ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
La palabra checa kavka significa “grajo, cuervo” * |
Curiosamente, el día de la muerte del escritor praguense Franz Kafka (1883-1924) coincide con el día de su nacimiento (3) y casi con el mes (junio y julio respectivamente). Si la tuberculosis no hubiese acabado con él a los 40 años, a los 59 años habría terminado incinerado, como sus hermanas, en un campo de exterminio.
Cuando se cumplen cien años de su muerte, la idea de que Kafka hubiese vivido en Madrid, si su tío le hubiese permitido venir a trabajar, sería el argumento de una interesante novela: ¿Habría cambiado su nombre por el de Francisco Cuervo?¿Cómo hubiese sido su producción literaria?¿Estaría enterrado en el olvido junto a su tío en un cementerio cristiano rodeado de flores y no de piedras?¿Hubiese podido eliminar la angustia existencial con sol y corridas de toros? No lo creo. El periodista Javier Rioyo que da las gracias al madrileñazo Alfredo por no acoger a su sobrino.
- Javier Rioyo: Kafka podría haber sido castizo
El tío de Madrid
Alfred Löwy y Franz Kafka hacia 1905-1906 |
El profesor y escritor Pérez Zarco en su blog El pisapapeles de Karlsbad reconstruye magistralmente la relación entre tío y sobrino, que se parecían menos que un huevo a una castaña: Un hombre del ferrocarril .
No llegará el sobrino de Praga
En su relato «No llegará el sobrino de Praga» (en Brillan monedas oxidadas, 2010), Juan Eduardo Zúñiga recrea la angustiosa espera española del tío que teme la llegada de su sobrino. En este texto, el Alfred Löwy de ficción repite continuamente una suerte de profecía que es al mismo tiempo una gran descripción de Kafka: «Vendrá de noche, con sus orejas sobresalientes y las mejillas hundidas, sin avisar, como una enfermedad, como llega la muerte”.
* Kitty Kahane, Nubes de palabras La palabra checa kavka significa “grajo”. Por ello, el nombre de Franz Kafka está vinculado a este córvido inteligente, que también podría simbolizar lo misterioso e inquietante en la obra de Kafka.
** Felice Bauer, novia y prometida de Kafka.
La novela negra llegó aquí con algo de retraso, pero hoy es un género fundamental para el sistema editorial, tiene decenas de miles de lectores y cuenta con autores de prestigio internacional. Las características del género son conocidas y, más que el malvado asesino o el pobre cadáver, el personaje central es el detective y su búsqueda. Precisamente el trabajo de Galindo ha sido elaborar una completa guía de detectives. Saber cuántos casos han resuelto, quiénes son sus ayudantes o familiares, ubicarlos en la geografía y, al fin, poner nombre al autor intelectual de la historia: el escritor.
https://elpais.com/babelia/2024-04-20/guia-esencial-de-los-detectives-literarios-espanoles.html
De la lucha de tigres, ilustración de José Patiño |
El abogado y hombre de letras español Gutierre Joaquín Vaca de Guzmán tradujo y adaptó, bajo el pseudónimo de Joaquín Guzmán y Manrique, la novela fantástico-utópica del italiano de origen armenio Zaccaria Serimàn. El título general de la obra es Los viages de Enrique Wanton a las tierras incógnitas australes y al país de las Monas (1749), donde se muestran las costumbres, carácter, ciencias y policía de estos extraordinarios habitantes. Publicada en 1769 en 4 volúmenes; los dos últimos son originales del traductor, los publicó como "Suplementos", una sátira de las costumbres españolas; por ejemplo, en el cuarto volumen aparece una "Lucha de tigres" que es un ataque a la fiesta nacional de los toros. Fue todo un éxito que alcanzó cuatro ediciones más (1778,1800,1831 y 846). La obra se inscribe en el género de los viajes satíricos imaginarios dieciochescos que escribieron Jonathan Swift y Voltaire.
