maldito. Pero son malditos a su pesar, "cortesanos de rentas escasas", como se autodefine Baudelaire. Derrotados por todas las batallas, abatidos por los reveses cotidianos
2) El abuso de las drogas o el alcohol, la locura, el crimen, la violencia y ,en general, cualquier conducta no aprobada por la sociedad.
3) Sus vidas terminan con frecuencia de manera trágica o con muertes prematuras,
4) No llegan a recibir un reconocimiento en vida sino que su figura se hace famosa póstumamente.
5) Cultivan un arte de alto nivel poético, de oscuros significados.
Es muy común asociar también el término “poeta maldito” a autores como Baudelaire –cuya poesía encarna el sufrimiento-, Edgar Allan Poe, Thomas Chatterton, el conde de Lautréamont, Émile Nelligan, John Keats, García Lorca y otros tantos.
La figura del poeta maldito, en los últimos años, apareció muy ligada al mundo del rock: Janis Joplin, Brian Jones –uno de los fundadores de los Rolling Stones-, Jim Morrison, Jimmy Hendrix y Kurt Cobain representan perfectamente la figura del artista cuya vida se consumió antes de tiempo y que pasa a ser leyenda.

http://www.poeticas.com.ar/Biblioteca/Flores_del_mal/Poemario/la_modernidad.html
Si quieres ver completo el poema que Cernuda dedica a la extraña pareja de Verlaine pincha aquí
"BIRDS IN THE NIGHT - Luis Cernuda
El gobierno francés, ¿o fue el gobierno inglés?, puso una lápida
En esa casa de 8 Great College Street, Camden Town, Londres,
Adonde en una habitación Rimbaud y Verlaine, rara pareja,
Vivieron, bebieron, trabajaron, fornicaron,
Durante algunas breves semanas tormentosas.
Al acto inaugural asistieron sin duda embajador y alcalde,
Todos aquellos que fueran enemigos de Verlaine y Rimbaud cuando vivían.

Escritores alcohólicos y adictos


Resultado de imagen de escritores alcoholicos y adictos bloggelesInternet es una inmensa tela de araña o madeja de tejer donde empiezas por un cabo y tirando, tirando, te vas encontrando con otros nudos. Empecé con la lista de escritores suicidas y he terminado por la de los adictos a todo tipo de sustancias, sobre todo al alcohol. La conclusión del primer artículo El club de los escritores suicidas era que los escritores se suicidan tanto como el resto de los mortales, solo que su muerte no pasa desapercibida, porque ellos mismos o sus biógrafos nos lo cuentan. De la misma manera, hay una irresistible y, a veces, incurable atracción a las drogas entre los escritores. Paralelamente a la definición del hombre como bípedo implume, con sed de ser eterno, podríamos acuñar la del escritor de pluma insaciable, con sed de beber para vivir o para morir. No es mi intención hacer apología de la drogadicción, ni un resumen de sus nefastas consecuencias; sólo pretendo informar de las relaciones entre las drogas y la literatura mostrando una galería de ilustres alcohólicos a los que les vendría bien el siguiente epitafio: Murió de haber bebido y de haber vivido; murió de sed y de ser.

La sociedad siempre ha sido ambigua al tratar los temas del alcohol y las drogas. El consumo no está bien visto, pero se tolera. A ninguno nos extraña que la mayoría de nuestra juventud dedique los fines de semana a beber o a ponerse ciegos de cualquier sustancia. Pues bien, la indulgencia es todavía mayor cuando se trata de artistas, de tal manera que la droga, el don de la ebriedad, se convierte en un ritual para el poeta, en un camino hacia sus infiernos y hacia sus paraísos. Muchos escritores nos dieron su opinión sobre su consumo; otros, en cambio, ocultaron el efecto de las drogas en su imaginación y en su vida. Tenemos que tener en cuenta que hasta 1912 no se establece la restricción en el empleo y tráfico de opio, morfina y cocaína, y es a partir de esa fecha cuando empieza la marginalidad en su uso.
La relación fructífera entre alcohol y literatura, la que ha producido textos literarios de incuestionable calidad, es más bien nueva en términos históricos, pese a que ambos caminan de la mano desde Homero y la Biblia. En todas las civilizaciones, desde la asiria hasta la actual del siglo XXI, el ser humano ha consumido todo tipo de drogas por distintos motivos: religiosos, rituales, medicinales, hábitos o costumbres, por distracción, hedonismo, etc. Las drogas se utilizaron fundamentalmente contra el dolor y para morir, para conseguir una búsqueda espiritual y como una forma de evasión. Su prohibición siempre ha producido más sed.

