martes, 25 de abril de 2023

Escribir como se habla, nueva tendencia literaria


Oralidad deliberada, anarquía ortográfica, gramática sui generis, bilingüismo sin complejos y permeabilidad respecto a las múltiples formas locales del castellano. Es el cóctel, casi siempre explosivo, que una nueva generación de autores está agitando con empeño. Tienen mucho en común: no usan comas, puntos o mayúsculas, adoptan la lengua oral como modelo insuperable y toman prestadas formas y expresiones de otras lenguas, ya sean cooficiales o extranjeras. Sus máximos representantes son debutantes en el ecuador entre la veintena y la treintena*, que han asaltado las librerías con pocos meses de distancia con una prosa frenética, caleidoscópica y (estudiadamente) espontánea, como escribe Noelia Ramírez en Escribir como se habla: así es la nueva tendencia en la literatura española.

*Andrea Abreu (Panza de burro); Greta García (Solo quería bailar); Aida González Rossi; Luis Díaz y Andrea Genovart.

Esta tendencia no es nueva, supone una vuelta de tuerca a la frase Escribo como hablo que fue utilizada por el humanista Juan de Valdés para huir de la afectación en la escritura de sus contemporáneos y quedó reflejada en el libro Diálogo de la lengua, que no fue editado hasta 1777:

"El estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y dígolo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien la afectación".

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