La editorial Ya lo dijo Casimiro Parker acaba de publicar «Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII», continuando con su proyecto de visibilizar la poesía escrita por mujeres. "Esta antología sigue el camino que se inició con los dos primeros volúmenes de POÉTICAS, que corresponden a los siglos XVI y XVII, porque el olvido a las escritoras se ha producido durante toda la historia, y pretendemos recuperar parte de la literatura antes de perderla sin remisión".
Investigadores de
la UA hallan un campo de dunas de finales de la Edad de Hielo en Villena. El
descubrimiento, realizado por investigadores de cuatro universidades, permitirá
conocer más detalles de uno de los períodos más fríos y áridos de la última
glaciación. La formación del campo de dunas tiene una antigüedad de entre
15.000 y 16.300 años.
"Frente a la antigua maldición, investigaciones recientes afirman que hablar varias lenguas entrena el músculo de nuestra mente: nos protege del deterioro cognitivo y expande el horizonte de nuestro pensamiento. Tal vez la mayor “barbaridad” sea marginar o despreciar algunas de ellas. Anhelar el viejo mito del idioma único nos empequeñece. Somos criaturas de la diáspora que, en la algarabía de Babel, abandonamos las cuevas de las diminutas tribus para compartir ideas, explorar lejanías y convertirnos en una especie mestiza: de trogloditas a políglotas".
Pensar que las lenguas son más importantes por el número de hablantes es como valorar a las personas por el dinero que tienen. No vean en la variedad de lenguas, dialectos y hablas una maldición bíblica sino como una de las mayores riquezas creadas por el ser humano. Si intentamos salvar de la extinción al lince ibérico o a la posidonia, ¿cómo no vamos a hacer lo mismo con las últimas palabras que se pronuncian en un idioma?
La dispersión del pueblo judío por el mundo los convirtió en una minoría religiosa y cultural en numerosos países, lo cual dio lugar a siglos de convivencia pacífica y desarrollo, pero también provocó choques que trajeron persecuciones, matanzas y expulsiones colectivas. El idioma hebreo fue siempre un constante factor de cohesión del pueblo de Israel a través de las Escrituras sagradas preservadas por todas las comunidades judías tanto en Israel como en la diáspora. El surgimiento del Estado de Israel en 1948, así como la
llegada de numerosas olas de judíos provenientes de comunidades israelitas de
todo el mundo, particularmente de países islámicos y orientales (mizrajíes), condujo a su declaración como idioma nacional junto al árabe e inglés.La mayoría de los israelíes dominan entre dos y tres lenguas: hebreo, inglés, más su lengua materna o la de sus padres. En la actualidad, el yiddish sobrevive entre los grupos judíos ortodoxos, quienes aún lo emplean para
preservar la “santidad” de la lengua hebrea, a la que solo recurren en sus
oraciones y liturgia.
El hebreo, una lengua
restituida
El hebreo es una lengua semítica, relacionada con el árabe,
el arameo y el extinto fenicio, con más de treinta siglos de historia escrita,
aunque no se hablara. La tradición
hebraica remonta sus raíces a la Torá y la época de Moisés. Hacia finales del
siglo III el hebreo fue desplazado por el arameo que probablemente es la lengua de Cristo. Sin embargo, siguió siendo
usado por los judíos como una lengua religiosa, erudita y literaria. A fines
del siglo XIX fue resucitada como vernácula, y desde 1948 es la lengua viva del
Estado de Israel. El llamado hebreo moderno es una construcción muy reciente
impulsada por el movimiento sionista, el principal responsable del renacimiento
y la reimplantación de la lengua fue Eliezer Ben-Yehuda (1858-1922). El nuevo idioma mantiene
su propia escritura de derecha a izquierda y su alfabeto, pero es una fusión de múltiples lenguas, con amplia tradición de idiomas
representativos como el arameo, el árabe, el yiddish (judeoalemán) y el sefardí (español antiguo). Actualmente
es el idioma oficial de Israel, más de 9 millones de personas lo hablan.
El yiddish, idioma de la diáspora
El idish, o yiddish, surgió hace aproximadamente mil años, a orillas del río Rin, en las comunidades judías askenazíes en el territorio entre Francia y Alemania. Su léxico y sintaxis provienen del alemán, aunque tiene también tiene influencias del hebreo, del que toma los caracteres, y de algunas lenguas eslavas. “La palabra "idish" significa "judío", lengua de judíos“. El yiddish hoy está hablado por el elemento ultra ortodoxo que conserva el lenguaje de sus rabinos de la segunda mitad del Siglo XVIII y comienzos del Siglo XIX. Actualmente se estima que 1,5 millones personas en todo el mundo hablan este idioma. Está considerado por la UNESCO como una lengua en serio peligro de extinción.
Es el idioma de la diáspora, sin tierra, sin límites, que no depende de ningún gobierno. Es la lengua que hablaban los judíos europeos en la casa, en
el mercado, en la calle, mientras que el hebreo se consideraba la
lengua sagrada y era dominada por unos pocos, por ello los
textos religiosos se tradujeron al yiddish con fines totalmente prácticos.
