En el debate del Brexit, el Partido Laborista inglés ha lanzado en sus redes sociales un anuncio que retrata de forma satírica todos los estereotipos racistas, xenófobos y clasistas que se entremezclan en los discursos de muchos dirigentes.
Los partidarios del Brexit (como Trump, como Vox) atribuyen todos los problemas políticos a los extranjeros que han venido para quitarnos el trabajo y aprovecharse de nuestros servicios sociales. Pero la crisis es un problema del conjunto de la sociedad, dominada por grandes corporaciones cuyo único interés apunta a reducir costes: de fabricación, de mano de obra, de envío… Un capitalismo salvaje que conduce al individuo a la autodestrucción.
La última película de Ken Loach ‘Sorry We Missed You’ nos refleja con un naturalismo tremendo la caída a los infiernos de un matrimonio británico con dos hijos que vio cómo se desvanecían sus sueños de comprarse una vivienda cuando un banco se quedó con sus ahorros. La única salida que ve el padre, después de muchos trabajos temporales precarios en la construcción, es dedicarse al servicio domiciliario de paquetería para lo que tiene que comprarse su propia furgoneta, convirtiéndose en un falso autónomo que llegará a trabajar catorce horas seguidas, seis días a la semana, sin posibilidad de poder faltar al trabajo y sin vacaciones. Mientras, la mujer se desvive cuidando ancianos en jornadas interminables como resultado de los recortes sociales. Salí del cine tocada al asistir al terror cotidiano de la lucha por la supervivencia de dos buenas personas que lo tienen todo en contra, no había respiro en la sucesión de episodios de mala suerte y de violencia con leves rasgos de humor.
Siempre nos quedará el cineasta Ken Loach que, como ya hizo
Zola en el siglo XIX, sigue su inagotable lucha en favor de los derechos de la
clase trabajadora haciendo películas que nos muestran una verdad incómoda, lo
que no queremos ver y lo que ocultan los periódicos. La película se debería
poner en los colegios (la charla del policía al hijo absentista es antológica)
para que los jóvenes salgan de su propia comodidad egoísta y vean más allá de
sus narices.