viernes, 11 de diciembre de 2015
La burbuja
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Las "chachas" del boom latinoamericano, Noemí López Trujillo
Pincha aquí para leer el esclarecedor artículo sobre la vida silenciada de las mujeres de los grandes literatos:
"Mercedes aguanta como un hombre", escribió Gabo
sobre la paciencia de su mujer mientras él escribía 'Cien años de soledad'.
¿Habría existido el fenómeno sin las mujeres de estos novelistas?Recomiendo leer también Grandes autores, vistos por sus compañeras donde el papel de 'esposa de escritor' parece ser, a la vista de los testimonios que se van conociendo, el oficio más triste del mundo. Las biografías de los 'genios' (hombres) suelen reproducir ciertas pautas: tienen al lado a una mujer que dedica su vida a servirle y apoyarle. Como la literatura ha sido tradicionalmente cosa de
hombres, a menudo
encontramos a su lado una mujer que le acompaña. A veces forman una pareja de
iguales, pero en muchas ocasiones encontramos, más que esposas, a esforzadas
secretarias, cuidadoras, en el mejor de los casos musas entregadas
a hacer más fácil su vida, y su éxito. Si
se casan dos veces, la primera lo hacen con una mujer de edad y circunstancias
parecidas a las suyas, la segunda, en cambio, con una admiradora más joven y
con frecuencia de mayor estatus social que la anterior.
" Sofía Tolstoi copió seis veces el manuscrito de Guerra y
Paz. Anna Dostoievski tuvo que convertirse en la contable de su marido y
liberarlo del mar de deudas en el que estaba sumido, además de convertirse en
su eficiente editora. Zelda Fitzgerald vio como sus diarios y sus expresiones
eran empleados por su marido como inspiración para sus personajes y dijo una
vez que el plagio empieza en casa. Y Mathilde Verlaine se convirtió en la
tercera en discordia (y muy olvidada) de la pasional historia de amor por excelencia
del XIX literario. Todas ellas son esposas de escritores famosos y todas ellas
tuvieron una existencia no muy sencilla. A pesar de ello, lo habitual es que
todas estas esposas de escritores se conviertan en olvidadas notas a pie de
página."
Musas,
secretarias, enfermeras...
Dentro del auge actual de los géneros biográficos e históricos, se pueden observar filones temáticos, y uno de ellos -por iniciativa, en general, femenina: de investigadoras, novelistas, editoras...- es el que consiste en sacar a la luz a las mujeres de los hombres famosos. Sus historias alimentan un nuevo subgénero, de gran éxito en algunos casos, en Estados Unidos. Las esposas o amantes de Napoleón, Ernest Hemingway, Charles Lindbergh, George Mallory o Frank Lloyd Wright son algunas de esas figuras que tras vivir en la sombra, se encuentran hoy bajo los focos.
Dentro del auge actual de los géneros biográficos e históricos, se pueden observar filones temáticos, y uno de ellos -por iniciativa, en general, femenina: de investigadoras, novelistas, editoras...- es el que consiste en sacar a la luz a las mujeres de los hombres famosos. Sus historias alimentan un nuevo subgénero, de gran éxito en algunos casos, en Estados Unidos. Las esposas o amantes de Napoleón, Ernest Hemingway, Charles Lindbergh, George Mallory o Frank Lloyd Wright son algunas de esas figuras que tras vivir en la sombra, se encuentran hoy bajo los focos.
No te cases con un escritor! (historias no muy felices de
esposas de escritores famosos) Autoras: Raquel C. Pico y Cristina Domínguez:
Por último, las precisiones de Cortázar al "boom latinoamericano" (Entrevista A fondo, 1977)
lunes, 7 de diciembre de 2015
Los corruptores, Jorge Zepeda
He leído con interés dos novelas del periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson: Los corruptores (Planeta) y Milena o el fémur más bello del mundo, premio Planeta, que es la continuación de la anterior porque presenta a los mismos personajes que forman el grupo de los Azules, asociación amistosa y sentimental que comparten desde la infancia: Amelia, dirigente política; Tomás, periodista, y Jaime, especialista en seguridad. Los tres intervienen de forma distinta y complementaria sobre la realidad política. Recurso que ya utilizó Enyd Blyton en Los Cinco, una pandilla formada por varios niños que actúan por lo general al margen de los adultos como detectives y se ven envueltos en toda clase de aventuras.
