Recomiendo encarecidamente asistir a la cita en el Ateneo de Madrid, merece la pena oírlo y leerlo.
jueves, 19 de junio de 2025
Tomás Pérez Vejo en el Ateneo: México, la nación doliente
miércoles, 18 de junio de 2025
¿Profecía lorquiana? Uco uco uco uco. Abejaruco
La UCO (Unidad Central Operativa) encargada de luchar contra la corrupción ha elaborado un informe sobre la actuación de tres pájaros de cuenta, un trio de pillos capaces de estafar a su propia madre: Ávalos, Koldo y Santos Cerdá. El abejaruco es un ave muy astuta y cazadora.
TRASMUNDO
MALESTAR Y NOCHE
martes, 17 de junio de 2025
Invierno y silencio, viaje introspectivo de Juan Beltrán Cruz
abruman y no sabes cómo actuar. Desconectas con el entorno para poder respirar. Necesitas el silencio. En los últimos tres meses, mientras la vida de mi prima Maritere Hernández Bravo se iba apagando con una valentía admirable, yo peleaba con una casa diez años menos vieja que yo que literalmente hace aguas, acompañada del tinnitus empeñado en poner una insoportable banda sonora en mis oídos. Para colmo, el ayuntamiento de Villena me amenazaba con una multa para limpiar una parcela de La Mina que heredé de mis padres cuya vegetación se confunde con el monte sin urbanizar. No he estado para nadie, ni siquiera para mí misma. Sólo dos noticias relacionadas con el IES Luis Buñuel, extraordinarias en esta edad tardía, me han producido una alegría extrema: Juan Beltrán ha publicado su primer libro de poemas y Alipio Hernández Guerra ha sido abuelo de un precioso niño llamado Nicolás.
En febrero, Juan Beltrán publicó Invierno y silencio en Círculo Rojo, un racimo de 27 poemas de verso libre cincelados con esmero a base de metáforas, escritos a lo largo de toda su vida que giran sobre un tema eterno y muy romántico: la angustia vital. El título es un avance del contenido del libro: el paso del tiempo, la ausencia, la incertidumbre, el insomnio, el peso de los recuerdos, la soledad...
Juan escribe desde muy joven, en la poesía encontró un refugio en sus momentos bajos para intentar comprender el sentido de la vida. Conocedor de los clásicos, su maestro indudablemente es Bécquer. Sorprende que un hombre tan calmado, tan equilibrado, con una vida tan apacible, nos muestre su desolación, su otro yo, su lado oscuro. Por eso he puesto la fotografía realizada con luz primaveral y cara sonriente. Me gustan los contrastes. Te doy las gracias por invitarnos a conocerte mejor.
INCERTIDUMBRE
¿Qué nos pasó?
Acaso fue el tiempo
que, como el viento en la roca
o el agua en el acantilado
nos fue erosionando.
El tiempo que nos fue devorando
como ogro insaciable,
como fuego que arrasa
hasta los leños más duros y
empecinados.
En verdad, no sé qué pasó,
pero de todo aquello que fue sólido
sólo queda una huella profunda,
-quizá muy profunda-,
pero dispersa, casi invisible.
Y aquella roca dura y erguida de
orgullo
ya no es más que fina arena
en una plácida playa vacía y
solitaria
cubierta de algas pestilentes y
restos de naufragios.
Y aquel fuego devorador que nos
arrasaba
no es ya más que un cálido rescoldo
al amor de una noche de invierno.
¿Qué nos pasó?
Quizá el tiempo…
Para saber más:
- Entrevista en La Razón.
- Pincha aquí (a partir del minuto 42) para oír la entrevista que le hicieron en el programa de radio El Marcapáginas el sábado 14 de junio en Intereconomía.
