lunes, 1 de junio de 2020
domingo, 31 de mayo de 2020
El mejor lapsus lingüístico: "luz genital"
El director general de la Fundéu BBVA en el blog de
la institución anunció hace unos días la creación de un concurso a nivel mundial:
buscaban el mejor lapsus lingüístico, el más gracioso, el que lograse
asemejarse a una obra de arte. 'La luz genital' ha ganado con un 57% de los
votos al 'cólico frenético' y se convierte desde ahora en el mejor lapsus del
mundo después de que su creador, Juan Pich y Pon, alcalde de Barcelona en la
década de los años treinta, lo dijese en público para referirse a la luz
cenital de la que se podía disfrutar en un restaurante recién abierto en la
Rambla de Catalunya. Este
tipo de lapsus eran tan comunes en Pich y Pon que el
alcalde dio nombre a la 'voz piquiponada', una expresión que en Cataluña se usa
para referirse a este tipo de errores lingüísticos e incluso a las
barbaridades. A él se le atribuyen célebres errores de léxico que han pasado a
la historia y que en ocasiones cambiaban por completo el significado de las
frases. Otros dos ejemplos del alcalde, además de la 'luz cenital', que también
concursaban por ser el mejor lapsus del mundo son 'sifilítico' , una palabra que
usó confundiéndola con filatelista o filatélico para describir a su sobrino y
'calígula', término que empleó en público sustituyéndolo por canícula para
referirse a la temporada en la que el calor es más fuerte.
Juan Pich y Pon, 1915 |
Estas son las 16
expresiones que competían:
· Tenía mucho
dinero; nadaba en la ambulancia (cambiando
abundancia por ambulancia).
· Le gusta que lo
miren, estar en el candelabro (cambiando
candelero por candelabro).
· Se está encargando
de todos los preservativos de la boda
(cambiando preparativos por preservativos).
· Estamos metidos
en una auténtica aborigen de trabajo
(cambiando vorágine aborigen).
· Es muy doloroso
el cólico frenético (cambiando
nefrítico por frenético).
· Colecciona sellos,
es sifilítico (cambiando
filatélico por sifilítico).
· ¡Qué calor!
Estamos en plena calígula (cambiando
canícula por calígula).
· Dice maldades,
tiene una lengua vespertina (cambiando
viperina por vespertina).
· Es mejor tomarlo
en pequeñas diócesis (cambiando
dosis por diócesis).
· La claraboya
proporciona luz genital (cambiando
cenital por genital).
· Es lo opuesto a
él, su antílope (cambiando
antítesis por antílope).
· No sé si le dio
un mareo o una linotipia (cambiando
lipotimia por linotipia).
· Llama la
atención, es muy ostentóreo (cambiando
ostentoso por ostentorio).
· Se presenta por
la circuncisión electoral
de su pueblo (cambiando circunscripción por circuncisión).
· Veo los programas
de otros países con la antena diabólica (cambiando
parabólica por diabólica).
· Está sórdido como una tapia (cambiando sordo por sórdido).
Otros que recuerdo ahora:
No tengo hijos porque mi mujer es esméril (estérilI y yo soy omnipotente (impotente).
Ese actor y esa actriz andan liados, hacen vida marítima (marital).
Hoy hace mucho bichorno (bochorno) y hay garrafas (ráfagas) de aire.
Otros que recuerdo ahora:
No tengo hijos porque mi mujer es esméril (estérilI y yo soy omnipotente (impotente).
Ese actor y esa actriz andan liados, hacen vida marítima (marital).
Hoy hace mucho bichorno (bochorno) y hay garrafas (ráfagas) de aire.
jueves, 21 de mayo de 2020
Chaves Nogales, A sangre y fuego
Chaves Nogales en el Heraldo de Madrid |
"Manuel Chaves
Nogales fue un profesional entregado en cuerpo y alma al periodismo. Tras
permanecer muchos años, demasiados, olvidado, vuelve a ser un espejo para la
profesión y su autonomía por encima de colores y poderes políticos".
Estas palabras introducen el interesantísimo artículo del
sociólogo Iñaki Chaves, Chaves Nogales, un contar demócrata y republicano, sobre el periodista que escribió un insólito libro de
relatos, A sangre y fuego, publicado en
1937 en la editorial chilena Ercilla, la misma en la que Baroja sacó año y
medio después Ayer y hoy, también
sobre la guerra civil. Los nueve relatos con un estilo sencillo tratan sobre la
realidad del momento desde un punto de vista objetivo, historias protagonizadas
por rojos, azules y gentes sin filiación; buenos y malos; cobardes, valientes y
mártires en todos los frentes. Un
impresionante alegato sobre la brutalidad de la guerra que afectó a
los dos bandos. Chaves Nogales murió en el exilio, "En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando a mujeres y niños inocentes". Fue un ciudadano demócrata que luchó contra los totalitarismos (el
fascismo y el comunismo) y que buscaba la
cordura y el diálogo con las mejores armas que se han inventado: la pluma y la
máquina de escribir. Su lectura no nos deja indiferentes.
