sábado, 12 de septiembre de 2020

El negacionismo y los buenos deseos

          


 Al menos en algunos casos quienes niegan, en el grado y modo que sea, la realidad de la pandemia caen en el impulso inconsciente de creer lo que se ajusta a sus deseos íntimos: no me gusta nada que haya coronavirus ni las consecuencias y problemas que conlleva, luego no creo en ello. Algo de esto ha ocurrido siempre, ya que el ser humano es casi igual desde hace miles de años.

       En la Guerra de las Galias se narra el intento de una tribu gala de atacar un campamento romano al considerarlo mal protegido y suponer desmoralizados a sus defensores, creencia hábilmente fomentada por el comandante romano, uno de los lugartenientes de Julio César. Y éste añade a los motivos que tenían los galos para su ataque un colofón lapidario y desgraciadamente de plena actualidad:

                          fere libenter homines id quod volunt credunt,

lo que podría traducirse: ‘en general la gente cree con gusto en lo que desea’ (B. G. 3,18,6). El intento galo acabó rápidamente en una completa derrota, o eso al menos nos cuenta César. Esperemos que las actitudes negacionistas no contribuyan a aumentar la derrota que ya nos está causando eso que anda por ahí.

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