Al inicio del libro, Wanton, como si fuera un periodista, reflexiona así:
Hé visto al mundo, lo hé observado y le hé conocido; generalmente son las costumbres semejantes en lo esencial, sólo varían en el modo. He aquí en compendio el fruto de mis viajes, y descubrimiento: Se podría creer que los países, que la naturaleza separó enteramente de nuestro Continente, y en lo que Yo hé sido el primer hombre, que puso el pie, deberían variar, en lo que mira a las costumbres, por encontrarse poblado de habitadores, que siempre hemos tenido por faltos de razón y entendimiento […] he visto que en todo lugar (aún sin la sospecha de la comunicación) la naturaleza viciada inclina á obrar lo peor…
La lectura de la novela italiana influyó en la creación del semanario mexicano conservador El Mono (Febrero-Junio,1833) que atacó al gobierno liberal de Valentín Gómez Farías y Antonio López de Santa Anna. Este periódico satírico de corte católico criticó los cimientos de la política liberal: la soberanía popular, la opinión pública y la acción política. Sus editores insistieron que la política liberal no respondía a la razón, sino a vicios privados. Por ello, los únicos basamentos estables para la sociedad debían ser la moral, la tradición y la costumbre. La publicación utilizó el nombre de Mono para satirizar a los mexicanos que, con el extravío de la razón, ocasionaron graves males a la patria cuando supuestamente pretendían engrandecerla. La portada presenta "un mono con su fusil, un pliego de papel en la mano que es su pronunciamiento, según la última moda, y la Constitución en la cola, para enseñarnos que de ella debe agarrarse todo mono que se pronuncie; pero logrado el pronunciamiento es cosa de pequeña importancia cumplirla o quebrantarla, y por eso se la ponen a la trasera".
En la literatura popular, los monos o monas, como se llamaban indistintamente, también aparecen en forma de aleluyas, pliegos impresos que contienen un conjunto de viñetas en cuyo pie aparecen unos versos que aluden a la escena representada. Estaban destinadas a un público infantil o iletrado. El Aleluya que he encontrado en la Fundación Joaquín Díaz, El país de las monas, sin fecha de edición, empieza así: Es un pueblo afortunado/ por las monas habitado. Creo que podría estar relacionado con el libro citado anteriormente. La tarea se la dejo a los expertos interesados en el tema.
La teoría de Darwin apareció en forma de libros bajo el título de El origen de las especies en 1859 y El origen del hombre en 1871 y pronto se hizo blanco de insistentes ataques ideológicos, ya que la misma cuestionaba la prédica religiosa sobre la creación de plantas, animales y, por supuesto, la humanidad. A partir de la publicación de la obra de Darwin se multiplicaron las caricaturas del afamado naturalista en las revistas de la época en las que aparecía ridiculizado con el cuerpo de un chimpancé.
(1) |
(2) |
El Periódico
taurino El mono sabio (Madrid, 1884) da
testimonio de la popularidad de que gozaba la llamada fiesta nacional y que
incorporaba una novedad, se publicaba el mismo día de la corrida.
El mono sabio: periódico de toros ilustrado con caricaturas, jocoso e imparcial (México, 1887-1888)
El Mono azul
El Mono Azul fue una revista publicada en el bando republicano durante la Guerra Civil española (1/1/1936-9/12/1937). En ella colaboraron los más destacados intelectuales del período. Su objetivo era llegar a los soldados y hacerlos conscientes de su función en defensa de la Segunda República y la democracia, frente al fascismo representado por los sublevados. El nombre se tomó del mono que usaban los milicianos en el frente de guerra y fue el uniforme de los actores de la compañía teatral La Barraca de Lorca. También es el nombre de una novela de Aquilino Duque (El mono azul, 1973), una obra que habla de humanidad en medio de una guerra brutal.