Confieso que he bebido
La revista Life presentó un interesante reportaje fotográfico famosos escritores, reconocidos alcohólicos y adictos:
Charles Baudelaire (1821 - 1867): Absinthe, Booze, Opium
Dorothy Parker (1893 - 1967): Alcohol
Philip K. Dick (1928 - 1982): Amphetamines
Elizabeth Barrett Browning (1806 - 1861): Opium
Ernest Hemingway (1899 - 1961): Booze
William S. Burroughs (1914 - 1997): Heroin
Brendan Behan (1923 - 1964): Alcohol
James Baldwin (1924 - 1987): Alcohol
Edna St. Vincent Millay (1892 - 1950): Alcohol
William Faulkner (1897 - 1962): Alcohol
Tennessee Williams (1911 - 1983): Alcohol, Amphetamine, Barbiturates
Françoise Sagan (1935 - 2004): Alcohol, Lots of Drugs
Scott Fitzgerald (1896 - 1940): Alcohol
Jack Kerouac (1922 - 1969): Alcohol
Ambrose Bierce (1842 - 1914), Alcohol
Sir Kingsley Amis (1922 - 1995): Alcohol
Jack London (1876 - 1916): Alcohol
Sinclair Lewis (1885-1951): Alcohol
Hunter S. Thompson (1937 - 2005): Everything
Anne Sexton (1928 - 1974): Alcohol, Drugs
Norman Mailer (1923 - 2007): Alcohol
Edgar Allan Poe (1809 - 1849): Alcohol
Dylan Thomas (1914 - 1953): Alcohol
Louisa May Alcott (1832 - 1888): Opium
Paul Verlaine (1844 - 1896): Alcohol, Absinthe, Drugs
Dashiell Hammett (1894 - 1961): Alcohol
Ayn Rand (1905 - 1982): Speed/Dexedrine
John Cheever (1912 - 1982): Alcohol, Various Drugs
P. Donleavy (1926 - ): Alcohol
Elinor Wylie (1885 - 1928): Alcohol
Jean Cocteau (1889 - 1963): Opium
Arthur Koestler (1905 - 1983): Alcohol
John Steinbeck (1902 - 1968): Alcohol
James Agee (1909 - 1955): Alcohol
William Styron (1925 - 2006): Alcohol
Charles Bukowski (1920 - 1994): Alcohol
Eugene O'Neill (1888 - 1953): Alcohol
Stephen King (1947 - present): Booze, Cocaine, Prescription Meds
O. Henry (1862 - 1910): Alcohol
Malcolm Lowry (1909 - 1957)
Gregory Corso (1930 - 2001): Alcohol, Heroin
Truman Capote (1924 - 1984): Booze, Various Drugs
Flann O'Brien (b. Brian O'Nolan, 1911 - 1966): Alcohol
Richard Brautigan (1935 - 1984): Alcohol
Raymond Chandler (1888 - 1959): Booze
John Berryman (1914 - 1972): Alcohol, Various Drugs
Me ha sorprendido, sobre todo, ver a Louise May Alcott, consumidora de opio y autora de la edificante novela Mujercitas. Y a Stephen King que era adicto al tabaco, el alcohol, la cocaína, tranquilizantes e incluso el jarabe para la tos; asegura que hay partes de Cujo que no recuerda haber escrito y que muchos días tenía que escribir con tapones en la nariz de los sangrados brutales que tenía.
Estas son algunas de las opiniones más destacables de esta lista de autores:
"Solo bebo en dos circunstancias: cuanto tengo sed y cuando no la tengo" Brendan Behan
"Estar siempre borracho... Emborracharse combativamente. Simplemente emborracharse." Charles Baudelaire
"Soy católico y no puedo suicidarme, pero mis planes son beber hasta la muerte" Jack Kerouac
"Soy alcohólico. Soy adicto a las drogas. Soy homosexual. Soy un genio." Truman Capote
"El alcohol es como el amor. El primer beso es mágico, el segundo es íntimo, el tercero es rutina. Después desnudas a la chica." Raymond Chandler.

