sábado, 10 de octubre de 2020

Día Mundial de la Salud Mental: Hablemos de depresión

El Día Mundial de la Salud Mental se celebra el 10 de octubre en más de 100 países. Este año coincide con un momento en que nuestras vidas cotidianas se han visto considerablemente alteradas como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Los últimos meses han traído muchos retos: para el personal de salud, que presta sus servicios en circunstancias difíciles, y acude al trabajo con el temor de llevarse la enfermedad a casa; para los estudiantes, que han tenido que adaptarse a las clases a distancia, con escaso contacto con profesores y compañeros, y llenos de ansiedad sobre su futuro; para los trabajadores, cuyos medios de vida se ven amenazados; para el ingente número de personas atrapadas en la pobreza o en entornos humanitarios frágiles con muy poca protección contra la COVID-19; y para las personas con afecciones de salud mental, muchas de las cuales están todavía más aisladas socialmente que antes. Por no hablar de la gestión del dolor de perder a un ser querido, a veces sin haber podido despedirse. A nuestro alrededor hay muchas personas con depresión, solo en España afecta a más de tres millones. Para salir de esta enfermedad lo más importante es hablar de ella y de sus soluciones. 


Leído en el Facebook de la joven psicóloga Paula Martín :

Hablemos de depresión

Hablemos de no poder dormir por la noche, de despertarte mil veces, de no parar de dormir.

Hablemos de no tener hambre o no dejar de comer, de adelgazar 10 kilos o ganarlos.

Hablemos de ir a dar una vuelta y que la vuelta te la den a ti.

Hablemos de no coger el teléfono, no salir de casa y no querer hablar con nadie

Hablemos de dejar las clases de inglés, el gimnasio y las noches con los colegas.

Hablemos del sonido de la alarma en los oídos cuando toca ir a currar.

Hablemos del nudo en el estómago, en la garganta, de las ganas de llorar. De no dejar de hacerlo. De no poder hacerlo.

Hablemos de sentirte inútil, de sentir que no te quieren, de sentir que has perdido hasta la capacidad de querer

Hablemos del asco infinito hacia cualquier cosa o persona, y de la culpa, de la puta culpa que lo mancha todo.

Hablemos del esfuerzo que supone ir a la ducha, o pensar qué ropa vas a ponerte.

Hablemos del pijama debajo del chaquetón cuando vas a comprar una lata de comida porque pensar en cocinar te desborda.

Hablemos del no mirarte al espejo para no sentir todo lo que no te amas.

Hablemos del túnel. Del jodido túnel en el que estás metido desde hace unos meses y en el que no ves salida.

Hablemos de no querer follar y de que solo la idea te produzca rechazo.

Hablemos de la soledad estando solo y estando rodeado de gente.

Hablemos del no me apetece, no tengo ganas.

Del no quiero... Pero sobre todo del no puedo...

Hablemos de que no lo entienda ni dios, de que digan que tienes cuento, que vas de víctima o que te lo inventas.

Hablemos del "no te rayes", del "anímate" del "solo es un bache"

Hablemos de depresión.

Y hablemos de soluciones. De información, de prevención, de comprensión, de ayuda, de apoyo, de medios, de recursos, de terapia, de recuperación, de salidas.

Porque las hay. Claro que las hay.

Y mientras no hablemos de depresión, no podremos hablar de salir de ella.

Así que, hablemos de depresión.

jueves, 8 de octubre de 2020

Rosa Montero: Suerte, papá


Preparando la entrada sobre el diálogo póstumo entre padres e hijos, he encontrado el relato Suerte, papá de Rosa Montero, publicado en la Revista de verano de El País en 2006, en el que recuerda a su padre Pascual Montero, novillero y banderillero que toreó en las cuadrillas de Mario Cabré, Carlos Arruza, Fermín Rivera, Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, de quien fue peón de confianza. Confiesa en una entrevista Rosa que las primeras palabras que aprendió fueron “suerte, papá”; acudió “un montón de veces” con sus padres a los toros, y fue aficionada hasta los 14 años. “Entonces, lo dejé”, afirma, “por ese sentimiento de rebeldía adolescente de romper con las cosas de la familia”. Volvió a los veintitantos para confirmar o no su rechazo “y, entonces, decidí no volver con conocimiento de causa”. Antitaurina y animalista, recuerda que su padre le enseñó a amar a los animales. Los seres humanos somos así de contradictorios. 

lunes, 5 de octubre de 2020

Lady Macbeth de Mtsensk: una buena novela y una buena película


Lady Macbeth de Mtsensk
, también conocida como Lady Macbeth del distrito de Mtsensk o Lady Macbeth de la provincia de Mtsensk, es una novela corta basada en hechos reales del escritor ruso Nikolái Leskov publicada por primera vez en 1865. El cuento narra los crímenes de una mujer burguesa, Katerina Lvovna en la Rusia del siglo XIX. Todo recuerda a Madame Bovary, Anna Karenina, Ana Ozores, Lady Chatterley y otras mujeres casadas de la literatura social, sexualmente oprimidas, que se convierten en heroínas a su pesar. Esta novela de apenas 100 páginas, que inspiró la conocida ópera de Shostakóvich, narra la historia de la joven Katerina Lvovna. Hastiada por su matrimonio de conveniencia con un hombre que le dobla la edad, siente la falta de libertad desde su infancia. Esta Lady Macbeth no actúa llevada por una desmedida ambición y ansias de poder como la de Shakespeare, sino por un amor apasionado; si el personaje teatral incitaba a su esposo al asesinato, el personaje de Katerina incita a asesinar o ser cómplice de asesinato a su amante, Serguéi, movida por por la obsesión y la pasión enfermiza que siente por él. No pide perdón, se calla, se levanta, lucha por su independencia y decide su propio destino de una manera sanguinaria. Una chica de pueblo, indefensa frente al patriarcado, se convierte así en un ser monstruoso para sobrevivir.

