viernes, 22 de marzo de 2019

La cutrez de la calle del Pez


En los alrededores de la calle del Pez aparecieron hace tiempo unos misteriosos y originales pantalones-maceteros, esculturas realizadas con pantalones viejos, rellenos con papeles de periódico impregnados en alquil para dar forma a las piernas, apoyadas en zapatos, que sirven de soporte a macetas con plantas. Estas esculturas espontáneas provocaban en el paseante primero extrañeza y luego una sonrisa. Hasta El País se hizo cargo de la noticia y nos presentó a su autor, un jubilado del barrio de 70 años, nacido en Alicante, que estudió Industriales. Cuando puse cara al vecino, esta me resultó conocida y al ver su email, ya no tuve ninguna duda, es de Villena como toda mi familia y casi estamos emparentados porque su hermana se casó con un primo mío. Además, los dos pertenecemos al gremio de la enseñanza, nos une el gusto por las plantas -en las casas antiguas del pueblo siempre había un patio interior cuajado de aspidistras- y la obsesión por hacer de Malasaña un lugar bello y acogedor.
Ahora también están repoblando los alcorques, iniciativa que se llevó a cabo este otoño por parte del Ayuntamiento, tras una propuesta incluida en los presupuestos participativos 'Tu barrio se planta', que busca la implicación de vecinos y comerciantes en su cuidado. Una buena idea la de plantar estos mini jardines, aunque desaparecieron en poco tiempo, se hicieron de manera artesanal y algo chapucera, más digna de un colegio de primaria de que de un proyecto de la capital de España. Los viandantes se llevaban las plantas, estas no se reponían y los vándalos desaprensivos que nos invaden los fines de semana se ensañaron con ellos. 

  

Esta semana volví a pasear por Pez, después de un tiempo sin hacerlo, y me sorprendió la cantidad de tiendas cerradas y el abandono de la calle, al que contribuye la proliferación de los pantalones con plantas que cuelgan ahora sin gracia, como si fuesen ahorcados con las perneras llenas de pintadas, y los zapatos viejos que sirven de maceteros. La impresión no fue agradable, lo que al principio era original se ha convertido en decoración cutre, más que una muestra de arte pobre*. Bien están las iniciativas populares y participativas, pero mejor está guardar el decoro. Supongo que a algunos vecinos les gustará, a mí no, hay gustos para todo, y toda esta decoración me parece ya un poco obsesiva. Creo que es el Ayuntamiento el que debe poner plantas en condiciones con materiales apropiados, no recuperados de los ropavejeros, y encargarse de su mantenimiento. Yo quiero arte en la calle y que mi barrio esté tan limpio y cuidado como el barrio de Salamanca porque pagamos los mismos impuestos, no quiero que sea pasto del mal gusto porque ya está bastante degradado. ¡Pobre barrio mío! ¡SOS Malasaña!



Marzo 2019. Así está ahora el proyecto Tu barrio se planta en la calle La Palma 














*El término  arte pobre (del italiano  arte povera) es una tendencia dada a conocer a finales de la década de 1960, cuyos creadores utilizan materiales considerados pobres, de muy fácil obtención, como madera, hojas o rocas, vajilla, placas de plomo o cristal, vegetales, telas, carbón o arcilla, o también materiales de desecho y, por lo tanto, carecían de valor.

Finalmente (otoño, 2022)  Adiós a la macetas de la calle Pez, el photocall verde deMalasaña

El jardinero urbano que creó la instalación de plantas en 2018 desmonta su cuerpo principal en torno a uno de los edificios. Juan dice estar más que orgulloso de la experiencia disfrutada con los vecinos y que “todo tiene su final, como la vida misma”.

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