También hubo una ola de traducciones de literatura universal al yiddish con el
fin de modernizar la vida en la sociedad judía (Kant, Marx, Balzac, Tolstói…). Estas comunidades compartían territorio con otras culturas
hegemónicas donde se hablaban otras lenguas nacionales. Convivir como minoría hizo que
estas comunidades fueran vulnerables, y de hecho muchas veces fueron
perseguidas y masacradas. Sin embargo, lo que más las define es su reverencia
hacia la vida, su sentido de la compasión y el humor. Una alegría de vivir,
cuyas influencias aún podemos apreciar en la filmografía de Woody Allen.
Los hermanos Marx
El humor judío: una historia seria, un ensayo riguroso y divertido deJeremy Daube que aborda con sentido del humor un asunto tan serio como la historia del pueblo judío y nos recuerda que, en ocasiones, la risa puede restaurar el equilibrio de la cordura. Asimismo, rastrea el apogeo y el declive de los principales arquetipos humorísticos judíos con la ayuda de maestros de la talla de Sholem Aleichem, Isaac Babel, Franz Kafka, los hermanos Marx, Woody Allen, Joan Rivers, Philip Roth, Mel Brooks, Sarah Silverman y Larry David entre muchos otros.
El judeoespañol
Los judíos expulsados de la península por los Reyes Católicos se fueron con las manos vacías no podían llevarse nada, sin embargo se llevaron su lengua, su cultura y sus costumbres. La leyenda nos cuenta que algunos con la esperanza de volver guardaron las llaves de su casa y aún las conservan.
Este mapa completa la entrada anterior del blog (2010) judeoespañol:
Tres series de Netflix
Si queremos darnos cuenta de la babel del estado de Israel
podemos ver las series en versión original que nos ofrece la plataforma
Netflix. La más conocida de todas, y la primera serie hablada principalmente en yiddish, es Unorthodox que nos cuenta la historia de una joven judíade la estricta comunidadSatmar de Nueva York que abandona un matrimonio concertado para comenzar una nueva vida en Berlín. Si
ves la serie en español, te darás cuenta de que sólo ha sido doblada cuando los
personajes hablan en inglés y en alemán
La interesante serie israelí Shtisel, protagonizada por una familia judía religiosa que vive en el barrio ultraortodoxo de Jerusalén. A partir de las diferentes historias de cada de sus miembros nos acercamos a un mundo poco conocido y accesible. Está rodada básicamente en hebreo y en yiddish
Fauda, un thriller político israelí, filmado en árabe y en hebreo. La palabra «fauda» significa
caos en árabe y es el término utilizado por las fuerzas encubiertas israelíes
para avisar a las unidades de rescate que han sido descubiertos.
https://ethic.es/2022/10/por-que-el-judaismo-crea-tantos-intelectuales/"Mientras el cristianismo y el islam cuentan con una
población global del 31,2% y 24,1% respectivamente, el judaísmo tan
solo representa un 0,2% de la población mundial (o lo que es lo mismo, alrededor de 15
millones de personas). Su huella, sin embargo, es especialmente profunda más
allá de la pura cuestión de la fe: alrededor de un 25% –y hasta un 29% en el
caso de Medicina– de los Premios Nobel han sido otorgados a intelectuales y
artistas judíos".
El historiador y escritor mexicano Enrique
Krauze, testigo de las últimas décadas del México del siglo XX, ha publicado su autobiografía intelectual “Spinoza en el Parque México”
(Tusquets, 2022), una colección de
anécdotas y testimonios que explican la evolución de su pensamiento y su
proceso de formación. La biografía es el resultado de la complicidad con un
interlocutor español, el doctor en derecho y filosofía José María Lassalle que
lo entrevistó durante siete años. "El libro reúne tres libros en uno: la
autobiografía propiamente dicha (con tres hitos principales: la historia de sus
abuelos socialistas, su participación en la revuelta estudiantil del 68 y su
tarea como secretario de redacción de Vuelta); una breve historia de la
heterodoxia judía, encabezada por Baruch Spinoza, la figura tutelar del libro,
cuyo espíritu libertario admiró desde joven, y un ensayo sobre los profetas
iluminados que presintieron el advenimiento del totalitarismo en la Alemania
Nazi y la Unión Soviética (Heine, Dostoyevski, Weber, Kafka) complementado con
semblanzas de los historiadores y filósofos que mejor han explicado la génesis
de ambas pesadillas: Arendt, Scholem, Berlin, Kolakowsky, Bell, Howe"*.
El título parte de un joven Enrique Krauze, hijo de judíos polacos que llegaron a México en los años 30, que recuerda a su abuelo Saúl Krauze predicar las enseñanzas del filósofo de la comunidad judía de Ámsterdam Baruch Spinoza, el pensadordel siglo XVII descendiente de judíos españoles, gran heterodoxo cuyas ideas sembraron la ilustración europea, el hereje que fue repudiado por su comunidad, el padre de los judíos no judíos. Ambos están sentados en los bancos del Parque México,
cerca de la calle Ámsterdam donde se sitúa la biblioteca de su abuelo repleta
de libros escritos en yiddish*.