- https://bloggeles.blogspot.com/2017/05/juan-beltran-cruz-profesor-y-periodista.html
sábado, 14 de junio de 2025
J.J. Millás, Alianzas misteriosas entre abuelos y nietos
"Sí, y la extrañeza de estar instalado en un país desconocido, que es la vejez, donde ninguna de las normas que te han funcionado en etapas anteriores de la vida, funcionan, Cuando intentas encontrar alguna referencia que te ayude a instalarte en ese país, te viene a la memoria la adolescencia porque se parecen mucho, ambas son como dos extremos, dos exilios al margen de la “normalidad”. John Cheever dice en sus memorias que “en la vejez, hay misterio, hay confusión”. Y yo digo que así podrían empezar perfectamente las memorias de un adolescente. Es por eso por lo que muchas veces se establecen alianzas tan misteriosas entre abuelos y nietos, porque se miran y ambos comprenden que están en mundos complicados, al margen de los demás, y que los demás no pueden entender, solo ellos".
lunes, 9 de junio de 2025
Muñoz Molina y la masculinidad dañina (Cosa de hombres)
![]() |
Magnífico artículo de Muñoz Molina (31/5/2025) del que destaco algunos párrafos. El feminismo es también cosa de hombres.
Los varones que hemos ido desprendiéndonos de una masculinidad dañina debemos militar contra la marea negra de los machotes redivivos, los hijos innumerables de los machos alfa del despotismo planetario.
Había en cada pandilla líderes y practicantes precoces. Había una brutalidad física que se manifestaba en los juegos del recreo y en los vestuarios y los patios de la llamada educación física, guiada por un grosero darwinismo de la supremacía de los fuertes, que profesores desalmados, casi todos ellos burócratas falangistas, disfrutaban alentando. Había que aprender a hacerse hombres, decían. El que no cumpliera las exigencias, el torpe, el cobardón, el que no saltara el potro o no escalara la cuerda, recibía el desprecio del profesor y las carcajadas saludables de los compañeros, tempranos aprendices de la crueldad masculina hacia el débil, el raro, el posible mariquita. La obsesión por la hombría se acompañaba de una vigilancia de cualquier síntoma o indicio de afeminamiento: “Hombros anchos, estrecho de culo: maricón seguro”. Había que llevar el reloj con la izquierda, y no olvidarse nunca, cuando se empezaba a fumar, de coger el cigarro también con la izquierda: fumar con la derecha era de mujeres y de maricas. Había que jugar al fútbol lanzándose en tromba y repartiendo patadas. Incluso no jugar al fútbol o no gritar roncamente en las gradas podía ser una prueba de falta de entereza masculina.
La patria y los testículos siguen manteniendo su alianza sagrada. El gerifalte del partido fascista que ya está inoculando las instituciones y la vida españolas anda por ahí con la camisa desabotonada para exhibir mejor el desafío irrisorio de su cuello macizo y su torso fornido. A los varones que gracias al influjo educativo y a la camaradería de las mujeres hemos ido desprendiéndonos a lo largo de los años de una gran parte de las adherencias de aquella masculinidad dañina y además embustera nos corresponde vindicar todo lo que hemos aprendido, y nuestra voluntad de seguir aprendiendo, y militar en la medida de lo posible contra la marea negra de los machotes redivivos, los machotes arqueológicos con sus chirriantes armaduras, los hijos innumerables de los machos alfa del despotismo planetario, Trump y Musk y Orbán y Milei y Maduro y Putin y Bolsonaro y Netanyahu.
En la compañía igualitaria de las mujeres hemos ido aprendiendo a manifestar sentimientos, a cultivar la ternura, a vigilar la propensión masculina a alzar la voz más de la cuenta, a estar atentos a los privilegios mayores o menores que ya no nos es lícito aceptar. Cuando el infortunio golpea con toda su crudeza, o cuando se insinúa la tentación del resentimiento, nadie, ni hombre ni mujer, está a salvo, pero ahora sabemos que pocas cosas debilitan y asfixian tanto por dentro a los varones como la coraza ya tan oxidada de la hombría.