viernes, 29 de septiembre de 2017

Estados Unidos del amor, película polaca


Esta película del director Tomasz Wasilewsky de extraño título, Estados Unidos del amor, situada en Polonia en los años noventa, justo después de la caída del Muro de Berlín, nos retrata la vida de cuatro mujeres profundamente infelices que intentan lidiar con la represión sexual y los amores insatisfechos. Lo que cuenta y cómo lo cuenta es de una crudeza inaudita en el cine por su naturalismo y no deja a nadie indiferente.  En primer lugar, advertir al espectador que cuesta entrar en estas historias que se muestran fragmentadas y no siguen una línea temporal, donde los subtítulos apenas se pueden leer sobre el fondo gris de la pantalla. Lo segundo, que la soledad del ser humano está perfectamente retratada con fiereza en estos personajes, que nunca sonríen, con escenas de sexo explícito, oculto, prohibido, en ocasiones violento. Me ha recordado a los desnudos del pintor Lucian Freud que resaltan la fealdad humana y a las mujeres solitarias de Hopper, conmovedoras y mudas, aquí sin color para hacer todavía más patente su dolor. Planos fijos, planos secuencia, cámaras que acompañan a las actrices en un ir y venir hacia la desolación por un suelo invernal en mitad de la nada. Me ha parecido que este retrato de la sociedad polaca en transición al capitalismo tiene mucho que ver con la España franquista. Resumiendo: sórdida y aterradora, pero fascinante. La recomiendo.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hermanos y escritores


Un hermano es un amigo dado por la naturaleza para toda la vida. Los hermanos no solo comparten genes, la cultura, la educación o la clase social, además comparten las experiencias que suceden dentro de la familia y viven los mismos acontecimientos, lo que les ayuda a adquirir aficiones o profesiones similares. Al repasar algunas biografías de autores descubrimos que son numerosos los hermanos que se dedican al oficio de la literatura, tanto trabajando conjuntamente como por separado y que, a veces, la profesión se hereda de padres a hijos. Pero las relaciones fraternas, como todas las relaciones sociales, no siempre son idílicas y pueden llegar a ser muy complicadas pasando del amor al odio, tanto en la infancia como en la edad adulta, generalmente por haber recibido un trato no equitativo por parte de los padres, por celos o por envidia. Incluso los hay que aprovechan la muerte del otro para airear los trapos sucios de la familia. Veamos algunos ejemplos:

1.- Los hermanos gemelos

Según las últimas investigaciones Juan y Alfonso de Valdés, representantes del pensamiento erasmista español en el s. XVI, eran hermanos gemelos. Juan es el autor del famoso Diálogo de la lengua y hasta finales del XIX a él se le atribuyeron las obras de  Alfonso por haber sido impresas de forma anónima (Diálogo de Mercurio y Carón y Diálogo de las cosas acaecidas en Roma).

La escritora Dulce Chacón (La voz dormida) siempre soñó con escribir una historia sobre una princesa azteca y un conquistador español, pero el cáncer se lo impidió. Fue su hermana gemela, Inma Chacón, quién escribiría la historia por ella ('La princesa india'). "Éramos complementarias en la vida desde que nacimos. Yo era su lectora, corregía todo y le ayudaba en la documentación. Así que para mí escribir esta novela ha sido la razón moral para haber sobrevivido a mi hermana, porque su muerte me pareció absurda. Si vinimos juntas, yo entendía que nos teníamos que ir juntas".

2.-Los hermanos que escribieron juntos

Entre los hermanos que firmaron conjuntamente sus obras y permanecieron juntos figuran: los hermanos Grimm, los Goncourt y los Álvarez Quintero. Los Goncourt y los Quintero eran tan inseparables que ni siquiera se casaron.

Antes de llegar a los treinta años los hermanos Grimm ya habían llegado a la fama con su recopilación de cuentos tradicionales y diversos estudios lingüísticos. No solo trabajaron juntos, sino que vivieron siempre en la misma casa (aunque Wilhelm estaba casado) y están enterrados juntos en el cementerio de San Matías de BerlÍn. Inseparables también fueron los hermanos Goncourt (parece que se lo juraron a su madre), escritores de estilo naturalista. Después de la muerte de Jules, Edmond siguió escribiendo y en su testamento creó, en memoria de su hermano, el Premio Goncourt que se otorgó por primera vez en 1903. La unión entre los hermanos sevillanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero duró toda la vida, estrenaron innumerables sainetes, libretos de zarzuela, piezas cómicas y dramas. Ambos fueron miembros de la RAE, eso sí, en distintos sillones.