...o me gustan mucho los monos y, sin embargo, cometo un error, porque los considero una imitación perfecta de la naturaleza humana. Cuando veo a uno […], tengo la impresión de verme en un espejo de aumento: los mismos sentimientos, los mismos apetitos brutales, un poco menos de orgullo y nada más.» (Gustave Flaubert)
Los monos se han utilizado en la mayoría de las culturas como mascotas por su exotismo, inteligencia, sus aptitudes para la imitación y su facilidad para ser domesticados. Los nobles los utilizaban como un adorno y un símbolo de riqueza, y los titiriteros y gentes del circo los incluían en sus espectáculos para asombrar con sus piruetas al pueblo llano (El Quijote: Maese Pedro y el mono adivino). Los filósofos y los científicos han especulado sobre su naturaleza comparándola con el hombre. Por lo general, su representación en numerosas expresiones artísticas y literarias ha servido más como motivo de burla, al identificar la figura del mono con los instintos más bajos y primarios del hombre. Pero, desde que a mediados del siglo XIX las teorías de Darwin fundamentaron científicamente nuestro parentesco, adquirieron una dimensión inesperada, dramática, objeto de todo tipo de fabulaciones, ironías y pesadillas.
Los monos en el arte
Desde el siglo XVII se puso de moda entre los pintores hacer cuadros con escenas de la vida cotidiana (jugar a las cartas, acudir al dentista, ir a la escuela, leer un libro…) protagonizados por monos en vez de humanos. Este subgénero pictórico perduró los siglos siguientes y hasta tiene su propio nombre singerie: la palabra francesa que significa «monería».
Los monos en la literatura
El mono gracioso y burlón es el modelo que aprovechan los fabulistas para descubrir moralejas en la imitación simplificada de las prácticas humanas. Así lo plantean Esopo (La zorra y el mono discuten por su nobleza), Tomás de Iriarte (El mono y el titiritero), La Fontaine (El lobo pone pleito al zorro ante el mono) y Samaniego (El lobo, la zorra y el mono juez).
Zaccaria Seriman,
Viages de Enrique Wanton a las
tierras incógnitas australes, y al país de las monas Viages de Enrique Wanton a las tierras incógnitas australes, y al país de las monas (1749). Sátira contra
la sociedad y sus costumbres a través del viaje y naufragio de sus
protagonistas en una isla habitada por simios.
Pero otras veces, presas de turbias pasiones, los primates atacan al hombre y se dejan llevar por el salvajismo y la perversidad. En la antología De monos y hombres, Marta Salís ha reunido diecisiete cuentos que ilustran perfectamente esta evolución de mascota graciosa y presentable a símbolo muchas veces oscuro de nuestra animalidad. De E. T. A. Hoffmann a Roberto Arlt, pasando por Flaubert, Poe, Lugones, Kafka, Lovecraft, Vallejo o Dinesen, vemos cómo la literatura se ha servido de los primates para ridiculizarnos, extrañarnos, forzar incómodamente nuestra comprensión. A veces imagen de la degradación, a veces recordatorio de la fatuidad, también ha sido un excelente pretexto para hablar de la cautividad y de los desmanes de la experimentación científica.
La siguiente lista de narraciones ordenadas cronológicamente nos acerca a la relación entre monos y hombres en literatura. El asterisco indica que el título citado es un cuento, los enlaces nos llevan al texto en pdf.
Hoffmann, Noticia de un joven culto (1814). En este capítulo de la segunda parte de Kreisleriana, el narrador transcribe la carta de Milo, un joven que pasa de ser un salvaje a volverse todo un erudito…
Edgar Allan Poe, Los crímenes de la calle Morgue* (1841). Cuento policíaco protagonizado por un gran orangután salvaje de las islas de la India Oriental, capaz de realizar los peores asesinatos.
Flaubert, Quidquid volueris* (1837). Escrito en la adolescencia presenta a un ser hijo de una mujer y un mono al que la desesperación conduce al crimen.
Kafka, Informe para una Academia* (1917). La obra parte de un aparente absurdo, de una situación insólita: una simio que hace cinco años ha dejado de serlo, redacta un Informe sobre lo simiesco y nos deja una reflexión sobre la definición de libertad.