"El hombre que estaba allí" (2014) es un
documental, nominado al Goya, sobre el periodista Manuel Chaves. Daniel
Suberviola y Luis Felipe Torrente retratan al periodista que vivió la España fratricida del 36, la Rusia bolchevique, la Italia
fascista, la Alemania nazi, un París agonizante o el Londres envuelto en llamas
de la II Guerra Mundial.
miércoles, 20 de mayo de 2020
Cadarso 18: Colegio Covadonga/Demolición/Apartamentos de lujo Be Mate
De repente, recibí muchísimas visitas en mi entrada Demolición del edificio que albergó la sala Cadarso y el colegio Covadonga que había escrito hace años llena de melancolía (y cursilería, todo hay que decirlo) recordando versos clásicos sobre ruinas. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está confinada y encantada en las habitaciones de un apartohotel de lujo, propiedad de Be Mate. Me quedé sorprendida, el edificio era una réplica casi exacta del anterior, pero para qué destruir para volver a construir. Hoy, comparando las fotos, he encontrado la finalidad de la operación, el nuevo edificio ha ganado en altura, con unas terrazas que no estaban en el original, para que las vistas del centro de Madrid sean espectaculares. La explicación es tan sorprendente como las explicaciones que ha dado la política. Lo que yo sé es que el Hogar del Empleado alquilaba los pisos bajos a los jesuitas que tenían una residencia más arriba, en el ascensor nos encontrábamos a veces a José María Díez-Alegría. Supongo que, cuando cerraron el colegio, decidieron vender el edifico. Alguien habrá ganado mucho dinero con esta especulación inmobiliaria.
Etiquetas:
Hogar del Empleado,
Paseos por Madrid
lunes, 11 de mayo de 2020
Stoner, John Williams
Stoner es una novela sencilla, sin alardes técnicos, emotiva,
perfecta en su trazado y en sus palabras. Es un libro al que cualquier público
se puede acercar, pero que, como las grandes obras, satisface a los amantes de
la lectura y a los filólogos. Su ritmo es como una música melancólica cuya
cadencia resuena en nuestros oídos después de haberla leído. Es literatura
en estado puro. Es vida. Es muerte.
Stoner — considerada una especie de novela de culto—, narra la vida de John Stoner, un hijo de
campesinos que en 1910 entra a la universidad de Misuri a estudiar agricultura
pero que al poco tiempo cambia de rumbo cuando descubre su gusto por la
literatura y su vocación como profesor universitario. Una novela un tanto
triste sobre un idealista que aspira a triunfar en el amor y en su trabajo,
pero que –sin poder evitarlo- ve cómo su matrimonio y su ascendente carrera
como profesor se precipitan al despeñadero. “Al cabo de un mes él supo que su
matrimonio era un fracaso; al cabo de un año abandonó toda esperanza de que
fuera a mejorar. Aprendió a callarse y dejó de imponerle su amor”, se lee en la
primera parte de la novela. El mismo sentimiento de decepción va a estar
presente en la relación de Stoner con los otros profesores y sus alumnos,
aunque el autor siempre negó el carácter triste del protagonista. “Creo que es
un verdadero héroe”, dijo John Williams en una entrevista: “Mucha gente que ha
leído la novela piensa que Stoner tuvo una vida triste y mala. Yo creo que tuvo
una muy buena vida. Él estaba haciendo lo que quería".
Me he emocionado con la vida de este
profesor, que tanto tiene que ver con su propio autor, y con las dificultades que tuvo que vivir y afrontar que no eran
obstáculos inquebrantables o sucesos extraordinarios, sino el mismo paso del
tiempo y el peso de la vida que a veces puede resultar insoportable.
jueves, 7 de mayo de 2020
Saludo vírico, la "zamorana" contra el coronavirus
Lo que más echo de menos en estos
tiempos de coronavirus son los abrazos, esos lazos cotidianos que te transmiten
cariño y energía. Sin ellos se vive, pero mal. El virus nos ha aislado, no lo
hemos podido derrotar por ahora. Huérfanos de contactos, no sé cómo volverán a ser las relaciones
personales a partir de ahora, convertidos en solitarios seres mutantes con
mascarilla y guantes que arrastran su tristeza por las calles. Me temo que los abrazos perdidos y rotos no volverán.
Los saludos con el codo como
alternativa al apretón de manos, que se han puesto de moda, me hacen reír
porque me recuerdan a la famosa parada del portero Ricardo
Zamora que tantas veces veía de pequeña en el NODO. Alfredo Di Stéfano
decía que solo han existido dos porteros: San Pedro en el cielo y Ricardo
Zamora en la tierra. La "zamorana" era una parada con el codo, un
espectacular despeje con el antebrazo, que le hacía ser un guardameta
invencible. La "zamorana" era un corte de mangas en toda regla, un
gesto que demostraba la furia española. Los saludos virales también me
recuerdan al "pericote", una danza originaria de la zona de Llanes de un hombre y
2 mujeres o 2/4, 3/6... siempre en proporción 1/2; en ciertos momentos el
hombre lleva una mano al hombro contrario, presentando el codo a sus
compañeras, y luego cambia de mano y codo. Se parece al saludo militar de mano
derecha con la palma hacia abajo llevada a la parte izquierda del pecho, pero
en el pericote se marca más la presentación del codo, como en el saludo vírico de estos días.martes, 5 de mayo de 2020
Bodegón del coronavirus
Mi ahijada ha diseñado y confeccionado unas mascarillas para tiempos del coronavirus. Hoy las hemos estrenado. Como todas, dan mucho calor y empañan las gafas. A mí me agobian muchísimo. Al llegar compuso este bodegón con unas frutas de madera de balsa. Se podría titular Naturaleza muerta y tapabocas.
Las mascarillas de mi sobrina se parecen a las quirúrgicas, no
a las que tienen formas de seno y parecen un sujetador "monomástico",
adjetivo inexistente, formado a partir
de la raíz griega mastos (pecho, mama, teta), que tendría que ponerse de moda.
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