Un poco de historia: Días de vino y rosas
Catulo, poeta y borracho declarado, cantaba las glorias del vino pero también se burlaba del alcoholismo de sus contemporáneos, y de sí mismo, en el siglo I de nuestra era. Del poeta chino Li Pai (701-762) , el mayor poeta romántico de la dinastía Tang.Li Bai, se dice que murió ahogado en el río Yangzi, habiendo caído de su bote al intentar abrazar el reflejo de la luna, estando bajo los efectos del alcohol.
El vino fue inseparable del dramaturgo Lope de Vega. También del poeta Francisco de Quevedo y del siglo de oro español en general. En la saga de El Capitán Alatriste, Arturo Pérez-Reverte rinde homenaje a Lope de Vega mostrándolo como espadachín, borracho y mujeriego en un ambiente de sucios mesones donde fluye el vino.

Romanticismo
Sabemos que Coleridge era adicto al opio para paliar los dolores de sus enfermedades, su famoso poema Kublai Kan (1798) lleno de imágenes extrañas y oníricas se lo inspiró un sueño inducido por el opio.
Otro gran escritor, Edgar Allan Poe (1809 -1849), nacido en Boston, EE.UU., sufrió desde muy joven graves depresiones, y la botella se convirtió en el catalizador de sus penas. En 1849 se le encontró tirado en la calle frente a una taberna en un estado de delirum tremens.
Pero, los primeros acercamientos realmente productivos e interesantes entre droga y literatura se dan a finales siglo XIX, de la mano de autores como Baudelaire, Swinburne, Verlaine, o Thomas de Quincey (con sus Confesiones de un Comedor Inglés de Opio, 1821,) -y por supuesto, los maestros rusos como Dostoyevski y sus contemporáneos-, quienes veían en el alcohol –y, por extensión, en las drogas- una manera de expandir el horizonte creativo del autor, derribando los límites impuestos por la razón y entregándole una libertad creativa aún sin explorar y probablemente, muy fructífera. Para ellos, la creatividad florecía por completo cuando las constricciones que inhibían la vida diaria eran barridas por el efecto del alcohol, abriendo las ventanas del alma.
Charles Baudelaire (1821 – 186) escandalizó durante su juventud a su familia por su estilo de vida bohemio, sumado al excesivo consumo de drogas y frecuentes visitas a prostíbulos parisinos, donde contrajo sífilis. Conocido por sus obras Las flores del mal y Los paraísos artificiales, escribió:«Nada puede igualar, oh botella profunda, / el penetrante bálsamo que tu panza fecunda / guarda para el poeta de las piadosas voces».
El alcohol se sirvió con abundancia bajo la forma de champaña en las fiestas en las cuales dilapidó su fortuna Alejandro Dumas y con moderación en las escasas visitas que recibió Marcel Proust, un autor que vivió de noche y durmió de día.

