lunes, 27 de febrero de 2023

Escultura en el exterior del Reina Sofia: El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella

Réplica de la escultura 2001

 


Escultura Feria Universal Paris (1937)


Detalle de la estrella roja  
Está claro que veo una estrella roja en un edificio, un tren, una escultura o una gorra y me vuelvo loca. La de veces que he pasado por el exterior del Museo reina Sofía de Madrid y no me he fijado hasta ahora en la que corona la escultura de Alberto Sánchez (Toledo, 1895; Moscú, 1962) El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, realizada en 1937 por encargo del gobierno de la República para el pabellón de España en la Feria Universal de Paris, la misma que albergó en su interior el famoso Guernica de Picasso, también en el museo en la actualidad. La escultura desapareció a pesar de su envergadura (12,5 m. de alto confeccionada con cemento y bronce). La réplica que está desde 2001 en la plaza Juan Goytisolo (mide 18,7 m y pesa 7 toneladas) la realizó en cemento el artista valenciano Jorge Ballester.

El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella es una especie de tortuoso cactus antropomórfico con acanaladuras, cuya cúspide está coronada por una estrella roja. El cuerpo de la obra sugiere el difícil momento de la sociedad española que llevaba un año sufriendo la Guerra Civil cuando se celebra la exposición de París. El pseudocactus brota del suelo y parece como arado, alusión a la tierra de España y sus gentes. El camino tiene un jalón, una paloma, símbolo de la paz, y un final esperanzador según la visión política de Alberto, la estrella roja que denota su filiación socialista. O dicho de otra manera, el artista concibió su obra como una estructura orgánica que brotase del suelo y se elevase hasta alcanzar una estrella roja, representación del socialismo. 

Bien, parece ser que "en unos trabajos de remodelación y adecuación llevados a cabo por los servicios técnicos del Ministerio de Asuntos Exteriores, se ha encontrado el original de la escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, fragmentada en seis contenedores de madera, custodiados, sin inventariar y sin etiquetar. La única referencia es un rótulo estampado en el exterior con el texto “procede de Paris”. Si esto es así, la escultura recuperada volverá a Toledo, como quería su creador.  

 El escultor republicano más famoso tenía sus obras olvidadas en un almacén (hasta ahora) 

La escultura de Alberto, recuperada, vendrá a Toledo,  blog hombre de Palo 


domingo, 19 de febrero de 2023

Personajes aborrecibles en la literatura

 

El escritor Michel Houellebecq

El editor Malcolm Otero Barral (Barcelona, 1973) me ha ahorrado escribir una entrada, me parece muy interesante su artículo La madre de Caperucita Roja y otros odiosos personajes que aparece hoy en el diario Información. Ahonda en el lado oscuro de la condición humana. 

"A quién no le ha pasado que, leyendo una novela, ha acabado detestando a uno de sus protagonistas. Y no hablamos de villanos, ni siquiera de esos personajes que el autor coloca intencionadamente en el lado oscuro, este reportaje pretende indagar en el personaje irritante, odioso, que nos saca de quicio; por tóxico, por pusilánime, por incoherente o por lo nocivo de sus actos sin necesidad de ser intrínsecamente malo".

"Asimismo, es indiscutible que no podemos evitar sentir cierta devoción por la imperfección. Incluso la novela policiaca ha ido abandonando al héroe por una versión (el antihéroe) menos impoluta y ejemplar. Y es que, por mucho que admiremos a personajes luminosos, hay pocas cosas tan sugestivas como adentrase en el cuarto oscuro de la condición humana".

"Lo cierto es que estos personajes, muy frecuentemente al borde del abismo vital, tienen un magnetismo mayor que aquellos que se mueven en la (no nos engañemos) aburrida línea de la rectitud sin vacilaciones morales. Asimismo, estos odiosos personajes sirven, a menudo, como instrumento de reflexión o denuncia".

https://www.epe.es/es/autor/malcolm-otero-barral-1739044


jueves, 16 de febrero de 2023

Vargas Llosa: Los vientos (la verdad en las mentiras)

