En anatomía la palabra
"hipocondrio" se utiliza para denominar a la región del abdomen
inmediatamente debajo de las costillas (que tienen cartílago), por lo que se
llamó "hipocondriacos" a las personas que tienen la fama de tocarse
esta zona cuando fingen (o creen) estar enfermos.
Zelig, Woody Allen |
Lo
de blogópata es cierto y hay pruebas, aunque lo quiero dejar; lo de hipocondríaca no lo tengo tan claro después de una infección urinaria que me ha llegado a los
riñones. Ahora entiendo la expresión coloquial "Esto es para mear y no
echar gota", o a los hombres que recuerdan con nostalgia cuando
eran chiquillos y podían jugar a ver quién mea más lejos. Tener ganas de orinar y no poder hacerlo cuando salen dos gotas que producen dolor, es un tormento
insoportable, igualable al suplicio de Tántalo. Después de casi tres meses, de tres análisis de orina plagados de
leucocitos, de la ingesta de antibióticos y de las subsiguientes pruebas y molestias, debo admitir que me he
tocado la zona del hipocondrio en innumerables ocasiones. No suelo quejarme, no soy morbosa, nunca he fingido una enfermedad que no quiero tener, pero a veces me he sentido enferma imaginaria porque los síntomas persistentes eran semejantes a una gripe leve, ¿y si me la estaba inventando? De todas maneras, lo que más me inquieta son las preocupaciones y problemas que puedo acarrear a los demás, por eso estoy como ausente, enquistada, fuera de juego, aislada del círculo social. Solo deseo sentirme firme, no enferma.
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