martes, 19 de diciembre de 2017
Errores frecuentes del español
sábado, 16 de diciembre de 2017
La felicitación navideña de Peter Hassell
Isabel Coixet, La librería y Bastille
sábado, 9 de diciembre de 2017
Eres leísta... y no lo sabes
Eres leísta... y no lo sabes es un interesante y ameno artículo de Lola Pons en El País sobre el leísmo que tantos quebraderos de cabeza nos da a los profesores, porque no hay nada peor que la ultracorrección, ver errores donde no los hay.
Como decía mi amiga Margarita, madrileña de varias generaciones, desde que lo he estudiado soy leísta, laísta y loísta. Yo lo soy a veces.
viernes, 8 de diciembre de 2017
lunes, 4 de diciembre de 2017
Labia de barros (lapsus linguae)
Nuestro chiste favorito era el más tonto de todos:
El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.
Otros ejemplos:
jueves, 30 de noviembre de 2017
Calendario literario (Diciembre 2017) de Juan Bautista
martes, 28 de noviembre de 2017
Mi primera manta
domingo, 5 de noviembre de 2017
El tiro por la culata
En la cita le entregaron para que los leyese, ahí estuvo el error, un cuento y un álbum de recuerdos cuajado de fotos con una portada en la que aparecía un rostro sonriente y joven lleno de rizos que miraba asustado a la cámara y que no tenía nada que ver con su imagen en la actualidad. Lo piensa mientras riega las plantas que le regalaron, ahí sí acertaron. No se había llevado las gafas y apenas podía leer. Y siguieron unos minutos eternos, que a ella le parecieron de aburrimiento, en los que no pudo mirarles a la cara, porque se estaba preguntando qué es lo que había salido mal para sufrir esta tortura. No llevaba nada preparado y solo pudo darles las gracias porque sabía que lo habían hecho de corazón. Hay gente que disfruta con estas cosas. Ella no. Y ellos no se habían dado cuenta todavía, después de conocerse hace más de veinte años. El final del relato apuntaba a que todos tenemos todavía mucho pasado por delante, pero ella lo que quiere tener es mucho futuro en su compañía.
jueves, 2 de noviembre de 2017
Otoño mágico (haiku)
Los tulipanes de plástico han perdido hojas en el otoño y han anidado grullas.
Es el otoño.
caen los pétalos.
martes, 31 de octubre de 2017
Calendario literario (Noviembre 2017) de Juan Bautista
domingo, 22 de octubre de 2017
Los hermanos escritores Eduardo y José Antonio Lago
En otra entrada hacía referencia a los hermanos escritores y citaba a los Lago, porque he tenido la suerte de haberlos conocido hace muchos años. Parecían Zipi y Zape, aunque no son gemelos ni mellizos: tan iguales y tan complementarios. Hijos de militar, fueron adolescentes gamberros y anarquistas, como correspondía. El mayor, Eduardo (1954), introvertido, moreno, tranquilo y relajado, estudió Filosofía; el pequeño, José Antonio (1955), pelirrojo, extrovertido, nervioso y gesticulante, estudió Políticas. El menor, más simpático, llevaba la voz cantante y arropaba al mayor. Cuando coincidí con ellos, ambos trabajaban como profesores de inglés en el colegio Covadonga del Hogar del Empleado y hacían esporádicas traducciones. Muy involucrados en la movida madrileña, fundaron la revista literaria ilustrada de Lavapiés La Campana* (1980), donde publicaron sus primeros pinitos literarios: entrevistas, poemas y relatos. Dar clases en el nocturno tenía sus ventajas, las horas estaban más comprimidas y había tiempo para todo, y sobre todo, permitía trasnochar.
Primero conocí a Eduardo. Hacía poco que había llegado de la India, tenía una hija pequeña, y de vez en cuando nos regalaba, después de luchar contra la informática, sin darle importancia, pequeños relatos que nos revelaban su verdadera personalidad, escondida tras su seriedad: un ser extremadamente sensible que, con rostro de George Harrison y mirada de Buster Keaton, observaba la realidad para luego contarla mejorada y ampliada. Programó un ciclo de cine para los alumnos en la sala Cadarso, que funcionaba entonces como salón de actos, y, en 1980 cuando asesinaron a John Lennon, le hizo un homenaje en sus clases. Poco después decidió cambiar de vida y probar fortuna en Nueva York. Allí lo encontré en su primer año en la ciudad. Ejerció como un cicerone impecable y me regaló un día inolvidable, nunca le había visto tan hablador. Me llevó a los lugares que el turista apresurado no puede disfrutar: Washington Square, un viaje en metro, un paseo por Brooklyn y vuelta a pie por el puente con vistas al skyline de Manhattan, imantados por su luz de cristal. Acabamos en un tugurio oyendo música en directo. Cuando nos despedimos, lo vi feliz, arropado por la noche calurosa, casi como el niño que aparecería en la portada de su libro Llámame Brooklyn. Poco después ya estaba totalmente integrado dando clases de literatura en la universidad y colaborando en distintos periódicos. Posteriormente llegó su nombramiento como director del Instituto Cervantes y ganó el premio Nadal.