Fabio. Viene en cifra… Federico. ¡Qué tormento! Fabio. ¿Como la que uno escribió en guarismo*? Federico. ¿Qué sé yo? Fabio. Si no lo sabes, va el cuento: De una dama era galán un vidriero que vivía en Tremecén, y tenía un grande amigo en Tetuán. Pidiole un día la dama que a su amigo le escribiera que una mona remitiera; y como siempre quien ama se desvela en conseguir lo que su dama le ordena, por escoger una buena, tres o cuatro envió a pedir. *Signos o cifras arábigas que expresan una cantidad |
El tres o cuatro escribió en guarismo el majadero;y como es allí la o cero, el de Tetuán leyó: «Amigo, para personas a quien tengo voluntad, luego al punto me enviad trescientas y cuatro monas». Hallose afligido el tal; pero mucho más se halló el vidriero cuando vio contra su frágil caudal, dentro de muy pocos días apearse con estruendo trescientas monas haciendo trescientas mil monerías. |
El secreto a voces, Calderón (1642) |
Un claro ejemplo de la relación entre literatura culta y popular es el cuento titulado Un cero en medio o El cuento de los vidrieros y de las mil monas. El texto escrito en redondillas aparece en la comedia de enredo El secreto a voces (1642) de Calderón de la Barca, las pronuncia Fabio, el criado gracioso. El éxito del cuento tal vez radicase en que era ya conocido por el público. Posteriormente fue reproducido en antologías de chistes, anécdotas, cuentos y chascarrillos a lo largo de los siglos siguientes. Juan Eugenio de Hartzenbusch retomó el tema con ligeras variantes en 1848, en sus Fábulas puestas en verso castellano.
Rafael Boira, El libro de los cuentos (1862) |
Diccionario panhispánico de dudas
A todos nos puede pasar si no utilizamos correctamente las reglas de ortografía o nos confundimos al escribir en el ordenador poniendo un cero en lugar de la letra o. Esto es lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas: "Por razones de claridad, ha sido hasta ahora tradición ortográfica escribir la o con tilde cuando iba colocada entre números, para distinguirla del cero: 3 ó 4, 10 ó 12. La escritura mecanográfica hace cada vez menos necesaria esta norma, pues la letra o y el cero son tipográficamente muy diferentes. No obstante, se recomienda seguir tildando la o en estos casos para evitar toda posible confusión. La o no debe tildarse si va entre un número y una palabra y, naturalmente, tampoco cuando va entre dos palabras: * Había 2 ó más policías en la puerta (correcto: 2 o más); *¿Quieres té ó café? (correcto: té o café)".
¿Por qué hay tantos monos en Gibraltar?
Ramón J. Sender en la novela La tesis de Nancy (1962), basándose en la confusión entre cifras y letras de los textos anteriores, con gran sentido del humor, explica así la presencia de los monos en Gibraltar.
No entendía Mrs. Dawson o no quería
entender (nunca se sabe con ella). Estábamos en el café. Y preguntaba de dónde
habían salido los monos gibraltarenses. Curro explicó no sé si en broma o en
serio:
—En el siglo pasado un comerciante de Gibraltar que tenía un hermano rico en el Brasil le escribió una carta pidiendo que le enviara por el primer barco tres o cuatro monos. Pero escribió la cantidad en números, así: 3 o 4. Y el brasileiro fletó un barco especial y le mandó 304 monos. El comerciante no sabía qué hacer. Los ingleses aman a los animales y obligaron al comerciante a alimentar a los monos o a dejarlos en libertad. El comerciante vendió algunos, pero fue soltando a la mayor parte y velay*, esa es la historia.
* Ciertamente (De velo ahí)
José Luis Garrosa Gude: Errores afortunados y razones para la abundancia: cargamentos de bacalao y monos, de Unamuno a Calderón de la Barca
Buscando en internet hallé esta trilogía de artículos de extraño título, escrita por un colega del IES José Hierro de Getafe que se dedica al estudio de las diferentes tradiciones orales. Recomiendo su lectura porque está llena de intriga: saltos temporales y espaciales, vasos comunicantes y relaciones entre personajes variopintos. Porque las confusiones en la lectura provocan envíos masivos caros y engorrosos, pero alguna vez también riqueza. Así el lector descubrirá el enigma que relaciona los bacalaos con los monos y al escritor Unamuno con el adinerado bilbaíno Simón Gurtubay. Y el papel que tiene un artículo escrito en La Gaceta de Marsella.
