Esta película del director Tomasz Wasilewsky de extraño
título, Estados Unidos del amor, situada en Polonia en los años noventa, justo después de la caída del Muro de Berlín, nos retrata la vida de cuatro mujeres
profundamente infelices que intentan lidiar con la represión sexual y los
amores insatisfechos. Lo que cuenta y cómo lo cuenta es de una crudeza inaudita
en el cine por su naturalismo y no deja a nadie indiferente. En primer lugar, advertir al espectador que cuesta
entrar en estas historias que se muestran fragmentadas y no siguen una
línea temporal, donde los subtítulos apenas se pueden leer sobre el fondo
gris de la pantalla. Lo segundo, que la soledad del ser humano está perfectamente retratada con fiereza en estos personajes, que nunca sonríen, con escenas de sexo explícito, oculto, prohibido, en ocasiones violento. Me ha recordado a
los desnudos del pintor Lucian Freud que resaltan la fealdad humana y a las mujeres solitarias de Hopper, conmovedoras y mudas, aquí sin color para hacer todavía más patente su
dolor. Planos fijos, planos secuencia, cámaras que acompañan a las actrices en
un ir y venir hacia la desolación por un suelo invernal en mitad de la nada. Me ha parecido que este retrato de la sociedad
polaca en transición al capitalismo tiene mucho que ver con la España franquista. Resumiendo: sórdida y aterradora, pero fascinante. La recomiendo.
viernes, 29 de septiembre de 2017
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