La colaboración entre los hermanos Machado se produjo a partir del momento en que Antonio Machado se trasladó a Madrid en 1931 y escribe con su hermano Manuel varias obras dramáticas. Manuel Machado era el primer firmante en libros y carteles por lo que debía de ser el principal responsable de la estructura dramática de las obras, pero en lo demás es muy difícil diferenciar el trabajo de ambos escritores, muy unidos hasta que la guerra civil los separó definitivamente: Antonio quedó en el bando republicano y Manuel, en el nacional. En realidad, los hermanos Machados fueron tres, porque otro hermano, Francisco, también hizo sus pinitos literarios y fue un destacado (y reformador)  miembro del cuerpo de funcionarios de prisiones. 

Los hermanos y artistas románticos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer, además de su obra por separado, conjuntamente escribieron e ilustraron gran cantidad de artículos en revistas y otras publicaciones de la época. Así, se les atribuye incluso un libro satírico, inédito hasta 1990, denominado «Los Borbones en pelota».


3.- Sagas literarias
La saga literaria española más famosa es la de los Panero, que conocemos la mayoría gracias a las  películas El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) Después de tantos años (Ricardo Franco, 1994). El desencanto causó gran escándalo porque su tema fundamental era el arte de matar al padre y sacar la basura acumulada durante tantos años, justamente lo que estaba haciendo la sociedad del momento con la figura de Franco. Panero, poeta del régimen franquista y hermano asimismo de otro poeta, Juan, se casó con la también escritora Felicidad Blanc con quien tuvo tres hijos que acabaron siendo escritores: Juan Luis, Michi y Leopoldo María.

4. Hermanos que cambiaron de apellido y no lo parecen.

Magda Donato y Margarita Nelken, muy conocidas en la España de los años 20 y 30 por su feminismo. Margarita Nelken era la que tenía una carrera literaria más importante; fue la primera traductora de Kafka al español y escribió ensayo (era una mujer de fuerte conciencia política) y varias novelas. Su hermana, Carmen Eva, actriz y autora de obras de teatro para niños, firmaba con el seudónimo de Magda Donato, ya que desde niña se sintió eclipsada por su hermana mayor y no quería que las confundieran. Las dos murieron exiliadas en México. 
También eran hermanas Luisa-María Linares y Concha Linares-Becerra, hijas del dramaturgo Luis Linares Becerra. En la posguerra publicaron por separado populares novelas rosas, alguna de ellas adaptada al cine. 
 Margaret Drabble y A.S. Byatt (Antonia Susan Drabble), hijas de un conocido novelista. Ambas son dos de las escritoras más populares de finales del siglo XX en Reino Unido y estuvieron enfrentadas durante años. Parece ser que una hermana acusó a la otra de apropiarse de un juego de té familiar como motivo literario, cuando sabía que la otra lo quería utilizar.

Javier Reverte y Jorge Martínez Reverte son hermanos, periodistas y escritores, hijos del también periodista Jesús Martínez Tessier.

5.- Hermanos que siguieron caminos diferentes.

La mayoría de los escritores siguieron caminos distintos a los de sus hermanos. En el siglo XIX, Anne, Emily y Charlotte Brontë son las hermanas literarias por excelencia. También tenían un hermano, Branwell, que además de escritor era pintor. Pero Branwell ha sido olvidado ante el genio de sus hermanas. Y También está la familia James, aunque hoy solo es recordado Henry James, su padre y dos de sus hermanos también eran escritores notables, así como la hermana pequeña, Alice James, que escribió unos diarios para escándalo de los hermanos.

 En el siglo XX, las seis hermanas Mitford no solo fueron escritoras, sino que además se convirtieron en personajes literarios con vidas plagadas de escándalos que acabaron impresas, empezando por la que se casó con un rico industrial y abandonó a su marido, hasta la revolucionaria comunista y la hermana nazi y suicida, Unity Mitford.
 
A los hermanos Durrell, aunque de estilos, temáticas e intereses muy diferentes, les unía el talento extraordinario. Gerald Durrell en su divertidísima autobiografía Mi familia y otros animales describe a su hermano mayor Lawrence (Larry) con la precisión de un científico, ofreciendo un retrato tan humorístico como lleno de admiración. Encerrado siempre en su cuarto, perdido en un mar de folios, empecinado en sembrar los cimientos de la que será su obra futura, convencido de llegar a formar parte del Olimpo de los grandes.

