A mi primo Roberto Marco Cuéllar, otro enamorado del cine mudo
El cine mudo (1896-1930) ha sido injustamente olvidado, silenciado, perdido e ignorado. Es una pena porque estas filmaciones son fascinantes y bellas, incluso muy modernas. Lamentablemente, sabemos más del cine hecho fuera de España que de la historia del cine español de estos primeros años. Un tercio de nuestro cine ha desaparecido porque los rollos de película eran de nitrato, material inestable y altamente inflamable. Afortunadamente, las instituciones españolas llevan un tiempo rescatando del olvido las escasas películas que se conservan. Se merecen un ciclo en TVE para que lo conozcan las nuevas generaciones.
Como casi todos, he disfrutado con tres de sus grandes figuras cómicas que triunfaron también en el sonoro: Charlot, Buster Keaton y Harold Lloyd. Los dos primeros fueron además de actores, guionistas y directores que heredaron de sus padres el oficio del teatro y las variedades. En primer lugar, Charlot, un genio de corazón y compromiso; en segundo lugar, Buster Keaton, Pamplinas, el surrealista que llevaba la risa por dentro; y, en tercer lugar, Harold Lloyd, el hombre común sometido a los peligros de la gran ciudad, el favorito de mi abuela Ángeles que iba al cine en Villena en busca de risas y angustias, de diversión y de emoción. El humor de estos tres gigantes es universal, está basado en gags visuales, no necesita palabras.
Restos del Coliseo del Noviciado (ABC,31/03/1912) |
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2 comentarios:
Muy interesante, la cantidad de veces que he ido con mis primos a los cines de barrio de Prosperidad, casi en cada manzana había un cine
La mayoría han sido derribados o se han convertido en gimnasios, supermercados, tiendas de ropa... Ya no quedamos para ir al cine porque sobreviven muy pocos. Gracias por tu comentario. Un abrazo, Vicente.
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