domingo, 7 de abril de 2019

La frontera, Don Winslow


Leí el artículo de Muñoz Molina La narración ilimitada sobre las novelas de Don Winslow e inmediatamente rescaté del olvido La frontera, que había arrinconado solo por su portada y por el excesivo número de páginas. Su lectura me ha parecido apasionante, porque cuenta con un estilo preciso y claro, no exento de poesía, lo que hay detrás de las noticias que nos llegan de EEUU y de México sobre el narcotráfico, como la muerte de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala.  Debo confesar que en algunas ocasiones tuve que abandonar la lectura, impactada por el relato. 
Winslow, tras años de investigación, traza con precisión el camino del dinero desde los campos de amapolas de Sinaloa y Jalisco hasta los despachos de Washington y Wall Street. En medio, un gigantesco mosaico social en el que tienen voz propia narcos y yonquis, políticos y camellos, policías e informantes. El narcotráfico ha propiciado la aparición de grandes capos y ha poblado el escenario de asesinos psicópatas; ha causado la muerte violenta de centenares de periodistas comprometidos, de más de cien mil mexicanos y decenas de miles de estadounidenses en tiroteos o por adicción a sustancias como el crack o la heroína. Además, ha marcado la política de EEUU al más alto nivel (con la aparición de convincentes trasuntos de Donald Trump, John Dennison en la novela, y su yerno). Todos acaban, de una u otra manera, con las manos manchadas de sangre porque en esta trama de intereses económicos la vida no vale nada. Un mosaico compuesto por varios hilos narrativos, cada uno de ellos centrado en un personaje diferente, reconocible o anónimo, que nos transmite la realidad del día a día de los afectados por estas organizaciones criminales. Resulta sobrecogedora la historia del joven Nico que huye de Guatemala para tratar de vivir con sus tíos en Nueva York y cae en otro de los negocios generados por el narcotráfico: los correccionales y las cárceles. 

jueves, 4 de abril de 2019

El artefacto de Narciso Gallego: Poemas y paisajes


Ayer asistí a la presentación de la primera obra de Narciso Gallego editada en Opera Prima (calle Espejo) y presentada en la Ciudad Invisible cerca de Ópera: Poemas y Paisajes, veintisiete poemas agazapados que merecen ser descubiertos. Su autor define la poesía como un artefacto, "arte factum", algo hecho con esmero, con técnica y con arte.
Narciso fue mi jefe de Departamento y es mi amigo, aunque nos veamos poco y siempre me eche la bronca por mi pesimismo, le dice la sartén al cazo. Con él he compartido momentos memorables en viajes, vomitamos juntos en una bolsa de Simago en un velero por Cartagena, y muchísimos desayunos en el instituto ("Cuando la luz nos atraviesa a preguntas"). Paloma, cuando lo conoció, lo comparó con Norman Bates, el protagonista de la película Psicosis, a él ella le pareció una misionera seglar; hoy siguen formando una pareja envidiable. A mí, su mirada, que rezuma sentido del humor, me recuerda a la de Buster Keaton. Taciturno y observador, irónico y conversador, esconde su alma de poeta comprometido en poemas tan impresionistas como expresionistas, semejantes a sus fotografías que tratan de reflejar con su desenfoque paisajes heridos por la fugacidad del tiempo y los recuerdos de la infancia. Retrata un mundo cotidiano (fruteros, radios, libros, habitaciones, ciudades) surcado por inquietantes imágenes que expresan la angustia del ser humano: labios como una navaja que se abre, sangre que brota de una opinión, ciudades torturadoras, rostro encerrado en una jaula vacía, sillas desocupadas, armarios sin ropa, botellas sin abrir, escaleras sinuosas. Para él, eso creo, la poesía es la puerta abierta que nos libera, porque "Cuando se cierra una puerta/es que alguien se ha equivocado".
 ¿Es esta la crítica que esperabas?