La película, Lady Macbeth, me la perdí en el cine, pero la he podido ver este sábado en tv2 (G.B., 2016. Drama. 89 min. Dir.: William Oldroyd. Int.: Florence Pugh, Christopher Fairbank, Cosmo Jarvis, Naomi Ackie, Bill Fellows, Ian Conningham, Paul Hilton, Joseph Teague, Golda Rosheuvel). La recomiendo.


Aprovecho para autocitarme: Eça de Queirós: otra novela sobre el adulterio (Alves y compañía).

viernes, 2 de octubre de 2020

Irene Rodrigo: ¿Qué es autoficción?


La novela de Manuel Vilas Ordesa ha sido calificada de "autoficción", neologismo creado en 1977 por Serge Doubrovsky, crítico literario y novelista francés, para designar su novela Hijos, un cruce entre un relato real de la vida del autor y el relato de una experiencia ficticia vivida por éste. En internet he encontrado este vídeo de Irene Rodrigo que explica muy bien el término que está de moda. Esta joven valenciana, periodista y divulgadora cultural, pretende transmitir la pasión lectora a través de vídeos sobre libros. Lo ha hecho durante tres años en el programa de radio y televisión Una habitació pròpia (À Punt) y a través de las redes sociales.

www.irenerodrigo.com/

www.instagram.com/irenelivre

No utilizo el término porque me parece redundante, la literatura por definición es ficción, un pacto ambiguo entre lo que es real y no lo es, la verdad de las mentiras, un puente entre la verdad y la mentira. Me parece innecesario perder el tiempo en descubrir si ocurrió en realidad o fue inventado. Disfrutemos de las obras literarias sin más galimatías.


El nombre de Irene Rodrigo se une a otras jóvenes escritoras citadas en mi blog: Irene Vallejo, Lola Pons y Elena Álvarez Mellado. Yo las llamo cariñosamente las pizpiretas porque se crecen ante un micrófono o  una cámara.

jueves, 1 de octubre de 2020

Quino allá, Mafalda acá


 Ayer me quedé huérfana otra vez. 

Biblioteca Mafalda  Pincha el enlace para obtener los libros en pdf 


martes, 29 de septiembre de 2020

Diálogos póstumos: escribir sobre los padres


Este verano he leído dos novelas que tienen mucho en común: dos libros de memorias de dos escritores, un hombre y una mujer que colocan a sus padres, niños en la posguerra, como protagonistas, y suponen una crónica íntima de la España de las últimas décadas, un recuerdo de una familia que ya no vive y las reflexiones que produce su legado. Estas novelas no responden a una moda, sino a una casualidad. No son un ajuste de cuentas ni una elegía en prosa laudatoria, sino una muestra de amor filial para llevar mejor el duelo. Entre sus páginas hallamos nostalgia, admiración, dependencia, incomprensión, complicidad, a veces dolor, y la intensidad que da enfrentarse con honestidad a esos sentimientos. Ordesa* (2018) de Manuel Vilas nos recuerda que somos seres vulnerables y debemos salir adelante cuando casi todos los lazos que nos unían a los demás han desaparecido. Elvira Lindo en A corazón abierto * (2020) se enfrenta a su álbum familiar para contar la apasionada y tormentosa relación de sus padres, cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia: «Mi padre era un personaje, por su carácter explosivo, arbitrario, muy llamativo para todas las personas que lo conocieron. Mi madre estaba en las antípodas, era reflexiva, dulce, en ocasiones meditabunda". En las dos la figura del padre se convierte en el verdadero protagonista porque tiene una profesión más interesante y está más ausente que la madre relegada al papel de ama de casa. 

me he acordado de otro libro que leí el año pasado, También esto pasará (2015) donde Milena Busquets expresa el dolor por la muerte de su madre Esther Tusquets; una pérdida que le ha hecho crecer como autora: «No es casualidad que me haya puesto a escribir en serio con ella muerta». Pero debo confesar que ninguno de los tres me ha emocionado tanto como El olvido que seremos (2007) de Héctor Abad Faciolince que traslada al lector toda la devoción y ternura por el hombre que dio su vida por defender sus ideas.


Ya sabemos que la literatura siempre tiene un carácter confesional: el yo del escritor y sus relaciones con la familia de una manera u otra dejan siempre huella en sus escritos. Este tipo de libros supone una reflexión sobre la vida en general y sobre la propia, los autores intentan devolver a los padres por medio de la palabra escrita todo lo que les dieron y les ayuda a entender mejor el tiempo pasado que justifica muchas veces su actuación. Todos necesitamos conocer de dónde venimos, quiénes somos, para saber adónde nos dirigimos. No es fácil ser padre o madre, como tan poco lo es ser hijo o hija. Creo que este diálogo de forma póstuma representa una manera de pedir perdón porque en la adolescencia empezamos a separarnos de nuestros padres, dejamos de tocarnos y de hablarnos, marca el principio de una separación física y moral. Se escribe sobre los padres, tan conocidos y desconocidos al mismo tiempo, porque nos parecemos a ellos o porque no nos parecemos. A través de la escritura se contestan todas las preguntas que no nos atrevimos a hacer en vida de ellos. Su muerte nos ha colocado en primera línea de batalla y, de repente, los entendemos. Nos han dejado en la madurez con un sentimiento de orfandad inconsolable.