Lejos de lo que nos han contado las revistas y las tertulias del corazón sobre Los vientos ( octubre de 2021), el relato de Vargas Llosa no es un ajuste de cuentas con Isabel Preysler, sino una parodia en clave de humor de un escritor viejo y cansado que no reconoce ya el mundo en el que vive. Su mirada de otro siglo se posa en unas costumbres actuales que abomina, mientras se ve afectado por la melancolía que le hace reflexionar sobre su pasado amoroso. Se pasea por un Madrid desconocido y distorsinado a la vez que reconocible, donde la cultura se ha convertido en un espectáculo con un dominio absoluto de pantallas e imágenes sobre la razón y las ideas. También se queja del cierre de cines, librerias y blibliotecas; la imposición del vegetarianismo y la asepsia de la nuevas generaciones ante el sexo).

 El título del relato en principio parece romántico, pero se refiere a las ventosidades (gases, flatulencias) que se le escapan al protagonista junto a su propia vida. En definitiva, da una vuelta de tuerca a un artículo de costumbres que nos recuerda a los del último Larra que, desengañado, narra su desolación mientras conversa con su criado, en Los vientos, el protagonista con su amigo Osorio. 

El cuento crepuscular es ingenioso y divertido como casi toda la obra de Vargas Llosa que es un maestro en esconder la verdad entre las mentiras (La verdad de las mentiras). Nos presenta a un hombre en un momento airado, llevado por sus enfermedades (vientos) que está a punto de irse a tomar vientos (a morirse).

miércoles, 15 de febrero de 2023

15 de Febrero, Día del desamor

 El día de los enamorados es otro invento para vender más que hace las delicias de jóvenes entusiasmados por la experiencia revolucionaria del amor que nos vuelve tontos de felicidad y que desgraciadamente sigue unas extrañas leyes de supervivencia que caducan con el tiempo. Tal vez debería inventarse un día para los desenamorados que son legión, no me vale el día del soltero (11 de noviembre) que vive feliz e independiente en un minipiso asombroso. Me refiero a las personas que buscan el amor o el reflejo del amor del que tanto habla la literatura, y solo encuentran desasosiego y falta de afecto, o las que tratan de recuperarse de una experiencia negativa después de haber celebrado varios sanvalentines acompañados. Por eso propongo que se celebre el 15 de febrero el día del desamor, porque la realidad nos demuestra que el amor no es eterno, produce heridas que cada uno trata de lamérselas como puede: ruptura, depresión, desorientación vital... Tenemos que estar preparados para un proceso de desvinculación con la otra persona para afrontar un nuevo futuro sin hacer el ridículo.

La primera novela de Rosa Montero Crónicas del desamor (1979) nos marcó a toda una generación porque nos hablaba del reverso del amor entre las parejas que nada tenía que ver con las películas ni con la sociedad que nos rodeaba. El desamor es un estado emocional confuso en el que caemos cuando se termina la relación de pareja, un desastre que pone patas arriba nuestra existencia, que nos hace dudar de nosotros mismos. Lo más fácil es echarle la culpa al otro o caer en un nido de odio y rabia que nos mueve a la venganza.

Lo peor de ahora son las rupturas mediáticas que no dejan de contribuir a facturar dinero a los protagonistas. Me dije que no escribiría sobre el culebrón televisado de Vargas-Preysler, ni sobre la canción de Shakira; pero aquí y en la siguiente entrada estoy comentándolas. La primera fue civilizada, pero ha destapado algunas miserias. La segunda, la chabacana canción de Shakira es una vergonzosa venganza en toda regla, se ha hecho para herir y destruir al otro y a su nueva pareja. Comparto la opinión de B. O. que expuso en su muro de facebook:   

 Me atreveré a decirlo: la comentadísima canción de Shakira me parece una ofensa. Una ofensa al buen gusto, a los oídos medianamente educados, a los grandes libretistas de ópera y a los letristas de la música popular, a los estudiantes de canto, a las buenas voces relegadas a túneles y vagones de metro, a la música latina, a las mujeres y a los hombres despechados del bolero y de la copla, a los cantautores capaces de emocionar con sus vivencias y a Johann Sebastian Bach.