La leyenda del santo bebedor
El libro fue escrito por el novelista austríaco de origen judío Moses Josep Roth. El protagonista, Andreas, es un hombre sin futuro, sin dinero y dependiente del alcohol, pero orgulloso y digno. Un día que anda desesperado, encuentra a un hombre que le regala 100 francos, él promete devolverlos, dejándolos en el cepillo de una iglesia. La vida dará vueltas y siempre que va a devolverlos ocurre una circunstancia (casi siempre alcohólica) que lo impide. Y así será un día tras otro, parece imposible que pueda poder devolver aquel dinero.
Muchos nombran este libro como el testamento de Joseph Roth, una pintura de su vida: la imposibilidad de vivir la culpa manteniendo el ideal. En él refleja su vida en París; hoteles de mala muerte, pobreza, préstamos, alcohol - mucho alcohol-, amigas esporádicas, amigos eternos y aprovechados. El deambular por las esquinas, por los bares, vivir el momento donde nada se deja para el pasado porque nada hay del pasado; donde no tiene, no conserva ni siquiera un poco: lo que pide prestado lo da o lo gasta. Roth Tras sufrir un desvanecimiento, agravado por un ataque de delirium en el bar del hotel, fue internado en un hospital de París donde falleció el 27 de mayo de 1939. Contrariamente a lo que afirman las escuetas notas biográficas en algunas ediciones de sus libros en español, no se suicidó a la entrada de los nazis en Francia. Su último libro se cierra con una frase que no se cumplió: "Que Dios nos dé a todos nosotros, bebedores, tan liviana y hermosa muerte".

Norteamérica: la generación perdida y la Generación Beat
El alcohol se quedó para siempre “en la sangre” de los escritores norteamericanos. De sus 7 premios Nóbel, 5 de ellos eran alcohólicos (Sinclair Lewis, Eugene O’neill, Wiliam Faulkner, Ernest Hemingway y John Steinbeck). Otros autores como: Jack London, F. S. Fitzgerald, Hart Crane, Thomas Wolfe, Dashiell Hammett, Djuna Barnes, Tennessee Williams, Carson McCullers, John Cheever, Truman Capote, Raymond Carver, Robert Lowell, etc.. creyeron que la forma correcta de acercarse a las “musas” era bebiendo constantemente. La llamada “Generación Pérdida” (the Lost Generation, 1909-1921), se conoció como la “Generación Húmeda o Mojada” (the Wet Generation). Las ideas y actitudes “modernas” de sus personajes, hicieron que el “beber mucho” fuera un signo de estilo, lo que creo una asociación entre lo moderno y el alcohol en el inconsciente colectivo. Ellos crearon una literatura que se definió como “la retórica auténtica del verdadero borracho, sus oscuridades e ironías, su tristeza universal.”
Aldous Huxley (1894 – 1963) autor de la novela Un mundo feliz en la década de los 50descubre el uso de las sustancias psicodélicas (mezcalina, LSD, psilocibina) lo que lo llevan a escribir las novelas Cielo e infierno y Las puertas de la percepción (la cual sirvió de inspiración para el nombre de la banda "The doors").
A partir de Octubre de 1955, recuperarán la idea original de utilizarlas como forma de expandir la conciencia, retomando su concepción originaria: alcohol y las drogas, eran ahora, canales con los que también podía llegarse al conocimiento de las cosas. En esa fecha, en San Francisco, Allen Ginsberg leerá por primera vez Howl (Aullido) y nace el movimiento beat con Kerouac y Neal Cassidy. Todos fumaban marihuana o volaban con benzedrina. Mezclaban alcohol, drogas y cigarrillos. Los beats no escribirán sobre las drogas. Se drogan, escriben y punto. En cambio, la obra de William Burroughs (1914 – 1997) tiene una importante carga autobiográfica, y en ella se plasma su adicción a diversas sustancias, como la heroína. La experimentación, el surrealismo y la sátira constituyen, además, algunos de los elementos más destacados de sus novelas. Una de las ultimas apariciones de Burroughs el video clip The last night on earth de la banda irlandesa U2, donde realiza un pequeño personaje.
También era aficionado al alcohol Vladímir Nabókov, un escritor de origen ruso, nacionalizado estadounidense. Se hizo internacionalmente famoso con su novela , Lolita (1955), un retrato de la sociedad americana a través de la metáfora del viaje, en cuyo trama un hombre de mediana edad se enamora y sostiene una relación con una adolescente.
El proceso de autodestrucción de un alcohólico lo narra muy bien John O'Brien, autor de Leaving Las Vegas (1990).

