Contra todo pronóstico, el corazón rojo de Almudena Grandes
no ha podido con la enfermedad, después de un año de lucha, y nos ha dejado helados y huérfanos. Mientras todavía
hay coletazos del Black Friday, el mundo de la cultura ha vivido su Black Saturday.
Nos ha dado una gran lección de vida y de muerte. Ya no volveré a ver a mi vecina
por las calles de mi barrio ni en la sucursal del banco que también ha cerrado, pero la
seguiré leyendo. Su obra la ha hecho inmortal.
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