Los corruptores, nos presenta, de una manera cruda, la compleja realidad mejicana actual. Una realidad conformada por asesinatos realizados por profesionales sin ningún escrúpulo; salvajes luchas de poder; ambiciones inconfesables y corrupciones; esbirros de narcos que matan como si la vida no tuviera ningún valor, hackers reclutados a la fuerza por uno y otro bando, políticos descaradamente millonarios, corruptos que quieren serlo más y para siempre, servicios secretos que actúan sólo según sus intereses.
Pamela
Dosantos, famosa actriz, abre las piernas para tratar de seducir a su verdugo.
Es un intento desesperado. No lo consigue. Cierra los ojos y muere
descuartizada. Así se inicia Los corruptores. Tomás, periodista que ya vivió
sus mejores días, casado y divorciado, devoto de su hija Jimena, demasiado
aficionado a la vida diletante y al alcohol, publica un dato en su
insignificante columna en un periódico del D.F. que implica a Salazar, el
hombre fuerte del nuevo gobierno del PRI, que ha regresado al poder.
La novela premiada, menos lograda y de redacción más apresurada que la anterior, desvela la intervención de las mafias ucranianas que desde la Marbella de Gil y Gil extienden su influencia a la gobernación de México a través de una compleja red de prostitución.
La novela premiada, menos lograda y de redacción más apresurada que la anterior, desvela la intervención de las mafias ucranianas que desde la Marbella de Gil y Gil extienden su influencia a la gobernación de México a través de una compleja red de prostitución.
Encantada de conocerte, Víctor Chamorro
Pero la gran sorpresa ha sido el reencuentro, después de ocho años, de mi compañera de viaje, Charo, con el
escritor Víctor Chamorro (nada que ver, supongo, con el fiscal Chamorro ni con el
periodista Eduardo Chamorro). Lo encontramos, amodorrado por la tibieza de la
lumbre, en su casa de la Corredera, al pie de una tabla de clérigo a modo de
pupitre, triste por la pérdida de su mujer y diezmado por una bronquitis. Pero
los recuerdos del pasado y la emoción del presente le hicieron enseguida convertirse
en el conversador ingenioso e irónico
que siempre ha sido, eterno buscador de historias, de juegos de palabras y de
frases breves como dardos certeros, siempre a la búsqueda de la palabra precisa.
Acostumbrado a nadar contra corriente con la vehemencia de quien sabe que tiene
la razón, me recordó a otro profesor y famoso izquierdista, Julio Anguita, con
el que comparte fisonomía semítica
Víctor, como cuenta
su hija Maite, es un escritor que se dedicó a la enseñanza; que vive para la
pluma, pero no de la pluma. Este
novelista, desconocido para mí pero no para los habitantes de su pueblo y de
Extremadura, ha sido el eterno finalista de todos los premios más importantes,
incluido el Planeta que le robaron en el último minuto. Hecho que le honra, porque
el haber vivido fuera de los mentideros literarios, silenciado por los manuales
de literatura convencional y por la crítica nacional, le ha hecho convertirse en uno de los
escritores más libres e indómitos del panorama literario español.
Con él repasamos lo
viejos tiempos de la transición que él llama transacción. Sin caer en la
amargura, sigue con multitud de proyectos. Ahora me dispongo a leer los libros
que generosamente me ha regalado: Pasión
extremeña en 15 actos y Guía de
bastardos. En este último me ha puesto la dedicatoria: “Encantado de
haberte conocido”. Yo también lo estoy, maestro, y espero que ya estés
recuperado de la bronquitis que, créeme, no es culpa de esos puros que te fumas
a escondidas. Cuando estés recuperado, cómete a besos a tu nieto, Víctor III.Hoy, lunes 8 de mayo del 2022, ha fallecido Víctor Chamorro en Plasencia. Fue un placer conocerte y leerte.
sábado, 14 de noviembre de 2015
Micromachismos
Interesante página del diario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Un espacio donde se pueden compartir experiencias.