Ingleses e irlandeses

El irlandés James Joyce también era adicto al whisky y Samuel Beckett, quien fue su secretario por un tiempo, heredó su gusto por el preciado líquido. Lawrence Durrell, autor del Cuarteto de Alejandría que, pese a su conocida capacidad para absorber alcohol, era capaz de componer y dejar lista para la imprenta una novela en siete semanas de trabajo.
Graham Greene es otro autor inglés que podía recoger información para sus documentadas novelas sin apearse de la botella. Malcolm Lowry (1909-1957) retrata de una manera lírica, objetiva e intensa las miserias y desdichas del alcoholismo, en la medida en que, para él, la literatura no era sino un espejo que le devolvía su propio reflejo. Bajo el Volcán (1947), su obra maestra, es el resultado de su larga experiencia como borracho. Fue quien escribió: “Nuestro ideal de vida contiene una taberna”.

 Dylan Thomas, que desde joven (17 años) cogió el hábito que lo llevaría a la muerte. Bebía muchísimo, como buen galés, para evitar el aburrimiento y la rutina que le perseguía como mal endémico; como se puede ver en “Un Sábado Caliente” de Retrato del Artista Cachorro. Sin embargo, D. Thomas siempre escribió sobrio y su relación con el alcohol no pasa por la literatura, Murió de una crisis etílica después de ingerir 18 whiskies.
Patrick Hamilton (1904 - 1962) murió de cirrosis hepática y fracaso renal agudo provocados por los estragos del alcohol en su organismo.

No es fácil encontrar una imagen de Kingsley Amis en la que no aparezca cerca de una botella o con un vaso en la mano. Un hombre imprevisible que resume su existencia en vivir como uno quiere, contra quien sea. Le gustaba decir: «Llevo mis pecados conmigo, nadie puede perdonarlos». Por algo es autor de uno de los libros esenciales del etilismo: Sobrebeber.

Dejo para otra entrada a los escritores hispanoamericanos y españoles. Para abrir boca consultad el siguiente enlace:
http://escritores.wordpress.com/2008/04/08/drogas-y-literatura-articulo-de-ediciones-amargord-sobre-su-nuevo-libro-el-paraiso-de-los-escritores-ebrios-de-marta-herrero-gil/

Para saber más:
-Baudelaire: el artista moderno y las drogas
http://www.babab.com/no23/baudelaire.php

-¿Por qué beben los escritores? Olivia Laing sigue los pasos de seis autores alcohólicos (John Berryman, Raymond Carver, John Cheever, F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y Tennessee Williams) en busca del nexo misterioso entre literatura y bebida en el libro 'El viaje a Echo Spring'. Echo Spring» es el nombre con el que el personaje de Brick, en la conocida obra de Williams La gata sobre el tejado de zinc, bautiza al armario donde se guarda el licor en la mansión.
Cinco escritores que no hubieran sido lo que fueron siendo abstemios, Entrevista a Carlos Mayoral, autor de Etílico


Recomiendo la lectura del relato breve Morfina (1926) del escritor y médico Bulgákov que da testimonio de la adicción que sufrió para paliar su dolor crónico motivado por las heridas que había recibido en la Gran Guerra. Escrita con una precisión admirable y, por supuesto, sin recrearse en moralejas ni tampoco en dramatismos innecesarios —más que suficiente es la descripción del laberinto en que, poco a poco, se va internando el protagonista— en Morfina podemos ver, quizás por primera vez formuladas, muchas de las reacciones que hoy se han vuelto recurrentes a la hora de caracterizar a un adicto a las drogas, pero que entonces eran sorprendentes y deslumbrantes por lo nuevas, por lo sinceras, por lo directas: el cargo de conciencia, la promesa continua de dejarlo, el autoengaño…
Drogadictos, un libro que reúne relatos de 12 autores españoles y latinoamericanos sobre el tema de las adicciones (Marta Sanz, Mi vida con el lorazepam).