miércoles, 11 de septiembre de 2013

Tuberculosis y literatura


Siempre me ha intrigado esta enfermedad que frustraba las pasiones, que mientras debilitaba la voluntad, fortalecía la mente, que propiciaba el reposo y la exaltación de los sentidos y que va unida a la espiritualidad y la creatividad. El instituto donde doy clases fue un antiguo sanatorio antituberculoso, mi abuelo materno y un tío murieron a causa de ella en la posguerra española, sin que nadie en mi familia se atreviese a citar su nombre, como si fuera una enfermedad vergonzante, y trajo como consecuencia que nunca se dieran besos por miedo al contagio; en mi hombro izquierdo tengo la señal de la tuberculina, vacuna necesaria para la matriculación en la carrera de Filosofía y Letras.

La tuberculosis, conocida desde muy antiguo como consunción, tisis, mal del rey o plaga blanca, es una enfermedad infecciosa causada por micobacterias (fundamentalmente Micobacterium tuberculosis) con gran variedad de cuadros clínicos dependiendo del órgano al que afecte.  En el siglo XIX se mitifica la enfermedad e incluso se propaga la creencia de que su padecimiento provoca "raptos" de creatividad o euforia más intensos a medida que la enfermedad avanza . Por esa misma época, Alejandro Dumas, hijo, publica La dama de las camelias, la historia de Margarita Gautier, la elegante cortesana enredada con adinerados jóvenes burgueses, que también desfallece de tisis y de amor. La obra igualmente inspiró otra célebre ópera: La Traviata de Verdi. Pero arte y vida se parecen y la lista de escritores, poetas, músicos y artistas muertos por tuberculosis en el siglo XIX, e inicios del XX, es larga y notable: Novalis, Schiller, John Keats, Bécquer, Chéjov, Chopin, Kafka, G.H. WellsMaxence Van der Meerschentre otros. Un caso extremo es el sucedido a las hermanas Brontë: las tres, todas ellas escritoras, murieron en un lapso de siete años, entre 1848 y 1855, víctimas de la tuberculosis.
La leyenda comenzó a desvanecerse a partir de 1882 cuando Robert Koch descubrió el bacilo que causaba la infección. En el siglo XX la enfermedad será asociada a la pobreza e insalubridad y su aura romántica se apagará para siempre. Miguel Hernández murió en la cárcel de tuberculosis. Padecieron está enfermedad: Vicente Aleixandre,  Rafael Alberti, Miguel Delibes, Camilo J. Cela, Ángel González y Rosa Montero, que desde los cinco años hasta los nueve estuvo recluida en casa donde se dedicó a leer y escribir.

La novela  brinda numerosos ejemplos de la influencia de la tuberculosis en el pensamiento cultural:

La montaña mágica de T. Mann (1924)
El joven Hans Castorp visita a su primo Joachim Ziemssen, enfermo de tisis, en Davos y acaba sucumbiendo al hermético encanto del lugar. Una ligera afección lleva a que la estancia, planeada en principio para siete días, se alargue primero a siete meses y finalmente a siete años. Castorp sólo saldrá de allí para alistarse en la gran guerra.

Pabellón de reposo de Camilo José Cela (1943)
Cela describe sus vivencias durante el tiempo que vivió en un sanatorio para tuberculosos. En ella siete enfermos casi terminales ven pasar sus últimos días en un pabellón que les proporciona de todo menos reposo. Aislados físicamente del resto del mundo por su dolencia, reflexionan constantemente sobre la enfermedad y la muerte; porque antes del descubrimiento de la estreptomicina (aislada en octubre de 1943), la cura sanatorial era la última esperanza para intentar escapar a una enfermedad que, prácticamente, era sinónimo de muerte. El libro llegó incluso a ser prohibido en este tipo de instituciones, temiendo los médicos que causase en sus pacientes el mismo desasosiego que sufren los protagonistas.

El jardinero fiel  de John Le Carré (2001)
En la novela de John Le Carré El jardinero fiel, llevada al cine por Fernando Meirelles (2005), se desarrolla una trama alrededor de las pruebas para un fármaco antituberculoso realizadas por una multinacional farmacéutica en África y desarrolla el tema de una posible pandemia mundial de tuberculosis debida a la aparición de cepas muy resistentes a los tratamientos antibióticos conocidos hasta el momento. 

Para saber más:

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