La utilización del corrector en el ordenador no nos salva de estos desmanes, a veces los aumenta. Los periodistas que trabajan bajo la presión de la inmediatez son especialistas en ello. Un ejemplo de ello es el artículo Rescata el castellano: utiliza estas hermosas palabras en español en lugar de anglicismos como "flashback", "feedback" o "copyright" publicado en La Razón. El título es correcto, pero en el cuerpo del texto confunde anglicanismos con anglicismos, además de estar trufado de errores gramaticales, repeticiones y erratas que te animo a descubrir. Curiosa manera de "seguir apostando por nuestro idioma".
domingo, 10 de noviembre de 2024
Evitar los "anglicanismos"
Recuerdo perfectamente el día en que en clase tuve un lapsus linguae y utilice la palabra anglicanismo (conjunto de las doctrinas de la religión predominante en Inglaterra) cuando quería decir anglicismo (utilización de palabras inglesas). Un alumno, al que entonces odié pero que ahora aplaudiría, me corrigió. En ese momento hubiese deseado que la tierra me tragase. Menos mal que las equivocaciones orales se las lleva el viento, las escritas permanecen en el tiempo para nuestra vergüenza. A partir de ese momento dejé de ser tan rígida a la hora de calificar, un error lo tiene cualquiera. Y es que las palabras las carga el diablo, hasta los grandes escritores han cometido faltas. Yo me equivoco mucho y por eso pido disculpas por los errores y erratas que se deslizan por mis escritos. Hay que reivindicar la digna profesión de corrector de estilo con la que de paso se crearían muchos puestos de trabajo.
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4 comentarios:
Tienes razón: hay que reivindicar la profesión de corrector de estilo, de la cual que (me temo) están prescindiendo incluso las grandes editoriales, a juzgar por la acumulación de erratas que muestran en sus publicaciones. Por cierto, me encanta lo de "anglicanismo". Yo voy a cometer algún "luteranismo" de vez en cuando.
Muchas gracias por tu comentario.
Muy interesante. Es fácil cometer esos descuidos.
Gracias por leerme. Un abrazo.
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