Me sorprende, como a ella, que las feministas hayan jaleado este circo. ¿Hubieran hecho lo mismo si el hombre fuera el protagonista? No, lo hubieran puesto a caldo. Así que estamos ante un caso de hembrismo. Se aplaude a una mujer que se comporta como una loba (homo homini lupus) siendo cruel con sus semejantes. Sororidad no puede ser aceptar que todo lo que hacen las mujeres esté bien. Esta canción que necesita ser subtitulada no puede ser de ningún modo un himno de empoderamiento y liberación femenina cuando ella misma se compara con objetos de lujo. Ni es original ni era necesario decirlo de esta manera. Tiene la misma gracia, es decir, ninguna, que los chistes de suegras o los antifeministas.

Sea por despecho o desamor, lo mejor es no ofender al otro, aunque sea una rata de alcantarilla. Lo mejor es admitir el sentimiento y pasar cuanto antes el duelo: se nos acabó el amor de tanto usarlo o de no usarlo nada.¡Que te vaya bien! Fue muy bonito mientras duró, aunque tú me dejaste de querer cuando yo más te quería. Y punto y final. A recuperarse de la herida. Sea como fuere, si alguna mujer se siente mejor cantando y bailando la canción, me alegro, Shakira también (seguirá facturando).

domingo, 12 de febrero de 2023

Sylvia Plath: luna de miel en Benidorm (1956)


Sylvia Plath  en 1956 en la playa de Benidorm (?)
Hace sesenta años la poeta estadounidense se suicidó un 11 de febrero de 1963, envenenándose con gas. Tenía tan solo treinta años. 
A través del artículo del diario Información  Sylvia Plath: cicatriz y genealogía, me he enterado de que pasó parte de su luna de miel en Benidorm. 
Sobre su vida y su obra se han escrito numerosos testimonios que la han convertido en un mito. Dejo esos aspectos a eruditos ilustres y sólo me intereso por su visión del pueblo costero alicantino que contribuyó a su felicidad. Allí tomó notas, escribió artículos, realizó bocetos y se inspiró para futuros poemas.

No está claro si la fotografía que acompaña estas líneas fue hecha en Benidorm cuando Silvia Plath y Ted Hughes llegaron a mediados de los 50 o se realizó en Estados Unidos. Pero lo que sí sabemos es que era el único lugar en España en el que estaba permitido el bikini, y aquellas mujeres que lo hacían estaban protegidas contra insultos y amenazas de los vecinos por un decreto emitido expresamente por el propio alcalde.
“Después de una hora de viajar en autobús a través de montes desiertos de arena roja, huertos de olivos y matorrales, todo tan típico, vi aquel mar azul centelleante, la limpia curva de sus playas, sus inmaculadas casas y calles –todo, con una pequeña y relumbrante ciudad de ensueño–, sentí instintivamente, igual que Ted, que ése era nuestro lugar”, escribía Sylvia Plath en una carta dirigida a su madre sobre las impresiones que le causó ese enclave, al que definió como “una extraña mezcolanza de pobreza, limpia y llena de colorido, y hoteles color pastel, todo aparentemente como si lo acabasen de construir… Novísimo, con los más modernos estilos amalgamados a la sencilla arquitectura del lugar. Muy extraño porque  Benidorm, recién descubierta por los turistas, excepto sus hoteles no tiene nada de comercial".

El tiempo que la pareja iba a pasar en Benidorm dependía de lo que dieran de sí sus ahorros, para lo cual era necesario encontrar un alojamiento agradable, pero asequible. “Durante el viaje en autobús nos fuimos volviendo más y más escépticos sobre la posibilidad de alquilar una casa amueblada, con todos los enseres necesarios –recordaba Plath–. Habíamos empezado a pensar, con pesar, que quizá lo más conveniente sería una habitación de hotel, con baño, buena ventilación y luz, etcétera, cuando una mujer pequeña y vivaracha de ojos negros, que iba en el asiento delantero del nuestro, se volvió a preguntarnos si hablábamos francés. Al contestarle que sí, nos informó que tenía una casa muy bonita a orillas del mar, con jardín y amplia cocina, y que alquilaba habitaciones para el verano. Sonaba casi demasiado hermoso para ser cierto, pues combinaba las ventajas de una casa para nosotros solos, que no podíamos pagar, con las comodidades de un hotel".