Los hermanos Camba que incluso tienen un museo en Villanueva de Arosa, su ciudad natal, Francisco fue novelista y Julio destacó como periodista.

Jorge y Carlos Semprún, nietos del político conservador Antonio Maura fueron comunistas y escritores.  Jorge Semprún era frío e íntegro. Carlos era lo contrario: expansivo y transparente. Durante décadas se adoraron, pero al final de sus vidas razones personales y políticas hicieron que se separaran, tal vez tuvo que ver que Jorge empezara a ganar premios como literato e incluso una candidatura al Oscar como mejor guionista.

El detonante de la poética de la familia Goytisolo (José Agustín, Juan y Luis) es la muerte de la madre, Julia Gay, en 1938 durante uno de los bombardeos franquistas a Barcelona. Ello explica el exilio voluntario de Juan en París y Marraquech y el enfoque de la realidad española que realiza en Señas de identidad Reivindicación del conde don Julián. Los tres se caracterizan por haber llevado una vida de excesos y desventuras, de desarraigos, de amores imposibles y de aburguesamiento vergonzoso.

Otra gran familia literaria de nuestras letras lleva el apellido Casariego. Pedro, Martín y Nicolás fueron tres de los hijos del pintor asturiano Pedro Casariego Hernández-Vaquero. El 8 de enero de 1993, el poeta Pedro Casariego (Madrid, 1955) se arrojaba a un tren en la estación de Aravaca. Su hermano Martín Casariego en  La primavera corta, el largo invierno (Espasa, 1999) rinde un homenaje humano y literario a la figura de su hermano Pedro.

En Argentina las hermanas Ocampo ejercieron una importante influencia en el desarrollo de los movimientos culturales en su país. Victoria desde su puesto de directora de la revista Sur, fundada por ella misma en 1931; fue la primera mujer miembro de la Academia Argentina de la Lengua. Su hermana Silvina Ocampo, esposa del escritor Adolfo Bioy Casares, formó parte de la llamada generación de 1940; su producción incluye poesía, ensayo, teatro y relatos, pero son estos últimos los que le han valido un mayor reconocimiento de la crítica y el público.

Los hermanos Posadas: Carmen acaba de publicar La hija de la Duquesa de Alba y Gervasio, El mentalista de Hitler. 

Ángela Labordeta ha escrito mucho del núcleo familiar en libros como ‘Bombones de licor’ y ‘Tacones y muñecas’, donde explora dos mundos familiares muy complementarios: la historia de su padre José Antonio Labordeta y sus hermanos, entre ellos el poeta Miguel Labordeta, pero también aparecen Manuel Labordeta, creador de cine y profesor, o el tío Luis, enfermo, en la primera, y el mundo de una familia en los años 80, en la segunda. Pero es el cuento ‘El novio de mi madre’, que da título a un conjunto de doce piezas, donde aborda este asunto de manera más explícita.

Y, por último, cito a mis compañeros Eduardo y José Antonio Lago de los que hablaré más adelante.

Para saber más:

sábado, 16 de septiembre de 2017

Dichoso septiembre

Acababa de llegar a Madrid, con el cloro en la piel, un dolor extraño en el pie y el hatillo sin deshacer, cuando sonó el timbre de la puerta. Lleva más de veinte años en la misma casa y todavía no sabe si corresponde al de la portería o el de su casa. Abrió y se encontró a uno de sus más antiguos alumnos que venía a saludarla, como tiene por costumbre, una vez al año. Le contó con total tranquilidad sus novedades: la enfermedad rara que padece sigue avanzando, sus visitas al hospital son cada vez más asiduas, la medicación intravenosa le ha producido quistes en la vejiga y está esperando a que le avisen para la operación. Se marchó enseguida y se despidieron con un tierno abrazo. Diez minutos después otro timbrazo. ¡Se habrá dejado algo! Se enjugó las lágrimas, abrió y apareció un empleado de correos que le traía la carta del SUMA de Alicante que le informaba que, tras la revisión de los últimos cuatro años del IBI, tenía que abonar este mes sin falta 600 euros. Cuando se encontraba dispuesta a poner la lavadora, volvieron a llamar a la puerta. Esta vez era una vecina que, como siempre, sin darle nunca las gracias venía a recoger la ropa que se le había caído en el patio. Renqueando la recogió y se la dio. A la media hora llamó un amigo que antes de irse a la sierra le informaba de que no se encontraba bien y se había hecho un análisis de sangre y de próstata. Vio el susto en su mirada y solo se atrevió a decirle que daba igual, le iba a querer lo mismo con esa glándula o sin ella. No la miró a los ojos ni quiso tomarse nada. Se despidieron con otro abrazo de oso. Bien, ahora pondré mi pie en alto a ver si se pasa el dolor del empeine que parece que me hecho por nadar demasiado con mi reconocido estilo patoso. Volvió a dar un respingo cuando oyó otra vez el espantoso sonido. Una carta certificada del Ayuntamiento de Madrid requiriendo papeles para la interminable legalización de la obra en el piso de su madre. Con esta llevaba seis. No la abrió. Luego sonó el whatsapp: la expresidenta le mandaba una nueva carta dirigida a los vecinos para que se la pusiera en un castellano inteligible. Ya lo haré en otro momento. Pero el teléfono siguió atormentándola unos minutos más. Lo apagó, se metió en la cama y, a pesar del calor, se cubrió con el edredón porque estaba temblando. Se hizo un ovillo. Con el corazón encogido y palpitante lloró desconsoladamente. Deseó que todo fuera un mal sueño, una de esas pesadillas que solo ocurren a la vuelta de vacaciones. 

Historias ortográficas de desamor

Una canción en la que Serge Gainsbourg hace de profesor improvisado, corrigiendo con total frialdad las abundantes faltas de ortografía de la carta enviada por una apasionada y desesperada remitente: En relisant ta lettre (1966).



Resultado de imagen de se conocieron a la salida de un bar























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- ¿Podemos hablar?
- Claro.
- Te dejo.
- No, no, empieza tú.


- Sabes que te quiero.
- Yo también.
- Perdón. ¿Sabes qué té quiero?






























P.D. Que quede claro que, de todas las faltas que puede cometer un ser humano, las más leves son siempre las ortográficas, porque todos las podemos realizar y siempre tienen arreglo. El problema radica siempre en quién las hace, si las comete una persona que no tuvo acceso a la educación, a mí me enternecen; si es una persona que se las da de culta, que no les da importancia, que no se esfuerza por mejorar, ni lee, con ellas se retrata.  



viernes, 15 de septiembre de 2017

Aparición de los negros en las letras españolas, Santiago Auserón

Todos conocemos a Santiago Auserón, cantante y músico (Radio Futura, Juan Perro), pero pocos saben que es licenciado en Filosofia por la UCM y que a los 61 años se sacó el título de doctor. En este artículo de El País, publicado este año, estudia la aparición de los africanos en la literatura española hasta el siglo XVII. Lo recomiendo para las clases de literatura de ESO y Bachiller.

Aparición de los negros en las letras españolas

"Durante los siglos XVI y XVII, coincidiendo con el incremento de la trata atlántica, la presencia de esclavos africanos se volvió costumbre en la literatura española. El tipo jocoso del negro músico y lenguaraz surgió en las coplas, se instaló en el escaparate de la vida social que fue el teatro ligero e hizo su aparición en la incipiente novela. Los poetas jugaron a imitar las alteraciones que el «habla de guineo» hacía sufrir al castellano y a reproducir con pies métricos su ritmo musical, contagiados por la viveza de las jergas de germanías en ambientes donde la rítmica sincopada de los africanos despertaba un viejo poso de sonoridades mestizas. En sus obras dejaron constancia de un sorprendente estado de proliferación de la lengua muy distinto del marmóreo ejercicio de erudición aprendido en los colegios jesuitas, relacionado con la movilidad social y con el hechizo expansivo de las modas musicales de la época. Coplas con estribillos marcadamente rítmicos, bailes con nombres propios que retumban con afán de mito efímero, revelan una erótica de la fonación complementaria de la expresión danzante de la libido denunciada por los censores. A lo largo de los dos siglos siguientes a la invención de la imprenta, una marea musical y poética llevó en España la tradición oral hasta su extremo desarrollo. Esa actividad febril amplió el radio de acción de las canciones tanto como era posible antes del advenimiento de la era electrónica. Este es un aspecto de la literatura del Siglo de Oro poco tenido en cuenta hasta la fecha." (Pincha aquí para seguir leyendo)