* "Ordesa" la he leído por recomendación de un antiguo alumno, Juan Pablo Sintes, que me escribió en el blog que su lectura avivó sus recuerdos.

*  Las ilustraciones que acompañan al relato son de Miguel Sánchez Lindo, hijo de la escritora.

 Para saber más

https://elpais.com/cultura/2020/08/21/babelia/1598028959_811256.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR0uV2odvUK8xXZcyXxSVzxrY4WRpbxavEPq9bNc85B9y4c3XqPrwxUbKU4

https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/libros-padre_0_1117988936.html

https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/padres-historia-literatura-nadie-querria_0_1008800199.html

https://www.estandarte.com/noticias/libros/da-del-padre-libros-sobre-padres-e-hijos_3546.html

https://elpais.com/elpais/2018/03/16/album/1521204135_619314.html#foto_gal_5

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2019/03/18/diez-libros-de-padres-e-hijos-1304243.html


sábado, 26 de septiembre de 2020

Josema Carrasco: La felicidad, cariño, es para malgastarla

Incluyo este poema porque me impactó el título del libro y, sobre todo, la primera estrofa del poema Rutina, me parece que refleja muy bien mi estado de ánimo en estos momentos de estupor y reclusión cuando parecía que habíamos superado el confinamiento. Masticando el chicle de fresa sin sabor no se me ocurre cómo recuperar la felicidad que podríamos tener y malgastar.

Con prólogo de Ángel Guinda y epílogo de Fernando Rivarés, el artista aragonés Josema Carrasco se lanza al mundo de la poesía con 'La felicidad, cariño, es para malgastarla', un poemario editado por Olifante. Bajo el sugerente título, se esconde el imaginario visual de Carrasco traducido en una colección de versos. En palabras de mi admirado poeta Ángel Guinda, se trata de poesía "hedonista, antidepresiva, de feroz confidencialidad coloquial". En palabras del autor, el volumen es una forma distinta de pensar acerca de la felicidad porque "todos tenemos la obligación de ser un poquito felices y de cuidarnos y, como es un lujo, hay que malgastarlo".

Ángel Guinda en Facebook: ¡Qué razón tienes, Josema! Ya sabes más que el gran Léo Ferré ("Le Bonheure, Le Bonheur...qu´est que c´est?") Desde tu libro me aplico a tu teoría y me va bien, muy bien, requetebién.

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

25 siglos de vanidades


Entre los siglos V y III a.C. un anónimo escritor judío que se presenta como el Predicador, conocido universalmente por la versión griega de este nombre, Eclesiastés, compone una obra sobre la vacuidad de la vida humana. El comienzo ha quedado entre los más célebres: “Vanidad de vanidades, y todo vanidad”; recordemos que la construcción “vanidad de vanidades” equivale a un superlativo, “vanidad vanísima”, “vaciedad máxima”. El autor pretende atribuir sus palabras al considerado más sabio de los personajes hebreos, el rey Salomón, pero hace mucho que sólo se ve en ello un intento más, habitual en la antigüedad, de poner una obra bajo un nombre famoso para darle credibilidad y difusión.
       El libro tiene tal fuerza y expresividad que logró colarse en el canon oficial de la Biblia hebrea (más o menos, el Antiguo Testamento para los cristianos) pese a los reparos de algunos rabinos por el pesimismo e incluso nihilismo del texto, que se llegó a considerar blasfemo al deducirse que Dios creó al hombre para una vida miserable y oscura, sin esperanza, pues los judíos de aquel tiempo no tenían muy clara su visión del más allá. En cualquier caso, el Eclesiastés se hizo un clásico, y en los siglos siguientes discurre como un guadiana que asoma aquí o allá sus sombrías aguas en el pensamiento judío y cristiano. Naturalmente, el desesperanzado texto original se va diluyendo al leerse bajo la luz de la creencia cristiana en la otra vida, con sus premios y castigos.
       Una muestra de ello, entre los Santos Padres, fue un gran orador sirio del imperio bizantino, Juan de Antioquía, apodado Pico de oro y más conocido por ello como san Juan Crisóstomo (s. IV d.C.), que empieza uno de sus discursos más célebres, En defensa de Eutropio, un ministro caído en desgracia, citando la versión griega del comienzo del Eclesiastés: “Vanidad de vanidades…” El mismo autor escribió una obra donde mezcla extrañamente este asunto con otros: De la vanagloria, la educación de los hijos y el matrimonio.
       Durante la Edad Media este tema subyace en uno de los tópicos habituales de la época, el desprecio del mundo, y son varios los libros titulados De contemptu mundi. En España su eco principal está en el poema anónimo conocido como Libro de miseria de omne (s. XIV), escrito en castellano.
       Con el Renacimiento y la afirmación del Yo va decayendo el espíritu del Eclesiastés, pero sigue latente la visión de la inanidad de la vida humana. Un último espasmo se produjo nada menos que en el epicentro del humanismo renacentista, la Florencia de finales del XV, donde el fraile Savonarola (m. 1498) impuso un régimen teocrático fundamentalista. Una de sus exigencias fue el establecimiento de la llamada ‘hoguera de las vanidades’, donde se quemaban en público objetos considerados lujosos o indecentes, como ropas, perfumes, obras de arte, libros, etc.
       Hay que dar un salto de casi dos siglos. En el XVII el clérigo inglés John Bunyan (m. 1688) escribe uno de los libros más leídos en lengua inglesa, The Pilgrim’s Progress (El progreso del Peregrino), novela alegórica llena de figuras y episodios simbólicos que expone la marcha del alma durante la vida humana hasta desprenderse del pecado y alcanzar la Ciudad Celestial. En uno de los incidentes de su viaje, y citando al Eclesiastés, el Peregrino llega a una ciudad llamada Vanidad, donde se celebra permanentemente la “Feria de Vanidad” (Vanity Fair), en la que se compra y se vende todo (honores, lujos, personas…). Quien no compra nada en la feria es encarcelado por las autoridades, como le ocurre a nuestro Peregrino.
  