sábado, 21 de octubre de 2017
Más vale un por si acaso que quién se lo iba a figurar
miércoles, 18 de octubre de 2017
Sieranevada, película rumana
Normalmente escribo sobre las películas en versión original que me han gustado o sorprendido, o me han hecho pensar. No es este el caso de Sieranevada (otra película de extraño título). No sé nada del cine rumano y, después de leer someramente las críticas, creí que iba a asistir a una obra maestra sobre una familia que celebra un extraño ritual cuarenta días después de la muerte del padre y que serviría para mostrarnos las tensas relaciones entre ellos (Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada, como ya dijo Tolstoi). El tema, como se ve, no es original, pero la manera de abordarlo prometía: largos planos desplazándose de una habitación a otra teniendo como eje central un pequeño pasillo en una lograda ilusión de adaptación al tiempo real. Pero las tres horas de metraje se hacen eternas y agobiantes entre portazos, entradas y salidas continuas de los personajes, gritos, lloros de un bebé e innumerables cigarros. Si a Berlanga le gustaban las películas corales con argumentos absurdos en espacios abiertos, a Cristi Puiu, digno sucesor de su paisano Ionesco y de Sartre (Huis Clos,"A puerta cerrada", sin la genialidad de Buñuel encierra a sus actores en un espacio claustrofóbico del que todos, incluidos los espectadores, quieren salir a toda costa. Ya nos hacemos una idea del ritmo de la película en la primera escena, interminable e innecesaria, donde observamos a la pareja protagonista yendo y viniendo varias veces del portal a su coche. A partir de ahí todo se volverá más absurdo: el ritual típico de la región obliga a que un miembro de la familia personifique al finado, mIentras esperan al pope cuya llegada se demora, impidiendo que los familiares, muertos de hambre, se sienten a la mesa. Y todo entre conversaciones sobre la infidelidad, la religión, la política e, incluso, la credibilidad de las explicaciones oficiales de acontecimientos como el 11 de septiembre de 2001, mujeres atareadas con la comida y hombres sentados, ecos de Ceaucescu y fobia a los gitanos. Transcurridos 50 minutos, ya éramos incapaces de sentir ninguna empatía o interés por lo que ahí se estaba contando. Echábamos de menos la locura divertida del camarote de los hermanos Marx. Cuando faltaba media hora para que terminase, mi acompañante no pudo resistirlo más y se marchó. Yo me quedé, porque no me gusta dejar nada a medias. Cómo si no iba a hacer esta crítica.
Isabel de Villena, primera escritora en lengua valenciana
16 de octubre, Día de las mujeres escritoras
lunes, 16 de octubre de 2017
Llámame Brooklyn, Eduardo Lago
viernes, 13 de octubre de 2017
La premonición de Safeyce
jueves, 12 de octubre de 2017
Blog del arquitecto Santiago Fajardo
domingo, 8 de octubre de 2017
Traductor, traidor
lunes, 2 de octubre de 2017
Los Cinco y yo, Antonio Orejudo (Colegio Montserrat)
Foto insólita de los años 60 de Juan Manuel Pando Barrero de Zona de "los Tejares" próxima al Tejar de Sixto, antes de que se construyese el centro Monserrat. Las de la izquierda son las casas de empleados de la FNMT; las del centro, donde estaban los locales comerciales que servían de aulas del Montserrat; y a la derecha del todo, la que hace esquina entre Dr. Esquerdo y Sainz de Baranda. La foto está tomada desde el terreno que ocupa el Montserrat “de abajo", desde lo que ahora es la calle Juan Esplandiú. Piscinas del Mundial 86.
sábado, 30 de septiembre de 2017
Calendario literario (Octubre 2017) de Juan Bautista
viernes, 29 de septiembre de 2017
Estados Unidos del amor, película polaca
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Hermanos y escritores
Los hermanos y artistas románticos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer, además de su obra por separado, conjuntamente escribieron e ilustraron gran cantidad de artículos en revistas y otras publicaciones de la época. Así, se les atribuye incluso un libro satírico, inédito hasta 1990, denominado «Los Borbones en pelota».
En Argentina las hermanas Ocampo ejercieron una importante influencia en el desarrollo de los movimientos culturales en su país. Victoria desde su puesto de directora de la revista Sur, fundada por ella misma en 1931; fue la primera mujer miembro de la Academia Argentina de la Lengua. Su hermana Silvina Ocampo, esposa del escritor Adolfo Bioy Casares, formó parte de la llamada generación de 1940; su producción incluye poesía, ensayo, teatro y relatos, pero son estos últimos los que le han valido un mayor reconocimiento de la crítica y el público.
Ángela Labordeta ha escrito mucho del núcleo familiar en
libros como ‘Bombones de licor’ y ‘Tacones y muñecas’, donde explora dos mundos
familiares muy complementarios: la historia de su padre José Antonio Labordeta
y sus hermanos, entre ellos el poeta Miguel Labordeta, pero también aparecen
Manuel Labordeta, creador de cine y profesor, o el tío Luis, enfermo, en la
primera, y el mundo de una familia en los años 80, en la segunda. Pero es el
cuento ‘El novio de mi madre’, que da título a un conjunto de doce piezas,
donde aborda este asunto de manera más explícita.