sábado, 7 de agosto de 2010

Ultracorrección: * Bacalado de Bilbado



Cuenta Ortega y Gasset en el primer tomo de El Espectador, aparecido en 1916, que en 1914 viajó con Pío Baroja a la sierra de Gata, y que cuando regresaban a la posada donde se alojaban en Coria, Baroja aprovechaba las últimas horas de la tarde para corregir las pruebas de imprenta de una novela. Esto lo hacía mientras atendía el tema de conversación de la tertulia de los compañeros de viaje. En una ocasión, escribe Ortega, se detuvo en aquella operación correctora, y dijo: «¿Lo ven ustedes? No hay cosa peor que ponerse a pensar en cómo se deben decir las cosas, porque acaba uno por perder la cabeza. Yo había escrito aquí "Aviraneta bajó de zapatillas". Pero me he preguntado si está bien o mal dicho, y ya no sé si se debe decir:"Aviraneta bajó de zapatillas, o bajó con zapatillas, o bajó a zapatillas"».
Anima pensar que grandes novelistas tenían también problemas con la sintaxis o con las faltas de ortografía. Los profesores de Lengua creo que somos de los que más faltas cometemos porque nos pasamos el día corrigiendo. Confieso que un día dudé si esclavo se escribía con "x" como habían escrito la mayoría de mis alumnos. Lo mejor es que en caso de duda manejemos los diccionarios que son las obras creadas precisamente para resolver nuestras vacilaciones.

La ultracorrección o sobrecorrección es el fenómeno lingüístico que ocurre cuando, por deseo de adoptar un estilo culto o prestigioso, se deforma una palabra o construcción correcta por creer equivocadamente que es incorrecta. Puede decirse que existe ultracorrección cuando el hablante quiere manejar un nivel de lengua que considera prestigioso, pero carece del conocimiento que le permitiría hacerlo. Por eso, las formas ultracorrectas suelen ser consideradas vulgarismos.
Veamos algunos ejemplos:
-El “dequeismo”, añadir la preposición de en expresiones donde es innecesaria. *“Creo de que vino” en lugar de “creo que vino”. O lo contrario el
queismo que consiste en eliminar la preposición "de" en expresiones donde la mayoría de los hablantes la considera obligatoria: *"estoy seguro que vino" en vez de "estoy seguro de que vino". Recuerdo a un profesor al que llamábamos "piensodeque" porque lo repetía constantemente.
-En el lenguaje urbano es agregar una –s a la segunda persona singular del pretérito perfecto simple del modo indicativo (antes llamado "pretérito indefinido"):* vistes,* hicistes,* trajistes,* dijistes, en lugar de viste, hiciste, trajiste, dijiste. En esto tal vez tenga que ver la letra de la canción de Mecano: La fuerza del destino, que se aprendieron muchas generaciones de memoria.
-Comida, soldado, cansado conviven con vulgarismos en los que se pierde la -d-: comía, soldao, cansao. Esto influye para que se diga *Bilbado, y *bacalado en lugar de las correctas. Estas expresiones se oían mucho antes en la Vuelta Ciclista a España, ahora no: la mayoría de los ciclistas son licenciados.
-Algunas personas dicen y escriben périto, cónsola, líbido en lugar de las correctas perito, consola, libido, respectivamente, por el prestigio de que gozan las palabras esdrújulas, mucho menos abundantes, en español, que las llanas y agudas, razón por la cual deducen que aquellas, las tildadas, deben de ser las formas correctas. También la forma *espúreo por la correcta espurio obedece a ultracorrección.

Para saber más:
http://blog.lengua-e.com/2007/la-ultracorreccion-bacalado-de-bilbado/
http://weblogs.clarin.com/revistaenie-elmisteriodelaspalabras/archives/2008/01/ultracorreccion.html

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