Otro salto de dos siglos, o más bien bote, porque seguimos en Inglaterra: en 1847 William Thackeray publica la novela Vanity Fair (título traducido habitualmente al español como La feria de las vanidades), otra obra mayor de las letras inglesas, donde analiza y critica las costumbres de su época.
       La obra de Thackeray continúa la línea iniciada por Bunyan para establecer en el mundo anglosajón el interés por las vanidades mundanas, con una mezcla de rechazo puritano y fascinación inevitable. En 1913 se funda en Estados Unidos la célebre revista Vanity Fair, dedicada, entre otros temas, a seguir las vidas de personas de la alta sociedad y de lo que luego se conocerá como “el famoseo”, un tipo de publicación que se mantiene en la actualidad y ha pasado, sobre todo, a los medios televisivos.
       En 1987 el estadounidense Tom Wolfe publica otro éxito mundial, La hoguera de las vanidades (The Bonfire of the Vanities), novela sobre los altos ejecutivos financieros del momento. El título evoca a Savonarola, y al jugar con la parcial homonimia entre bon-fire (‘hoguera’) y fair (‘feria’) nos remite de nuevo a Bunyan y Thackeray.
       Aún podrían recordarse, entre otras muchas obras, dos clásicos del siglo XX, los ensayos Teoría de la clase ociosa, de Thornstein Veblen (USA, 1899), y Lujo y capitalismo, de Werner Sombart (Alemania, 1921). Así, la voz lanzada por el Predicador sigue vigente hasta nuestros días, bajo la sombra de las nuevas plagas bíblicas. Y en cuanto a la vanidad como arrogancia propia de la especie humana, no olvidemos que su forma más perfecta consiste, como siempre se ha sabido, en conseguir ocultarla.
      

viernes, 18 de septiembre de 2020

El trabajo de los ojos, Mercedes Halfon


El trabajo de los ojos, primer libro en prosa de apenas 100 páginas de la poeta Mercedes Halfon (Buenos Aires, 1980), es original y sorprendente. Un tratado sobre los ojos y sobre la mirada, sobre las dificultades de la visión y su efecto en las personas que las padecen, construido a base de escenas breves y heterogéneas desde una óptica poética y divertida. Parte de una autobiografía ocular, de su propia historia clínica, del estrabismo hereditario que padece y que conlleva otras afecciones oculares:  el astigmatismo, la miopía, la blefaritis*. Las visitas a la consulta del oculista se entremezclan con sus recuerdos infantiles, las historias familiares, la identificación con el personaje televisivo de la Chilindrina, la niña “gafotas",  el miedo que le plantea la idea de la maternidad y el vínculo entre la visión y la experiencia del mundo.  El trabajo de los ojos también es una genealogía de la escritura en un sentido más amplio, de los ojos dañados de Borges, Sartre, Cortázar, Joyce, Homero… Y un paródico tratado de oftalmología con las anécdotas de sus pioneros: la ceguera del científico experimental Plateau al mirar al Sol fijamente; los aparatos de tortura de los primeros médicos de ojos; la invención de una “lengua de ciegos”, el braille.  Así la manera de ver y los problemas oftálmicos, incluida la ceguera, se conectan con la literatura desde la iconografía que distingue al intelectual por los anteojos hasta el valor terapéutico de la escritura que sería una forma de orientación posible, un mapa para los ojos  que “están extraviados, no saben hacia dónde dirigirse”.  “En última instancia, la subjetividad y el punto de vista tienen un principio fisiológico antes que psíquico".

Todo comienza con la muerte de Balzaretti, el oftalmólogo de la narradora, cuya palabra predictiva la salvó de la cirugía, casi un rito dentro de una familia en la que los desvíos oculares han sido una herencia ineludible. Según evaluaciones posteriores, tal operación habría resultado muy perjudicial.

El Trabajo de los ojos me ha emocionado profundamente, es el libro que me hubiese gustado escribir*.

*El tratamiento de la blefaritis, por ejemplo, consiste en aplicarse un gel en los ojos que la deja “mirando a través de una nube densa. Como si me hubiesen recetado un estado de melancolía”.

* A una damita bizca y hermosa.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

El Diablo Cojuelo: un vídeo de hace 400 años


Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carroza (1686). Museo Thyssen.

