miércoles, 15 de febrero de 2023

15 de Febrero, Día del desamor

 El día de los enamorados es otro invento para vender más que hace las delicias de jóvenes entusiasmados por la experiencia revolucionaria del amor que nos vuelve tontos de felicidad y que desgraciadamente sigue unas extrañas leyes de supervivencia que caducan con el tiempo. Tal vez debería inventarse un día para los desenamorados que son legión, no me vale el día del soltero (11 de noviembre) que vive feliz e independiente en un minipiso asombroso. Me refiero a las personas que buscan el amor o el reflejo del amor del que tanto habla la literatura, y solo encuentran desasosiego y falta de afecto, o las que tratan de recuperarse de una experiencia negativa después de haber celebrado varios sanvalentines acompañados. Por eso propongo que se celebre el 15 de febrero el día del desamor, porque la realidad nos demuestra que el amor no es eterno, produce heridas que cada uno trata de lamérselas como puede: ruptura, depresión, desorientación vital... Tenemos que estar preparados para un proceso de desvinculación con la otra persona para afrontar un nuevo futuro sin hacer el ridículo.

La primera novela de Rosa Montero Crónicas del desamor (1979) nos marcó a toda una generación porque nos hablaba del reverso del amor entre las parejas que nada tenía que ver con las películas ni con la sociedad que nos rodeaba. El desamor es un estado emocional confuso en el que caemos cuando se termina la relación de pareja, un desastre que pone patas arriba nuestra existencia, que nos hace dudar de nosotros mismos. Lo más fácil es echarle la culpa al otro o caer en un nido de odio y rabia que nos mueve a la venganza.

Lo peor de ahora son las rupturas mediáticas que no dejan de contribuir a facturar dinero a los protagonistas. Me dije que no escribiría sobre el culebrón televisado de Vargas-Preysler, ni sobre la canción de Shakira; pero aquí y en la siguiente entrada estoy comentándolas. La primera fue civilizada, pero ha destapado algunas miserias. La segunda, la chabacana canción de Shakira es una vergonzosa venganza en toda regla, se ha hecho para herir y destruir al otro y a su nueva pareja. Comparto la opinión de B. O. que expuso en su muro de facebook:   

 Me atreveré a decirlo: la comentadísima canción de Shakira me parece una ofensa. Una ofensa al buen gusto, a los oídos medianamente educados, a los grandes libretistas de ópera y a los letristas de la música popular, a los estudiantes de canto, a las buenas voces relegadas a túneles y vagones de metro, a la música latina, a las mujeres y a los hombres despechados del bolero y de la copla, a los cantautores capaces de emocionar con sus vivencias y a Johann Sebastian Bach.

Me sorprende, como a ella, que las feministas hayan jaleado este circo. ¿Hubieran hecho lo mismo si el hombre fuera el protagonista? No, lo hubieran puesto a caldo. Así que estamos ante un caso de hembrismo. Se aplaude a una mujer que se comporta como una loba (homo homini lupus) siendo cruel con sus semejantes. Sororidad no puede ser aceptar que todo lo que hacen las mujeres esté bien. Esta canción que necesita ser subtitulada no puede ser de ningún modo un himno de empoderamiento y liberación femenina cuando ella misma se compara con objetos de lujo. Ni es original ni era necesario decirlo de esta manera. Tiene la misma gracia, es decir, ninguna, que los chistes de suegras o los antifeministas.

Sea por despecho o desamor, lo mejor es no ofender al otro, aunque sea una rata de alcantarilla. Lo mejor es admitir el sentimiento y pasar cuanto antes el duelo: se nos acabó el amor de tanto usarlo o de no usarlo nada.¡Que te vaya bien! Fue muy bonito mientras duró, aunque tú me dejaste de querer cuando yo más te quería. Y punto y final. A recuperarse de la herida. Sea como fuere, si alguna mujer se siente mejor cantando y bailando la canción, me alegro, Shakira también (seguirá facturando).

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