“La alegría de haber cambiado la avenida frente al mar, bulliciosa, infestada de luces de neón verde, de turistas, de hoteles caros, que ofrecía el espectáculo deprimente de las multitudes ociosas y aburridas (…) la alegría de haber cambiado todo eso por un barrio común y corriente, lleno de gente de aquí, aumenta cada día”

La pareja también dedicó tiempo a la holganza. “Entonces preparo el almuerzo y nos vamos dos horas a la playa a dormir la siesta y a nadar, cuando toda la gente se ha ido ya a sus casas, y tenemos la playa para nosotros solos”.“Benidorm, domingo por la mañana, 22 de julio: (…) nos levantamos a las siete, matamos moscas que nos asedian, escuchamos las campanillas de los carros tirados por burros y los gritos de la simpática panaderita con su cesto de bollos dulces (…) Mi mesa con la máquina de escribir junto a la ventana mira al cobertizo de la puerta principal y, a lo lejos, a través de las hojas de la parra que da sombra a la pérgola, veo la sierra llena de casitas blancas”.

En esa casa permanecieron cinco semanas, a lo largo de las cuales Plath y Hughes se dedicaron a leer, descansar, escribir e incluso dibujar las calles, las casas y aquellos objetos cotidianos que llamaban su atención. "Deambulé con Ted haciendo bocetos detallados con pluma y tinta, mientras él leía, escribía o meditaba sin más, sentado a mi lado. Espera a ver estos pocos de Benidorm; los mejores que he hecho en toda mi vida, líneas y sombreados muy marcados y refinados; asuntos muy difíciles también", comentaba Plath a su madre sobre esos dibujos.

Además de dibujos, las escenas y situaciones que encontró Plath en la costa española le inspiraron algunos poemas que escribió en los años posteriores. Entre ellos se encuentran Las remendadoras de redes (“Entre el pequeño puerto de los pesqueros de sardinas / y las arboledas donde las almendras, aún delgadas y amargas, engordan sus cáscaras picadas de verde, las tres rederas / vestidas de negro –pues aquí todo el mundo está de luto por alguien– / colocan sus robustas sillas y, de espaldas a la calle y de cara a los oscuros / dominios de sus umbrales, se sientan”) , Los mendigos o Los melones de fiesta (“En Benidorm hay melones, / Carros tirados por burros, cargados / De incontables melones, / Óvalos y pelotas / Verde brillante, arrojadizos, / Decorados con rayas / Color verde tortuga oscuro”) .

Isabel Coixet, fiel lectora suya, en su película "Nieva en Benidorm" evoca el paso de la autora norteamericana como una especie de fantasma inspirador de la crisis existencial de sus personajes. «Después de leer su diario, quería atrapar ese momento en la película, que ella describió como de plena felicidad, ese contento que te hace creer que todo es posible, que todo estaba por hacer en su vida», explicó la directora, que la ha querido rescatar así de todo el proceso autodestructivo a la que la llevarían sus demonios y un matrimonio que imaginó perfecto pero acabó en tragedia. 

La luna de miel se convirtiría poco tiempo después en luna de hiel. 

Para saber rmás:

https://www.revistavanityfair.es/sociedad/celebrities/articulos/sylvia-plath-verano-benidorm/27182

https://www.traveler.es/viajeros/articulos/viaje-a-un-libro-el-benidorm-de-sylvia-plath/18315

https://www.informacion.es/ocio/tv/2022/02/11/sylvia-plath-benidorm-luna-miel-62576677.html

Descubierta una gruta subterránea en La Algueña (Alicante)


Hoy he desayunado con la noticia del periódico Información de Alicante que recoge lo que ya sabíamos desde hace unos días los incondicionales de La Algueña. Dos jóvenes de forma casual han descubierto una sima que desciende a una cueva a 30 metros de profundidad con cientos de estalactitas y estalagmitas. Los descubridores han decidido llamarla Cueva del Lentisco. El equipo de la Federación de Espeleología de la Comunidad, que ha comprobado la extensión y el estado de la gruta, advierte sobre su peligrosidad porque la cueva está seca y se pueden producir desprendimientos. Por eso no se ha revelado su ubicación. No está destinada para el gran público, solo para expertos espeleólogos.

