martes, 13 de abril de 2021

El paso y el peso del tiempo en la pintura de Amalia Avia

¿Cómo es posible que sea más fácil encontrar a un amigo de la facultad en un periódico que en la calle en la que los dos vivimos apenas separados por unos números? Hace más de veinticinco años que no tenía noticias de él, en concreto, cuando celebré mi aprobado en las oposiciones de enseñanza en su hermoso y luminoso piso de la calle San Bernardo presidido por un cuadro de su tía. En este tiempo de ausencia, sin móviles (Las amistades desaparecidas) pensé que estaría fuera de España porque siempre ha sido culturalmente muy inquieto. En tercero de carrera nos hizo las fotos de carné a todos, siempre se notó que venía de una familia de artistas. 

La noticia del periódico (En busca de la Malasaña desaparecida de la pintora Amalia Avia) informaba de que José Manuel Avia, el sobrino de la pintora Amalia Avia, está intentando, antes de que desaparezcan, encontrar las localizaciones de todos los cuadros que pintó sobre Madrid hace 30, 40 o 50 años, para crear un mapa del Madrid de Amalia, que ha empezado con abundante información gráfica sobre la zona de Malasaña. Así se cierra el círculo, Amalia fotografiaba con su familia en blanco y negro los lugares que le llamaban la atención para luego recrearlos en el estudio de su casa y ahora su sobrino Nel los fotografía para que sepamos cómo están en la actualidad. Los dos tratan de retratar el paso y el peso del tiempo.

San Vicente Ferrer, 15 tal y como lo pintó Amalia Avia y tal y como está en la actualidad

Amalia Avia (1930, Santa Cruz de la Zarza, Toledo-Madrid, 2011) empezó como pintora en la década de 1950 en el estudio de Eduardo Peña en Madrid. En esos años empieza a conocer a muchos de sus amigos y posteriores compañeros de generación: Esperanza Parada, Antonio López, Julio López Hernández y, sobre todo, Lucio Muñoz, con quien se casa en 1960. Amalia Avia, figura esencial en el arte contemporáneo en España, madre de cuatro hijos*, escribió en sus memorias (De puertas adentro) las puertas de una vida llena de contrastes, teñida de tonos oscuros pero también de luces brillantes.

La pintura de Amalia es la crónica apagada de lugares humildes de la ciudad. Percibe como nadie la erosión, la vejez del Madrid de la posguerra, con una paleta de colores donde predominan los tonos grises y ocres, con un tinte expresionista aunque falten los personajes humanos. Calles, muros, puertas, balcones, rótulos, desconchones, suciedad y relieves. También el mundo interior, de puertas adentro, su casa, su habitación, sus sillas, sus cuadros, sus fotos. Arte y vida, mundo irreal y mundo real, cuadros y fotos. Pintura de la ausencia. Huellas del hombre en el tiempo.  

*En el libro 'La casa de los pintores', Rodrigo Muñoz Avia cuenta la cotidianidad de la historia del arte: una familia de pintores dividida por el realismo y la abstracción. 


 

De puertas adentro, apuntes sobre Amalia Avia from Nicolas Muñoz on Vimeo.

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