Narciso Gallego (Santander, 1957), profesor de enseñanza media de Lengua y Literatura castellana, ha publicado crítica literaria y poemas en diversos periódicos y revistas. Colaboró en el apartado de poesía en el Diccionario de literatura española e hispanoamericana. Actualmente trabaja en un proyecto fotográfico basado en poemas de Antonio Gamoneda y prepara un libro sobre el héroe trágico griego frente a su destino.

lunes, 1 de abril de 2019

Monos de repetición

La educación empieza desde pequeños en nuestra casa. Somos monos de repetición, aprendemos imitando los gestos y comportamientos de nuestros padres que son el espejo que miramos para aprender a comportarnos en la vida. Pensamos que su actuación es la correcta y desgraciadamente esto siempre no es así. De ahí la importancia de la creación de las escuelas de padres

El vídeo tiene el título de Mejor anuncio del mundo, lo subí en 2010 a internauta.ning para resaltar la importancia que tienen todos los adultos en la educación de los jóvenes. Sirve para educar en valores, para hacernos reflexionar, ya que muestra algunos ejemplos de cómo los niños imitan las actitudes de los padres, incluidas las violentas. Es la respuesta a la pregunta que muchos padres se hacen: "¿Cómo ha salido este niño así?, ¿por qué es tan agresivo, desordenado, egoísta, contestón? ¡Si no he hecho más que darle cariño!" 

Los niños ven
Los niños imitan.
Sé una influencia positiva. 

 “Top-25”: Los mejores anuncios con valores

jueves, 28 de marzo de 2019

Mis pinturitas

Ayer asistí a la exposición colectiva de pintura que se celebró en el Centro Cultural de Lavapiés. El denominador común era la utilización del color rojo. Los alumnos realizaron obras sorprendentes. Unos cuadros sobresalían por el dibujo, otros por el color, otros por su originalidad. Dos amigos del IES Buñuel realizaron unas composiciones magníficas que no coloco aquí porque no les he pedido permiso. Me dio una sana "endivia" y me acordé de mis clases en el Centro Clara del Rey cuando experimenté el enorme susto de enfrentarme con un lienzo en blanco y la satisfacción de poder crear formas y colores. No se me da bien dibujar, ni mezclar colores, ni copiar del natural, pero lo intenté y aquí está una muestra de parte de mi producción que trata de ocultar el gotelé de las paredes de mi casa. Tengo el talento de reconocer que no tengo talento. Mi estilo es naif, infantil y sencillo, la técnica tirando a puntillista. Me da pudor ponerlo aquí. Sed benévolos conmigo y con el vídeo porque es la primera vez que hago uno y me ha resultado una tarea casi tan difícil como la de pintar al óleo. Los cuadros vistos de lejos tienen un pase, pero el primer plano de las fotos no les favorece nada. 




lunes, 25 de marzo de 2019

Madrid hizo pop: exposición Pongamos que hablo de Madrid


Madrid me gusta aunque a veces me mata. Madrid hizo pop en los ochenta, con mucho retraso y mucha energía. Había que contrarrestar con la modernidad el exceso de costumbrismo y casticismo chusco de la dictadura. En la exposición Pongamos que hablo de Madrid en el Conde Duque, paseando entre pinturas, dibujos y obras gráficas de artistas tan relevantes como Javier de Juan, El Hortelano, Ceesepe, Úrculo, Miguel Trillo, Fernando Vellver, Luis Gordillo o Ouka Lele, he vuelto a recordar esos movidos años juveniles en mi ciudad, “donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo”. Años después Madrid hizo plof.
En la sala, no os perdáis el divertido video interactivo realizado por el equipo de videoartistas Refugio 93, que describe la evolución de la historia del arte del siglo XX y su conexión con algunas de las piezas de la exposición.

sábado, 23 de marzo de 2019

Semillas como bombas en el Conde Duque

Enorme sorpresa la que me llevé al entrar en el patio central del Centro Cultural del Conde Duque que, como todo el mundo sabe antes fue cuartel, y ver diseminadas unas enormes esferas que asemejan bombas resquebrajadas, solo al aproximarme me di cuenta de que están hechas de madera maciza. Forman parte de la  exposición  Semillas (resurrección) del artista Jaime Miranda a partir de madera de árboles caídos, casi todos eucaliptos, en la costa y la cordillera de Perú, debido a la tala indiscriminada e ilegal que se realiza allí y en el mundo entero. Las piezas se han pulido para generar una especie de germinación que ayude a sembrar diversos espacios con el fin de concienciar sobre este problema medioambiental. Las semillas mayores miden 2,10 metros de diámetro y pesan casi 4 toneladas. Son objetos que ocupan físicamente un espacio, pero también son ideas que inseminan la psique del espectador. Bombas cargadas de deseos de fecundidad. Nada mejor que un cuartel para sembrarlas. Impactantes.

