Siempre me ha intrigado esta enfermedad que frustraba las pasiones, que mientras debilitaba la voluntad, fortalecía la mente, que propiciaba el reposo y la exaltación de los sentidos y que va unida a la espiritualidad y la creatividad. El instituto donde doy clases fue un antiguo sanatorio antituberculoso, mi abuelo materno y un tío murieron a causa de ella en la posguerra española, sin que nadie en mi familia se atreviese a citar su nombre, como si fuera una enfermedad vergonzante, y trajo como consecuencia que nunca se dieran besos por miedo al contagio; en mi hombro izquierdo tengo la señal de la tuberculina, vacuna necesaria para la matriculación en la carrera de Filosofía y Letras.
La tuberculosis, conocida desde muy antiguo
como consunción, tisis, mal del rey o plaga blanca, es una enfermedad
infecciosa causada por micobacterias (fundamentalmente Micobacterium
tuberculosis) con gran variedad de cuadros clínicos dependiendo del órgano al
que afecte. En el siglo XIX se mitifica
la enfermedad e incluso se propaga la creencia de que su padecimiento provoca
"raptos" de creatividad o euforia más intensos a medida que la
enfermedad avanza . Por esa misma época, Alejandro Dumas, hijo, publica La dama de las camelias, la historia de
Margarita Gautier, la elegante cortesana enredada con adinerados jóvenes
burgueses, que también desfallece de tisis y de amor. La obra igualmente inspiró
otra célebre ópera: La Traviata de
Verdi. Pero arte y vida se parecen y la lista de escritores, poetas, músicos y
artistas muertos por tuberculosis en el siglo XIX, e inicios del XX, es larga y
notable: Novalis, Schiller, John Keats,
Bécquer, Chéjov, Chopin, Kafka, G.H. Wells, Maxence Van der Meersch, entre otros. Un caso extremo es el sucedido a las
hermanas Brontë: las tres, todas
ellas escritoras, murieron en un lapso de siete años, entre 1848 y 1855,
víctimas de la tuberculosis.
La leyenda comenzó a desvanecerse a partir de
1882 cuando Robert Koch descubrió el bacilo que causaba la infección. En el
siglo XX la enfermedad será asociada a la pobreza e insalubridad y su aura
romántica se apagará para siempre. Miguel
Hernández murió en la cárcel de tuberculosis. Padecieron está enfermedad: Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Miguel Delibes, Camilo J.
Cela, Ángel González y Rosa Montero, que desde los cinco años hasta los
nueve estuvo recluida en casa donde se
dedicó a leer y escribir.
La
novela brinda numerosos ejemplos de la influencia de la
tuberculosis en el pensamiento cultural:
La montaña mágica de T. Mann (1924)
El joven Hans Castorp visita
a su primo Joachim Ziemssen, enfermo de tisis, en Davos y acaba sucumbiendo al
hermético encanto del lugar. Una ligera afección lleva a que la estancia,
planeada en principio para siete días, se alargue primero a siete meses y finalmente
a siete años. Castorp sólo saldrá de allí para alistarse en la gran guerra.
Pabellón de reposo de Camilo José Cela (1943)
Cela describe sus vivencias durante el tiempo que vivió en un sanatorio para
tuberculosos. En ella siete enfermos casi terminales ven pasar sus últimos días
en un pabellón que les proporciona de todo menos reposo. Aislados físicamente
del resto del mundo por su dolencia, reflexionan constantemente sobre la
enfermedad y la muerte; porque antes del descubrimiento de la estreptomicina
(aislada en octubre de 1943), la cura sanatorial era la última esperanza para
intentar escapar a una enfermedad que, prácticamente, era sinónimo de muerte.
El libro llegó incluso a ser prohibido en este tipo de instituciones, temiendo
los médicos que causase en sus pacientes el mismo desasosiego que sufren los
protagonistas.
El jardinero fiel de John
Le Carré (2001)
En
la novela de John Le Carré El jardinero fiel, llevada al
cine por Fernando Meirelles (2005), se desarrolla una trama alrededor de las
pruebas para un fármaco antituberculoso realizadas por una multinacional
farmacéutica en África y desarrolla el tema de una posible pandemia mundial de
tuberculosis debida a la aparición de cepas muy resistentes a los tratamientos
antibióticos conocidos hasta el momento.
Para saber más:
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