      En El Diablo Cojuelo, de Luis Vélez de Guevara (1641), un diablillo muestra al estudiante Cleofás los secretos de Madrid levantando mágicamente los tejados de las casas, primero de noche, y luego de día. Como el diablico es cojo, la novela está dividida en trancos, en vez de capítulos. Al comienzo del tranco III los personajes ven el despertar de la Villa que el autor describe con tal vis dynamica que parece un video a vista de pájaro y de no poca actualidad*: 

“Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y mujeres, unos hacia arriba y otros hacia abajo, y otros de través, haciendo un cruzado al son de su misma confusión, y el piélago racional de Madrid a sembrarse de ballenas con ruedas, que por otro nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con disinio [“designio”] y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara,” […]

  Y ya que han salido esas ballenas con ruedas, es inevitable recordar otro pasaje en que se describe la manía de tener coche entre los madrileños del siglo XVII (tranco II):

       […] acompáñame a reir de aquel marido y mujer, tan amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y componer su casa lo han empleado en aquel que está sin caballos agora, y comen y cenan y duermen dentro dél, sin que hayan salido de su reclusión, ni aún para las necesidades corporales, en cuatro años que ha que le compraron; que están encochados, como emparedados, y ha sido tanta la costumbre de no salir dél, que les sirve el coche de conchas, como a la tortuga y al galápago, que en tarascando cualquiera dellos la cabeza fuera dél la vuelven a meter luego como quien la tiene fuera de su natural, y se resfrían y acatarran en sacando pie, pierna o mano desta estrecha religión; y pienso que quieren ahora labrar un desván en él para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a coche que se contentarán con vivir en el caballete dél.”

       Al leer lo de estos dos que están encochados, recuerdo que en los años 70, cuando alguien tenía el coche en el taller, decía estoy descochado (no en DRAE).

[cito por la edic. de Enrique Rodríguez Cepeda, Cátedra, M. 2019]

* Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, considera que los atascos "Era (sic) parte de la vida de Madrid. Si sigue Podemos en el Ayuntamiento de Madrid no va a haber atascos, más que, eso sí, por el día porque estos están en todas partes".

martes, 15 de septiembre de 2020

Subnormal, cómic sobre acoso escolar basado en la vida del ex-jugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta

Se ha publicado Subnormal , un cómic dibujado por Miguel Porto sobre el acoso escolar que sufrió el ex-jugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta, jugador de baloncesto de la ACB con una exitosa carrera deportiva. Por su aspecto actual (alto, fuerte, cabeza rapada, perilla) nadie diría que sufrió acoso. Sin embargo sufrió todo tipo de vejaciones en el colegio y el instituto hasta el punto de quedar en coma por una paliza que le dieron sus compañeros. Ahora se dedica a  compartir su historia en distintos colegios e institutos, centros deportivos o ayuntamientos dando charlas y trabajando para acabar con el bullying. Su testimonio, el de un niño que sobrevivió al acoso escolar, es estremecedor. Este libro de dura lectura debería estar en todas las bibliotecas de los institutos. 


Os dejo también el enlace a la entrevista que le hicieron en TVE, en el programa Millenium.



lunes, 14 de septiembre de 2020

Teorías fantásticas sobre el origen de los números

Para Guillermo

La imagen me llegó por facebook y me la creí. Investigando, he descubierto que es solo una más de las teorías fantásticas sobre el origen de los números. Su origen es un powerpoint que circuló hace años por la red, donde cada cifra se representa con una forma, trazada a base de rectas, cuyo número de ángulos coincide con el valor numérico de la misma. Así, la representación gráfica del 1 tiene un ángulo, la del 2 consta de dos ángulos, así hasta el 9, del que se muestra también una forma, cercana a la escritura actual, en la que pueden apreciarse nueve ángulos, y por supuesto, el cero, redondo, no tiene ángulos.

Lo mejor en estos casos es acudir a los expertos en esta materia, como Georges Ifrah (“Historia Universal de las Cifras”). Por lo que se sabe, la grafía de los números modernos –así como todo nuestro sistema de numeración, arábigo o indo-arábigo– tiene su origen en la India, de donde pasaría a los árabes, y de ellos a Europa, en un viaje que duraría más de 1.000 años. Además, a lo largo de todo ese tiempo la representación gráfica de las cifras iría evolucionando continuamente, hasta llegar a las definitivas y actuales cifras.

Esta “teoría del powerpoint” y otras hipótesis fantásticas nos muestran el origen de la representación gráfica de las cifras como una creación racional, realizada por un solo individuo, y no como lo que fue en realidad, un fruto de la evolución temporal y espacial, a través de muy distintos pueblos.

sábado, 12 de septiembre de 2020

El negacionismo y los buenos deseos

          


 Al menos en algunos casos quienes niegan, en el grado y modo que sea, la realidad de la pandemia caen en el impulso inconsciente de creer lo que se ajusta a sus deseos íntimos: no me gusta nada que haya coronavirus ni las consecuencias y problemas que conlleva, luego no creo en ello. Algo de esto ha ocurrido siempre, ya que el ser humano es casi igual desde hace miles de años.