Jaime Miranda Bambarén (izq.) y Gustavo Buntinx


viernes, 22 de marzo de 2019

La cutrez de la calle del Pez


En los alrededores de la calle del Pez aparecieron hace tiempo unos misteriosos y originales pantalones-maceteros, esculturas realizadas con pantalones viejos, rellenos con papeles de periódico impregnados en alquil para dar forma a las piernas, apoyadas en zapatos, que sirven de soporte a macetas con plantas. Estas esculturas espontáneas provocaban en el paseante primero extrañeza y luego una sonrisa. Hasta El País se hizo cargo de la noticia y nos presentó a su autor, un jubilado del barrio de 70 años, nacido en Alicante, que estudió Industriales. Cuando puse cara al vecino, esta me resultó conocida y al ver su email, ya no tuve ninguna duda, es de Villena como toda mi familia y casi estamos emparentados porque su hermana se casó con un primo mío. Además, los dos pertenecemos al gremio de la enseñanza, nos une el gusto por las plantas -en las casas antiguas del pueblo siempre había un patio interior cuajado de aspidistras- y la obsesión por hacer de Malasaña un lugar bello y acogedor.
Ahora también están repoblando los alcorques, iniciativa que se llevó a cabo este otoño por parte del Ayuntamiento, tras una propuesta incluida en los presupuestos participativos 'Tu barrio se planta', que busca la implicación de vecinos y comerciantes en su cuidado. Una buena idea la de plantar estos mini jardines, aunque desaparecieron en poco tiempo, se hicieron de manera artesanal y algo chapucera, más digna de un colegio de primaria de que de un proyecto de la capital de España. Los viandantes se llevaban las plantas, estas no se reponían y los vándalos desaprensivos que nos invaden los fines de semana se ensañaron con ellos. 

  

Esta semana volví a pasear por Pez, después de un tiempo sin hacerlo, y me sorprendió la cantidad de tiendas cerradas y el abandono de la calle, al que contribuye la proliferación de los pantalones con plantas que cuelgan ahora sin gracia, como si fuesen ahorcados con las perneras llenas de pintadas, y los zapatos viejos que sirven de maceteros. La impresión no fue agradable, lo que al principio era original se ha convertido en decoración cutre, más que una muestra de arte pobre*. Bien están las iniciativas populares y participativas, pero mejor está guardar el decoro. Supongo que a algunos vecinos les gustará, a mí no, hay gustos para todo, y toda esta decoración me parece ya un poco obsesiva. Creo que es el Ayuntamiento el que debe poner plantas en condiciones con materiales apropiados, no recuperados de los ropavejeros, y encargarse de su mantenimiento. Yo quiero arte en la calle y que mi barrio esté tan limpio y cuidado como el barrio de Salamanca porque pagamos los mismos impuestos, no quiero que sea pasto del mal gusto porque ya está bastante degradado. ¡Pobre barrio mío! ¡SOS Malasaña!



Marzo 2019. Así está ahora el proyecto Tu barrio se planta en la calle La Palma 














*El término  arte pobre (del italiano  arte povera) es una tendencia dada a conocer a finales de la década de 1960, cuyos creadores utilizan materiales considerados pobres, de muy fácil obtención, como madera, hojas o rocas, vajilla, placas de plomo o cristal, vegetales, telas, carbón o arcilla, o también materiales de desecho y, por lo tanto, carecían de valor.

Finalmente (otoño, 2022)  Adiós a la macetas de la calle Pez, el photocall verde deMalasaña

El jardinero urbano que creó la instalación de plantas en 2018 desmonta su cuerpo principal en torno a uno de los edificios. Juan dice estar más que orgulloso de la experiencia disfrutada con los vecinos y que “todo tiene su final, como la vida misma”.