Por fin, Ángel Guinda tiene una biografía que servirá para los que no le conocían. Los que disfrutamos de su compañía sabíamos que detrás de su semblante serio de ángel exterminador se escondía un ángel divino, un gamberro irónico y sentimental, siempre defensor de los débiles, a veces exhibicionista. Estar con él era una fiesta, derrochaba amor a la literatura y a la vida. Coqueto y encantador con las mujeres, amigo de sus amigos, fuerte ante la enfermedad y la adversidad. Ni raro ni oscuro, un hombre y un poeta extraordinario.
martes, 12 de agosto de 2025
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