       En la Guerra de las Galias se narra el intento de una tribu gala de atacar un campamento romano al considerarlo mal protegido y suponer desmoralizados a sus defensores, creencia hábilmente fomentada por el comandante romano, uno de los lugartenientes de Julio César. Y éste añade a los motivos que tenían los galos para su ataque un colofón lapidario y desgraciadamente de plena actualidad:

                          fere libenter homines id quod volunt credunt,

lo que podría traducirse: ‘en general la gente cree con gusto en lo que desea’ (B. G. 3,18,6). El intento galo acabó rápidamente en una completa derrota, o eso al menos nos cuenta César. Esperemos que las actitudes negacionistas no contribuyan a aumentar la derrota que ya nos está causando eso que anda por ahí.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Micromachismo enlatado

Vi la foto en facebook, pensé que era un montaje que pretendía denunciar la utilización sexista del cuerpo de la mujer en la publicidad. Investigué y descubrí que es la imagen de unas sardinas de origen portugués y se venden al precio de 3,25 euros hasta en el Corte Inglés. Encima, como las busqué en Google, mi ordenador se ha llenado de publicidad con su imagen.
Un micromachismo más que se tolera porque se considera normal y hasta divertido. Y lo peor, funciona, me temo que yo misma les estoy dando publicidad. 

martes, 8 de septiembre de 2020

Ramón Alemán: Sonetos lingüísticos


Si no se te queda en prosa, se te quedará en verso. Esa es la intención con la que la obra Cincuenta sonetos lingüísticos (Pie de Página, 2020) que ha escrito Ramón Alemán, con prólogo del escritor y periodista Juan Cruz e ilustraciones de Ventura Alemán, ve la luz: que corrijamos esos fallos a la hora de escribir (y de hablar) que cometemos los hablantes.
Alemán es también corrector de textos*, este canario no se cansa de animarnos a usar correctamente nuestra lengua de una manera amena y sin abroncamientos, que ya estamos todos muy cansados del tono abrupto de muchos sabios que en el mundo han sido y son. «Yo tengo un blog, Lavadora de textos, en el que llevo diez años publicando artículos sobre el buen uso del español»


Soneto lingüístico al traductor (nº 60)
Gracias a Dios, y nunca mejor dicho,
existen traductores en el mundo,
pues fue ese Dios, celoso y tremebundo,
quien dio a Babel mil lenguas por capricho.

El traductor, juicioso masoquista,
convierte en comprensible un raro texto
vertiendo habilidad, duda y contexto
en su ancestral marmita de alquimista.

Por él cabalga don Quijote en Francia,
a Dickens en polaco ya han leído
y El principito tuve yo en mi infancia.

La traducción es puente que ha tendido
el hombre sobre ríos de ignorancia,
y allá el altivo Dios si se ha ofendido.



*Esta entrada del blog completa la anterior sobre el autor.


lunes, 7 de septiembre de 2020

El profesor don Pardino, ortografía con humor

El profesor don Pardino es un personaje de ficción que imparte lecciones de Lengua en Twitter, Facebook e Instagram. Lo hace a través de viñetas de humor que repasan algunos conceptos básicos de la ortografía y que, entre estas tres redes sociales, suma más de 70.000 alumnos. Desde este 24 de agosto, sus clases, además de en redes, pueden leerse en papel: la editorial Plan B ha publicado El profesor don Pardino contra los titis, un cómic de humor con el que recordar que “ti” no se acentúa, que las mayúsculas sí y que detrás del vocativo va una coma.
 Detrás del personaje está Ramón Alemán, periodista y corrector de textos de Tenerife (islas Canarias, España) con más de veinte años de experiencia.  Este libro es una recopilación de los artículos publicados hasta ahora por el autor en el blog Lavadora de textos (www.lavadoradetextos.com). Todos ellos abordan con rigor, pero también con sencillez y con un poco de humor, asuntos relativos a la lengua española, especialmente aquellos que tienen que ver con la escritura. Buena parte de los artículos pretenden resolver dudas de amigos, periodistas y lectores del blog, y otros son respuestas a preguntas que el propio autor se hizo en su día sobre algunos misterios de la ortografía, la ortotipografía y la gramática del español.


Así describió Ramón Alemán a don Pardino en su soneto lingüístico número 37:

Los que pasamos nuestra tierna infancia
con el gran Mortadelo a nuestro lado
tenemos nuevo mito dibujado,
trazado con finura y elegancia.

Barbudo personaje es don Pardino:
sus gruesas gafas son de Rompetechos;
su boli rojo deja muy maltrechos
a los que al escribir no tienen tino.

Con buen humor y muy a la española,
el profesor repara los errores
de aquellos que destrozan nuestra lengua.

Pardino es un dibujo; sus autores
son dueños de su fúlgida aureola
de sabio cuya antorcha nunca mengua.

Descargar:

domingo, 6 de septiembre de 2020

Trencadís: técnica espontánea y creativa

Madrid no tiene mar. Es una pena. Ojalá los arquitectos que forjaron la fisonomía de Madrid hubiesen sido menos mesetarios y más mediterráneos, así hubiesen sustituido o completado el granito de la sierra de Guadarrama con la técnica multicolor de los azulejos que heredamos de los árabes, así hubiesen unido los fuegos artificiales a una estructura sólida. Ojalá tuviésemos un parque Güell para compensar la lejanía de las luces, sonidos y colores del Mediterráneo. Todos hubiésemos ganado, porque no somos una estructura monolítica que nos hace iguales a los demás, sino que estamos formados de distintos componentes que nos hacen ser únicos. Somos amalgamas formadas por distintas teselas producto de nuestros genes que nos emparentan con distintas culturas. 
 Este verano he aprendido una nueva palabra: "el trencadís". Las macetas coloristas que hay en el patio de casa Zoilo de Villena están basadas en esa técnica. El trencadís (término de la lengua catalana que podría traducirse como troceado o 'picadillo'), introducido por Antoni Gaudí, es un tipo de aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos —básicamente azulejos— unidos con argamasa; muy habitual y característico en la arquitectura modernista catalana. La técnica se basa en la improvisación, el reciclaje y la adaptabilidad. ¿Se puede pedir más? No se realizan diseños previos como en el mosaico, es una técnica espontánea y creativa. Los materiales utilizados son la cerámica cotidiana desechable: baldosas en mayor proporción y algunas vasijas, platos o botellas ocasionalmente.