Me ha hecho gracia el tono épico de la redacción al recrear la aventura. Me recuerda al empleado en el NODO cuando, en de diciembre de 1963, se hacía eco de que unos chicos de Arenas de San Pedro habían descubierto también por casualidad las cuevas del Cerro del Águila. En ambos casos los protagonistas se convierten en héroes llenos de curiosidad y valentía, pero al mismo tiempo inconscientes de la peligrosidad que conllevaba el hallazgo:

  "Lo cierto es que no podían imaginarse lo que se iban a encontrar a medida que se adentraban en las entrañas de la Tierra. Tras serpentear por un angosto orificio, alcanzaron una cavidad de gran tamaño en la misma entrada, cortada por una pared lisa de unos doce metros de profundidad. Fue el punto de partida desde el que comenzaron a recorrer un oscuro entramado de galerías y recovecos de diferentes tamaños, por los que es muy fácil desorientarse, y espectaculares formaciones geológicas con cientos de estalactitas y estalagmitas de caprichosas formas y grosores".

Seguro que tendremos más información en el futuro sobre este paisaje kárstico.

viernes, 10 de febrero de 2023

Regaliz de palo y pastillas Juanola

El artículo de El Comidista ¿Qué fue del regaliz de palo? Historia de una golosina natural me ha hecho recordar que hace mucho tiempo que no veía palo de regaliz en los puestos callejeros, porque ahora el dulce tradicional está relegado a herbolarios y tiendas de especias. A la planta del regaliz se la conoce por multitud de nombres: agarradera, alcancuz, alcarzuz, alcazul, alfendol, bena, chocolate del moro, erregaliz, fendoces, findoz, fustdolz, melosa, orojué, ororuz, orozú, orozuz, paliduz, palulú, palo dulce, palo-luz, palodul, palodulce, regalicia, regalistia, regaliz, regaliza y rogalicia. Yo la he llamado siempre palulú. 

Esta raíz medicinal se obtiene del arbusto Glycyrrhiza glabra L., una planta herbácea vivaz, originaria del sur de Europa y de Asia menor que puede llegar a alcanzar el medio metro de altura, cuyas raíces son cilíndricas, largas y leñosas. Su nombre científico significa raíz dulce en griego. En la antigua Grecia utilizaban el regaliz por sus cualidades terapéuticas para tratar cuestiones de salud tan diversas como: úlcera de estómago, virus, gastritis, tos, catarros o dolencias del sistema respiratorio. Su recolección sigue siendo artesanal.



Precisamente el regaliz es el componente básico de las pastillas Juanola junto con el mentol y el eucalipto que se utilizan para calmar la tos. Fueron creadas en 1906, en el laboratorio de una pequeña farmacia del barrio de Gracia en Barcelona por el boticario Manuel Juanola Reixach. Las diminutas píldoras para chupar tuvieron un éxito increíble y se comercializaron en las farmacias españolas.

Para mí, el palulú y las pastillas Juanola van unidos en el recuerdo. En los años sesenta no teníamos tantas chucherías como ahora, apenas caramelos, chicles y alguna chocolatina en determinadas fiestas. En las ferias, el lujo era comer trozos de coco. Los chavales nos entreteníamos comiendo pipas, chupando regaliz y ablandando castañas pilongas. En el pueblo el repertorio aumentaba con "torraos" (garbanzos tostados), chufas y altramuces. Mi padre era nuestro proveedor porque de pequeño invertía parte de su paga semanal en esos sanos manjares a su alcance y nos comprendía mejor que nadie. Se ponía contentísimo cuando conseguía raíces de regaliz y en sus bolsillos siempre llevaba una pequeña caja de juanolas de distintos colores con tapa de plástico trasparente que contenía pequeñas pastillas de un negro brillante y forma romboidal. Por arte de magia aparecía en el momento oportuno para aclarar la garganta y, de paso, hacer amigos, costumbre que había heredado de su padre. Incluso tenía una estrambótica teoría elaborada con datos reales: era más barato comprar una caja de Juanolas que comprar un periódico. 
Tenía razón, hoy un periódico cuesta 2 euros y una caja pequeña de pastillas 2,20. Ahora mismo me acerco al quiosco y a la farmacia.