domingo, 8 de noviembre de 2015
Juan Tallón: Descartemos el revólver
Me he perdido varias veces en las páginas del blog de Juan Tallón descartemoselrevolver saboreando sus trazos como tragos. Así empieza a modo de biografía:
Mi basura personal
Me llamo Juan Tallón, sí, pero no sé… Cualquiera tiene un
nombre. También los perros. Tuve uno que se llamaba Pelé. Un nombre no
significa una mierda, como se ve. Hablando de mierdas, trabajé una buena
temporada en un periódico, pero salí escaldado. Fue la peor etapa de mi vida,
aunque no estuvo tan mal. Nunca volveré. Mal se tiene que dar todo para que
vuelva. Tal vez un día vuelva, supongo. Ahora ando por ahí, a mi aire, haciendo
el imbécil. De vez en cuando escribo en El País, El Progreso o Jot Down, Hablo
brevemente en ‘A vivir que son dos días’, de la Ser. No tengo teorías, ni
métodos. A veces no pienso. No escribí una novela a los nueve años. Recuerdo
que mi primer cigarro fue un Royal Crown. En cuanto a mi primera copa, creo que
no hubo una primera copa. Siempre bebí. Mi novela La pregunta perfecta (2011)
aborda los misteriosos lazos que vincularon a César Aira y Roberto Bolaño,
mientras que en Fin de poema(2013) narra las últimas horas con vida de Pavese,
Pizarnik, Sexton y Gabriel Ferrater. Soy autor de El váter de Onetti. Pero en
general no sé exactamente de qué tratan mis libros. Me limito a escribirlos. y
después a olvidarme de ellos para recordar de qué irá el próximo. Leo a Mario
Levrero para saber a dónde quiero ir. Soy el traductor de César Aira al
gallego. Puedo estar callado muchísimo tiempo. Soy un tipo taciturno y triste,
pero nunca he estado deprimido. Hasta en eso es mi vida gris. Estoy convencido,
como aquel personaje de La noche, de Antonioni, que sienta bien insultarse de
vez en cuando, sirve para poner las cosas en su sitio y animarse. Nunca
utilizaría un blog para hablar bien de mí mismo o para decir algo a mí favor,
sólo para contar mis mierdas. No puedes escribir un relato honesto, auténtico,
si no pones toda tu basura encima de la mesa. Tú mierda personal es tu carta de
presentación. Tienes que respetarla. Todos estamos de mierda hasta arriba. Sin
basura, no hay biografía.
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Blogs interesantes,
Lecturas recomendadas
Una película y un libro sobre la muerte anunciada por cáncer
leído un libro (Arenas movedizas), que hablan de la vida como antesala de la muerte y afrontan con enorme dignidad lo que vendrá después. En la película estuve llorando desde el primer fotograma hasta el último; el libro, que me leí de un tirón en un solo día, me produjo un inquietante insomnio. En Truman, Julián (Ricardo Darín) vuelve a tener cáncer y decide vivir sus últimos días sin tratamiento; el tema es la amistad y las despedidas. Mankell cuenta el duelo con la muerte desde la perspectiva de la vida, porque el autor se cree capaz de vencer. En el descenso a los infiernos, encuentra alivio en la lectura de los libros, las fotografías de las obras de arte y la música. Escribe la avalancha de recuerdos que le vienen a la mente durante las sesiones de quimioterapia y elabora un testamento lleno de paz y sosiego que no excluye la denuncia política y social. Un espejo retrovisor en el que mira atrás para seguir avanzando:
"Puede que no me atreviera a pensar en el
futuro. Era territorio incierto, minado. Así que volvía continuamente a la
infancia. Trataba de arenas movedizas. De cómo un hombre, vestido con un
uniforme de color caqui y con un rifle al hombro, equipado para una expedición,
pisa por casualidad un banco de esas arenas traicioneras, que lo atrapan en el
acto. Al final, la arena empieza a taparle la boca y la nariz. El hombre está
condenado. Se ahoga y el pelo que le cubre la cabeza desaparece finalmente
sumergido en la arena.
Las arenas movedizas estaban vivas. Los granos se convertían en
tentáculos
espeluznantes que engullían a un ser humano. Un agujero de arena que comía carne.
espeluznantes que engullían a un ser humano. Un agujero de arena que comía carne.
Cuando supe que tenía cáncer, ese miedo volvió. Me afectó igual
que la primera vez, ahora lo comprendo. La sensación que experimenté fue
precisamente ésa, el pavor que me causaban las arenas movedizas. Me resistía a
que tiraran de mí y me tragaran. La certeza paralizante de que sufría una
enfermedad grave e incurable. Me llevó diez días con sus noches, con muy pocas
horas de sueño, mantenerme en pie y no quedar paralizado por el miedo que
amenazaba con destruir toda mi capacidad de resistencia.
Ni una sola vez, que yo recuerde, me vi tan desesperado como para
echarme a llorar. Tampoco grité de angustia en ningún momento. Fue una lucha
silenciosa por sobrevivir a las arenas movedizas".
Henning
Mankell pide tregua al cáncer para escribir unas memorias de urgencia. Noticias
de Cultura http://goo.gl/9v9K9w
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