Hasta ahora solo me había ocupado de las primeras frases de un
libro, tan importantes a la hora de continuar la lectura. Buscando en la red, me he encontrado con las últimas palabras de
grandes escritores; pero inmediatamente surge la duda: ¿Las tenían preparadas?, ¿realmente las
dijeron ellos en el momento de su muerte o las dijeron los que estaban a su
lado para engrandecer su figura? Tal vez se las haya inventado el propio autor
del libro. Me cuesta creer que los escritores desaparezcan como los actores de
teatro después de decir "me muero".
El libro de los finales contiene tres partes: la
primera se ocupa de las últimas palabras de celebridades –desde Benito Mussolini o el Che Guevara a Blas Infante, pasando
por Gabriele D’Anunzio, Emily Dickinson o Marcelino Menéndez y Pelayo—; la segunda se ocupa de epitafios
célebres y la tercera de notas de suicidio.
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