En definitiva esta es una historia de enredos que se ha contado mil y una veces que nos demuestra la relación entre la literatura y la realidad, la fantasía y la verdad, la leyenda y la anécdota. De esta manera, yo he descubierto que en Gibraltar los ingleses se hicieron cargo de las monas que le sobraban al vidriero y que el título mil monas recibe ecos de los cuentos de las mil y una noches cuando decir mil era decir muchos. Puestos a fabular y a exagerar, la expresión llegar a las mil y monas de la que hablaba en la entrada anterior tal vez tenga que ver con el retraso en la llegada del envío y los problemas que acarrea.
Un mono muy mono vestido con un mono
de trabajo – A very cute monkey dressed with overalls.
El Diccionario de la RAE recoge 17 significados distintos y múltiples frases hechas, la
mayoría coloquialismos, con el mono como protagonista en sentido real o
metafórico.
http://www.infinitoestudio.com/deja-de-pintar-la-mona/ |
De monos y monerías
En mi casa, cuando era pequeña me decían que dejara de hacer el mono porque no paraba de moverme y hacer tonterías; en cambio, alababan las monerías (los gestos) de los más pequeños, que eran muy monos (guapos), y a los que a veces vestían con un mono (ropa cerrada) cuando hacía mucho frío. Si se referían a las ilustraciones del periódico y a los dibujos de las publicaciones infantiles, utilizaban de forma elogiosa la palabra monos (en Hispanoamérica se utiliza también para los dibujos animados). Si me observaban mucho, me enfadaba y preguntaba si es que tenía monos en la cara. Mis padres a alguien que no sabía ejercer bien su oficio lo llamaban pintamonas y si pintaba la mona es que era un holgazán.
En Villena, por Pascua nos íbamos al campo a tomar una mona (bollo típico de Levante, en este caso palabra homónima porque tiene otro origen) y en las fiestas de Moros y Cristianos mis primos, todos mayores que yo, primero cogían una mona (borrachera) y luego la dormían. Incluso alguna una vez me mandaron a freír monas (a paseo). En vacaciones de verano jugábamos a la mona (juego de naipes) y para ello teníamos que descartar antes los monos de la baraja (comodines, arlequines). A veces los vecinos estaban de monos (enfadados) por el ruido que hacíamos.
Sí me ponía
muy pesada, me decían que parecía un mono
de repetición. Otras veces me advertían que debía darme prisa para no ser el último mono equiparándolo con una idiota. Y si solo había cuatro monos en
un lugar, es que no había casi nadie. Supongo que muchas veces me quedé hecha una mona (avergonzada) y otras me
he cabreado como una mona. Eso sí,
nunca me he pintado como una mona
(con maquillaje excesivo) porque suelo
ir con la cara lavada.
De mayor aprendí
que el síndrome de abstinencia era tener el mono. Que el monosabio era un mono amaestrado capaz de hacer piruetas y ejercicios, además
del ayudante del picador que atiende al caballo en la plaza de toros. Que las
cucamonas (cucar ‘burlarse’ + monas) equivalen a carantoñas, demostración exagerada de cariños para conseguir algo.
En los años 90, en la televisión había un programa con el título ¡Caña al mono que es de goma!, expresión que se utiliza para recriminar o criticar a alguien con dureza.
Hay cosas que, por mucho que intentemos esconder o disfrazar, siempre seguirán siendo como son, ya lo dice el refrán.Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Incluyo la expresión de Torcuato Luca de Tena la letra con monos entra que es mucho más reconfortante que la tradicional que entra con sangre. Y ya termino porque voy a llegar a las mil y monas a mi cita (llegar tarde), frase que he oído mil veces y no sé cuál es su origen.
Por último, no debemos meter en el mismo saco a la "Mona Lisa" (señora Lisa) con la mona Chita, "monna" es el diminutivo en italiano para la palabra "madonna".
Para saber más