https://trencadisenbarcelona.wordpress.com/2016/11/30/como-se-hace-un-trencadis/

viernes, 4 de septiembre de 2020

Optimismo/pesimismo


miércoles, 2 de septiembre de 2020

Las colas del profesorado en Madrid: las imágenes del caos






Los medios de comunicación venían hoy cargados de imágenes sobre el trato (maltrato) que da la Comunidad de Madrid al profesorado en el inicio del próximo curso.
https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/covid19-madrid-test-serologicos-colas-profesorado-largas-colas-caos-organizativo/20200902155948178769.html

Irene Vallejo, El infinito en un junco

 Este es un libro sobre la historia de los libros. Un recorrido por la vida de ese fascinante artefacto que inventamos para que las palabras pudieran viajar en el espacio y en el tiempo. La historia de su fabricación, de todos los tipos que hemos ensayado a lo largo de casi treinta siglos: libros de humo, de piedra, de arcilla, de juncos, de seda, de piel, de árboles y, los últimos llegados, de plástico y luz.

¿De qué va El infinito en un junco? Pues bien, va de libros y de bibliotecas. Es una historia de los libros en un recorrido apasionante por el mundo clásico que llega hasta las lecturas de nuestros días y nuestras noches. El subtítulo lo explica: La invención de los libros en el mundo antiguo. Pero es mucho más que un recorrido deslumbrante por la historia de los libros en el mundo clásico. A lo largo de estas 449 páginas hacemos, en realidad, un viaje por el mundo clásico a través de los libros. Y todo ello con referencias constantes a la actualidad, pasando por autores y cineastas que han formado parte de una educación sentimental (Flaubert dixit), en la que me siento identificado; de Borges a Twain, de Cavafis a Bryce Echenique, de Canetti a Faulkner, de Auster y Pérez-Reverte a Vargas Llosa, de Tarantino a Scorsese.
Sostiene Vallejo que los libros «tienen la sutil capacidad de trazar un mapa de los afectos y las amistades». El infinito en un junco es una apasionada declaración de amor a la lectura, a la literatura, es una declaración de amor a los libros: «Hay algo asombroso en el hecho de haber conseguido preservar las ficciones urdidas hace milenios. La humanidad desafió la soberanía absoluta de la destrucción al inventar la escritura y los libros. De alguna forma misteriosa y espontánea el amor por los libros forjó una cadena invisible de gente que, sin conocerse, ha salvado el tesoro de los mejores relatos, sueños y pensamientos a lo largo del tiempo».


Juan Carlos García Domene me recomendó este libro y el de la entrada anterior.

martes, 1 de septiembre de 2020

Elogio del libro, Romano Guardini





En estos últimos días de agosto he leído Elogio del libro, la famosa conferencia sobre el valor de la lectura, pronunciada en la Universidad de Tubinga en 1948 por el teólogo alemán Romano Guardini, una de las grandes personalidades que más influyeron en el siglo XX, tanto en Alemania como en el resto de Europa. Desde el comienzo el autor expresa sus sentimientos hacía el libro. De ese modo remueve el recuerdo de Guardini de esas últimas horas de la tarde, en aquellas frías tierras, en el silencio de su cuarto y con un buen libro entre las manos: "cuando los libros cobran vida". Las siguientes páginas están dedicadas a realizar un largo exordio sobre la escritura, la imprenta, la encuadernación y el papel.  En las páginas finales, Guardini, desarrolla algunas ideas como la perpetuación del pensamiento y su transmisión gracias a la redacción sopesada de un texto o a la corrección de unas notas sobre una conferencia o parlamento;  la conexión entre escritura e imaginación; y, en tercer lugar, nos recuerda el gran defecto de los libros: la pérdida de la memoria. Antes las comunidades de analfabetos se reunían y aprendían o recordaban las historias comunes que les conformaban como pueblo. Ahora cada uno, cada persona, puede sentarse a leer sin el esfuerzo por memorizar y corre el riesgo de actuar individualmente y sin memoria de pueblo.


domingo, 30 de agosto de 2020

Marina Rodríguez Martínez, El derecho a la educación


Marina Rodríguez Martínez, profesora de Filosofía en un instituto público, analiza en su artículo El derecho a la educación  cómo se ha ido imponiendo este argumento que encierra una falacia y ha hecho mella en políticos de diferente signo, liberales, neoliberales e incluso progresistas; entre padres y madres; también entre docentes de la educación pública. Pero la educación privada-concertada nace en nuestro país en los años 80 como una solución provisional a la imposibilidad de atender la demanda de escolarización por parte de la institución pública.