El heterodoxo Krauze explica su relación con el judaísmo: "El vínculo con mi pueblo milenario está en
los libros. Es el humanismo judío lo que me interesa, su historia y su
literatura, no tanto sus ritos, su ortodoxia, menos aún sus pasiones mesiánicas
o nacionalistas. Guardo lealtad a mis antepasados, pero socialmente preferí
habitar las orillas del mundo judío. Estando en la periferia puedes encontrar
un margen mayor de libertad. Puedes mirar mejor el centro.Y sin embargo, a estas alturas de mi vida me he mudado aquí,
a mi escenario de origen, a la calle de Ámsterdam. Acá tengo mi biblioteca de
temas judíos". “La pertenencia no es
a un lugar, no es a una sola identidad, no es a una sola la historia”, señala. “Es, como la de Spinoza, al género humano. Respeto el concepto de identidad,
pero es muy peligroso”.
El tema de la persecución a los judíos, su diáspora, su literatura y el mantenimiento de sus costumbres y su lengua me interesa profundamente desde los veinte años cuando al terminar Románicas entré en contacto con el Instituto Arias Montano y realicé mi tesina Cantos de parida sefardíes. El libro de casi ochocientas páginas también nos aporta muchísima información sobre los escritores que conoció en México, algunos de ellos españoles exiliados. En el siguiente enlace se puede leer el índice y una parte del capítulo primero, Raíces.
El autor
mejicano nos explica muy bien las diferencias entre
los sefardíes y los polacos que se establecieron en México: "Ya no los expulsó solo la intolerancia
religiosa, como en España en 1492, sino la persecución integral: histórica,
racial, nacional y religiosa. Los expulsó el antisemitismo. Después de la
Primera Guerra Mundial se recrudeció en Polonia ese antiguo prejuicio de origen
medieval y (mis abuelos) decidieron emigrar".
Borges suscribe la opinión de B. Russell según la cual Spinoza es el más querible de todos los filósofos, y nos dice que "Spinoza tiene que ser sentido como un santo". El procedimiento por el que Borges convierte al maldito en santo es el mismo en virtud del cual hace del spinozismo una religión. Por último incluyo uno de los poemas que Borges dedicó a Spinoza.
Gracias a mi amigo Guillermo, he conocido a la escritora sevillana Elisa de Armas que se ha ganado la vida como profesora de Lengua y Literatura en la enseñanza secundaria. Buscando claves para enseñar a redactar a sus alumnos, se inscribió en un taller de narrativa y allí se inició su pasión por el microrrelato.
En La caraexplica su proceso creativo en el campo de la minificción. Para ella escribir es encontrar lo que no sabes que estás buscando:
Con el adiestramiento necesario, cazar microrrelatos se convierte en un hábito insoslayable. Suelen esconderse en los rostros de los transeúntes, en los de los pasajeros de los trenes, en las muchedumbres que se manifiestan, en las fotografías de prensa, en los cuadros de las exposiciones, en los libros de historia, en los de poemas. Cuando se logra capturar alguno hay que evitar disecarlo o perforar su cuerpo grácil con un alfiler que lo inmovilice; para que conserven su hálito, el escritor aficionado aprenderá de los maestros, los que fueron y son capaces de ofrecérnoslos frescos, palpitantes, capaces de destilar humor, emoción, revelaciones. La realidad, que hoy día desconfía de estructuras literarias complejas y artificiales, está presente en ellos tal como es, fragmentaria, polimórfica, dotada de perspectivas contradictorias y complementarias, enriquecida por infinitos puntos de vista; escribimos microrrelatos para no traicionarla. Y en pos de esta fidelidad decidirá el autor en cada caso si debe abrir puertas a lo íntimo o a lo desconocido; si utiliza la sorpresa para hacerse, y con él al lector, sensible al misterio o a la aventura de lo cotidiano; si prefiere golpear las conciencias o dar al receptor un toque en el hombro que lo vincule al instante gozoso de la lectura.
Los cien microrrelatos incluidos en Yo tampoco me llamo Ulises, su último libro,son un ejemplo de intertextualidad,parten de obras canónicas de la literatura como la Biblia, la mitología o el Quijote, o bien se inspiran en la historia, la pintura y el cine. Con la atención al ritmo y a la palabra precisa que estas pequeñas piezas exigen, los clásicos son así reinterpretados para acercarlos a la época actual a través de una mirada a veces cruel, a veces tierna, a veces irónica, pero siempre compasiva con la naturaleza humana.
Aquí os dejo dos muestras como aperitivo del libro.
El kintsugi (carpintería
de oro) es la práctica japonesa de reparar fracturas de la cerámica con barniz
o resina espolvoreada con oro. Se remonta al siglo XV, plantea que las roturas
y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en
lugar de ocultarse. Esta técnica ha acabado convirtiéndose en una filosofía de
vida, evoca el desgaste del tiempo sobre las cosas físicas. Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y
sobrellevar las cicatrices. Saber valorar nuestras
imperfecciones nos aporta una serenidad objetiva. Asumamos nuestra fragilidad,
apreciémonos como somos: rotos o nuevos, únicos, irreemplazables, en permanente
cambio.