...o me gustan mucho los monos y, sin embargo, cometo un error, porque los considero una imitación perfecta de la naturaleza humana. Cuando veo a uno […], tengo la impresión de verme en un espejo de aumento: los mismos sentimientos, los mismos apetitos brutales, un poco menos de orgullo y nada más.» (Gustave Flaubert)
Los monos se han utilizado en la mayoría de las culturas como mascotas por su exotismo, inteligencia, sus aptitudes para la imitación y su facilidad para ser domesticados. Los nobles los utilizaban como un adorno y un símbolo de riqueza, y los titiriteros y gentes del circo los incluían en sus espectáculos para asombrar con sus piruetas al pueblo llano (El Quijote: Maese Pedro y el mono adivino). Los filósofos y los científicos han especulado sobre su naturaleza comparándola con el hombre. Por lo general, su representación en numerosas expresiones artísticas y literarias ha servido más como motivo de burla, al identificar la figura del mono con los instintos más bajos y primarios del hombre. Pero, desde que a mediados del siglo XIX las teorías de Darwin fundamentaron científicamente nuestro parentesco, adquirieron una dimensión inesperada, dramática, objeto de todo tipo de fabulaciones, ironías y pesadillas.
Los monos en el arte
Desde el siglo XVII se puso de moda entre los pintores hacer cuadros con escenas de la vida cotidiana (jugar a las cartas, acudir al dentista, ir a la escuela, leer un libro…) protagonizados por monos en vez de humanos. Este subgénero pictórico perduró los siglos siguientes y hasta tiene su propio nombre singerie: la palabra francesa que significa «monería».
Los monos en la literatura
El mono gracioso y burlón es el modelo que aprovechan los fabulistas para descubrir moralejas en la imitación simplificada de las prácticas humanas. Así lo plantean Esopo (La zorra y el mono discuten por su nobleza), Tomás de Iriarte (El mono y el titiritero), La Fontaine (El lobo pone pleito al zorro ante el mono) y Samaniego (El lobo, la zorra y el mono juez).
Zaccaria Seriman,
Viages de Enrique Wanton a las
tierras incógnitas australes, y al país de las monas Viages de Enrique Wanton a las tierras incógnitas australes, y al país de las monas (1749). Sátira contra
la sociedad y sus costumbres a través del viaje y naufragio de sus
protagonistas en una isla habitada por simios.
Pero otras veces, presas de turbias pasiones, los primates atacan al hombre y se dejan llevar por el salvajismo y la perversidad. En la antología De monos y hombres, Marta Salís ha reunido diecisiete cuentos que ilustran perfectamente esta evolución de mascota graciosa y presentable a símbolo muchas veces oscuro de nuestra animalidad. De E. T. A. Hoffmann a Roberto Arlt, pasando por Flaubert, Poe, Lugones, Kafka, Lovecraft, Vallejo o Dinesen, vemos cómo la literatura se ha servido de los primates para ridiculizarnos, extrañarnos, forzar incómodamente nuestra comprensión. A veces imagen de la degradación, a veces recordatorio de la fatuidad, también ha sido un excelente pretexto para hablar de la cautividad y de los desmanes de la experimentación científica.
La siguiente lista de narraciones ordenadas cronológicamente nos acerca a la relación entre monos y hombres en literatura. El asterisco indica que el título citado es un cuento, los enlaces nos llevan al texto en pdf.
Hoffmann, Noticia de un joven culto (1814). En este capítulo de la segunda parte de Kreisleriana, el narrador transcribe la carta de Milo, un joven que pasa de ser un salvaje a volverse todo un erudito…
Edgar Allan Poe, Los crímenes de la calle Morgue* (1841). Cuento policíaco protagonizado por un gran orangután salvaje de las islas de la India Oriental, capaz de realizar los peores asesinatos.
Flaubert, Quidquid volueris* (1837). Escrito en la adolescencia presenta a un ser hijo de una mujer y un mono al que la desesperación conduce al crimen.
Kafka, Informe para una Academia* (1917). La obra parte de un aparente absurdo, de una situación insólita: una simio que hace cinco años ha dejado de serlo, redacta un Informe sobre lo simiesco y nos deja una reflexión sobre la definición de libertad.