El argumento es: Los padres tienen derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos y así lo recoge la Constitución.
Innegable, los padres tienen derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos, y por eso las sociedades plurales y democráticas les ofrecen las opciones de educación pública o privada, entre las que seleccionar la más afín a sus creencias, acorde a sus valores o cercana a sus casas.
Lo que no dice la Constitución es que las opciones privadas hayan de ser financiadas con dinero público. Por eso, la exigencia de ese derecho de elección avalado por la Constitución, se convierte en una falacia cuando lo que va implícito es el derecho a que se les subvencione lo “privado”. ¿Por qué tendrían que subvencionarnos un transporte privado, al que optamos libremente, con dinero público?, ¿podríamos exigir la financiación de la consulta médica privada, a la que acudimos libremente, a cargo del erario?, ¿se entendería la exigencia del derecho a elegir ese taxi o este médico  subvencionados de esa manera? (...)

sábado, 29 de agosto de 2020

Ken Robinson, La importancia de los profesores en tu vida



“Me molesta que se critique a los profesores. Son muy importantes para nuestras vidas”
Ken Robinson · Educador y escritor
El País: Aprendemos Juntos 

viernes, 28 de agosto de 2020

Sensaciones



Estamos en la penumbra y el silencio, no tenemos miedo, ni odio, ni rencor, ni hastío, ni deseo, ni amor siquiera. Sólo el fluir del estar que parece detenerse y abolir el tiempo. Tampoco ese recuelo de la vida que se va por el sumidero cotidiano y que son los sueños que nada significan.


sábado, 15 de agosto de 2020

Fernando Simón/Krist Novoselic parecido razonable



Creo que los enemigos de Fernando Simón (1963) no lo ven a él sino a Krist Novoselic (1965), músico estadounidense de origen croata que, junto con Kurt Cobain, fue cofundador y bajista de la banda Nirvana. No ven la imagen desenfadada de un experto epidemiólogo, sino el desaliño grunge de un cantante de rock alternativo que desafía a la cámara y al mundo. Apela directamente a las fobias de su inconsciente. No saben que el hábito no hace al monje, que las apariencias engañan, que la verdadera libertad es ser como uno quiere ser, no como les gusta a los demás, que lo peor es fingir. A mí me da más miedo esta imagen de Nirvana con sus componentes disfrazados de niños bien que la de otra entrada anterior de mi blog. 

jueves, 13 de agosto de 2020

Más de cuatrocientas mil visitas

Hoy he pasado la barrera de las cuatrocientas mil visitas que sumadas a las 230.000 de Garcilazomolamazo  superan la cantidad de 630.000, número impensable cuando empecé esta aventura obligada. Tengo que dar las gracias a mis amigos que me animan con sus comentarios y a los lectores ocasionales que pierden el tiempo leyendo mis ocurrencias. Recibo algunos días más de 100 visitas de un solo país: Irlanda, Rumanía, Estados Unidos, Ucrania... Supongo que son profesores que han encontrado algún material para utilizar en sus clases, pero blogger no me indica qué entradas son las más leídas. Sigo adelante a pesar del desánimo que me acecha algunas veces en este quehacer solitario y, a pesar de blogger, luchando contra las erratas y errores propios. 

lunes, 10 de agosto de 2020

Mi ilustre vecina, Emilia (Pardo Bazán)


A través de la biografía de Emilia Pardo Bazán, he descubierto que la escritora gallega, que conquistó espacios públicos vedados a las mujeres, vivió desde 1890 en el número 35 de la calle de San Bernardo donde creó una de las tertulias más afamadas del Madrid de su época, allí radicaron también sus aventuras editoriales, la Biblioteca de la Mujer (en la que editó su propia obra) y la revista literaria Nuevo Teatro Crítico.
Su relación con distintos espacios del barrio está bien documentada y comenzó incluso antes de ser vecina del mismo (la calle de San Bernardo, la plazuela de Santo Domingo, la calle del Pez, la Gran Vía… salen reflejadas en Morriña). Habitando ya en la zona, Pardo Bazán frecuenta la calle de los Libreros, la Universidad, el Teatro Lara, la redacción de El Imparcial, el Instituto Cardenal Cisneros –donde estudió su hija Blanca–, o la farmacia del D. Garrido (en la calle de la Luna, hoy Farmacia Cardona). Por su cercanía de la Universidad Central, el barrio era rico en librerías, cafés literarios e imprentas. En la misma calle San Bernardo estaba, por ejemplo, la imprenta de Agustín Avrial, donde se imprimió en 1899 la versión en papel la conferencia La España de ayer y la de hoy, que doña Emilia impartió con gran éxito en París. Pardo Bazán tiene estatua frente a los números 2 y 4 de la calle de las Negras, en su cruce ya con la calle Princesa, en los recientemente bautizados como Jardines de las Feministas.
Las tertulias de San Bernardo primero fueron semanales (los jueves), y luego quincenales y vespertinas. A su casa, de modesta fachada y de estancias lujosamente decoradas, en la que destacaban la biblioteca y el salón, asistían escritores, pero también políticos, artistas, aristócratas y, en definitiva, todo aquel que era alguien en Madrid.

El monólogo Emilia 



 Emilia de Noelia Adánez es un monólogo mezcla de alegato y biografía en el que la escritora se despacha a gusto contra la sociedad que quiere encorsetarla. Un discurso imaginario que ha servido para construir un monólogo de una gran fuerza histórica. La función comienza con la irrupción de Emilia Pardo Bazán en la Real Academia de la Lengua en 1889. Las eminencias del momento, Clarín, Valera, Zorrilla… se le echan encima desde sus sillones con abucheos y campanillas intentando frenar su discurso. Pero Emilia es una mujer adelantada a su tiempo que no está dispuesta a que la aparten del camino. Ni a callar. 

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